"La Adorable Emma Y El Viaje En El Anden 9 ¾" Part 2

Aquella mañana para Alioth y Emma había sido llena de nervios, mas por parte de Emma y Sohail que por el ojigris.

-¡No encuentro mi varita!.-Exclamo la ojimiel con los nervios a flor de piel.

Su padre no podría llevarla a la estación cosa que entristeció un poco a Emma, pero entendía que su padre debía mantener su trabajó, era de los pocos a los que no le importaba su licantropia y era mejor conservarlo todo el tiempo posible.

Alioth bufo irritado, agradecía haber arreglado sus cosas la noche anterior, así como también haber alimentado a Cae y Cet y colocarlos en sus respectivos lugares, Cetus hiba tranquilamente en su jaula, Alioth había notado que era parecido a él; frío y serio. Por otro lado Caelum se encontraba en una pequeña caja de madera gruesa que contenía un hechizo de expansión en su interior (idea dada por el Señor Scamander en subcarta), el pequeño escarbato tendría al menos unos 6 metros cuadrado llenos de cosas brillantes, con una temperatura calida y un lago miniatura de donde brotaba agua cristalina constantemente. Durante las vacaciones Alioth había pasado al menos dos horas diarias entrenando a cada criatura. Cet fue mas facil obviamente, el Halcón mostro gran resistencia a grandes pesos, viajes largos y grandes alturas, además de una increíble concentración y disposición, pero Cae por su naturaleza traviesa fue todo un reto, pero ahora el escarbato podia estar en una habitación llena de cosas brillantes sin la necesidad de tomar ninguna, usualmente se conformaba con lo que tenía en su habitad a menos que de verdad le gustará algo.

-Emma, tu varita esta en tu mano.-Señalo el pequeño Black.

Su prima miro su mano derecha y efectivamente, su varita era empuñada con fuerza por esta. Mordió su labio inferior y contuvo las lagrimas, ¿Que le sucedía? Ella no era así, siempre guardaba la calma. Tal vez estaba demasiado emocionada.

Su tía Sohail noto el estado de su sobrina.

-Cariño, no te preocupes. Es completamente normal que estes ansiosa y no coordines correctamente, pero verás que los nervios se iran en poco tiempo.

La pequeña Emma sonrió y asintió una vez con la cabeza.

-De acuerdo ya que nuestras cosas estan completas y nos encontramos emocionalmente dispuestos, ¿Podemos marcharnos?-Pregunto Alioth.

Ambas asintieron y tomaron las cosas para salir de casa.

-¿Por que tanta urgencia?.-Pregunto Emma cuando abordaron un taxi que los llevaría a King Cross.

-¿Te gustaría llegar tarde?.-Respondio Alioth sin dejar de ver por la ventana.

-¿Es por Harry?

El ojigris suspiró.

-Si, es por Harry.

-A veces no se, si estar molesta o feliz por que Harry te tenga de amigo.

Alioth poso su mirada en Emma con los ojos entrecerrados.

-Yo mas bien diria que Harry tiene mala suerte. -Emma quiso decir algo pero su primo no la dejo.- Ademas le prometí no dejarlo solo, aunque posiblemente encuentre con quien hablar y entablar una amistad quiero cumplir mi promesa.

Emma asintió y durante todo el trayecto no dijo nada más, ninguno de los dos. Al llegar y bajar tomaron dos carritos para transportar las pertenencias de ambos niños y caminaron a paso apresurado hasta el anden correspondiente, no fue difícil porque igual que en el mundo mágico su manera de andar y porte alejo varios de su camino. Emma era una chica tímida, pero suponía que al tener sangre Griffin por sus venas algo de elegancia y postura firme fueron heredados y por ello a pesar de su personalidad mucho menos fría que la de su tía y primo podía provocar un poco de respeto.

-De acuerdo niños. Alioth te importaría ir primero.

El chico rodo los ojos y antes de que pudieran notarlo, Alioth ya había corrido con su carrito directo hacía el muro de entre el anden nueve y díez, un grupo de personas facilitó el trabajo para no ser visto. Al llegar al otro lado poso su mirada en el gran tren escarlata que sin bien era precioso no llamo demasiado su atención. Su madre y prima lo alcanzaron a los pocos segundos, justo cuando anunciaban la última llamada para abordar.

-Bien, les ayudare a subir su baúl.-Sohail saco su varita y con ayuda de ella levito ambos baules al interior del tren. Emma cargo la jaula de su bonita lechuza mientras Alioth sujetaba con una mano la jaula de su majestuoso halcón y con la otra la caja de no más de 15 cm de alto y 25 de ancho de el travieso escarbato.

-Tengan cuidado y apenas lleguen mandenme una carta a Remus y a mi.

-Estaremos bien mamá.

Sohail se agachó hasta la altura de Alioth y tomo su rostro entre sus manos. Los ojos de ambos mirandose fijamente, azul contra gris.

-No lo dudo, cuida de Emma quieres. No hagas nada fuera de regla y trata de no ser tan respondon.

-Cuidare de Emma, en lo otro no puedo prometer nada.

Soahil suspiró rendida, no tenía caso discutir con su hijo. Lo atrajo hacía ella y lo aprisionó en un fuerte abrazo.

-Te voy a extrañar cariño.-Le dió un amoroso beso en la mejilla derecha.

-Y yo a ti mamá.

Cuando se separaron Alioth se removió incómodo en su lugar, estba acostumbrado a dar abrazos pero a decir algo sentimental con palabras era complicado para él. Sohail se giró hacia Emma quien tenía los ojos acuosos.

-Dile a papá que voy a extrañarlo.

-Se lo dire cielo, pero seguro él lo sabe.

Emma sonrió y abrazo a su tía.

-Tambien voy a extrañarte a tí.

-Igual yo. Ahora todo parecera más solitario.

Limpio las lágrimas de Emma que habían logrado escapar de sus ojos y beso su frente.

-Suban, el tren está por arrancar.

Hicieron caso, subieron al tren teniendo cuidado con sus animales y tomando su baúl (Alioth coloco la caja Cae encima del baúl) se perdieron en el pasillo después de decir <<Adios>> con la mirada.

Con Harry la puerta del compartimiento se abrió, el ojiverde pensó que se trataba de su amigo pero en lugar del ojigris entró el menor de los pelirrojos.

-¿Hay alguien sentado ahí? -preguntó, señalando el asiento opuesto a Harry-. Todos los demás vagones están llenos.

Harry negó con la cabeza y el muchacho se sentó. Lanzó una mirada a Harry y luego desvió la vista rápidamente hacia la ventanilla, como si no lo hubiera estado observando. Harry notó que todavía tenía una mancha negra en la nariz.

-Eh, Ron.

Los gemelos habían vuelto.

-Mira, nosotros nos vamos a la mitad del tren, porque Lee Jordan tiene una tarántula gigante y vamos a verla.

-De acuerdo -murmuró Ron.

-Harry -dijo el otro gemelo-, ¿te hemos dicho quiénes somos? Fred y George Weasley. Y él es Ron, nuestro hermano. Nos veremos después, entonces.

-Hasta luego -dijeron Harry y Ron. Los gemelos salieron y cerraron la puerta.

-¿Eres realmente Harry Potter? -dejó escapar Ron.

Harry asintió.

-Oh... bien, pensé que podía ser una de las bromas de Fred y George -dijo Ron-. ¿Y realmente te hiciste eso... ya sabes...?

Señaló la frente de Harry. Harry se levantó el flequillo para enseñarle la luminosa cicatriz. Ron la miró con atención.

-¿Así que eso es lo que Quien-tú-sabes...?

-Sí -dijo Harry-, pero no puedo recordarlo.

-¿Nada? -dijo Ron en tono anhelante.

-Bueno... recuerdo una luz verde muy intensa, pero nada más.

-Vaya -dijo Ron. Contempló a Harry durante unos instantes y luego, como si se diera cuenta de lo que estaba haciendo, con rapidez volvió a mirar por la ventanilla.

-¿Son una familia de magos? -preguntó Harry, ya que encontraba a Ron tan interesante como Ron lo encontraba a él. Sí, tenia a Alioth, pero su amigo nunca daba demasiados detalles sobre su familia, solo sabía donde estaba el padre de este pero no tenía idea de su nombre ni mucho menos el por qué era acusado injustamente, además no quería ser entrometido con su amigo. Aunque en ese momento era lo que estaba haciendo con Ron.

-Oh, sí, eso creo -respondió Ron-. Me parece que mamá tiene un primo segundo que es contable, pero nunca hablamos de él.

-Entonces ya debes de saber mucho sobre magia.

Era evidente que los Weasley igual que los Black eran unas de esas antiguas familias de magos de las que había hablado el pálido muchacho del callejón Diagon.

-Oí que te habías ido a vivir con muggles -dijo Ron-. ¿Cómo son?

-Horribles... Bueno, no todos ellos. Mi tía, mi tío y mi primo sí lo son. Tengo un mejor amigo, me ayudaba a hacer un poco más más soportable todo pero ahora no se donde está.

Justo en ese momento la puerta del compartimiento se abrió dejando a la vista una niña de largo cabello rubio con una tierna sonrisa y brillantes ojos miel.

-Lo siento, ah ¿creen que mi primo y yo podamos compartir el compartimiento con ustedes? Los demas estan muy llenos.

Era mentira, por que no habían revisado los compartimentos para encontrar lugar si no para hallar a Harry.

Ron y Harry asintieron y la niña rubia sonrió con alegría.

-¡Lioth! ¡Por aquí!

El pelinegro que se encontraba revisando otros compartimentos bufo irritado y miro a la niña con molestia.

-Ya te lo he dicho muchas veces Emma, no me gustan los dimutivos.

El cerebro de Harry reconoció aquella voz, era su mejor amigo y suponía que la pequeña rubia era Emma. No tardo mucho cuando Alioth apareció en la puerta al lado de Emma, vestía de negro como siempre su cabello negro estaba ligeramente despeinado hacia un lado y su rostro mostraba seriedad. Sus gelidos posos grises se fijaron en Harry y fue ahí cuando Alioth sonrió.

-Hola Harry.

Harry correspondió la sonrisa.

-Hola Alioth.

Fue ahí cuando Ron empalidecio bajo sus pecas. Frente a él se encontraba el chico mas temido del mundo mágico, aquel al que inclusive el ministerio mágico temía. No era para menos penso; su postura, porte y mirada eran sufiente para querer hacerte salir corriendo del compartimiento. Pero recordo las palabras de su madre, <<Es solo un niño, un niño que ha tenido una dura infancia gracias a los comentarios mal intesionados de la gente, si se llegan a topar con él sean amables.>>

-¿Alioth Black?

El ojigris se giro hacia Ron que lo miraba con duda y un ligero miedo en los ojos, miedo que Alioth noto y tuvo por primera vez la necesidad de apaciguar.

-Veo que haz escuchado de mí. ¿Aunque realmente quien no lo a hecho? Solo espero que no sean cosas tan malas.

-Solo un poco.

Emma y Harry miraban la interacción sin saber que hacer hasta que la rubia hablo.

-¿Por que no nos presentamos?

Todos asintieron de acuerdo. La mirada de Harry, Emma y Alioth se posaron sobre Ron, logrando que el pelirrojo se sonrojara tenuemente.

-Ah soy Ron Weasley.

Alioth sonrió y alargó la mano hacia el pelirrojo, quien nervioso la estrechó.

-Alioth Black, un placer.

La rubia hizo la misma acción que su primo.

-Un gusto Ron, soy Emma Lupin prima de Alioth.-Ron se sorprendió, pero no dijo nada. Después se volteó hacia Harry y le tendió su mano.-Tambien es un gusto Harry.

-Lo mismo digo.

-Bien, presentaciones hechas. Entonces, Ron eres un Weasley.

El pelirojo asintió, sintiéndose increíblemente apenado.

-¿Sabes? Tu familia me agrada, todos tienen sangre magica por sus venas y no se creen la gran cosa como muchos otros, ligeramente incluyendome.

-Gracias.

-¿Conoces a sus padres?.-Pregunto Harry asombrado.

-Claro.- Alioth ayudo a Emma a acomodar su baúl junto al de él, y coloco las jaulas encima, .-Son bastante agradables y amables.

-¿Tienes hermanos?

-Si.-Ron estaba tomando más confianza.

-¿Cuantos tienes?-Pregunto esta vez Emma.

Emma se encontraba sentada al lado de Ron, mientras Alioth a un lado de Harry.

-Cinco -Dijo Ron. Por alguna razón parecía deprimido-. Soy el sexto en nuestra familia que va a asistir a Hogwarts. Podrían decir que tengo el listón muy alto. Bill y Charlie ya han terminado. Bill era delegado de clase y Charlie era capitán de quidditch. Ahora Percy es prefecto. Fred y George son muy revoltosos, pero a pesar de eso sacan muy buenas notas y todos los consideran muy divertidos. Todos esperan que me vaya tan bien como a los otros, pero si lo hago tampoco será gran cosa, porque ellos ya lo hicieron primero. Además, nunca tienes nada nuevo, con cinco hermanos. Me dieron la túnica vieja de Bill, la varita vieja de Charles y la vieja rata de Percy.

Ron buscó en su chaqueta y sacó una gorda rata gris, que estaba dormida. Alioth se contuvo de hacer un mueca de desagradó al ver la rata, no queria hacer sentir mal a Ron; Harry pudo notar como Alioth se tensaba.

-Se llama Scabbers y no sirve para nada, casi nunca se despierta. A Percy, papá le regaló una lechuza, porque lo hicieron prefecto, pero no podían comp... Quiero decir, por eso me dieron a Scabbers.

Las orejas de Ron enrojecieron. Parecía pensar que había hablado demasiado, porque otra vez miró por la ventanilla.

Alioth y Emma compartieron una mirada. Ambos pensando que Ron no deberia sentirse apenado en no tener una gran económia, si algo les habían enseñado Remus y Sohail era que no importaba lo material si no el amor de familia. Su familia estaba rota pero los que quedaban en ella se apoyaban y amaban. Asi que le sonfieron a Ron de forma amistosa, dandole a entender que no importaba que tuviera poco dinero, a ellos les agradaba el pelirrojo y punto.

Harry tampoco creía que hubiera nada malo en no poder comprar una lechuza. Después de todo, él nunca había tenido dinero en toda su vida, hasta un mes atrás, así que le contó a Ron que había tenido que llevar la ropa vieja de Dudley y que nunca le hacían regalos de cumpleaños a excepción de Alioth. Eso pareció animar a Ron.

-... y hasta que Hagrid y Alioth me lo contaron, yo no tenía idea de que era mago, ni sabía nada de mis padres o Voldemort...

Ron bufó.

-¿Qué? -dijo Harry.

-Has pronunciado el nombre de Quien-tú-sabes -dijo Ron, tan
Conmocionado como impresionado-. Yo creí que tú, entre todas las personas...

-No estoy tratando de hacerme el valiente, ni nada por el estilo, al decir el nombre-dijo Harry-. Es que no sabía que no debía decirlo.

-Realmente no importa si lo dices, no ésta prohibido.-Aclaro Alioth encogiéndose de hombros.

-No es muy agradable decir o escuchar el nombre.-Dijo Emma con una mueca. Ron asintió concordando con ella.

-Tengo muchísimas cosas que aprender... Seguro -añadió Harry, diciendo por primera vez en voz alta algo que últimamente lo preocupaba mucho-, seguro que seré el peor de la clase.

Alioth nego casi al instante.

-No será así. Hay mucha gente que viene de familias muggles y aprende muy deprisa.-Explico él.

-En todo caso, tendras a Alioth como profesor personal.

Harry sonrió. El ojigris rodo los ojos y Ron por otra parte parecía confundido. Por lo que para sorpresa de Harry y Emma, Alioth decidió confesarle al pelirrojo a que se refería Emma, le dijo que podia hacer magia fuera de Hogwarts debido al tipo de reputación que poseía. Ron lo miro sorprendido y ciertamente conmovido por que Alioth, alguien a quien consideraba frío confiara en él para contarle algo como aquello. Harry penso que aquello iba a ser poco probable, después de todo su amigo no era de aquellos que confiara fácilmente en alguien, pero al parecer Ron era un caso especial.

Ron prometió no decir nada sobre que Alioth podia hacer magia fuera de Hogwarts y mientras conversaban, el tren había pasado por campos llenos de vacas y ovejas. Se quedaron mirando un rato, en silencio, el paisaje.

A eso de las doce y media se produjo un alboroto en el pasillo, y una mujer de cara sonriente, con hoyuelos, se asomó y les dijo:

-¿Quieren algo del carrito, guapos?

Harry, que no había desayunado, se levantó de un salto al igual que Alioth, pero las orejas de Ron se pusieron otra vez coloradas y murmuró que había llevado bocadillos. Emma hizo una mueca, su padre le había dado un saquito lleno de varias monedas pero quería ahorrar dinero, además al igual que a Ron le había mandado bocadillos así que permaneció sentada al lado del pelirrojo.

Harry y Alioth salieron al pasillo.

Cuando Harry vivía con los Dursley nunca había tenido dinero para comprarse golosinas o invitarle algo a Alioth y, puesto que tenía los bolsillos repletos de monedas de oro, plata y bronce, estaba listo para comprarse todas las barras de chocolate que pudiera llevar. Pero la mujer no tenía Mars. En cambio, tenía Grageas Bertie Bott de Todos los Sabores, chicle, ranas de chocolate, empanada de calabaza, pasteles de caldero, varitas de regaliz y otra cantidad de cosas extrañas que Harry no había visto en su vida.

-Tengo una idea.-Dijo Alioth.

-¿Cuál?

-Compremos un poco de todo, ambos pagamos la mitad y así aprovechas para provar los maravillosos dulces del mundo mágico.

Como Harry no deseaba perderse nada, asintió a Alioth y compraron un poco de todo y al final pagaron a la mujer once sickles de plata y siete knuts de bronce.

Ron los miraba asombrado, mientras ambos depositaban sus compras sobre un asiento vacío.

-Tenian hambre, ¿verdad?

-Muchísima -dijo Harry, dando un mordisco a una empanada de calabaza.

-Se van a empachar.-Dijo Emma mirandolos con asombro.

Ron había sacado un arrugado paquete, con cuatro bocadillos. Separó uno y dijo:

-Mi madre siempre se olvida de que no me gusta la carne en conserva.

-Mi padre también me a mandado algo.-Emma saco una pequeña bolsita de papel y la revisó.-Son sandwich. Podemos cambiar si quieres.

-No te va a gustar, está seca -dijo Ron-. Ella no tiene mucho tiempo - añadió rápidamente-... Ya saben, con nosotros cinco.

-No importa, realmente me gusta la carne seca.-Emma no mentía, si que le gustaba.

-De hecho pueden agarrar lo que quieran de aquí.-Dijo Alioth señalando la variedad de dulces.

-Si, sírvanse. -dijo Harry, que nunca había tenido nada que compartir. Era una agradable sensación, estar sentado allí con Alioth, Ron y Emma, comiendo pasteles y dulces (los bocadillos habían quedado olvidados).

-¿Qué son éstos? -preguntó Harry a Alioth, cogiendo un envase de ranas de chocolate-. No son ranas de verdad, ¿no?-Comenzaba a sentir que nada podía sorprenderlo.

-No -Dijo Alioth -. Pero saltan como una.

-¿Que cromo salió? A mí me falta Agripa.-Dijo Ron.

-Yo deje de coleccionarlos hace mucho gracias a Alioth.- Emma miro mal a su primo, pero esté se encogió de hombros.

-No es mi culpa que estuvieran cerca del agua.

Emma estaba por responderle cuando noto la mirada confundida de Harry.

-¿Qué?

-Oh, por supuesto, no debes saber... Las ranas de chocolate llevan cromos, ya sabes, para coleccionar, de brujas y magos famosos. -Explico Emma tomando un rana de chocolate.

-Yo tengo como quinientos, pero no consigo ni a Agripa ni a Ptolomeo.-Comento Ron.

Harry desenvolvió su rana de chocolate y sacó el cromo. En él estaba impreso el rostro de un hombre. Llevaba gafas de media luna, tenía una nariz larga y encorvada, cabello plateado suelto, barba y bigotes. Debajo de la foto estaba el nombre: Albus Dumbledore.

-¡Así que éste es Dumbledore! -dijo Harry. Alioth se inclinó a mirar el cromo y sonrió.

-¡No me digas que nunca has oído hablar de Dumbledore! -dijo Ron-. ¿Puedo servirme una rana? Podría encontrar a Agripa... Gracias...

Harry dio la vuelta a la tarjeta y leyó:

Albus Dumbledore, actualmente director de Hogwarts. Considerado por casi todo el mundo Como el más grande mago del tiempo presente, Dumbledore es particularmente famoso por derrotar al mago tenebroso Grindelwald en 1945, por el descubrimiento de las doce aplicaciones de la sangre de dragón, y por su trabajo en alquimia con su compañero Nicolás Flamel. El profesor Dumbledore es aficionado a la música de cámara y a los bolos.

-Y a los dulces de limon, que son muggles.-Comento Alioth, dando a entender que aquél dato había faltado.

Harry dio la vuelta otra vez al cromo y vio, para su asombro, que el rostro de Dumbledore había desaparecido.

-¡Ya no está!

-Bueno, no iba a estar ahí todo el día -Dijo Alioth-.

-Ya volverá. Vaya, me ha salido otra vez Morgana y ya la tengo seis veces repetida... ¿No la quieres? Puedes empezar a coleccionarlos.-Le dio su cromo a Harry, al igual que Emma y Alioth.

Los ojos de Ron se perdieron en las ranas de chocolate, que esperaban que las desenvolvieran.

-Sírvete -dijo Harry-. Pero oye, en el mundo de los muggles la gente se queda en las fotos.

-¿Eso hacen? Cómo, ¿no se mueven? -Ron estaba atónito-. ¡Qué
raro!

-Son aburridas.-Opino Alioth.

-Los muggles son muy simples.-Dijo esta vez Emma.

Harry miró asombrado, mientras Dumbledore regresaba al cromo y le dedicaba una sonrisita. Por fin conocía de cierta forma, al hombre que Alioth parecía apreciar y admirar tanto. Ron y Emma estaban más interesados en comer las ranas de chocolate que en buscar magos y brujas famosos, pero Harry no podía apartar la vista de ellos. Muy pronto tuvo no sólo a Dumbledore, Merwyn el malicioso, Herpo el loco y Morgana, sino también a Ramón Llull, al rey Salomón, Circe, Paracelso y Merlín. Hasta que finalmente apartó la vista de la druida Cliodna, que se rascaba la nariz, para abrir una bolsa de grageas de todos los sabores.

-Tienes que tener cuidado con ésas -lo previno Ron-. Cuando dice «todos los sabores», es eso lo que quiere decir. Ya sabes, tienes todos los comunes, como chocolate, menta y naranja, pero también puedes encontrar espinacas, hígado y callos. George dice que una vez encontró una con sabor a duende.

Ron eligió una verde, la observó con cuidado y mordió un pedacito.

-Puaj... ¿Ves? Coles.

Alioth eligio una con los ojos cerrados. Al sacarla hizo una mueca al ver el color y sin mas se la comió.

-¿Y qué tal?.-Pregunto Ron.

-Riñon.

El rostro de Alioth se había vuelto ligeramente más pálido y en su rostro se dibujo una mueca de asco. Emma tomo una blanca y con una sonrisa de confianza se la llevo a la boca.

Los tres chicos la miraban espectantes.

-Coco.

-En este momento te odio tanto.-Alioth rodó los ojos ante la risa divertida de Emma.

Pasaron un buen rato comiendo las grageas de todos los sabores. Harry encontró tostadas, coco, judías cocidas, fresa, curry, hierbas, café, sardinas y fue lo bastante valiente para morder la punta de una gris, que Ron no quiso tocar y resultó ser pimienta. Emma era la suertuda del grupo como Alioth había desidido nombrarla. Siempre le tocaban buenos sabores como miel, salchicha, pizza, chocolate, sopa, canela, platano y manzana, Alioth y Ron por otro lado no les iba tan bien. Moco de troll, vomito, riñon (de nuevo pero esta vez a Ron), jabon, higado, rabano picante, tripas, y cebolla, a veces tenian suerte y les tocaba algo mejor como pure de papa, mermelada, jerez, malvavisco, langosta y queso.

-No se por que sigo comiendo estas cosas, tengo mala suerte en ellas.-Alioth nego con desagrado.

-Tal vez te gusta sufrir.-Bromeo Harry.

-Seguramente es eso.

Y los cuatro amigos rieron por ello.

En aquel momento, el paisaje que se veía por la ventanilla se hacía más agreste. Habían desaparecido los campos cultivados y aparecían bosques, ríos serpenteantes y colinas de color verde oscuro.

Se oyó un golpe en la puerta del compartimiento, y entró el muchacho de cara redonda que Harry había visto al pasar por el andén nueve y tres cuartos.

Parecía muy afligido.

-Perdón -dijo-. ¿Por casualidad no han visto un sapo?

Cuando los cuatro negaron con la cabeza, gimió.

-¡La he perdido! ¡Se me escapa todo el tiempo!

-Ya aparecerá -dijo Harry.

-Sí -dijo el muchacho apesadumbrado-. Bueno, si la veis...

Se fue.

-No sé por qué está tan triste -comentó Ron-. Si yo hubiera traído un sapo lo habría perdido lo más rápidamente posible. Aunque en realidad he traído a Scabbers, así que no puedo hablar.

-Concuerdo contigo excepto en lo del sapo.-Dijo Alioth dandole a Ron una inderecta de su desagraso hacia las ratas. Ron solto una leve risita que Emma acompañó.

-Pobre chico.-Dijo la rubia.

-Emma por que no me haces un favor y extravias tu lechuza.

La rubia frunció el ceño.

-Se llama Ellie y no voy a perderla solo por que a ti no te gusta.

En eso el halcón de Alioth emitió un chillido que hizo a todos girarse a mirarlo. Cetus miraba con seriedad a Ellie quien se había acercado lo suficiente a los barrotes de su jaula como para estar cara a cara con Cet, al halcón parecía no gustarle mucho su cercanía.

-No solo no me gusta a mí, si no tampoco a Cet.

Emma rodo los ojos.

-Volvamos a lo de la rata.

La rata seguía durmiendo en las rodillas de Ron.

-Podría estar muerta y no notarías la diferencia -dijo Ron con disgusto-. Ayer traté de volverla amarilla para hacerla más interesante, pero el hechizo no funcionó. Les voy a enseñar, miren...

Revolvió en su baúl y sacó una varita muy gastada. En algunas partes estaba astillada y, en la punta, brillaba algo blanco. Alioth pensó que podía decirle al pelirrojo que le podía conseguir una nueva, pero sabía que de alguna forma u otra aquello lo ofenderia, por lo que no dijo nada.

-Los pelos de unicornio casi se salen. De todos modos...

Acababa de coger la varita cuando la puerta del compartimiento se abrió otra vez. Había regresado el chico del sapo, pero llevaba a una niña con él. La muchacha ya llevaba la túnica de Hogwarts.

-¿Alguien ha visto un sapo? Neville perdió uno -dijo. Tenía voz de mandona, mucho pelo color castaño y los dientes de delante bastante largos. A Emma no le agrado el tono en que habló.

-Ya le hemos dicho que no -dijo Ron, pero la niña no lo escuchaba.

Estaba mirando la varita que tenía en la mano.

-Oh, ¿estás haciendo magia? Entonces vamos a verlo.

Se sentó. Ron pareció desconcertado y Emma un tanto incómoda pues la niña la hizo apretujarse contra Ron para poder sentarse.

-Eh... de acuerdo. -Se aclaró la garganta-. «Rayo de sol, margaritas, vuelvan amarilla a esta tonta ratita.»

Agitó la varita, pero no sucedió nada. Scabbers siguió durmiendo, tan gris como siempre. Alioth apretó los labios tratando de retener las palabras que querían salir, no hiba ser él quien desilucionara al pelirrojo diciéndole que aquél no era un hechizo.

-¿Estás seguro de que es el hechizo apropiado? -preguntó la niña-. Bueno, no es muy efectivo, ¿no? Yo probé unos pocos sencillos, sólo para practicar, y funcionaron. Nadie en mi familia es mago, fue toda una sorpresa cuando recibí mi carta, pero también estaba muy contenta, por supuesto, ya que ésta es la mejor escuela de magia, por lo que sé. Ya me he aprendido todos los libros de memoria, desde luego, espero que eso sea suficiente... Yo soy Hermione Granger. ¿Y ustedes quiénes son?.- Dijo todo aquello muy rápidamente.

Emma no estaba de acuerdo con aquello, no había necesidad de prácticamente tragarse los libros. Si, claro ella había leido sus libros una y otra vez pero buscaba solo sacar lo verdaderamente esencial. Además parecía presumir el hecho de que los hechizos le habían salido ¡Ha! Si supiera lo que podia hacer Alioth desde que tenia 4 años, la niña se quedaría con la boca abierta. !Merlín se apiadara de ella! Por que era justamente eso lo que Emma deseaba.

-Respira por favor.-Pidio Alioth mirandola soprendido de que pudiera hablar tan rapido.

Granger le hizo caso y respiro profundamente.

Harry miró a su amigos y al ver el rostro de aturdimiento de Ron, la cara fruncida de Emma y el rostro indiferente de Alioth lo ayudaron a relajarse tras escuchar que aquella niña se había aprendido los libros de memoria.

-Yo soy Ron Weasley -murmuró Ron.

-Emma Lupin.-Dijo Emma con una mueca.

-Harry Potter -dijo Harry.

-¿Eres tú realmente? -dijo Hermione-. Lo sé todo sobre ti, por
supuesto, conseguí unos pocos libros extra para prepararme más y tú figuras en Historia de la magia moderna, Defensa contra las Artes Oscuras y Grandes eventos mágicos del siglo XX.

Alioth pensó que aquello era un poco acosador.

-¿Estoy yo? -dijo Harry, sintiéndose mareado.

-Dios mío, no lo sabes. Yo en tu lugar habría buscado todo lo que pudiera-dijo Hermione-. ¿Saben a qué casa van a ir? Estuve preguntando por ahí y espero estar en Gryffindor, parece la mejor de todas. Oí que Dumbledore estuvo allí, pero supongo que Ravenclaw no será tan mala... ¿Cuál es tu nombre?

En esta ocasión la pregunta hiba para Alioth. El ojigris la miro fijamente y conteniendo sus ganas de rodar los ojos, respondió.

-Alioth Black.

El rostro de la niña empalidecio y Emma pudo jurar que la sintió temblar.

-Tambien eh leido sobre tí.

Alioth sonrió con frialdad.

-Ya lo creó. Seguro leíste LA MALDICIÓN DEL MUNDO MÁGICO, escrito por Rita Skeeter.

Para sopresa de Emma, Ron y Harry, la castaña de sonrojo pero no por vergüenza, sino por enfado.

-Tambien estas en los mismos libros que Harry, pero en el que nombraste no había cosas buenas.-Alioth se encogió de hombros con desinterés.- concuerdo con lo que decía. Eres un Black, seguro seguiras los pasos de tu familia e iras a Slytherin.

Los amigos de Alioth miraron mal a la castaña, Harry no sabía mucho aún de algunas cosas pero si sabía que la familia de Alioth no había sido la mejor pero no había razón para juzgarlo por ello; Ron por otro lado sabía un poco mas de los Black y apesar de conocer de muy poco a Alioth, el ojigris le agradaba y no dejaría que una niña mandona hiciera esos comentarios. Emma no había mucho que decir, era su primo y lo conocía lo suficiente como para saber que el lugar donde menos debe de estar es Slytherin.

Pero Alioth sonrió de lado sin separar los labios.

-No, de hecho seguiré los pasos de Voldy e ire a Slytherin, o tal vez siga los de Grindelwald, por lo que se él es peor que Voldemort.

La cara de Granger cambió por completo y tragando saliva se levanto de su asiento.

-Eh, es mejor que sigamos buscando el sapo de Neville. Y ustedes cuatro deberían cambiarse ya, vamos a llegar pronto.

Y se marchó, llevándose al chico sin sapo.

-Cualquiera que sea la casa que me toque, espero que ella no esté -dijo Ron. Con ellos elimino el silenció que queria formarse gracias al comentario de Alioth. Después arrojo su varita al baúl.

-Concuerdo contigo.-Dijo Alioth, resiviendo un puntapié de Emma en la espinilla.- ¡Emma!

-Eso fue grosero. No solo lo de ahorita, si no también lo de hace un rato, la asustaste.

El ojigris rodo los ojos.

-Ella se lo busco.

Harry y Ron no pudieron evitar estar mas de acuerdo con su amigo.

-Qué hechizo más estúpido, me lo dijo George. -Exclamo Ron.- Seguro que era falso.

-De hecho si lo es.-Dijo Alioth, logrando hacer bufar a Ron.

-¿En qué casa están tus hermanos? -preguntó Harry.

-Gryffindor -dijo Ron. Otra vez parecía deprimido-. Mamá y papá también estuvieron allí. No sé qué van a decir si yo no estoy. No creo que Ravenclaw sea tan mala, pero imagina si me ponen en Slytherin.

-Slytherin no es tan malo Ron, solo no ha tenido las mejores personas ahí.-Emma trato de defender la casa, no quería quedar ahí, pero tampoco creía que fuera justo juzgar a todos los de esa casa.

-¿Esa es la casa en la que Vol... quiero decir Quien-tú-sabes... estaba?

-Di el nombre, Vol-de-mort..-Dijo Alioth.

Ron lo miro temeroso.

-No pasara nada Ron, es solo un nombre.-Explico Alioth.- además hace un rato lo dije dos veces y en una de ellas dije un apodo.

-Esta bien, y si es ahí.-dijo Ron. Se echó hacia atrás en el asiento, con aspecto abrumado.

-¿Sabes? Me parece que las puntas de los bigotes de Scabbers están un poco más claras -dijo Emma, tratando de apartar la mente de Ron del tema de las casas-. Y, a propósito, ¿qué hacen ahora tus hermanos mayores?

Harry tambien se preguntaba qué hacía un mago, una vez que terminaba el colegio. Alioth miro atento a su ahora amigo pelirrojo, tenía curiosidad por saber que hacían sus hermanos.

-Charlie está en Rumania, estudiando dragones, y Bill está en África, ocupándose de asuntos para Gringotts -explicó Ron-.

-¿Dragones? Eso es peligroso.-Observo Emma con un mueca.

-Si, mamá enloquece de solo recordarlo.

-Yo creo que es asombroso.

Emma miro mal a su primo.

-A ti todo lo peligroso te parece asombroso.

El niño se encogió de hombros.

-Que puedo decir, me gusta vivir al limite.

Ron y Harry rieron divertidos por aquello, Emma por otro lado bufo vencida.

-¿Se enteraron de lo que pasó en Gringotts? Salió en El Profeta, pero no creo que las casas de los muggles lo reciban: trataron de robar en una cámara de alta seguridad.

Harry se sorprendió mientras Emma arqueaba sus cejas incredula y Alioth, bueno a él realmente no le interesaba.

-¿De verdad? ¿Y qué les ha sucedido?.-Pregunto Emma.

-Nada, por eso son noticias tan importantes. No los han atrapado. Mi padre dice que tiene que haber un poderoso mago tenebroso para entrar en Gringotts, pero lo que es raro es que parece que no se llevaron nada. Por supuesto, todos se asustan cuando sucede algo así, ante la posibilidad de que Quien-tú-sabes esté detrás de ello.

Harry repasó las noticias en su cabeza. Había comenzado a sentir una punzada de miedo cada vez que mencionaban a Quien-tú-sabes. Suponía que aquello era una parte de entrar en el mundo mágico, pero era mucho más agradable poder decir «Voldemort» sin preocuparse, tal y como hacia Alioth. Emma no entendía, ¿Quien?, ¿Porque? Y ¿Para que? Harían eso.

-¿Cuál es su equipo de quidditch? -preguntó Ron.

Alioth volteó al escuchar la pregunta y muy seguro respondió.

-Los Chudley Cannons.

-El mío igual.-Concordo Ron con una sonrisa.-¿Emma cuál es el tuyo?

Emma hizo una mueca.

-No me gusta mucho el quidditch.

-¿Pero si tuvieras que elegir uno?-Insistio Ron.

-Ah, creo que escogeria a las Arpías de Holyhead.

Alioth y Ron hicieron una mueca que Emma noto.

-¡Hey! Yo no juzgue su gusto por un equipo que no ha ganado en años.

-Volveran a ganar ya lo veras.-Respondio Alioth con el ceño fruncido.

-Si, claro.-La ojimiel rodo los ojos y miro a Harry. -¿Cuál es el tuyo Harry?

Alioth se llevo la palma de su mano hacia su frente.

-Eh... no conozco ninguno -confesó Harry.

-¿Cómo? -Ron pareció atónito-. Oh, ya verás, es el mejor juego del mundo... -Y se dedicó a explicarle todo sobre las cuatro pelotas y las posiciones de los siete jugadores, describiendo famosas jugadas que había visto con sus hermanos y la escoba que le gustaría comprar si tuviera el dinero.

Le estaba explicando los mejores puntos del juego, cuando otra vez se abrió la puerta del compartimiento, pero esta vez no era Neville, el chico sin sapo, ni Hermione Granger.

Entraron tres muchachos, y Harry reconoció de inmediato al del medio: era el chico pálido de la tienda de túnicas de Madame Malkin. Miraba a Harry con mucho más interés que el que había demostrado en el callejón Diagon. Alioth también reconoció a su "querido" primo, que horror. Pensaba que no tenia que ver su cara hasta la selección por lo menos, pero ya veía que estaba equivocado.

-¿Es verdad? -preguntó-. Por todo el tren están diciendo que Harry Potter está en este compartimento. Así que eres tú, ¿no?

-Sí -respondió Harry. Observó a los otros muchachos. Ambos eran corpulentos y parecían muy vulgares. Situados a ambos lados del chico pálido, parecían guardaespaldas.

Alioth rodo los ojos, como no, no podía ir solo sin sus achichincles o perros falderos como sea eran lo mismo.

-Oh, éste es Crabbe y éste Goyle -dijo el muchacho pálido con
despreocupación, al darse cuenta de que Harry los miraba-. Y mi nombre es Malfoy, Draco Malfoy

-Cosa que a nadie le importa.-Susurro Alioth.

Ron dejó escapar una débil tos, que podía estar ocultando una risita, mas por el comentario de Alioth que por el nombre del rubio.. Draco (dragón) Malfoy lo miró malinterpretando su risa.

-Te parece que mi nombre es divertido, ¿no? No necesito preguntarte quién eres. Mi padre me dijo que todos los Weasley son pelirrojos, con pecas y más hijos que los que pueden mantener.

-Vaya Malfoy. Tu papi tiene tan poco ingenió para los insultos, aunque que esperar de alguien a quien le falta cerebro.

Ron sonrió disimuladamente agradecido con Alioth por defenderlo, mientras Emma negaba con la cabeza, era mejor no responder pero sabía que sería inútil si reprendía a su primo.

-Al menos tengo padre Black.

Alioth hecho la cabeza hacia atras en gesto cansado.

-¿En serio Malfoy? ¿El decolorante no te deja procesar las palabras correctamente? Que me recuerdes la falta de mi padre no me afecta en lo más mínimo, ya lo había dicho.

-¡Solo callate Black!

Alioth lo sonrió con burla pero no dijo nada mas.

Malfoy se volvió hacia Harry.

-Muy pronto descubrirás que algunas familias de magos son mucho mejores que otras, Potter. No querrás hacerte amigo de los de la clase indebida. Yo puedo ayudarte en eso.

¿Clase indebida? Bueno podía entenderlo si se refería a él por que no iba a engañarse, era mejor que Harry no estuviera cerca suya, debido a su posición interna Alioth sabía que no era la mejor persona y que nunca lo sería, ciertamente Harry estaría mucho mejor si solo tuviera a Ron y a Emma como amigos.

Malfoy extendió la mano, para estrechar la de Harry; pero Harry no la aceptó.

-Creo que puedo darme cuenta solo de cuáles son los indebidos, gracias -dijo con frialdad.

Draco Malfoy no se ruborizó, pero un tono rosado apareció en sus pálidas mejillas. Alioth sonrió con orgullo.

-Yo tendría cuidado, si fuera tú, Potter -dijo con calma-. A menos que seas un poco más amable, vas a ir por el mismo camino que tus padres. Ellos tampoco sabían lo que era bueno para ellos. Tú sigue con gentuza como los Weasley, Black y ese Hagrid y terminarás como ellos. O como el padre de tu amigo Black.

Harry, Emma y Ron se levantaron al mismo tiempo. El rostro de Ron estaba tan rojo como su pelo. Alioth seguía sentado en su asiento, para lo que haría no necesitaba nada mas que magia.

-Repite eso -dijo.

-Oh, van a pelear con nosotros, ¿eh? -se burló Malfoy.

-Si no se van ahora mismo... -dijo Harry, con más valor que el que sentía, porque Crabbe y Goyle eran mucho más fuertes que él, Ron, Emma y Alioth junto. Pero también sabía algo, su amigo era muy bueno en la magia y podía asegurar que sabia muchísimo más que cualquiera de aquellos intrusos.

-Pero nosotros no tenemos ganas de irnos, ¿no es cierto, muchachos? Nos hemos comido todo lo que llevábamos y parece que todavía tiene algo.

Goyle se inclinó para coger una rana de chocolate del lado de Ron. El pelirrojo saltó hacia él, pero antes de que pudiera tocar a Goyle, el muchacho dejó escapar un aullido terrible.
Scabbers, la rata, colgaba del dedo de Goyle, con los agudos dientes clavados profundamente en sus nudillos. Crabbe y Malfoy retrocedieron mientras Goyle agitaba la mano para desprenderse de la rata, gritando de dolor, hasta que, finalmente, Scabbers salió volando, chocó contra la ventanilla pero antes de que los tres muchachos desaparecieran Alioth movió con agilidad su varita que estaba guardada en su bolsillo trasero para hacer un inocente hechizo, las agujetas de los zapatos de los tres se ataron entre si y justo cuando calleron de cara al pasillo tres plato llenos de barro aparecieron en el momento justo para poder quedar en su rostro.

Emma, Ron y Harry no pudieron evitar sonreír ante la escena. Los tres muchachos se levantaron como pudieron y llenos de barro desaparecieron por el pasillo.

-¿Tu lo hiciste?.-Cuestiono Ron emocionado.

Alioth asintió e hizo una pequeña reverencia.

-Pude haberles hecho algo peor, pero creo que eso fué suficiente.

-Fue asombroso.-Dijieron Harry y Ron al mismo tiempo.

Alioth volvió a sonreír y Emma nego divertida.

En ese momento Hermione Granger volvió a entrar.

-¿Qué ha pasado? -preguntó, mirando las golosinas tiradas por el suelo y a Ron que cogía a Scabbers por la cola.

-Creo que se ha desmayado -dijo Ron a Harry. Miró más de cerca a la rata-. No, no puedo creerlo, ya se ha vuelto a dormir.

Y era así, Alioth hizo una mueca de desagrado y miro a otro lado.

-¿Conocías ya a Malfoy?

Harry le explicó el encuentro en el callejón Diagon.

-Oí hablar sobre su familia -dijo Ron en tono lúgubre-. Son algunos de los primeros que volvieron a nuestro lado después de que Quien-ustedes-saben desapareció. Dijeron que los habían hechizado. Mi padre no se lo cree. Dice que el padre de Malfoy no necesita una excusa para pasarse al Lado Oscuro.

-No la necesita, el hombre es demasiado cobarde así que si tenemos mala suerte y Voldy regresa, él sera de los primeros que este a su lado.

-Supongo que tu ya lo conocias.-Afirmo Ron.

-Es mi primo por parte de padre.

-Debe ser horrible saber que lo tienes de pariente. -Comento Ron y Alioth asintió fingiendo tristeza, luego Ron se volvió hacia Hermione-. ¿Podemos ayudarte en algo?

-Mejor que se apresuren y cambien de ropa. Acabo de ir a la locomotora, le pregunté al conductor y me dijo que ya casi estamos llegando. No se estarían peleando, ¿verdad? ¡Se van a meter en líos antes de que lleguemos!

-No creo que te perjudique mucho si nos metemos o no en problemas. De cualquier forma no pueden quitarnos puntos hasta que no estemos en una casa y las clases comiencen.-Alioth hablo en todo indiferente.

-Scabbers se estuvo peleando, no nosotros -dijo Ron, mirándola con rostro severo-. ¿Te importaría salir para que nos cambiemos?

-Muy bien... Vine aquí porque a fuera están haciendo chiquilladas y corriendo por los pasillos -dijo Hermione en tono despectivo-. A propósito, ¿te has dado cuenta de que tienes sucia la nariz?

Ron le lanzó una mirada de furia mientras ella salía. Alioth rodo los ojos irritado y Emma tenía una mueca de confusión en el rostro, ¿Era de verdad necesario aquel ultimo comentario? No, no lo era, aquella niña deberia aprender a ser menos altanera. Harry miró por la ventanilla. Estaba oscureciendo. Podía ver montañas y bosques, bajo un cielo de un profundo color púrpura. El tren parecía aminorar la marcha.

-¿Chiquilladas? ¿Cuántos años cree que tiene, 50?-Comento Alioth al recordar su comentario anterior de Granger.

Emma rió divertida.

-Tu aún tienes 10.

Alioth miro con los ojos entrecerrados a la rubia.

-Y me lo recuerdas por que...

Emma se encogió de hombros mientras Ron era el unico sorprendido pues Harry obviamente ya lo sabía.

-¿Aun no cumples los 11?

Alioth suspiró.

-No, no los cumpliré hasta el 4 de noviembre.

-Conocido como el día de 0% pastel.

Ron lo miro incrédulo y Harry lo noto, por lo que respondió por Alioth.

-No le gusta el pastel.

-Si, eso. Ahora.-Alioth se giro hacia Emma.- te pedire amablemente que salgas de aquí para que podamos cambiarnos.

Emma sonrió ante la rudeza de Alioth.

-Eso no fué amable.

-Tampoco una petición.

Emma salió de compartimiento rodando los ojos, mientras Alioth se acercaba para bajar las percianas.

Él, Harry y Ron se quitaron las camisas y se pusieron las largas túnicas negras. La de Ron era un poco corta para él, y se le podían ver los pantalones de gimnasia. La de Alioth estaba a su perfecta medida y con un negro ligeramente más intenso que la del resto.

Luego de cambiarse los chicos salieron y Emma ocupo su lugar. Aliso su falda y coloco bien sus medias negras antes de abrir y salir al pasillo.

Una voz retumbó en el tren.

-Llegaremos a Hogwarts dentro de cinco minutos. Por favor, dejen su equipaje en el tren, se lo llevarán por separado al colegio.

El estómago de Harry se retorcía de nervios, Emma retorcía sus manos en un intento por relajarse, Ron por otro lado estaba palido bajo sus pecas; Alioth era el unico que parecia relajado e inclusive parecía no importale mucho estar a nada de entrar a Hogwarts. Los cuatro llenaron sus bolsillos con lo que quedaba de las golosinas y se reunieron con el resto del grupo que llenaba los pasillos.

El tren aminoró la marcha, hasta que finalmente se detuvo. Todos se empujaban para salir al pequeño y oscuro andén. Harry y Emma se estremecieron bajo el frío aire de la noche. Entonces apareció una lámpara moviéndose sobre las cabezas de los alumnos, y Emma, Alioth y Harry oyeron una voz conocida:

-¡Primer año! ¡Los de primer año por aquí! ¿Todo bien por ahí, Harry? ¿Alioth, Emma como han estado?

La gran cara peluda de Hagrid rebosaba alegría sobre el mar de cabezas.

-Muy bien Hagrid.-Respondieron los primos a la vez.

-Vengan, siganme... ¿Hay más de primer año? Miren bien dónde pisán. ¡Los de primer año, síganme!

Resbalando y a tientas, siguieron a Hagrid por lo que parecía un estrecho sendero. En un ocasión Emma resbaló pero Alioth que se encontraba a su lado por precaución, la sujeto a tiempo.

-Gracias.-Alioth asintió y le dió un apreton a la mano de Emma que no solto el resto del camino.

Estaba tan oscuro que Harry pensó que debía de haber árboles muy tupidos a ambos lados. Nadie hablaba mucho. Neville, el chico que había perdido su sapo, lloriqueaba de vez en cuando.

-En un segundo, tendran la primera visión de Hogwarts -exclamó Hagrid por encima del hombro-, justo al doblar esta curva.

Se produjo un fuerte ¡ooooooh!

El sendero estrecho se abría súbitamente al borde de un gran lago negro.

En la punta de una alta montaña, al otro lado, con sus ventanas brillando bajo el cielo estrellado, había un impresionante castillo con muchas torres y torrecillas.

-¡No más de cuatro por bote! -gritó Hagrid, señalando a una flota de botecitos alineados en el agua, al lado de la orilla. Harry, Emma, Ron y Alioth subieron a uno, seguidos por otro donde subieron Neville y Hermione junto a otros dos niños desconocidos.

-¿Todos han subido? -continuó Hagrid, que tenía un bote para él solo-. ¡Venga! ¡ADELANTE!

Y la pequeña flota de botes se movió al mismo tiempo, deslizándose por el lago, que era tan liso como el cristal. Todos estaban en silencio, contemplando el gran castillo que se elevaba sobre sus cabezas mientras se acercaban cada vez más al risco donde se erigía.

-Emma, ¿El calamar gigante se encuentra aquí en el lago negro cierto?.-Cuestiono Alioth.

Emma dejo de mirar a su alrededor para posar sus ojos mieles sobre Alioth, Harry y Ron lo miraban confundido.

-Cierto.

-Y si alguien cae, él lo regresa...

-Si, es inofensivo a pesar de lo que algunos piensen.

Alioth se quitó su tunica y se la dió a Ron que era el que estaba a su lado.

-¿Que vas a hacer?.-Pregunto el pelirrojo.

Alioth sonrio y se acerco al borde del bote.

-Comprobar lo que dice Emma.

Y sin que ninguno pudiera sujetarlo para evitar lo que pensaba hacer el ojigris, este salto al agua.

-¡ALIOTH!.-Gritaron los tres a la vez horrorizados.

Varios giraron sus cabezas al escuchar el grito entre ellos Hagrid.

-¿Emma? ¿Que sucedió?

-¡Alioth salto al lago!.-Explico la niña.

Hagrid te atragantó con su saliva pero luego recobro la compostura al recordar de quien se trataba.

-Seguro estara bien Emma, no tardara en salir.

-Black salto al lago, ojalá no salga de ahí.

-¡Callate!.-Le grito Harry a Malfoy.

-Creo que deberiamos...

Pero antes de que Ron pudiera sugerir algo y tentáculo salió del agua y dejo en el bote a un Alioth empapado.

-¡Eso fue asombroso!

El chico sonrió divertido por lo que acababa de hacer.

-¡Por Merlin!.-Exclamo Ron impresionado.

Harry no sabía que decir y Emma tenía el ceño fruncido.

-Ni siquiera se por que me sorprendo.

-No te molestes Emma.-Pidio Alioth pero la rubia lo miro mal.

-¿Te encuentras bien Alioth?

Alioth diviso a Hagrid en su bote y also ambos pulgares.

-De maravilla.

El gigante asintió y continuaron con el recorrido, mientras Ron le dió su tunica a Alioth.

-¡Bajen las cabezas! -exclamó Hagrid, mientras los primeros botes alcanzaban el peñasco. Todos agacharon la cabeza y los botecitos los llevaron a través de una cortina de hiedra, que escondía una ancha abertura en la parte delantera del peñasco. Fueron por un túnel oscuro que parecía conducirlos justo por debajo del castillo, hasta que llegaron a una especie de muelle subterráneo, donde treparon por entre las rocas y los guijarros.

-¡Eh, tú, el de allí! ¿Es éste tu sapo? -dijo Hagrid, mientras vigilaba los botes y la gente que bajaba de ellos.

-¡Trevor! -gritó Neville, muy contento, extendiendo las manos.

Luego subieron por un pasadizo en la roca, detrás de la lámpara de Hagrid, saliendo finalmente a un césped suave y húmedo, a la sombra del castillo.

Subieron por unos escalones de piedra y se reunieron ante la gran puerta de roble.

-¿Estan todos aquí? Tú, ¿todavía tienes tu sapo?

Hagrid levantó un gigantesco puño y llamó tres veces a la puerta del castillo.

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