Capitulo 2
Lucy estaba cansada de la monotonía de sus días; despertar, desayunar en la mesa, clases de etiqueta, lecciones de baile y piano. Todos requisitos para ser una buena dama de la alta sociedad, pues ella se había hartado de ello. ¡Al diablo con con la clase alta! Quería ser libre, tener aventuras y enamorarse. No era estúpida, más bien sarcástica. Había aprendido de la mejor, Aquarius, su espíritu guardián. Desde la antigüedad la familia Heartfillia sólo tenían descendientes mujeres, rubias y de ojos cafés. Deslumbrantes desde su nacimiento, con una increíble habilidad. Las mujeres eran las portadoras de los doce espíritus encargados del equilibrio. Al nacer se le asignaba un espíritu guardián que la protegería y mantendría el plano astral y físico en completa armonía. Ese era el trabajo de Lucy Heartfillia. Huérfana de madre y con un padre muy estricto, nunca había salido de la mansión. Quería salir, ver el mundo y era la hora de hacerlo.
-¿Estás segura qué es buena idea señorita?-preguntó la hermosa guardaespaldas, sus cabellos escarlatas ondeando pareciendo un feroz carmesí.
-Tranquila Erza, sólo iremos unos días, papá no lo notará. Además quiero ver el mar-dijo emocionada, ese era el día que vería por primera vez el vasto océano. Sentir entre sus dedos la arena caliente por el sol.
-Cómo diga señorita.
Erza no estaba muy convencida de lo que harían, escapar en secreto no era buena idea. Sin embargo entendía la sed de libertad que dominaba a su protegida. Después de todo ella había sufrido lo mismo pero no en manos de un padre protector, sino en las garras de los traficantes de personas.
-¿Erza te encuentras bien?-preguntó Lucy al verla sumida en sus recuerdos dolorosos de la niñez.
-Si no pasa nada señorita, es el calor agobiante-era más fácil mentir que decir la verdad. Fingir que estás bien a mencionar todas las cosas que te tienen mal.
-Diablos, te he dicho muchas veces que me llames Lucy.
La rubia no era estúpida, sabía que era lo que agobiaba a la pelirroja. Lucy estaría para ella cuando le quisiera contar su verdad, mientras sólo sería la chica mimada atrapada en los altos muros de la mansión.
Volteando la mirada hacia el camino que cada vez se acercaba más a las tierras de veraneo. Debía disfrutar esos cuatro días al máximo.
*********
Natsu disfrutaba de los rayos del sol en su piel, a los humanos les parecería agobiante pero para un dragón era la temperatura perfecta. Sus escamas rojizas brillaban en el sol sintiendo entre sus garras la fina arena, escuchando el sonido de las olas. Su bestia interna estaba feliz, descanso y libertad. Su especie eran perezosos por naturaleza, les encantaba tomar el sol y relajarse.
Natsu dejó salir un largo bostezo, mostrando sus afilados y enormes dientes. Soltando humo por la nariz cómodo.
-Sé que estás ahí, tu olor te delata-suspirando levantó su cabeza y abrió por primera vez sus ojos de un fino dorado.
De entre las sombras surgió un chico de cabellos azabaches vistiendo de azul oscuro y cuero negro. Olía a muerte, sangre, ira y rabia. Genial, problemas.
-Dejame adivinar, eres el cazador y has venido a matarme-dijo sarcástico.
Su dragón gruñó molesto por la interrupción y él estuvo de acuerdo.
Gray frunció el ceño, se suponía que los dragones no eran pacíficos, que buscaban la destrucción y la muerte. Sin embargo la fiera bestia delante suyo no tenía ninguna intención asesina. No era un santo, había asesinado a demonios y dragones pero siempre había tenido la razón. Habían sido los causantes de las desgracias humanas.
-Natsu Dragneel tu existencia es un pecado capital. Muere.
Natsu observó impresionado como parte de su cuerpo se cubría de un negro, era la marca de los cazadores.
En su mano emergió una espada de hielo, creada por él mismo.
-Estoy impresionado. Es totalmente necesario luchar a muerte?-preguntó sin ningún deseo el pelirosa.
Al ver la postura adoptada por el asesino supo que su tranquilidad se esfumó. Ahora si estaba molesto, interrumpió sus horas de descanso. Sin embargo en ese instante Erza y Lucy acababan de llegar.
-¡Intrusos! Estás tierras pertenecen a los Heartfillia-dijo la pelirroja desenvainando su espada que hacia juego con su armadura.
-¡Erza ten cuidado!-gritó Lucy horrorizada por los acontecimientos que ocurrían delante suyo.
Era la primera vez que veía a un dragón, estaba muy asustada por su presencia y al mismo tiempo consciente de todo su cuerpo. Era una sensación inquietante sin duda. La bestia la miraba directamente a los ojos del fino dorado. Era impresionante.
Natsu lo supo en el momento en el que la vio, mía. Suya, prometida por los dioses. Su compañera de vida, alma gemela. Aprovechando la distracción del cazador por la amiga de su mujer la agarró entre sus garras elevándose en el cielo.
-¡Lucy!-gritó Erza horrorizada por lo que veían sus ojos en ese instante.
-¡Suelta a la chica Dragneel!-una amenaza brotó de los labios de Fullbuster.
A Lucy le pareció ver sonreír al dragón, cosa que parecía una locura. Sin embargo en estos instantes estaba atrapada en las garras de un dragón sobrevolando la magnífica playa y disfrutando de la vista. No estaba asustada, sólo sentía curiosidad. De hecho estaba más preocupada por el hecho de lo que haría su padre cuando se enterara de su escapada, eso supondría más guardias.
Natsu hizo caso omiso a la advertencia del cazador y se marchó volando sin mirar atrás.
*******
Erza no sabía que demonios hacer, necesitaba hablar con el padre de la señorita y establecer una unidad de búsqueda. Sin embargo el señor Heartfillia no regresaría dentro de tres noches y cuatro días. Buscaría a Lucy por su cuenta mientras, y para eso contaría con la ayuda del chico delante suyo.
Gray estaba enojado, perdió a uno de los príncipes y al menor de los hermanos Dragneel. Ahora también debería salvar a la chica. Todo se estaba complicando demasiado.
-Eres el devil slayer-fue más una afirmación que una pregunta. Gray asintió, admirando la tenaz mujer de cabellos carmesí.
-Un gusto, Gray Fullbuster. Buscaré a tu amiga, no te preocupes-el tono condescendiente con el cual le habló le molestó. Parecía que el cazador no creía que una mujer podía defenderse sola.
-Soy la guardaespaldas de la señorita Heartfillia, no su amiga e iré contigo para rescatarla-su resolución no aceptaba réplicas y eso sorprendió a Gray.
-Bien, entonces iremos juntos. No me retrases-dijo relajando su postura y él hielo se derritió en su mano.
-¿A dónde vamos?-preguntó Erza todavía sorprendida por ser testigo del infame hielo negro que hasta entonces era una mera leyenda
-Magnolia.
Eh aqui el segundo capitulo, espero que les guste y dejen sus comentarios.
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