Capitulo 14
La joven rubia, ahora la nueva condesa del título de su fallecido padre tenía una enorme cantidad de suma en sus bancos, propiedades y responsabilidades adquiridas. Entre ellas casarse inmediatamente para no verse atestada de cazafortunas en busca de su dinero.
-Condesa, mi más sentido pésame-dijo lord Heartcliff brindándole su apoyo. Una muestra de afecto y cariño que derritió todos los corazones de las jóvenes excepto el de Lucy.
La rubia sabía que aquel señor lo que deseaba era la fortuna Heartfilia. Su único método era a través del casamiento. Se escuchaban rumores de que lord Jameson, marqués de Heartcliff estaban en ruinas y contaba con el apoyo del conde Heartfilia.
Natsu al notar las intenciones de aquel tipejo le dedicó una mirada amenazadora. Se sentía tentado de mostrarle sus colmillos y rugir como un animal. Solo ese pensamiento le bastó para sonreír de una manera maliciosa.
-Muchas gracias mylord. Me gustaría presentarle a mi prometido Natsu Dragneel-presentó Lucy al notar la mirada mordaz y el espíritu del dragón asomando en sus ojos dorados.
Todos aquellos que escucharon la presentación de Lucy exclamaron de sorpresa. No sabían que ella estaba comprometida, ni ella tampoco hasta ese momento.
Lo cierto es que le bastaba con el vínculo establecido entre ella y Natsu, pero los demás no lo verían así. Decidió que lo mejor era casarse por la iglesia y sabía que contaba con el apoyo del pelirosa.
-Es una sorpresa. Su padre no lo había mencionado nunca-aunque Jameson trataba de mostrarse imperturbable, era imposible negar su enojo por la ruina de sus planes.
-Lo siento mucho pero Lucy necesita descansar-Zeref intercedió al ver como su hermanito perdía la paciencia y la rubia no se veía en condiciones de atender exigencia alguna.
Lord Jameson enojado por la interrupción de aquel caballero bien vestido y pareciendo la misma muerte. Debido a su color de ojos negros relucientes que parecían el mismo abismo, cabellos de hermoso azabache y tez pálida resaltando todas sus cualidades anteriores.
-¿Y quién es usted?-preguntó lord Heartcliff enfadado observándole con el ceño fruncido.
-Soy el hermano mayor de Natsu. Mucho gusto, Zeref Dragneel-dijo extendiendo su mano sonriendo de forma cortés.
Sabía justo en el momento en que los presentes se dieron cuenta de que él era el Dios de la Muerte. También le llamaban Asesino de Dioses y Mago Oscuro. Bastaba decir que su nombre era demasiado temido.
La mayoría palidecieron, otros gritaron de horror por estar en su presencia. Algunos incluso se desmayaron por el shock. Zeref se hubiera destornillado de la risa en ese preciso instante pero le debía respeto a su cuñada.
Ignia en cambio no se contuvo, dejó salir una risa que intentó esconder tosiendo pero le fue imposible. Disfrutó demasiado con la escena. Definitivamente su hermanito sabía hacer una entrada.
-No apruebo este enlace-clamó el rey atrayendo la atención de todos.
La rubia sintió como Natsu se tensó, Zeref e Ignia sonrieron de una manera espeluznante. El ambiente se encontraba en un silencio incómodo que advertía una posible guerra.
-Tu padre no hubiera querido esto-las palabras del monarca le enfurecieron.
Lucy Heartfilia había vivido siempre para su padre, comportándose como la perfecta hija. Nunca exigió algún capricho. Simplemente deseaba que su padre le demostrara su amor pero el conde se mostró esquivo en su presencia.
-Mi padre está muerto, señoría. Además si aún estuviera vivo no podría impedir este enlace. Digamos que me he visto en una situación...comprometida-las personas jadearon al notar la insinuación de la rubia. El rey enrojeció de ira y la princesa Hisui se mostraba orgullosa de su amiga.
-¡Lucy Heartfilia!-exclamó el rey indignado mientras que la nueva condesa enarcaba una ceja.
Ignia quería aplaudir por la osadía de su cuñada. Zeref se mostraba orgulloso de la nueva adquisición de la familia Dragneel. Levy y Erza apoyaban a la rubia con palabras de aliento susurradas. Los dragones presentes se hallaban fascinados por la fuerza de la aghra del príncipe.
-Su majestad ¿entiende usted ahora qué es mi obligación casarme con Natsu Dragneel?-antes se hubiera sonrojado por la implicación de sus palabras pero ya estaba harta de que le trataran como alguien inferior. Si algo le había demostrado su amante y futuro esposo, es que era una mujer determinada en conseguir sus objetivos.
El rey no quería dar su brazo a torcer pero estaba claro que la jovencita amaba a ese patán pelirosa que la estrechaba en sus brazos.
-Es cierto. Deben casarse ante Dios-dijo renuente el monarca.
Ante la ironía de las palabras del rey, Ignia comenzó a reír.
-Zeref, hermanito, tienes que entregar a nuestro pequeño a la nobleza. Un golpe duro a nuestra reputación de maleantes-Ignia se estaba divirtiendo demasiado con la situación y todos se relajaron. La tensión disipándose en el ambiente.
Sin embargo el rey reconocía a Ignia, ese hombre de cabellos dorados al igual que sus ojos. Su piel bronceada y de alta estatura. Sabía quien era y la guerra parecía a punto de estallar.
-¡Guardias, arresten a Ignia Dragneel!-ordenó el rey y ellos procedieron a su labor.
El humor se apagó en segundos. El rey de los dragones no opuso resistencia, en señal de paz. Sin embargo todos los presentes estaban listos para atacar.
-Eres uno de los cinco reyes, Ignia Dragneel, un dragón de fuego-esa declaración fue una sentencia y el principio de una guerra que parecía comenzar.
Espero que les guste
Creen que habrá guerra?
Se que el cap es corto pero es mejor uno corto y que ninguno. Besos y hasta la próxima.
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