CAPÍTULO 2
Salí de casa pensando en cuando conocería a aquellas personas tan parecidas a mi madre. Caminé y caminé, al cabo del tiempo llegué a divisar un gran bosque y mi curiosidad me pudo y entré, me encantaban los bosques, la naturaleza, la libertad...
Escuchaba a los pájaros cantar y a los animales corretear veloces, tenía un oído muy desarrollado y pude escuchar el sonido de un riachuelo a lo lejos u me encaminé hacia el buscándolo. Cuando lo encontré me senté en un tronco que había tirado y suspiré cansada. Cerré los ojos y me dejé llevar por la tranquilidad que me envolvía.
Mi instinto se activó y me dijo que algo malo iba a pasar, abrí los ojos y me puse en guardia. Escuché una voz reírse, era escalofriante.
-Vaya, vaya, mira lo que tenemos aquí_ la voz venía de uno de los árboles. Intenté detectar el sitio exacto_ hermosa, ¿te has perdido?, no deberías estar por aquí hay muchos peligros. _ y volvió a reír como si hubiera hecho una broma. Yo soy Macael.
-Me da igual, y no me he perdido, y me gustaría que te mostraras no me gusta hablar a la nada_ dije seria.
-Mira, la chica tiene carácter_ se carcajeo_ eso me gusta.
Y apareció de un salto desde un árbol cercano y velozmente se colocó delante de mí un chico muy pálido y hermoso, de cabellos rubio ceniza, pero lo que más me llamó la atención fueros sus inquietantes ojos rojos, el temblor de mi cuerpo me decía que era muy peligroso.
-Tu olor me intriga me repele, pero me atrae, es desconcertante_ me dijo con una sonrisa siniestra alargando su mano para tocar mi cara, pero me retiré.
-No me toques_ gruñí._ ¿Qué coño quieres de mí?
-Uy que interesante_ rio_ me interesas puede que te convierta después de haberte probado _ se relamió, y eso me hizo estremecer.
-No sé de qué estás hablando, pero te aseguro que yo no voy a entrar en tus planes_ dije convencida.
Enfurecido se lanzó tan rápido contra mí que no lo vi venir, me agarró por el cuello y me estampó contra un árbol. Noté una punzada de dolor en mis costillas, perfecto ya me las había roto pensé sarcástica. Y sus manos me apretaban el cuello demasiado fuerte me estaba quedando sin aire. Lo miré con todo el odio que me inspiraba y le escupí en la cara.
No deberías haber hecho eso. _ y me lanzó contra otro árbol y noté un dolor más fuerte, pero por lo menos me había soltado.
Mi mente pensó lo más rápido que pudo en una solución, y tenía que hacerlo. Cerré los ojos y de repente el tronco que se encontraba en el suelo se levantó y se lanzó contra el chico. Él lo esquivó por los pelos, estaba sorprendido y con los ojos como platos mientras me observaba impresionado.
-Pero, ¿cómo...? Ahora sí que me interesas más_ dijo con cara de psicópata.
Corrió hacia mí, mientras yo estaba intentando levantándome, pero no podía me dolía demasiado. Cuando ya estaba pensando en que no me daría tiempo a contraatacar y sería mi fin escuché unos aullidos y un lodo negro se lanzó contra el chico, luego aparecieron otros más de distintos colores. El chico gritaba de dolor y horrorizado mientras los lobos lo atacaban destrozándolo. No sé qué ocurrió después porque todo se volvió negro a mi alrededor y perdí la consciencia.
Me desperté adolorida, abrí los ojos y noté que no estaba en mi habitación de la casa de Charlie. Pensé un poco y entonces recordé todo lo ocurrido, aquel chico, los lobos, todo. Me intenté levantar, pero solté un quejido de dolor, y rápidamente se abrió la puerta.
-Hola querida veo que por fin despiertas llevas unas cuantas horas inconscientes, es mejor que descanses tienes unas cuantas costillas rotas. _ me dijo dulcemente una chica de unos 22 años aproximadamente, tenía el cabello color negro y era muy bonita menos por una cicatriz que le tenía en la mejilla.
- ¿Dónde estoy? _ dije entrecortada, me dolía hasta hablar.
-Te encuentras en mi casa en la reserva, los chicos te encontraron en el bosque y te trajeron aquí para curarte. Yo soy Emily, encantada.
-Yo soy Alejandra pero me puedes llamar Alex_ dije sonriendo, aquella chica me caía bien.
-Nos diste un gran susto pequeña_ dijo un chico que se encontraba apoyado en la puerta. Era muy alto y musculoso, moreno y cabellos negros. Aproximadamente la misma edad que Emily. _ yo soy Sam.
-Encantada, yo soy Alex_ dije tímida, aquel chico me inspiraba respeto.
-Sam, sigue adolorida, no sé qué hacer los analgésicos no le hacen efecto. _ dijo preocupada.
-No os preocupéis ya me curare sola, en un par de días estaré mejor. _dije como si nada.
- ¿Estás segura? _ Sam me miraba muy raro e interrogante intentando ver a través de mí.
-Claro_ sonreí.
- ¿Tienes hambre? He preparado de comer. _ dijo Emily y en ese momento mi estomago rugió, me sonrojé de vergüenza_ eso parece un si_ dijo riendo.
Intenté levantarme como pude aguantaba el dolor, me costaba mucho. Sam viéndome preocupado vino hacia mí y me agarró en sus brazos y me sacó de la habitación.
- ¡Espera yo puedo sola, no hace falta que me cargues!_ dije roja como un tomate mientras pataleaba en sus brazos. Emily y Sam reían viéndome, pero a mí no me hacía gracia estaba muy avergonzada. _ suéltame que peso mucho, te vas a cansar_ dije refunfuñando.
-No digas tonterías no pesas nada y no creo que me canse por llevarte. _ dijo Sam riéndose mientras miraba a Emily que reía más fuerte como si hubiera dicho algo muy gracioso.
No me había dado cuenta de que llegamos a un salón hasta que no escuche las risas de más personas. Miré a mi alrededor y vi a unos chicos sin camiseta sentados a la mesa comiendo y riéndose de mí ya que parecía que se habían enterado de todo. y yo no podía estar más roja.
-Chicos esta es Alex _dijo Sam mientras me sentaba en una de las sillas vacías.
-Hola preciosa yo soy Jared.
-Hola soy Quil.
-Yo soy Seth.
-Yo, Paul.
-Hola soy Embry. _ este choco me parecía conocido, pero no sabía de qué.
-Encantada de conoceros _y le di mi mejor sonrisa.
Emily me ofreció un plato con comida que olía delicioso. Tenía mucha hambre ya que no había comido nada desde el desayuno y no sabía cuánto tiempo había pasado desde que salí. De repente me alarmé...Charlie, tenía que estar preocupado.
- ¿Qué hora es? _ dije preocupada.
-Son las 18:00 de la tarde, ¿por? _ dijo el chico llamado Seth.
-Dios mío llevo todo el día fuera de casa, debe de estar preocupado_ dije inquieta.
-Es cierto tus padres deben estar buscándote, pero ahora mismo no puedes moverte mucho, ¿qué tal si los llamas y te quedas? _ dijo Emily.
Me quedé callada y una punzada de dolor y tristeza me aquejó y un silencio se instaló en el salón mientras todos me miraban preocupados.
-Mis padres murieron_ dije triste.
-Lo siento mucho pequeña yo no..._ dijo alarmada ante su metedura de pata.
-Tranquila no te preocupes no lo sabias, además murieron cuando era pequeña_ sonreí tristemente.
- ¿Entonces algún familiar al que llamar? _ dijo Jared para relajar el ambiente.
-Tampoco.
Otra vez todo el mundo se quedó callado mirándome sorprendidos y con lastima.
-No os preocupéis_ dije intentando deshacer el mal ambiente que había. _ pero necesito llamar a alguien, es con quien estoy viviendo, desde ayer me mudé aquí.
-Si claro _ dijo Sam muy serio mirándome con dulzura_ ¿te sabes el número? _ dijo pasándome su móvil.
-Yo tengo mi móvil..._ dije buscando en mis bolsillos. _ Mierda_ mascullé_ debe de habérseme caído en el bosque cuando me encontré con aquel tipo.
Todos se tensaron.
-Alex, debemos hablar sobre eso_ dijo Sam autoritario.
-Claro_ dije nerviosa_ pero antes tengo que llamar, aunque no tengo el móvil_ fruncí el ceño.
-Haber dime con quien vives te diremos si lo conocemos y buscaremos su número de teléfono.
-De acuerdo, se llama Charlie Swan es el jefe de policía_ todos me miraron sorprendidos_ ¿he dicho algo malo? _ dije extrañada.
-Claro que no preciosa _dijo Embry me miraba fijamente sonriendo _ es solo que es amigo nuestro así que creo que no va a haber problema si sabe que estas con nosotros, ¿verdad Sam?
-Cierto, voy a llamarlo_ cogió el teléfono y salió por la puerta a fuera de la casa.
-No quiero ser una molestia_ dije tímida.
-Hombre un poco sí que lo eres, pero..._decía Paul, pero fue cortado por Embry que le pegó en la cabeza.
-Idiota no digas eso_ dijo Embry enfadado y me miró nervioso_ no eres ninguna molestia no hagas caso a este idiota es que se cayó de la cuna de recién nacido. Paul le mandó una mirada asesina.
Juro que lo intenté con todas mis fuerzas, pero no pude aguantarme, lancé una fuerte carcajada, me hacían mucha gracia, pero me tuve que parar porque me hacía daño y lancé un quejido de dolor. Me miraron sonriendo, pero preocupados ante mi dolor.
-Tranquila, no te fuerces_ se acercó a mi Emily.
-Lo siento_ dije tímida_ no pude evitarlo_ dije con una risita.
Los chicos me veían encantados de que me riera, después de lo triste que había estado por lo de mis padres. Sam entró y me dijo que no había ningún problema, después de haber tranquilizado a Charlie diciendo que yo estaba perfectamente había accedido a que me quedara.
Intuía que tendría que contarles parte de mi historia, aunque no estaba dispuesta de contarla toda, había cosas que no quería que supieran.
Esto iba ser un día muy largo lleno de preguntas pensé cansada.
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