7-.
Signos vitales estables, señor
Malditos seres sin honor, queriendo traer a la vida un ser que es vergüenza a su especie
Comiencen la impregnación del huevo
No permitiría que eso ocurriera, no mientras continúe viviendo.
Esta despertando
Más anestesia en esta sala
Se- aaaaaaargh
Debía regresar, su hija debe estar preocupada al no saber su paradero.
Acaben rápido con todo esto
No podía cumplir su promesa, debía romper con eso y auto-destruirse antes que naciera la abominación.
*-.-*
- En Perfecto orden, la criatura está siendo observada-hablo un científico observando al ser que había nacido del Yautja, está criatura se mostraba agresiva ante todo aquel que se le acercara, ya había aniquilado a más de diez robots de combate sin resultar el herido. El arma perfecta para luchar contra los xenomorphos.
- Continúen así, debe ser perfecta para lo que venga-hablo el que sería el líder de la investigación.
No permitiría que esos seres sin honor lo miraran, no permitiría que alguien mas lo viera de ese modo. Si tuviera su equipo activaría la auto-destrucción en ese instante, pero será imposible, ya que habían retirado todo y las habían ocultado.
*-.-*
"¿Quieres escapar de aquí?"
¿Quien eres tú?
"Responde mi pregunta, ¿quieres escapar de aquí?"
Quiero escapar de este lugar, lejos de estos seres sin honor
"Entonces, cumple mis indicaciones y serás libre.... para volver a encontrarte con ella"
*-.-*
- ¡El espécimen escapa, manden refuer-....argh!-gritos y sangre en todas partes. La criatura había logrado escapar y realizaba una masacre por todas partes.
Vio el exterior, no podía regresar en su nave a Yautja Prime en ese modo. Necesitaba un medio que mandara refuerzos y acabara con todos y que se llevara a el de igual forma. Pero no fue necesario realizar lo primero, vio tres naves caer a la distancia, alejadas una de la otra. Los novatos habían aterrizado.
Si lograba ubicar a tan solo uno, este lo acabaría para no deshonrar la especie Yautja.
Fue en su búsqueda, pero se detuvo cuando vio a quien menos se lo esperaba; a ella.
La observó que escaneaba el área y activaba el camuflaje de su nave. Comenzó a seguirla hasta llegar a un claro, por un descuido realizó un ruido, logró ocultarse fingiendo ser parte de la vegetación. Ella se giró a buscar, estaba por activar su "calor térmico" cuando una gran masa se le echó encima; su sabueso la había encontrado.
Bien, paso uno completado, añora procede el paso dos, hacer que ella lo descubra y lo aniquile de forma inmediata. Aunque, creo que eso debe posponerse, las serpientes la atacarán hasta acabar con ella o llevarla al nido. Debía protegerla aunque ella supiera hacerlo.
A final de cuentas, ella era hija de la mujer Ooman que amo primero.
*-.-*
- ¿A donde te diriges?-preguntó Luka mirando a la cazadora, que limpiaba sus Armas del ácido de las serpientes.
- ....Laboratorio....-fue la única respuesta, su voz sonaba como rota, jamás la había usado, sólo se había logrado comunicar con los de su especie a base de gruñidos y tic's verbales.
- Se donde queda la entrada, sígueme-le hablo mientras la guiaba. Una sombra seguía de cerca cada uno de los movimientos de ellos.
*-.-*
El chico mitad Xenomorpho respiraba agitadamente luego de haber tenido uno de sus duros entrenamientos que según su madre, lo harían más fuerte.
Salió sin su polera puesta, se dirigió a una de sus duchas, impidiendo que alguien tocara su cola o el pobre infeliz se despediría del mundo. Había cicatrices grandes como pequeñas esparcidas por todo su cuerpo, físico bien formado creando una bella combinación con las siniestras cicatrices.
Abrió la llave del agua y dejó que esta le cayera encima. No podía olvidar esos ojos ambas de esa cazadora, le eran muy familiares, aunque eso le daba un toque más exótico en su personalidad, una oponente digna si se podía decir.
La toalla caía sobre su cuello mientras tenía unos pantalones holgados puestos, su cola vagaba libremente hasta llegar a su habitación. Se lanzó a su cama y se quedó mirando el techo un largo rato, hasta que sus ojos se cerraron.
*-.-*
Odiaba ese lugar, no le gustaba nada. Todos lo evadían por ser algo que no pidió ser, abandonado siendo un bebé diferente a los demás, atacando sin razonar bien lo que había a su alrededor. Incluso más de una ocasión atentaron contra su vida, pero terminaba siendo protegido por esas criaturas conocidas como Xenomorphos, que recibían el mayor daño hasta morir.
Había salido a escondidas del sitio, una nave de esos cazadores galácticos había llegado. Un tratado de los humanos, sabía que vendrían, por eso logró ocultarse detrás de un árbol y observar. De una nave bajo una niña de su edad, se veía aburrida y nerviosa. Un cazador más grande que el resto la miró unos momentos y se retiraba.
- ¡Oye!-el grito de la niña lo petrificó y la vio acercarse a él-¿Quieres jugar conmigo?-miro a todos lados, no había nadie más en la zona, sólo el y ella. Se señaló muy confundido de que alguien le dirigiera la palabra sin tener las intenciones de querer hacerle daño-A ti te hablo, ves a alguien mas, por que yo no.-el retrocedió asustado apretando su capa, no quería que ella viera las deformidades de su cuerpo, deformidades que eran idénticas a las de los Xenomorphos.
- No puedo....
- ¿Porque no puedes?
- Me tendrás miedo....-also la vista con un ligero rubor, ella se frotó las manos, se acercó a él y estiró sus mejillas.
- A ver, tienes dos ojos, dos orejas, una nariz, cabello y dos manos como yo, ¿porque debo tenerte miedo?
- Por esto-hizo asomar su cola, la cual se movía tranquilamente. Ella se quedó boquiabierta y se dio media vuelta. Era lo mejor, sabía que no debía hacerse ilusiones con ella.
Había caminado un largo rato hasta llegar a un lago, donde se sentó a la orilla y dejaba que su cola fuera libre. No alcanzo a reaccionar cuando un Xenomorpho se había lanzado, protegiéndolo de balas que habían ido a parar justo a él. Se puso de pie espantado y colocó su cola frente suyo, eran varios, no podría con todos.
Esos hombres habían seguido al monstruo hasta dar con ese sitio, sin saber que habían sido seguidos por una niña que tenía cargando unas armas hechas a su medida. Uno estaba por disparar, pero fue detenido cuando una lanza le fue incrustada en su cabeza, los hombres se giraron y vieron a la menor dispuesta a lanzarles más si seguían atacando al niño que acababa de conocer. Se fueron del lugar, no sin antes haber dejado una herida en la mejilla del menor.
- Estupidos oomans sin honor-refunfuñó molesta quitando su lanza del cadaver y se acercaba a su nuevo amigo-¿Porque te fuiste?, no me tardaba tanto-le regaño estirándole una oreja con cierta fuerza.
- Deja duele....-se quejó logrando liberarse, pero se asustó al ver las armas.
- Jugamos un rato, quiero decir, si quiere jugar.
- ¿De que trata?
- Es de guerra, Alien's vs Predator's-hablo orgullosa-...Bueno, así nos llaman los oomans-se Rascón la nuca nerviosa.
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