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—Por si se te olvida, viajo en un maldito avión —atiende Jimin, intentando disimular.

—Es privado, y ahora explícame como es que lograste subir a ese avión —le pide el otro chico.

—Soy yo Nam —se mofa como respuesta. —Mi rostro es de un chico bueno, jugué con sus hijas a peinar y vestir a sus Barbies —Park, se remueve en su asiento y lleva una de sus manos al auricular para ocultarlo un poco.

—Jimin, creo que te estas arriesgando demasiado —menciona Namjoon, intentando hacer que su amigo reaccione.

—Todo estará bien, solo necesito una oportunidad, y no pienso desaprovecharla.

El castaño intenta que su amigo se relaje y se despreocupe un poco.

—Solo no te expongas demasiado —le suplica el rubio.

—No lo hare papá, ahora debo colgar.

Jimin, culmina la llamada y guarda su celular en su bolso Louis Vuitton.
Recarga su cabeza en la ventanilla del avión, cierra sus ojos y se concentra mientras la mayoría de los pasajeros descansa plácidamente.

Permanece con sus ojos cerrados, inhala y exhala relajándose, un sonido de alarma les notifica a todos los pasajeros que están a treinta minutos de aterrizar en Londres, luego de escuchar el anuncio. Jimin, sonríe ladinamente, abre sus ojos color miel brillosos y ansiosos.

Ve hacia el lado derecho para cerciorarse de que la señora aún tenga su protector de ojos puesto, saca sus guantes color gris de su bolso, se los coloca y luego introduce sus manos a su maleta de nuevo y se coloca un gorro sobre su cabello para evitar dejar rastros y cubrir su auricular.

Cuando está listo toma un frasco de su bolso, coge con su mano derecha unas hojas de Azalea, las apuña, cierra el frasco y lo deja de nuevo dentro de la bolsa, toma una tijera para cejas con su mano derecha y la guarda en el bolsillo derecho de su chaqueta de cuero.

Deja su bolso caer al suelo del avión, se pone de pie y actúa somnoliento por si alguna azafata lo observa.

Busca a su objetivo mientras camina en el pasillo del avión, cuando tiene en su visión a su presa se encamina hasta su asiento.

Mira a la esposa del millonario y dueño de una enorme corporativa de alimentos.
En sus ojos ya no hay piedad, tal vez si fuera Jimin el que controlará su cuerpo tuviera un poco de compasión por el millonario, pero lastimosamente por ahora ya no es así.

El castaño, pasa de largo, pero pasa golpeando el hombro de su objetivo, se regresa y se disculpa intentado sacar por unos segundos a Jimin.

—Lo siento mucho, lamento haberlo despertado —se disculpa sonando realmente arrepentido.

—Tranquilo, está bien —dice el millonario al ver el rostro de Jimin y sus lindos ojos color miel brillosos.

—No, no está bien, pero pronto lo estará.

El castaño desciende un poco su cuerpo, dejando su rostro al mismo nivel que su objetivo.

—Levántese y sígame —le ordena con voz distinta, Jimin, sorprendiendo al millonario.

—Pero...

—Ahora —demanda.

Los ojos de Jimin, lucen más preciosos cuando deja que su alter ego toma el control.

—Si quieres dinero, yo...

—Lo que quiero es que se ponga de pie de una maldita vez —susurra, molesto el castaño—. A menos que quiera que lo primero que vea su esposa al despertar, sea su cuerpo muerto.

El millonario traga grueso, alza sus manos temblorosas y se pone de pie.

—Ni una sola palabra, ni un solo movimiento en falso, o ella también muere —le advierte Jimin.

El millonario continúa caminando, Jimin golpea su hombro cuando observa unos asientos vacíos, y todos los pasajeros en esa área están descansando.

—Sentado y en silencio —le indica.

Jimin, permanece de pie, lo mira fijamente y luego se acerca a él.

—Quiero que me digas quien va después de ti —le pide el castaño.

—No sé a qué te refieres —habla el hombre, mientras gotas enormes de sudor descienden por su frente.

—No me mientas. Odio las mentiras.

Jimin se coloca de cuclillas frente al millonario.
Introduce su mano al bolsillo izquierdo interno de su chaqueta, le muestra la fotografía de sus padres y luego la guarda de nuevo.

—¿Quién es el siguiente? —pregunta, empezando a perder la paciencia.

—No..., no lo sé —dice trabándose al hablar.

Jimin, se pone pie, con su mano izquierda toma de forma brusca las enormes mejillas del millonario, coloca su rodilla derecha sobre el enorme abdomen del hombre, lo obliga a abrir la boca y sin dudarlo introduce las hojas de Azalea, en la boca del tipo.

Retira la mano de las mejillas del tipo y ahora tapa su boca, obligándolo a tragar las hojas.

—Buen hombre —palmea el rostro del millonario—. La Azalea es venenosa, puedo ayudarte a no sufrir demasiado. ¿Quieres qué te ayude?

El tipo asiente, desesperado.

—¿Quién sigue? —pregunta de nuevo, Jimin.

—Te daré el listado, pero ayúdame.

El castaño sonríe y asiente.

Con dificultad el hombre lleva su mano al bolsillo de su pantalón, saca un manojo de llaves y entre todas una USB.

—Todo está aquí.

Jimin, toma el manojo de llaves y las guarda en su chaqueta.

—Que asqueroso —se queja el castaño mientras frunce su ceño al ver la forma en la que de la boca del hombre empieza a salir demasiada saliva. —Efecto de la Azalea —sonríe complaciente, Jimin—. Ahora voy a ayudarte.

El menor se coloca de cuclillas de nuevo.

Saca la pequeña tijera de cejas y ve los ojos a su víctima.

—No debiste involucrarte en la muerte de mis padres —musita el castaño, apuñando la tijera.

—Eres...

—Soy Black Swan —lo interrumpe, Jimin.

Alza su mano derecha y la lleva hasta el cuello regordete del hombre, introduce la tijera tres veces seguidas y observa como la sangre empieza hacer su hermosa aparición.
Introduce unas veces más la tijera en el cuello, está vez disfrutando de los sonidos que el tipo hace mientras muere des vaciado y envenenado, introduce su mano al bolsillo interno, toma la pluma negra y la coloca en el cuello lleno de sangre.

Se aleja de su víctima de cuclillas, cierra sus ojos y suspira, los abre y vuelve en sí, sabe que debe dejar de actuar como Black Swan.

Mira su mano derecha con la pinza llena de sangre, la guarda en su chaqueta, se pone de pie y camina hasta el baño para retirarse los guantes y el gorro.

El sonido de alarma y el llamado de las azafatas para que los pasajeros abrochen sus cinturones, y se preparen para aterrizar lo alertan, abandona el baño a pasos rápidos, sonríe a la señora que ha despertado, recoge su bolso, introduce el gorro con los guantes dentro, guarda la tijera de cejas disimuladamente, se abrocha el cinturón y se relaja mientras el avión realiza el aterrizaje.

En las frías calles de Inglaterra, el detective Jeon, recibe el informe de uno de sus oficiales, con respecto a un crimen.

—Dos fallecidos, utilizó armas cortopunzantes —le informan.

El detective Jeon yace con su mano derecha sobre su cintura, escuchando atentamente al oficial.

—¿Algún otro tipo de arma? —cuestiona Jeon.

—No señor.

—¿Alguna pista del asesino? —continúa con sus preguntas.

—Ninguna, señor.

Jeon, suspira y sabe que no es el asesino que él piensa.

—¿Qué tenemos, Jungkook? —pregunta su pareja, llegando a la escena del crimen.

—Gracias por el informe —agradece Jeon al oficial, el cual se retira. —Doble homicidio con arma corto punzante, no hay ninguna pista del asesino —le informa a su pareja.

—Creí que sería Black Swan —bromea Taehyung, mientras se coloca los guantes de látex, para inspeccionar la escena del crimen.

—Negativo —contesta con seriedad, Jeon.

—¿Me acompañas?

Jungkook niega observando a su compañero.

—Hazlo solo, vienes tarde, Kim —contesta mientras se gira dándole la espalda a Taehyung.

—Vamos, Jungkook.

El nombrado, alza su mano derecha y se despide caminando hasta su motocicleta.

Deja el área del doble asesinato, va a la estación de policía saluda a los oficiales y demás detectives, llega hasta su escritorio, y apila los papeles que debe llenar. Toma asiento y truena su cuello, luego coge su bolígrafo de la porta lápiz que su sobrina le ha regalado.

Llena los papeles con la información necesaria, cuando ha terminado los lleva con el capitán.

—Jeon —lo saluda su capitán dándole entrada en su oficina.

—Capitán.

Jungkook, coloca los papeles sobre el escritorio.

—He terminado —palmea los papeles.

—Te tomas a pecho el trabajo, Jeon —bromea el capitán, para luego tomar los informes de Jungkook.

—Tengo tiempo libre ahora, capitán.

—Buen punto.

—Hasta mañana —se despide Jeon.

—Hasta mañana, Jungkook.

El capitán ve como el mejor detective de su estación, abandona su oficina.

El detective Jeon, abandona la estación, va directo hasta su motocicleta cuando es interceptado por otro detective.

—Jeon.

El pelinegro, alza su mirada para poder ver a la persona que le habla.

—J.B —lo saluda Jungkook.

—Me acompañas por una cerveza —le lanza la propuesta, J.B.

—Traje mi motocicleta —dice Jeon, señalando su medio de transporte.

—Vamos en mi auto —le propone J.B, encaminándose a su camaro color negro.

Sin dudarlo, Jungkook, sabe que necesita un respiro después de ver tantos casos y no dar con ninguna pista de Black Swan. Necesita liberar un poco el estrés.

Entra al auto con J.B y se dirigen al bar que está a solo unas cinco cuadras de distancia de la estación de policías.

Cuando llegan, JB guarda su arma en el auto y solo lleva consigo su placa.

—¿La dejarás? —pregunta a Jeon, refiriéndose a su arma.

—No —se retira el cinturón y sale del auto.

Entran al bar y caminan directo hacia la barra, el bartender los saluda como es de costumbre, mientras toman asiento.

—¿Qué tal tu día? —indaga J.B, mientras recibe su cerveza.

—La misma mierda de siempre —responde simple, Jungkook, para luego darle un enorme sorbo a su cerveza.

—Sí, es lo mismo siempre. Muertes, suicidios, violaciones —parlotea antes de beber un trago de cerveza, J.B.

—Quiero Whisky y una cerveza —le pide Jeon al bartender. —¿Qué hay con el violador de la escuela? —cuestiona Jungkook, recordándose de ese caso.

—Atrapamos al chico, y como si eso no fuera poco, otras dos chicas lo acusan de lo mismo —le hace saber J.B.

—Haz que pague —Jeon, toma el vaso con Wiski y empieza a beberlo.

—Sabes que lo haré.

J.B, alza la botella de cerveza y luego bebe de un solo trago.

Coloca la botella vacía sobre la barra, saca su celular del bolsillo izquierdo de su pantalón, observa la pantalla, envía un texto y nuevamente guarda el aparato electrónico.

—Te dejo, Jeon —palmea la espalda del pelinegro.

—Hasta mañana —se despide Jungkook, bebiendo el último sorbo de whisky.

El detective Jeon, se queda solo, observa el billete de veinte dólares que J.B ha dejado, mira hacia todos lados y luego fija su mirada en la botella de cerveza.

Escucha como alguien toma asiento en el lugar vacío que J.B ha dejado, gira un poco su rostro hacia la izquierda y ve al lindo chico castaño, que se encuentra vistiendo un jeans negro, y una camisa blanca la cual usa por dentro. Lo observa de pies a cabeza, detiene su mirada por unos segundos en la cintura del chico, continúa con su mirada y se detiene en el estampado que la camisa tiene.

I HATE THE FAKE PEOPLE en letras grandes.

—¿Qué me miras? —pregunta el castaño, girando su rostro hacia la derecha, haciendo contacto visual con Jeon.

—Es una camisa muy linda —dice Jungkook.

—Sí, lo sé.

El castaño fija su mirada al frente y ve al bartender.

—Un whisky, por favor —le ordena. —¿Y qué te trae por aquí? —pregunta el castaño, luego de haber recibido su bebida. —Pareces un predicador vistiendo así —bromea, refiriendose a la ropa que Jeon viste.

—No lo soy. Mi madre me compró esta ropa —responde el pelinegro.

—Oh, ya lo veo —habla Jimin, luego de beber un sorbo de whisky. —Eres adulto, y tu madre te compra la ropa —sonríe el castaño observado a Jungkook.

—¿Estas coqueteándome? —cuestiona el pelinegro al castaño.

—¿Qué tal mi táctica?

El castaño le guiña su ojo derecho y luego bebe un sorbo más de whisky.

Jungkook, se pone de pie y observa el lindo rostro del castaño.

—¿Te diviertes? —pregunta Jeon.

—Es mi cumpleaños —susurra el castaño, luego de haber terminado de beber su whisky.

—¿En serio?

El castaño asiente.

—¿Cuántos? —el pelinegro acomoda su saco.

—Veintiséis.

—Pareces demasiado joven para estar en un lugar como este —comenta Jungkook.

—¿Quién eres? ¿un policía? —bromea el chico.

—Detective Jeon Jungkook —se presenta mientras extiende su mano hacia el castaño.

—Impresionante —dice el chico, fingiendo asombro.

—Ya lo sabías —habla en voz baja, Jeon.

—Todos aquí lo saben —responde igualando el tono de voz del pelinegro. —¿Llevas un arma contigo? —pregunta, curioso el castaño.

—Sí, pero no voy a enseñártela —responde Jeon, sonriendo.

—¡Que mal!

El castaño hace un puchero con sus labios.

—¿Estas de infiltrado? —hace una nueva pregunta el chico.

—Puede ser, hay muchos chicos que se salen de control —el pelinegro fija su mirada en el castaño.

—Son sólo estudiantes —dice sin importancia el castaño.

—Eso no tiene nada que ver —responde Jeon.

—Entonces... —vacila. —¿Vas a arrastrarme? —el chico observa los ojos a Jeon.

—Podría hacerlo —contesta Jungkook.

—¿Con esposas? —alza sus cejas y sonríe ladinamente. —Soy Jimin —se presenta al mismo tiempo que se gira y ve el panorama del bar—. Es hora de irme, hay karaoke y pista de baile en el lugar de enfrente, debo continuar con mi celebración.

Jimin, saca un billete de diez dólares y lo deja en la barra.

El castaño da tres pasos y se detiene, se gira un poco sobre sus talones y se encuentra con la mirada de Jungkook sobre él.

—¿Quiere acompañarme detective? —le pregunta el chico.

—Estoy pensando que tu coqueteo es descarado —acota Jeon, alejándose de la barra para luego seguir los pasos de Jimin.

Se cruzan la calle, el pelinegro abre la puerta del lugar y deja que el castaño entre.

—Gracias —musita, esbozando una sonrisa. —Empiezo a creer que eres un buen detective —comenta Jimin, mientras busca un buen lugar para observar a las personas que suben al pequeño escenario a cantar.

—Eso es lo que dicen —espeta Jeon, tomando asiento al lado de Jimin.

—¿Y tú a que te dedicas, Jimin? —pregunta el detective.

—Yo —observa a Jeon. —Soy administrador. Administro mis negocios —responde el chico.

—¿Qué tipo de negocios? —interroga Jungkook.

—¿Siempre haces demasiadas preguntas? —cuestiona Jimin.

—Soy detective —responde sonriendo.

—Claro.

Una mujer sube al pequeño escenario luego de ser presentada por el dueño del lugar.

—Tengo una venta de muebles, y una agencia de diseños de interiores. Estudio arte, porque me desestresa —responde a la pregunta del detective.

—Interesante —dice Jeon, fijando su mirada en la mujer que está cantando desafinadamente.

Ambos se quedan en silencio por unos segundos, hasta que se observan luego de escuchar el intento de un agudo de la mujer, estallan en risas y no paran de hacer comentarios graciosos con respecto a los participantes del karaoke.

Luego que todos los participantes han hecho su presentación, colocan música, Jeon, se pone de pie y extiende su mano hacia el castaño.

—El detective, también bien baila —sonríe coquetamente.

—Compruébalo.

Une su mano con la de Jimin, le ayuda a ponerse de pie, para luego empezar a bailar.

—Si sabes —sonríe el castaño, cuando es girado por Jeon. —Baila muy bien, detective —bromea Jimin.

—Tú también —dice posando sus manos discretamente sobre las caderas del castaño.

Bailan y beben un poco más, después de unos minutos de descanso y risas, ambos se ponen de pie.

—Debo volver a casa —dice Jimin.

—Te acompaño a tu auto —se ofrece el pelinegro.

Jungkook, acompaña al castaño hasta su medio de transporte.

—Puedo llevarte, si gustas.

El chico abre la puerta de su auto y entra.

—Mi motocicleta está en la estación de policía.

—Yo te llevo.

Jeon, entra al auto.

—¿No tendrás problemas? —pregunta el chico.

—¿Por qué los tendría? —responde con otra pregunta, Jungkook.

—No lo sé, solo se me ocurrió preguntar eso —habla sonriendo.

—Lo que haga fuera de mi trabajo, no es de su importancia —agrega Jeon.

—Muy buen punto, detective Jeon —el castaño se estaciona frente a la estación de policía.

—Voy a necesitar tu número telefónico, Jimin —dice Jungkook, retirándose el cinturón.

—¿Cómo para qué? —pregunta juguetonamente, Jimin.

—Cómo para poder arrestarte con mis esposas otra noche —Jeon, saca su celular y se lo extiende al castaño.

—Eso suena tentador, detective —toma el celular de Jungkook e introduce su número. —Gracias por pasar mi cumpleaños a mi lado —agradece Jimin.

—Ha sido un placer —el detective abre la puerta del acompañante, luego que ha tomado su celular.

—Adiós, Jungkook —se despide el castaño.

—Adiós, Jimin —Jeon, cierra la puerta y ve como el chico se aleja conduciendo.

Jimin, mientras conduce frena el auto de forma violenta, cierra sus ojos, los abre y sabe lo que se vien

—Has sido un poco estúpido, Jiminie —habla para sí mismo.

Necesito divertirme —se responde.

¡Es un detective! —alza su voz.

Lo sabre controlar —dice desesperado.

Jiminie, Jiminie, Jiminie.

No te das cuenta que nos puedes exponer —le habla su sombra.

No lo haré, no nos expondré, sé cómo controlar esto —responde Jimin.

No cometas errores, Jiminie, estamos demasiado cerca —le recuerda su sombra.

Lo dejaré pasar solo porque el tipo es atractivo, pero no lo eches a perder, o Black Swan tendrá que matarlo —le advierte su alter ego.

El chico vuelve a cerrar sus ojos, observa la calle y pone en marcha su auto, y se detiene solo en los semáforos que alumbran el color rojo. Llega a su casa y lo primero que hace es ir al baño, hace sus necesidades, se retira su ropa y se lanza a la cama.

—Jimin, tenemos un pequeño aviso —el castaño escucha la voz de Nam.

—Necesito descansar —dice el chico.

—Un policía intenta dar con Black Swan le comenta su mejor amigo.

—Todos quieren dar con Black Swan, Namjoon. Hasta tú —toma su cobertor y se cubre con este de pies a cabeza.

—Es mi puto trabajo, y lo sabes —suelta molesto, Nam.

—Lo sé, ahora déjame dormir —le pide Jimin con voz lastimosa.

—Él va en serio —le advierte el rubio.

—Deja su expediente en mi escritorio, lo revisare. Ahora largo —se remueve en su cama para acomodarse mejor.

—Revísalo en serio —le pide con voz ronca mientras entra a la habitación y coloca el expediente del policía sobre el escritorio.

—Solo lárgate —replica el castaño, irritado.

—Nos vemos —se despide el rubio.

—Sí. Adiós, Nam —dice Jimin.

La puerta de la habitación de Park es cerrada, cierra sus ojos está vez no para discutir con su alter ego, sino para descansar. Pero su intento es fallido cuando le viene a lamente el rostro del hombre que conoció en el bar, no se acostó con él, y su objetivo era ese. Pero sus ojos, sus profundos ojos le irradian un sentimiento inexplicable, el cual necesita descifrar.

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Amigas, JM no tiene un transtorno, simplemente él habla solo, usa el personaje de Black Swan para vengar la muerte de sus padres. Para él cuando se convierte en Black Swan es más valiente, tiene más coraje y no tiene piedad, muy diferente a como es él fuera de su personaje vengativo.

Es como Peter Parker oculto como un fotógrafo para el diario, pero cuando debe salvar la vida de alguien se convierte en Spiderman porque esa personalidad es más fuerte y valiente.

Espero y entiendan, no contestaré ni explicaré nada en los comentarios, y si no vayan a buscar que es un ALTER EGO para que no me vayan a estar atacando. GRACIAS.

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