Capítulo XI: "Conexión tras conexión"

- Lamento llamarte tan tarde...

- 《No me molesta...》 -admitió Conan encerrado en la habitación compartida con Kogoro. Éste estaba en una apuesta de caballo, y Ran estaba estudiando.- 《Solo envia un mensaje avisando que llamaras y qué te responda》 -en está ocasión no estaba usando el moño para cambiar su voz con la de Shinichi. Por está razón a Aoko le resultaba algo raro y extraño.

- Está bien -aceptó sonriendo. Llevó sus rodillas al pecho.- Hablé con papá... -hizo una pausa.- Sobre si ocurrió algo extraño en los atracos de Kid... Parecía algo desinteresado sobre el asunto, hasta qué recordó qué una vez encontraron varios zapatos negros congelados por el hielo...

- 《¿En serio?》 -frunció el ceño y su interés se multiplicó.- 《¿Investigaron algo? ¿Qué hicieron al respecto?》

- Nada al parecer -dijo frustrada.- Es cómo si no importará.

Conan no evitó gruñir frustrado y rodar los ojos. Tan típico de la policia de Ekoda y del Inspector Nakamori. ¿Acaso el no querría investigar? ¿Había al más detras.

El silencio del pequeño le hizo la idea a Aoko más o menos de lo qué pensaba. Podría ser ellos, cómo no. Podría ser otra ¿Organización? ¿Mafia? Había tantas probabilidades. Todo era posible. Ante esto, se le vino en la mente a Hakuba. ¿El tendrá sospecha? La respuesta seguramente sería si. Estaba igual de obsesionado que su padre, con la diferencia de separar su vida personal.

- Podría investigar sobre esto -ofreció.- Tengo a Hakuba de mi lado.

Conan levantó una ceja curioso.- 《¿El detective Saguru Hakuba? ¿Lo conoces?》

- ¡Si! Somos compañeros de clases y amigos -sonrió con alegria.

El detective escupiría si estaria tomando algo. En su lugar se atragantó sin poder creer lo que escuchaba.- 《¡¿En serio?!》

- Sip. Trabaja con papá y el jefe de papá es su padre. Ambos son amigos también.

- 《Ahg, ¿por qué todo tiene que estar siempre conectado?》 -miró por la ventana a la luna.- 《 Ja, Hattori se pondra tan feliz...》 -con sarcasmo sonrió. Oh, ya se imaginaba su cara de asco.

- ¿Por qué? -preguntó curiosa por el sarcasmo hacia Heiji.

- 《En resumen, Hattori no soporta al detective Hakuba...》

- ¿Por qué todo el mundo se pone de acuerdo en eso? El es genial.

- 《Si tu lo dices...》 -comentó terminando la conversación hacia el Británico.

- Haré mi propia investigación sobre esto -habló orgullosa Aoko. Estaba decidida en hacer algo.- Podría servirte mucho, reducir tus sospechas y sospechosos.

Tenía que admitir que estaba sorprendido. El qué este decidida a ayudarlo, metiendo sus manos en aguas turbias, en quemar sus manos por el. Sabía que quería probarse a si misma, como ayudarlo y también habia una motivación oculta. Tal vez por orgullo, adrenalina o miedo. No preguntaría. No era de su incumbencia.

Mientras ambos sepan menos del otro mejor.

Cuánto menos se relacionen, mejor.

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Taradeo féliz cuando Hakuba le entrego los libros de Sherlock Holmes de manera indefinida. Le dijo que los podía leer sin apuro, y que confiaba en ella. Incluso se los regalaría si lo pedía. Pero no haría eso, no se aprovecharía de la caballerosidad de su amigo.

Abrió la puerta de la clase qué estaba vacía. Hoy le tocaba limpieza, por lo qué Hakuba se lo entregó a ultima hora para comodidad de ambos.

Se acercó a su banco y apoyo su mochila en la mesa. Abrió el cierre y metió adentro los libros. Satisfecha, nuevamente lo cerro y se propuso a seguir la limpieza.

- ¡Ahoko! -el regaño de Kaito la asustó y miro hacia la puerta. El estaba apoyado sobre la puerta observandola con un puchero. Estaba sorprendida de no haberlo escuchado.- Me estás dejando toda la limpieza a mi, mientrs estas coqueteando con el pomposo -se quejó sonando más enojado de lo que Kaito pensó.

Ella frunció el ceño.- No estoy coqueteado con el, me prestó algunos libros -se acercó a el frunciendo el ceño.- Y si lo hiciera no es de tu incumbencia -le sacó la lengua y pasó al lado tuyo, dispuesta a buscar la escoba.

El mago no pareció satisfecho con su respuesta, pero aún así lo ocultó y no mencionó más el tema.- Si, si, lo que digas.

Ambos entre bromas limpiaron la escuela.

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Heiji se quería felicitar por tan bien escrita su confesión.

Estuvo más de dos semanas escribiendo la confesión perfecta y dos días en acordarse de memoria. Ahora, tenía qué seguir buscando el lugar indicado para confesar sus sentimientos a Kazuha.

Un lugar superior a la de Kudo.

Sus pensamientos se vieron interrumpidos por la voz de Kazuha, haciendo que un escalofrío le recorra, se ponga rojo y esconda el papel detrás de su espalda.

- ¡Heiji! -se acercó corriendo.- ¡Dijiste qué me ayudarias limpiar!

- Cálmate, ahou -Kazuha no supo qué se lo decía más a el que a ella. Levantó una ceja al ver lo tenso qué estaba, y que su mano este detrás de su espalda. Entrecerró los ojos.

- ¿Qué tienes detrás? -preguntó inclinándose hacía el.

- ¡N-nada! -se tensó más y se pusó aún más rojo de lo qué cabía. Una muy parte escondida de el tenía la teoría que una maldición cayó sobre el, sobre el intentar confesarse.

- ¡Quiero ver! -ambos empezaron una guerra. Kazuha intentando arrebatarle lo que tenía, y Heiji intentando impedirlo.

El detective terminó apoyando contra la pared, siendo acorralado por Kazuha, quién sonrió con triunfó. Pero su sonrisa desapareció al ver lo cerca qué estaban. Sus narices casi se rozaban y sus pechos se tocaban.

Ambos dejaron de respirar por unos segundos.

La vergüenza consumió a ambos.

Se quedaron quietos, buscando una forma de hacer menos incómodo la situación, al igual del no querer separarse y acercarse más. Que sus narices se toquen y sus labios se unan. Sus mejillas sonrojadas fue un gran impulso para hacerlo.

Pero la timidez fue muy grande.

Y el celular vibrar superó la timidez.

Pestañaron mirándose. Heiji fue el primero en incorporarse y Kazuha se separó un poco. Aún escondiendo el papel, con su mano libre metió la mano en el bolsillo y sacó el celular.

Un escalofrío recorrió su columna vertebral al ver el nombre de Momiji.

Oh Dios, que no sea un pedido de cita. Dioses, tengan piedad. Suplico en silencio.

Pero todo pedido a Dioses se cortó cuándo leyó el mensaje.

{Sálvame}

Frunció el ceño por la preocupación y confusión.

La joven se quedó mirando a su amigo quedándose inmerso con el celular. Pudo ver su preocupación. Ver esa mirada cuando algo malo ocurría.

- ¿Heiji...? -susurró preocupada dando un paso hacía el, y estirando su brazo para tocar su mano.

Eso pareció sacarlo de su ensoñación, o pensamientos. Levantó la vista, mirándola serio.

- Nos vemos después -fué lo único qué dijo mientras pasaba al lado de ella- como si no estuvieron a punto de besarse- y salió trotando.

Plantada allí, observó la esplada de su amor secreto desapareciendo en el pasillo del colegio. Corriendo cómo siempre. Dejándola cómo siempre. Olvidandola...

- Heiji...

Llevó sus manos en el pecho, intentando detener el dolor en su pecho. El vacío que le estaba haciendo sentir, de vuelta.

Quedó pensativa por unos segundos. Seguramente pasaron minutos y ella ni cuenta. Se hizo la idea de cuento tiempo estuvo para ahí, buscando una respuesta, cuándo desde la ventana, visualizó a Heiji corriendo entre los estudiantes, y los árboles de Sakura cubrieron su recorriedo.

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Tenía la casa sola nuevamente.

Kaito ayudando a Jii-chan, y a su padre trabajando. O tomando.

Y agradeció mucho eso.

Había encontrado información interesante.

Encontró una foto de su padre joven, con uniforme policial, junto a un hombre mayor al lado de el soriendo con orgullo. Estaba en blanco y negro, y la parte de atras tenía escrito una dedicatoria y firma.

Para mi gran amigo Ginzo Nakamori. Jamás olvides qué la justicia está ente todo.
Fumimaro.

En otra, encontro una foto de su madre, papá y nuevamente este señor. Estaban parados sonriendo.

Le llamó la atención no ver un bulto en el vientre de su madre. ¿Acaso aún no estaba embarazada? ¿Tendría unos meses nomás?

Sacando esas dudas de lado, googleo el apellido, encontrando dos resultados.

Fumimaro Ayanokoji.

Fumimaro Miroku.

El primero era hijo de Miroku, quién esté falleció unos quince años atrás, por causas naturales. Inspector resperado de Kyoto.

Ayanokoji siguió sus pasos, también volviéndose inspector. Famoso por tener a su ardilla de lado. Tenía veintiocho años.

Kaito Kid había hecho robos por Kyoto. Por lo cual, también abría informes sobre sus robos. Además, podría tener más información sobre su madre. Ginzo apenas contó sobre ella, seguramente aún procesando el dolor de perder a su esposa y madre de su hija.

Con esto en mente, si iba a Kyoto y conseguía hablar con esté inspector, podría conseguir información sobre Kaito Kid y su madre.

Dos pajaro de una tiró.

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Finaliza el primer arco: "Aoko Nakamori."

Comienza segundo arco: "Kyoto."

Siguiente capítulo: "Kyoto, verdades y un secuestro" Parte 1.

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Gente sigo viva.

Ahora si, lo que tanto estaban esperando. Misterio, mentiras, secretos, teorías de fans, invento mio para darle lugar a otros personajes y cerrar cuestiones qué Gosho no hara en años (llanto).

Esperó que les guste lo qué se vendra. Desarrollo a Aoko viene en camino.

Shinichi ejemplo a seguir entra en chat.

Besos.

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