Capítulo VI: "Kaito Kid"

"Desaparición de Kaito Kid"

Inactividad desde hace cuatro meses.

Ultimo robo fue la tiara real de la familia Real Japonesa .

Se desconoce si volverá en unos días, meses o incluso años.

La policía estará preparada para su regreso.

Firmado: Inspector Nakamori Ginzo.

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Leyó por cuarta vez el escrito fotografiado por su celular. Levantó la vista hacía el televisor qué daba la noticia sobre el aviso de robo de Kaito Kid.

La reportera informaba sobre la nota recibida hace unas horas, haciendo pública con el permiso de la policía.

Mostraba la imagen de la tiara que supuestamente robaría, cosa que la confundió.

¿Por qué robaría la tiara que hace ocho años atrás robó?

¿Había algo dentro?

¿Se olvidó que lo había ya robado?

¿Era otra tiara?

Dio un suspiro mientras apoyaba la palma de su mano en su mejilla y su codo en la rodilla. Bajo la vista hacia su laptop observando la información sobre las tiaras de la monarquía japonesa.

- Tiara Stunburst de perlas.

Era una tiara con diamentes entre los rayos y perlas en la zona superior. Utilizada por la princesa Masako.

- Tiara Scroll.

Es el más grande del joyero real. Tiene forma floreal.

- Tiara Akishino.

Pertenece a la princesa Kiko. Realizada en diamantes y con formas geométricas.

- Tiara Kako.

Diamantes entrelazados representando formas floreales.

- Tiara Imperial.

La más importante del joyero imperial. Reprsenta las flores del crisantemo, símbolo de la monarquía nipona, rodeada por un follaje de diamantes.

- Es tan obvio que va a robar la tiara imperial... -murmuró aburrida.

Apostaba que su padre se estaba quemando la cabeza por algo tan obvio. De por sí la nota daba por sentado qué la más significativa sería la llevada.

Dejó el celular en el pisó y estiró sus piernas al igual que sus brazos. Estar en posición de indio la acalambro las piernas y le molestaba la parte baja de la espalda. Miró el techo y no pudo evitar pensar en Shinichi Kudo.

¿La ayudaría?

¿Heiji Hattori también como había prometido?

¿Conan qué papel tomaría? Al fin y al cabo a el le pidió ayuda.

Se llevó el pulgar a sus labios nerviosa.

Ella, ¿Qué aportaría?

Era una larguirucha plana, nerviosa y miedosa ante todo, contra un ladrón experimentado cuarentón.

Parpadeó para no llorar y miró nuevamente su computadora portátil. Sabía en lo qué se estaba metiendo, por eso pidió ayuda. No era capaz de atraparlo sola, eso lo tenía claro. Sabía, intuía qué se contactó con las personas correcta.

Tenía de ante mano qué no lo atraparían a la primera, pero le permitiría encontrar sus errores y debilidades, incluso el porqué de sus acciones.

Agarró la computadora posicionandola en sus piernas y tecleó un nombre y apellido:

Shinichi Kudo.

Cuánto más lo veía, menos se parecía a Kaito.

Era cierto que sus facciones eran casi identicas. Tranquilamente se desordena el pelo y sería Kaito Kuroba al segundo. Pero, sacando eso, había algo en su mirada, en esos ojos azules.

Había una seriedad y madures qué le atraía.

Y tal vez, ¿Soledad?

Se mordió el labio ansiosa.

Quería verlo, conocerlo en persona.

Su curiosidad hacía su persona crecía pasando los días. Apenas noticias de el, estar desaparecido e incluso tomarlo por muerto era una locura. El misterio si estaba o no en Japón, y si no estaba acá, ¿Dónde estaría?

Se sobresaltó cuando si celular empezó a vibrar junto al tono de llamada. Saco el portatil de sus piernas y agarró el pequeño aparato. Sus mejillas se sonrojaron al leer de quién se trataba. Se sonrojo por la culpa y vergüenza de sentir qué fue atrapada por pensar mucho en el. Con una última mirada a la imagen de la computadora, procedió a contestar.

- ¿Hola? -no supo qué decir.

"Nakamori-san" -su voz le provocó un escalofrío al escuchar su parecido tono de voz con Kaito. Pero, con la diferenciación de la seriedad.

- Kudo... Finalmente llamaste... -no pudo evitar sonreír. Esperaba mucho este momento.- Pensé qué el pequeño Conan hablaría por vos..

"Bueno, en realidad si, pero..." -hubo una pausa.- "No importa, olvídalo" -Aoko le dio su confirmación.- "Quería saber si viste la noticia".

- ¿La del robo de Kid? Por supuesto que sí -afirmó molesta.- Parece que sólo vive para molestar a la Ley.

"Pienso igual, estoy seguro que a veces lo hace por diversión" -estaba contenta de encontrar a alguien no la traté de loca ante ese pensamiento.- "En la nota, es obvio que va a robar-".

- La tiara Imperial -lo interrumpió orgullosa.- Investigué.

"Guau, eso es genial".

- Encontré algo interesante en los archivos de papá -empezó no muy segura si iba a servir de algo. El "escucho" de Shinichi le dio pié a seguir.- En su último robo de hace ocho años, robó la misma tiara... No se si lo hace a propósito, se olvidó o qué... Se me hace raro, no puedo sacar de mi cabeza las miles de preguntás qué se me forman.

"No había notado eso. Gracias por informar" -pudó escuchar qué se movía a otro lugar. No pudo descifrar que era lo que hacía.- "Kaito Kid oculta más de lo qué aparenta. Creeme, ese ladrón tiene de todo menos cuarenta años".

El resto de la noche se la pasaron hablando sobre sus teorías de Kaito Kid.

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Sus dedos temblaban mientras se abotonaba el uniforme de mucama mientras se miraba al espejo. No sabía que tal legal era lo que estaba haciendo, pero confiaba en Conan y Shinichi. Se mordió el labio mirando sobre su hombro a las demás mucamas preparándose.

Se hizo un rodete alto y se puso el gorro blanco con bolados celestes. Se acomodo el flequillo en dos para no ser reconocida. Se puso un labial rojo insegura y se contemplo en su reflejo al verse.

Le gustó.

Se sintió linda y no pudo evitar sonreír.

Todo pensamiento se rompió cuándo una entró e informó qué era hora de trabajar.

Imitó como todas se ponían rígidas y en fila.

Al principio casi rompe algún que otro plato por el nerviosismo y el miedo a ser atrapada, principalmente cuándo le sirvió la comida a la familia real junto a su padre.

Agradecía que esté fuera tan despistado al estar igual de rígido qué ella por la presencia de éstos.

Como era de esperarse, el robo se concretó a las doce en punto. Podía escuchar y ver como la policía iba de un lugar a otro, al igual que todo el personal. Aprovechó y se escabulló en todo el desastre. Sintió la vibración en su celular y leyó.

"Ve al tercer piso".

Mordió su labio por la ansiedad y la adrenalina recoriendole su cuerpo.

Fue directo al piso asignado y cómo le había informado Shinichi, no habría nadie. Caminó por el pasillo con cuidado y vio la enorme ventana en ella. Desvío su atención hacía el matafuego y lo agarró. Abrió la puerta y se pegó en la esquina de la habitación. Sacó de su delantal su barbijo y se lo puso.

Contuvo la respiración al escuchar unos pasos.

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Con facilidad evitó a la policía en todo el tercer piso. La ventaja de éste era la cantidad ridícula de ventanas qué harían su huida más fácil.

Al encontrar su pasillo asignado por su asistente Jii, sonrió y dejó de correr. Vio la ventana abierta solo para el.

Sacó la Corona y la levantó hacía la luz de la luna, en busca de una luz roja qué nunca apareció.

Hizo una mueca que desapareció al instante al sentir una presencia muy conocida. Sacó su arma de naipes y apuntó hacia la persona.

O mejor dicho, al niño.

- Pero miren a quién tenemos aquí -sonrió al ver la piedra en su zapato.- Ni lo intentes -amenazó al ver que quería acercar su reloj. Levantó una ceja y no pudo evitat burlarse.- Estoy encantado de verte nuevamente detective. Un movimiento bastante imprudente debo decir. Esperaba más de ti.

- Si, muy imprudente de mi parte -le dio una sonrisa misteriosa. Oh Dios, ese mocoso tenía algo en manos.- ¡Ahora!

La puerta se abrió de golpe y vio una figura en ella. No pudo ver bien por la oscuridad y lo rápido que fue todo. Lo único que distinguió fue qué era una figura femenina y ancha.

Al momento de qué la espuma fue a si cara, apretó el gatillo. Pudo escuchar su quejido.

Por instinto se cubrió con el brazo y tiro una pelota qué cubrió todo el lugar de humo. Al momento de recomponerse, vio una reconocible luz y esquivo por los pelos la pelota que salió volando. Corrió hacía la ventana y activó su ala delta.

Voló por los aires y en ese momento se dio cuenta que ya no tenía en sus manos la tiara.

- Mierda -murmuró mientras se limpiaba la espuma de su cara.

"¿Todo en orden, joven maestro?"

La voz de su ayudante sonó en su oído.

- Si, solo una rata en nuestros asuntos... O dos.

Maldijo en mil idiomas a ese pedazo de mierda.

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- Mi papá es genial, ¡Pudo conseguir la corona! -dijo con orgullo Aoko mientras guardaba sus zapatos en el casillero del colegio. En realidad lo habian hecho ella y Conan, pero el crédito se le dio a su padre por obvias razones, ya que nadie más que ellos sabían lo qué ocurrió. La adrenalina del peligro y la satisfacción estaba a la orden del día en su cuerpo.

Aunque no podía mover mucho el brazo por la herida que le hizo la carta de naipe lanzada por el ladrón. No era grave, pero le ardía cuándo hacía un mal movimiento, principalmente si la agarraban.

- Si, genial -fué las únicas palabras de su amigo de la infancia. Frunció el ceño al ver lo indiferente qué era anteo dicho por ella.

- Apuesto qué estarías emocionado si ese ladrón de pacotilla lo hubiera entregado -cerró con fuerza la puerta del casillero.

- Si, no sabés cómo -pusó los ojos en blanco.- Qué lo haya robado demuestra la inutilidad de los policías. Lo inservibles que son.

Una vena sensible la tocó.

- ¿Por qué lo defiendes tanto?

- ¿Por qué lo odias tanto?

Lo miró indignada.- ¿Acaso me escuchaste alguna vez cuando tocamos el tema? ¿Estás bromeando Kaito?

- Es ridículo Aoko, admitilo. Está discusión es ridícula -con su rostro indescifrable le dio una última mirada y se fue.

Mientras observaba su espalda alejándose y perdiéndolo de vista, una presión en su pecho se hizo presente. Parpadeó al sentir sus ojos aguarse.

Se sentía tan apartada de Kaito. Se dio cuenta que había un muro que el creó para distanciarla.

Dolió.

Kaito Kid creó una distancia con Kaito Kuroba.

Kaito Kid creó una unión con Shinichi Kudo.

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Intenso capítulo. Veremos como poco a poco el abismo entre Kaito y Aoko se notará.

Les juró qué quedé así cuándo me enteré qué había todavía una monarquía en Japón:


Investigué sobre las tiaras, así que todas son reales y si estan interesados, pueden investigar. Son muy lindas.

Esperó qué les haya gustado el capítulo, comenten qué les pareció.

Bye!

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