Capítulo IX: "Shinichi Kudo"
Conan sonrió satisfecho de haber resuelto otro caso. Aparto su moño rojo de su boca y lo apagó. Se lo acomodó en su lugar y se dispuso a volver nuevamente a la habitación. Miró para su derecha al sentir qué lo estaban mirando y quedó en shock.
Aoko lo estaba mirando incrédula.
- Mierda.
Se quedaron mirando sin saber qué decir o hacer. En el momento qué ambos abrieron la boca para hablar, la puerta se abrió.
- ¡Buen trabajo Kud-! -dijo animadamente Heiji quién abrió la puerta. Al momento se arrepintió al ver la cara de su amigo y darse cuenta que Aoko estaba presente.- A-ah... Hola.
- T-tu... -señalo a Conan quién comenzó a entrar en pánico.- E-eres... -quedó en silencio procesando lo que diría.
- Conan Edogawa... ¡Un niño!
- ¡¿S-Shinichi Kud-?! ¡¿MM?! -la mano del detective de Osaka cubrió su boca y la otra la agarro de la nuca para que no se moviera. Frunció el ceño y empezó a golpear su pecho en un intentó de que la suelte.- ¡Mmmm! -sacudió la cabeza.
- ¡Hattori! ¡¿Qué haces?! -cuestionó Conan. De por si estaba preocupado de que alguien los este escuchando, podria verse muy mal si salen y... Bueno, ven la forma muy delicada de tratar a Aoko.
- Tratando de secuestrar a Nakamori, ¿Qué pensas? -rodó los ojos y miró a la joven en busca de una solución. Tenía que admitir qué no estaban tomando las mejores decisiones para hacer qué la oji-azul piense que se imagino lo visto o dar una muy buena excusa de lo que vio. Al momento de tratar cómo loca a Aoko, se escuchó las voces de los policias acercándose a la puerta, junto a sus pasos. Conan y Heiji se horrorizaron.
- "¡¿Qué hacemos, que hacemos?!" -la mente de pequeño detective iba a mil por hora. En eso, se acordó qué cerca estaba el cuarto del conseje.- Hattori, sigueme -avisó pasando al lado de los adolescentes peleando, con un Heiji haciendo más presión en la boca y Aoko tironeando su pelo.- Eh... Y traela.
Y así, Aoko fue arrastrada en contra de su voluntad.
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- ¡¿Dónde están?!
El grito de Kazuha asustó a los policías que se apartaron de su camino. Ran se disculpó con ellos y se acercó rápidamente a su amiga en un intento de calmarla.
- Tranquila, ya sabés qué ellos desaparecen en momentos así. Son muy buenos, les gusta el misterio -intentó razonar con ella. Era consciente que podría ser peligroso, pero ya estaban acostumbradas.
- ¡Lo sé! ¡Pero quién se cree para dejarnos en medio de la multitud cómo si nada! Como si no fuera nada... -bajo la mirada al suelo y sintió un dolor en el pecho al expresar esas palabras.
- Kazuha... -Ran no pudo sentirse identificada. Muy identificada.
- Siento... -frunció el ceño en busca de palabras. En expresar lo qué siempre le molestó y lastimó.- Siento qué me aparta... Qué no confía que puedo ayudar....
Ran pasó su brazo sobre sus hombros y la abrazó.
- Te entiendo.
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No supo cómo, pero lograron arrastrar a la joven hasta el cuarto del conseje sin que la policia o alguien los viera. Lo más problable es qué el inspector Nakamori se haya llevado a todos los policias consigo para atrapar a Kaito Kid. "Qué idiota... Por eso nunca lo atrapa".
Heiji empujó a la joven y la apoyó en la pared. Seguía cubriendo su boca y tuvo que apoyar su mano en la pared, a la altura de su cabeza. Conan cerró la puerta y le puso seguro. Levantó las cejas ante la vista de su amigo junto a la joven. Una parte de él quiso sacar una foto y usarla de chantaje.
Las mejillas de Aoko se sonrojaron ante la posición, y estar tan cerca de Heiji. Desde que lo conoció, nunca estuvieron así de cerca.
- Te soltaré si prometes no gritar o espacar... ¿Trató? -Aoko entrecerró los ojos con desconfianza. Pero, sabía no había muchas opciones en esté momento. El no la dejaría irse, y también tenía muchas preguntas. Quería daber que carajos estaba pasando, que estaban ocultando. Qué estaba ocultando Shinichi Kudo...
No le quedó otra que asentir despacio con la cabeza. Pudo observar como Heiji y Conan se dieron una rapida mirada, y el último asintió. Conan tenía la última palabra observó.
Con cuidado apartó su mano y se alejo con dos pasos. Rápidamente Aoko respido y se pegó a la pared.
- Q-Que... -tragó saliva. Miró al moreno, para luego posarse en Edogawa.- ¿Quién eres en realidad?
Su pregunta sonó más como súplica.
El cuarto oscuro quedó en silencio. Ambos adolescentes miraban a Conan esperando una respuesta. Heiji se cruzó de brazos y supo, qué no iba a decir nada al menos que su amigo le pida. Si le pedía ayuda en cubrir su identidad, con gusto diría cualquier excusa que se me ocurriera. Si diría la verdad, solo quedaba aceptar.
La pregunta pegó más fuerte de lo que esperaba. No sabía si era porqué a éstas alturas no tendría sentido buscar una excusa de como un niño resolvió un caso, con un moño que cambia la voz, y Heiji diciendo Kudo junto a Aoko que hizo algunas coneciones para llegar a la conclusión que era Shinichi Kudo, la pregunta filosófica que lo haría estar despierto hasta las tres de la mañana buscando respuestas o, que sus ojos azules suplicaran. Cómo si su vida dependiera de esa respuesta, como si fuera Ran haciendo la pregunta.
Con un suspiro armándose de valor, respondió.
- Soy Shinichi Kudo, detective.
Lo dijo.
Mierda, lo dijo.
Los labios de Aoko hicieron una o, y su pecho subio y bajo de manera violenta. Pestaño reiteradas veces. Una parte de ella pensaba que todo era un juego. Shinichi Kudo, ¿Convertido en niño? ¿No podría ser simplemente un niño superdotado? ¿Familiar de Kudo? ¿No se dio fuerte la cabeza y todo esto era un sueño?
Y luego, la otra parte tenía sentido. El nunca poder ver en persona al joven, qué la llamé a altas horas de la noche, evitar que lo nombre, que Conan haga todo el trabajo y su increíble parecido.
No pudo evitar resoplar y sentarse en el piso. Heiji se habia movido para atraparla, pensando qué se habia desmayado.
- A ver... Espera qué procese esto -finalmente habló y se pasó la mano en la cara.- Conan Edogawa es Shinichi Kudo, y Shinichi Kudo es Conan Edogawa.
- Si... -afirmó no entendiendo muy bien la pregunta. Pero sabía qué estaba conectado todo para entender.
- Pero... ¿Cómo?.
- Es una larga historia -respondió Heiji sentándose también. No tendría intensión de quedarse parado escuchando lo que ya sabé.
Conan rodó los ojos y también se sentó.
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Tenía que admitir que no fue tal malo como pensó.
Estar en un cuerto casi a oscuras, contando toda la verdad a una chica qué lo último que había pensado es que se involucraría en todo un lío que se incrementaba cada vez más. Porqué, le tuvo qué contar toda la verdad a Heiji en un colectivo con Ran detrás.
Si, podría haber sido peor.
- Así qué estás detrás de ellos, ¿No? -asintió.- ¿Son muy peligrosos?
No pudo evitar soltar una risa irónica por la pregunta tan inocente.
- Muy.
- Entiendo... -Aoko se mordió el labio y se sintió muy tonta por la pregunta. Era tan obvio... - Lamentó qué me hayas tenido que contar algo tan grave... Lo siento -apartó la mirada avergonzada. Estaba seguro qué todo esto solo se sumo a la lista de preocupaciones a Conan, bueno, a Shinichi.
- Algo tarde, ¿No? -dijo el moreno con sarcasmo. Aoko hizo un puchero y le tironeo la mejilla.- ¡Oye!
Luego de una guerra de miradas, nuevamente su atención cayó en Conan.- ¿En qué puedo ayudarte?
- ¿Disculpa?
- ¿Vos, ayudar?
- Si -asintió.- Se qué en una pelea física no sería de mucha ayuda -admitió sonrojandose.- Pero, tal vez pueda conseguir información.
- ¿Pero cómo? Con los informes del Inspector no se consiguió nada relacionado a ellos -preguntó el de anteojos.
- ¡Claro! Porqué se buscó en el lugar equivocado -dijo Heiji sonriendo.
Aoko asintió emocionada.- Los informes qué pediste estaban más relacionados a Kaito Kid... Pero... Seguramente papá en sus ocho años de inactividad en el tema del ladrón, algo relacionado a ellos tendrá. Si cometen crímenes, robos a bancos o chantajes, algo habrá... -frunció los labios pensando dónde buscar. ¿Qué tan relacionado a los crimenes estaba papá?
- Puede funcionar -aceptó Conan. De por si estaban haciendo eso con los informes mandados por Aoko antes, pero no había resultado.
Se levantaron ya dispuestos a irse, viendo la hora que era, y que los más probable era que los policias ya estén abriendo cada puerta.
- Oye... Kudo -la miró.- Gracias por confiar en mí. Prometo guardar el secreto.
- Lo se.
Quedaron en que Aoko saldría primero,y luego ambos chicos para no levantar sospechas.
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- ¿Crees qué fue buena idea?
- No, pero confío -admitió.
- Igual. Tal vez si ayude avanzar en algo... O en nada -levantó los hombros con indiferencia.- ¿Te imaginas que descubra quién es Rum? -preguntó en broma.
- ¡HEIJI!
El grito de Kazuha los aterró.
- Estoy muerto...
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Luego de dos horas, finalmente, se bajo del tren.
Se estiró y suspiró aliviada. El tren nuevamente se puso en movimiento, provocando qué el viento mueva su pelo y ropa.
El tono de llamada de su celular sonó, y lo sacó de la cartera. Se desconcertó al ver que era Shinichi...
Tragando saliva, acepto la llamada y lo posicionó en su oreja.
- "¿Llegaste a casa?"
Había pensado que escucharía la voz de Conan, pero fue la de Shinichi. Se dio cuenta que estaba usando la corbata.
- No, aún no. Recién acabo de bajar del tren -comenzó a caminar, alegre de tener una conversación mientras se dirigía a casa.
- "Eso está bien" -aceptó bastante conforme. Hizo una pausa.- "Oye, lamentó qué te hayas metido en algo peligroso... Yo lo siento."
- ¡No, no! -dijo preocupada.- Fui demasiado curiosa... No tendría que haberme metido.
- "Es verdad" -un tono de broma salió de sus labios.- "Aún así, ten cuidado. Se precavida."
- Gracias... -sonrió. Se reconfortó al escucharlo preocupado por ella. Una pregunta vino en mente.- Oye... ¿Por qué usas el aparato si ya se la verdad?
- "Me siento más cómodo así."
Aoko camino por las calle de Ekoda en la oscuridad, siendo ilumida por las luces.
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