Capitulo ĪĪĪ: "Primer Caso"
"¡Oh por Kami, oh por Kami!"
Fue lo primero que pasó por la mente de la joven. Seguía observando esa mano que recorría sangre y escuchaba como goteaba.
Estaba paralizada. No sabía que hacer. No era detective, policía, inspector o algo cercano. Si, estaba rodeada de esas personas, era fan de los libros de misterios, ¡Pero nunca estuvo en esta situación!
¿Y si estaba lastimado?
"¡¿Como siquiera puedo dudar de lo que tengo que hacer?!".- Se recriminó ante tal duda. Dio una bocanda de aire y se empezó a acercar.- Hola... ¿S-se encuentra bien? -golpeó la puerta. Al no recibir respuesta, su mano fue al picaporte y finalmente lo abrió.
Sintió una presión en su pecho mientras sus ojos reflejaban horror.
Finalmente gritó.
Por primera vez vio un muerto.
《 ● ● ● 》
Si había algo que Shinichi le ponía los cabellos de punta era cuando su mejor amigo Heiji Hattori murmuraba por lo bajos insultos al mundo por a veces no saber controlar sus impulsos. Tanto de forma verbal como física.
Si no fuera porque se estaba perdiendo un partido importante para el, se estaría burlando.
Por Kami, estaba estaba agradecido que por ahora no haya aparecido un muerto, caso de secuetro o algo parecido que era su pan de cada día, pero no, si Heiji se enojaba o se frustraba lo iba a arrastrar en contra de su voluntad. Podia jurar por su amor a Ran que el moreno estaba esperando alguna escena de crimen para sentir esa adrenalina y sacar su enojo.
- Genial, ahora estamos perdiendo el partido porque a Kazuha se le ocurrió recién ahora comprar las cosas -Conan rodó los ojos.
- ¿Por qué no lo retiraste antes?
- ¡Oye! También me olvidé. Además tendría que venir ella que tanto quiere comer.
- Entonces hubieses cerrado la boca en su momento.
- Ahg, lo se. Lo siento Kudo, se que éste partido es importante para ti -se dio cuenta de su error al ver la cara de cansancio de su amigo. Se sintió culpable por haberlo arrastrado. Pero era la costumbre.
- Esta bien, no pasa nada -le sonrió y en silencio se entendieron.
Finalmente llegaron a la tienda y entraron. Había una pareja hablando tranquilamente y un señor en otra sona tomando un café. Heiji fui directo con el cajero a pedir las cosas y por fin larjarse. Al menos habia aire acondicionado confortandolo del calor.
Conan mientras tanto observaba el local, donde se detuvo para observar a la pareja. La joven hablaba con emoción y novio -supuso- rodaba los ojos de vez en cuando. Se dio cuanta que la joven lo notaba pero parecia ignorarlo. En el cuello la joven tenía un pañuelo con un pequeño sueter arriba de su vestido. El chico tenía debajo de la mesa una lonchera en forma de guitarra.
Se giró para ver al señor que estaba bastante pendiente de su hora y parecía enojado.
Todo pensamiento murió cuando se escuchó un grito.
Los clientes se asustaron y se pararon mirando el pasillo donde lleva al baño. Conan y Heiji se dieron una rápido miraba de complicidad y corriendo.
Cuendo se dirigían por el pasillo se detuvieron al escuchar los pasos y la puerta de mujeres abrirse.
- ¡Oh por Kami! ¡Qué alguien llamé a la ambulancia o la policía! ¡POR FAVOR! -una chica de tan solo diecisiete años salió totalmente conmocionada, angustiada con lágrimas amenazando por salir. Se acercó al momeno al notar su presencia y lo sacudido.- ¡HAY UN MUERTO! ¡¿ENTIENDES?!
La sorpresa de Shinichi no se hizo esperar. Al escuchar los gritos sintió que lo reconocía de algún lado, pero verla si lo descolocó. Se suponía que se encontrarían en un atraco de Kaito Kid, no en un caso.
- ¡Oye! ¡RELAJATE! -pidió Heiji de la manera más educada que pudo mientras el tomaba el lugar de sacudirla. La chica sólo asintió y la dejó mientras entraba al baño seguido de Conan.
Aoko se apoyó en la pared mientras intentaba recuperar el aire. Tenía demasiados sentimientos emcontrados mientras se dignaba a mirar por donde se fue el joven. Se sorprendió al ver a un niño detras de el.
"¡¿Ese es Conan-Kun?!"
Ya no sabía si su mente le estaba pasando factura.
- ¡¿Encontraron el cuerpo?! -se escuchó la voz de una chica juntó a tres hombres. Aoko solo pudo asentir y cuando sus piernas dejaron de temblarle fue para la escena del crimen por puro morbo.
En el momento que estraron al baño observaron que una de las puertas estaba abierta y fueron directa hacía ella. Como era de esperarse el cuerpo estaria ahí.
Un joven de no mas de veinticinco años, rubio teñido, estaba sentado en el inodoro como si se estuviera resbalando con una herida en su coronilla izquierda junto a su ceja y ojo. En su cuello había una clara evidencia de extrangulacion por sus marcas rojas.
- No tuvo piedad el criminal -observó Heiji mientras posaba dos dedos en su cuello para comprobar su pulso. Definitivamente estaba muerto.
- ¿Por qué estaba...? -antes qué pidiera terminar fue interrumpido.
- ¡¿Qué esta pasando?! -aparecieron las cuatro personas y luego de un rato Aoko detrás.
- Mataron a un joven -habló Heiji serio mientras se escuchaba sonidos de sorpresa de las personas.- Y ustedes son los sospechosos.
Aoko miró impactada. ¡Ese era Heiji Hattori, el Detective del Oeste!
Estaba sorprendida y de alguna forma encantada. Sabía de su existencia gracias a las noticias y uno que otro comentario de Hakuba. Sintió tanta admiración cuando miró a cada uno como los sospechosos que eran y sus ojos azules se posaron en ella. Se sonrojo apenada cuando la empezó a analizar.
El detective de Osaka no se esperaba que esta chica tuviera un gran parecido a Ran. Tenía su aire, pero a la vez no. Su pelo corto desordenado, junto a sus ojos azules que podía jurar que mostraba inocencia y desorden diferenciaron con la novia de Kudo. Era más desgada, blanca y plana. Entrecerró los ojos mirando sus pechos.
Al darse cuenta de eso, Aoko se acerco de manera rápida cubriendose.- ¡¿Se puede saber que miras?! -exigió.
- ¡Cálmate! -se defendió.
Frunció el ceño y su miraba cambio a Conan que también los observaba.
Estaba seguro que Heiji estaba comparando a Aoko con Ran. Principalmente en la zona de los pechos. Ese pervertido...
Luego de que hayan llamado a la policía y llegaron, aca vino lo bizarro según Aoko.
¡El niño estaba detras de Heiji ayudandole en un caso! ¡En un asesinato!
No podía creer que los policias lo vieran como algo normal y las demás personas no le tomen importancia o lo hayan siquiera notado. Habia perdido la cuenta de las veces que Conan posaba su mano en su mentón como lo haría Shinichi Kudo en los casos, como vio en las fotos. ¿De que se sorprendía? Ella fue a buscar a un niño de siete años que apenas estaba en primer grado a capturar a Kaito Kid.
No sabía como procesar la información. Era tan adorable que lo que quería hacer era complacerlo de cosas dulces y que le relatará su día a día, pero estaba segura que su día a día eran casos. Aun siendo conciente que vivía con Kogoro Mouri, el detective Durmiente, ¿No tendría que actuar como un niño?
Su mente se descolocó cuando de forma infantil iba con la chica del pañuelo y le hacia preguntas, que para cuando se diera la vuelta su rostro se ponía serio uniendo cabos y sonriendo igual que cuando Kaito hacia con éxito sus trucos de magia.
Si le sacaba sus anteojos, apostaba que tenia un gran parecido a Shinichi Kudo, o a Kaito de niño.
Pero todo pensamiento se esfumaba cuando cierto detective moreno la interrogaba como sospechosa. Estaba enojada porque sabia que la tenia como principal sospechoso del crimen. Apostaba que hubo como mínimo ocho discusiones en donde le sacaba en cara que no la tome como culpable del crimen. Ella era fiel seguidora de la ley. ¡Su padre era inspector!
Supo que el caso llegó a su fin cuando la joven admitió el crimen en el momento que descubrieron que su pañuelo cubría la soga con la que lo ahorcó, junto a su sueter que cubría las manchas de sangre de su vestido. Habia guardado el maso con el que lo había golpeado primera mente en el estuche de la guitarra de su novio.
Dio una justificación del porque, pero Aoko no le importó. No entendía porque siempre buscaban una justificación a su acto tan horrible. ¡Había visto por primera vez un muerto! ¡Escucho la justificación de un criminal! Para ella, por más bueno que seas, ese acto tan cobarde saca toda humanidad que tendrías como ser humano.
Se sentía tan agotada cuando finalizó todo y salieron del lugar. Observó como Heiji hablaba con el inspector y la policía.
- ¿Te encuentras bien? -bajo la mirada encontrándose con los brillantes ojos azules de Conan. Kami, era tan adorable. No podía creer que este niño casi resolvió todo el caso.
- Por supuesto, solo que no estoy acostumbrada a los... Asesinatos, supongo -se agachó a su altura y le sonrió con ternura.- No puedo creer que una cosa tan adorable resulva casi todo el caso -le pellizco la mejilla con cariño.
Conan sudo frío.
- ¡Oye! Este mocoso es mi aprendiz -apareció Heiji detrás del niño agarrandolo de las solapas y lo levantó.
- Hattori...
- Bueno, parece que el resolvió todo el caso contraatacó Aoko levantándose.- Parece que Kudo-Kun es muy buen maestro.
- ¡Shinichi-Niichan es el mejor! -dijo Conan con gran alegría. El moreno lo miró con enojo y luego se dio cuenta de algo.
- ¿Se conocen?
- ¡Si! Conan-Kun me recomendó a Kudo-Kun para poder atrapar a Kaito Kid.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top