Capítulo Seis

Capítulo seis: Hombre blanco.

"En todas las cosas de la naturaleza hay algo maravilloso"

- Tenemos que organizarnos mejor – digo mientras dejo a un lado mi bolso con la siguiente porción de comida dentro, me recuesto sobre el árbol mientras los demás terminan de comer su carne seca – No aguantaremos en este lugar más de dos días si seguimos con las imprudencias, estamos consiente de lo que nos puede pasar si uno de ellos nos llega a atacar.

- Lo somos, pero no creo que nos estén buscando – Mosett repite mis actos sobando su vientre – ellos deben de conocer este lugar como nosotros esa cárcel subterránea, si yo fuera ellos, no despegaría mi vista de los invasores.

- Es decir, nosotros – Isabelle completa mientras observa todo a su alrededor.

No lo voy a contradecir ya que él tiene toda la razón, si fueran ellos los que están invadiendo nuestro hogar no dudarían en matarlos protegiendo su terreno. Nosotros estamos en su terreno, ellos quieren matarnos.

- Eso suena muy mal... Realmente mal, tan mal que siento mi estómago vaciarse nuevamente – Raúl nunca cambiará y espero no lo haga.

- Hablando de comida, tenemos que cazar y asegurarnos que lo cazado sea bueno para nuestra salud – Lucas toma sus cosas y se levanta sacudiendo las hojas y tierra de su ropa - ¡Vamos a explorar!

- ¿Sin esperar que la comida baje? – Isabelle pregunta agrandando sus ojos.

- Si te quedas sentada esperando que la comida baje solo conseguirás grasa en tus caderas y trasero querida – Raúl la mira con una sonrisa – puede ser que encontremos comida y no tendremos que alimentarnos nunca más esa asquerosa carne.

- Ay...

- ¡Ve el lado bueno! De todas formas, nos podemos ir en medio así si es que aparecen esos atacan de frente matan a Ian y si atacan por atrás morirá Lucas o Mosett, mientras se distraen sacando sus tripas nosotros corremos y nos unimos al otro grupo, si es que no han muerto aún – Raúl ayuda a Isabelle a levantarse, todo lo dice con una sonrisa en su rostro, sonrisa la cual nosotros no tenemos - ¿Qué? Siempre hay que tener un segundo plan.

- Lindo... Ni nos conocemos bien y ya me están matando. – Mosett camina nuevamente ganando distancia, no exagerada, pero va unos largos pasos antes de nosotros.

- El señor gruñón hizo su aparición – Isabelle se pone a su lado - Entre tu hermano y tú creo que nos tocó el peor – salta sobre su espalda y revuelve su pelo – veo que no soy la única con el pelo grasiento y pegote ¡Huácala!

- ¡Bájate!

- ¡Hey! ¿Pueden hacer menos bulla? – Lucas se queda de los últimos mientras mira todo a su alrededor.

Puede ser que nos divertimos en momentos, pero la preocupación estará con nosotros hasta el último momento, y como no si tenemos a unas personas cazándonos hasta puedo decir que nos estamos tomando todo a la ligera y eso me está molestando, nos estamos comportando como niños, lo somos, pero hay momentos que no te dejan otra alternativa que madurar y ser responsable de uno mismo.

Mosett, entre todos es el más responsable, el más serio y para nada divertido, pero no podría dudar en él para ser líder. Lucas, puede resultar en sus momentos un despreocupado, pero cuando se le necesita está para todo, hay momentos que parece abuelo y en otros es peor que un bebé. Isabelle, ella es precavida, piensa en todo, poniendo a salvo su vida, antes que nada, sabe dónde hay riesgos y como protegerse de ellos, aparte de ser una bromista. Raúl, él es... es él. No se podría decir otra cosa o compararlo con otra persona, tiene un don el cual envidio en ocasiones, un chico el cual nos mantiene cuerdos y no deprimidos o a punto de cometer una atrocidad, no sabría que decir ya que no hay palabra con cual describirlo aparte de loco, ese chico está loco. Y yo, yo soy un chico el cual no sirve para líder ni tampoco para ser bromista, estoy aprendiendo a conocerme, no sé cómo soy ni tampoco lo que realmente quiero.

Camino tras Isabelle la cual minutos después de que Mosett la zamarreará y discutiera con ella se bajó, veo mis pies pisando las hojas húmedas, ¿Qué será de ellas luego de ser pisadas continuamente? Veo a mi lado derecho viendo los arboles gigantes ¿Cuánto tiempo lleva que crezca un árbol? ¿Seguirán creciendo?

- ¡Hey! – Lucas nos detiene.

Me pongo alerta esperando ver un salvaje, pero Lucas solo mira fijamente una planta pequeña.

- ¿Lo ven? Es un animal ¿No? – con su dedo indicador nos ayuda a encontrar lo que según él es un animal, todos nos acercamos hasta su posición para poder ver mejor, pero yo no veo nada fuera de lo normal.

- Creo que te volviste loco, los animales son diferentes a eso, lo que tú estás viendo es un arbusto.

- Raúl, te estoy diciendo que vi a una cosa que caminaba con cuatro piernas, su color es extraño, pero la están confundiendo con él abusto.

- Es arbusto, no abusto – lo corrijo, Lucas me ve mal y vuelve su vista a la planta.

- Tienen que ver con más atención, concéntrense.

Achino mis ojos viendo el arbusto de un color verde oscuro mezclado con un negro, no veo nada fuera de lo normal – aunque nada en este lugar es normal – ni siquiera algo se mueve, el viento se puede decir que no existe por tanta planta que lo obstruye. Estaba a punto de desviar mi vista para decirle a Lucas que estaba más loco que Raúl cuando una cosa se mueve. Una presión aparece en mi pecho me deja sin respiración, lo que Lucas describió como un animal de cuatro patas está frente nosotros, estira su cabeza mientras ingiere unas hojas. El color del animal es muy parecido al de las plantas, era grande y con unas cruces en su cabeza las cuales pueden fácilmente pasar por huesos, sus piernas son largas y finas.

- ¡Ya lo encontré! – mi vista se dirige a Raúl el cual tiene su libro abierto – Bueno... Es muy parecido a lo que tenemos frente a nosotros.

- Léelo – lo aliento.

- Su especie se llama – acerca su cara al libro – ciervo, pero en la foto tiene un color de pelo algo rojizo, no verde y negro como el que está frente nosotros.

- Puede estar sucio o su piel se pudo haber adaptado al ambiente ¿No? – sugiere Lucas sin despegar su vista del animal

- Es una posibilidad lindo Lucas, puede haber muchas de todas formas – cierra su libro y sonríe – acerquémonos – él iba a caminar hasta el animal, pero lo detengo.

Puede que el ciervo evolucionado sea peligroso, si su pelaje se adaptó al ambiente fue por algo y la posibilidad que nos ataque es alta.

- Es nuestra primera fuente de alimento y no la perderemos, tampoco sabemos si es peligroso – digo – tenemos que hacerlo con cuidado y sin que se dé cuenta Lucas lanzará el cuchillo.

Todos asienten para luego acercarse lentamente y sin hacer ruido, cosa que no se les hace fácil ya que las hojas bajo sus pies no paran de sonar y esto hace más que llamar la atención del animal. Nos detenemos con la mirada negra del animal sobre nosotros, siento un escalofrío recorrer mi espalda, el animal nos ve, pero no mueve ninguna parte de su cuerpo, mala señal.

- Creo que tenemos que correr – dice Lucas mientras da un paso hacia atrás pisando hojas secas las cuales causan más ruido.

- No hagas más ruido – el ciervo nos observa para luego volver a comer - ¿Qué...?

- No nos tiene miedo ¿Por qué no nos tiene miedo? – Raúl se pone recto – es... ¿Los otros no se alimentan de ellos?

- Puedes sacar miles de conclusiones – hablo mirando al animal que se mueve para caminar más lejos de nosotros a paso tranquilo y sin miedo. Está seguro del ambiente.

Cuando el animal se alejó lo suficiente volvemos a nuestras posturas relajadas, el animal no nos atacó, pero nosotros tampoco atacamos, no sé por qué ya que a eso veníamos.

- No... - Mosett no termina su frase cuando una rama crujiendo nos pone alerta.

El ruido viene de nuestra derecha, giro mi cabeza temiendo ser atacado nuevamente por un hombre, pero nada de eso llega, a lo lejos una persona vestida mayoritariamente de negro se posiciona delante de un árbol seco y casi sin vida. Escucho un sollozo de parte de Isabelle, la cual tiene lágrimas en los ojos. No movemos ninguna de nuestras extremidades por el miedo de ser notados. La persona solo observa el árbol para poner su mano sobre él y citar unas extrañas palabras.

>> Te vocem ceciderunt in mortem, sed non in te anima <<

Lo observo con un sudor frío en mi rostro, si nos llega a descubrir no dudaría en venir a por nosotros para desgarrarnos el cuello. Mis ojos lo ven tomar una de sus hojas sobrevivientes en sus manos para luego darse media vuelta y volver por donde vino. Suelto un suspiro tiritando en mi lugar. Eso estuvo realmente cerca. Cuando ya no hay rastro de él nos vemos a la cara por un buen rato asimilando lo sucedido.

- ¿Vieron lo que hizo? – Lucas aprieta su agarre en la navaja tomando fuertes respiraciones.

- Ni idea lo que dijo, pero me gustaría saberlo – Raúl camina hasta el árbol donde el de blanco estaba, camina seguido de nosotros con pasos frágiles.

- ¿Dónde se resguardarán ellos? Los que hemos visto andan con diferente ropa, raro – Isabelle ve por donde se fue nuestro mayor peligro.

Todos tenemos esas preguntas y no saberlas ya me hartó, tenemos que hacer algo y no esperar que las respuestas vengan a nosotros. Me armo de valor internamente dejando de lado al Ian cobarde.

- Tengo una mala idea – digo mientras tomo entre mis manos el arma que hay dentro de mi bolso. Las miradas caen sobre mi como dagas.

- Dime por favor que no estás pensando eso – Isabelle me mira suplicante al entender mis palabras – ¡Es una locura! Nos mataran si lo hacemos – me toma del brazo tratando de hacerme cambar de opinión.

- No creo que sea una mala idea – Lucas toma de su bolso el cuchillo más grande que tiene mientras lo observa y prueba – Hay que conocer al enemigo para atacarlo.

- Estoy de su parte – se nos une el gemelo que se encuentra de nuestra parte tomando una rama grande del suelo.

- Isabelle... Realmente tienes que verlo desde ambos puntos de vista, hay muchas posibilidades de lo que nos puede suceder; que nos descubran y nos maten; o que no nos noten y averiguamos donde se dirigen – Raúl se aferra a su libro mientras charla con la chica, pensé que él también se opondría, pero veo que también está de nuestra parte, bien.

- Están locos – Isabelle me apunta con su dedo índice.

- Tú idea nos puede llevar a la perdición amigo mío – Raúl me mira serio al igual que todos.

Sin más que decir me giro viendo por donde se fue hace un momento el de blanco, tomo una bocanada de aire y sigo las pisadas del hombre, los demás siguen mi paso y trato de calmar mis ansias de llegar a nuestro destino escuchando a los pájaros cantar al igual que las hojas moviéndose al compás del viento. Cuando lleguemos podremos dar con el paradero de nuestro tormento y así conocerlos mejor.

Lo que estoy haciendo me recuerda al libro de mi abuelo, quiero conocer al enemigo para luego armar un plan y poder ganar en esta pelea indirecta, no podemos perder, eso significaría la muerte del subsuelo. Si tengo que matar para poder sacar a mis padres de ese encierro lo haré sin dudar, quiero que ellos junto a la hermana de Lucas conozcan esta maravilla sin correr ningún peligro.

Un grito de alarma, pero no alcanzo a darme vuelta cuando un fuerte golpe en mi nuca me hace caer al suelo y ver nublado, una presión se instala en mi cabeza mientras escucho forcejeos por parte de los demás, me quiero parar y luchar con lo que sea, pero luego de unos segundos manchas negras se apoderan de mi vista hasta sentirme desvanecer.

*Tú voz cayó con la muerte, pero no tú alma*


Capítulo sin editar

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