Entrecierro los ojos para asegurarme de que mi vista no me esté jugando una mala pasada y que esto no se trate de ninguna trampa. Sin embargo, reparo en que consiste en la realidad cuando mis padres y mi hermana corren a abrazarme. Mis amigos también se acercan a sus familias, quienes los estrecham entre sus brazos. No puedo evitar llorar y derramar lágrimas sobre el hombro de mamá, porque durante unas horas creí imposible volver a verlos y retornar a su lado. Respiro de forma entrecortada, mas me tranquilizo al sentir que acaricia mi cabello. Repaso los momentos vividos en mi mente y llego a una conclusión: éramos más fuertes de lo que nosotros mismos pensábamos.

—Lo lograron, Milán. Superaron todas las pruebas. Ya ningún peligro nos acecha ahora—la voz de papá se escucha quebrada y asiento, aún con un nudo en la gartanta.

—Por un minuto creí que no te abrazaríamos otra vez—me confiesa mamá y me ahorro mencionar que compartí ese pensamiento.

—¿Podemos quedarnos tranquilos? ¿Tendremos una vida normal desde este momento?—Florencia aparta unos mechones de su rostro y le sonrío. Nosotros nos encatgaremos de que así sea, que ya no vivamos huyendo.

—Los entrenamos bien. Sabía que estaban preparados para esto. No hay nada a lo que deban temer—afianza Daimon, posicionado detrás de su hijo—. Declan quería extinguir la nueva raza humana, pero ustedes resultaron más fuertes que él.

—¿Y las sombras? ¿No regresarán o sí? Se abrió una grieta en el suelo y esta las absorbió. Espero que no encuentren forma de salir—desea Álex. Luce agitado, seguro por los instantes de tensión que afrontamos.

—Si escaparan la pesadilla comenzaría de nuevo y no quiero que volvamos a pasar por lo mismo—manifiesta Ailín, quien levanta la mirada hacia su madre.

—No regresarán. Sólo ustedes pueden abrir esa grieta y no hay manera alguna para ellos. Así que permanecerán atrapados allí hasta que la eternidad llegue a su fin—nos explica Gala y no puedo evitar expulsar un suspiro de alivio.

—Y eso nunca ocurrirá—refuerzo su información—. Siempre quise estar en paz y me parece que a fin de cuentas, todos lo conseguimos gracias a todos. Superamos los obstáculos juntos.

—Si fuera por mis amigos, movería cielo y tierra. Me vieron crecer y me alientan a seguir adelante, a luchar por mis sueños por más fuerte que sople el viento en mi contra—Mariana pasea sus ojos por el centro del hotel, deteniéndose en cada uno de nosotros.

—A mí me gustaría agradecerle a mamá por enseñarnos todo lo que sabe, aunque varias veces me frustrara en el aprendizaje—se dirige Martín a Ámbar—. Cambiar de apariencia no es tarea fácil.

—También te doy los créditos. Apuesto a que necesitaste mucha paciencia para tratar con nosotros. Esperamos jamás defraudarte—Ámbar ríe por lo bajo y le despeina el cabello a Camilo.

—Sin duda se superaron a ustedes mismos, deberían sentirse orgullosos de lo que han obtenido—expone Gopal, un tanto conmocionado. Sus tres hijos desaparecieron, ni me imagino el temor que lo habrá atacado.

—Confío en que les aguarda un gran futuro ahí fuera, en ese mundo que acaban de salvar. Las puertas del hotel siempre estarán abiertas por si requieren un refugio—nos garantiza Ámbar, echándole un vistazo rápido a la infraestructura.

—Me alegra saber así será. Desconozco lo que nos depare el futuro y aún no me decido por un camino que seguir al terminar la escuela, pero agradezco que estén dispuestos a apoyarme—Emma besa la mejilla de Daniela mientras que Inti esboza una genuina sonrisa.

—Eligas el rumbo que elijas nos tendrás aquí. Nunca te daríamos la espalda ni criticaríamos tus decisiones—le afirma su madre—. Nos basta con que sigas siendo la gran persona que sos.

—De nuestra parte, quedate tranquila. Estaremos para guiarte y aconsejarte como mejor podamos. Siempre buscaremos entenderte—Inti se muestra más relajado—. Poseo la convicción de que todos ustedes lograran grandes cosas en los próximos años.

—Estaba perdido cuando me encontraron. Gracias por recibirme con los brazos abiertos y no juzgarme por mi pasado—nos sonríe Nicolás y le devuelvo el gesto. Descubrí un buen amigo en él y no me arrepiento de haberme acercado a hablarle—. Al principio temía que me hicieran sentir inferior por no pertenecer a su misma posición económica, pero con el tiempo me demostraron que no.

—Yo merecía que me odiaran y me negaran cualquier tipo de oportunidad y aun así Noah me ofreció trabajo—Milo coloca una mano sobre el hombro de su hijo y centra su mirada en mi papá—. Permitió que viviéramos aquí durante meses. Nos brindó un techo hasta que consigamos una casa propia, a la que ya nos mudaremos dentro de un mes. Jamás olvidaré ese gesto, Nicolás también se los agradece.

—A pesar de los asuntos del pasado, les deseo a ambos una buena y feliz vida—admite Franco, con Azul recostada en su hombro—. Pueden volver a este sitio siempre que así lo deseen y quizás nos encuentren al atravesar la puerta. No me molestaría verlos a menudo por este lugar.

—Nicolás es un buen chico. Nos alegra haberlo conocido y que vos hayas cambiado para bien—revela Azul, girándose hacia Milo—. Serás un gran padre, a Valentina le pondría muy feliz verlos a ambos juntos.

—No dejes que nadie te subestime, Nico—le pide Celeste, desde su posición junto a su hermana—. No sos menos que nosotros por no provenir de una familia adinerada. Estoy convencida de que tu música llegará a varios rincones.

—Gracias a todos por ser diferentes, por respaldarnos y no abandonarnos a Milán y a mí cuando nos perdimos en las ruinas—tomo una bocanada de aire apenas Violeta lo menciona—. Nos sacaron de allí antes que las sombras nos consumieran.

—No sé que hubiera hecho si algo malo les hubiese sucedido, y para ser honesto, prefiero no pensar en ello—exhala Dante, quien observa a sus hermanas bastante conmovido—. Están aquí después de todo, finalmente nos unimos.

—Gracias por no juzgarme por mi orientación sexual—se sincera Julieta, con los ojos brillosos. Entiendo que le ponga sensible tocar el tema—. Temía me atacaran y se unieran al grupo de personas que odian a la gente como yo, pero lo que hicierom en vez de ello fue respaldarme.

—Para eso están los amigos, la familia—afianza Federico, abrazando a su melliza—. No debes exigirnos respeto, te lo debemos. Todos estamos en la obligación de respetarnos los unos a los otros. Somos seres humanos y cada quien ama a su manera.

—Jamás te obtendrás rechazo de parte mía. Te amaré eternamente. Sos mi hija, importa que seas feliz, es lo único que quiero de vos—le asegura Maia, tras aclararse la garganta—. Te mereces vivir sin miedo. Voy a acompañarte en la lucha por la reivindicación de tus derechos.

—Lamento muchísimo herirte con mis palabras y recién haberme dado cuenta cuando estuve a punto de perderte en esa discoteca—articula Joaquín con dificultad, denotando remordimiento—. Ahora te prometo que no permitiré que alguien te haga daño y me sumaré al cambio que la sociedad necesita.

—El amor es un sentimiento demasiado hermoso como para ocultarlo. Nadie debería temer expresarse—afianza Jazmín en tanto su hermana menor, tira de su chaqueta queriendo añadir algo—. A Alison le he enseñado a respetar a cualquiera, porque sólo así lograremos convivir en armonía.

—Si desarrollo poderes en el futuro igual que vos y mamá, los usaré para ayudar a los demás. Me gustaría salvar vidas y convertirme en doctora—aplaude la pequeña, entusiasmada. Sus padres la observan sonrientes.

—Seguro que sí—refuerza Luz y prosigue a recorree con sus pupilas la sala de estar del hotel—. Todos ustedes aportarán bastante al mundo, no sólo por sus habilidades y distintas capacidades, sino por los valores que les hemos inculcado.

—Tal vez en este instante lo duden y no sepan dónde se ubicatán dentro de cinco años, pero sin prisa—nos sugiere Matías, sosteniendo la mano de su esposa—. La vida no se trata de una carrera, disfruten cada tramo del camino hacia la meta y aprendan de cada obstáculo.

—Martín y Camilo, gracias por poner a salvo a Bruno—les sonríe Devi, sentada en uno de los sillones junto a su único hijo—. Temíamos perderle de nuevo y que la pesadilla se reiniciara. No queremos imaginar de lo que habría sido capaz Declan.

—Tampoco deseamos ahondar en lo que hubieran sido sus intenciones. Ustedes están seguros aquí y eso es lo importante—Valentín se gira a vislumbrar a su familia unida—. A partir de este instante, ya nada los detiene. Ojalá que esto les sirva como evidencia de que pueden derribar cualquier problema.

—También quiero usar mis poderes para el bien. Ayudar a las personas como lo hacen los súperhéroes. No todos tienen capa y esos son mis favoritos—comenta Bruno alegremente. Ya no luce asustado, sino cómodo entre nosotros.

—Ustedes me dieron la confianza que necesitaba para encerrar mis miedos y atraverme a cantar en público, lo cual les prometo que haré más seguido—expresa Thiago, emocionado. Me alegraría escuchar su voz en diferentes canciomes.

—Llegarán más lejos de lo que ahora imaginan. Sólo crean en su talento y eviten compararse con los demás, nunca se rindan hasta alcanzar sus sueños—nos recomiendo Manuel, quien intercambia miradas con Gopal. Ambos poseen mucha experiencia en el mundo de la música y sabrán guiar a mis amigos.

—Un buen grupo de amigos como ustedes no se separará jamás. Aunque tomen caminos separados, que este sea su punto de encuentro—Mara se dirige a nosotros con una resplandeciente sonrisa.

Y con esto me doy cuena de que todos tienen razón. Pueden pasar días, meses e incluso años. Sin embargo, siempre estaremos unidos. Los verdaderos amigos mantienen sus lazos por el resto de sus vidas y nadie ni nada resulta capaz de romper el vínculo que los une. Lo que venga en adelante, será nuestra historia.

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¡Hola!

Espero que se encuentren bien y que les gustase el epílogo ❤ gracias por leer este fanfic. Aquí terminará esta historia, la cual ojalá disfrutaran. Gracias por cada comentario, voto y lectura.

Encantanda estaré si deciden adentrarse en la próxima novela que subiré. Esta vez no será un fanfic, sino del género romance. Una vez más, reitero, gracias por las lecturas y los votos. Les deseo un lindo año (ya vamos más de la mitad) y un maravilloso futuro.

Hasta pronto 👋🏻❤