Capítulo 73: Las ruinas

Aclaración: Hubo algunos cambios y este NO será el último capítulo, sino el de la próxima semana.

Subimos las escaleras atropelladamente de dos en dos, pisándonos los talones, casi empujándonos y por poco enredándonos con nuestros propios pies. No dudamos en contarle a todos lo sucedido, porque confiamos en que sabrían cómo actuar. Aunque Ámbar parece haber entrado en pánico, al igual que Valentín y Devi. Lo cual es bastante comprensible, sus hijos han desaparecido como por arte de magia y desconocen su paradero. Incluso a mí se me revuelve el estómago de tan sólo imaginarme a mis amigos expuestos ante un peligro inminente. Poseen poderes, sí, pero apenas están aprendiendo a utilizarlos sin lastimarse a ellos mismos.

Nos dirigimos hacia la oficina de Daimon y pese a que él intenta mantener la calma, reconozco las miradas que intercambia con Álex y Ailín. Gala respira de forma entrecortada mientras arrima los muebles para aperturar campo en el centro. Dibuja un extraño signo con tiza y esparce un polvo que desprende un fuerte olor, el cual me provoca un estornudo. Julieta toma mi mano y masajea mis nudillos, también tensa por los sucesos. No podemos esperar mucho tiempo. Abandonarlos a su suerte no yace dentro de nuestras opciones.

—Abriremos un portal para que vayan a buscarlos—anuncia Daimon, tras escender la séptima vela alrededor de un círculo trazado—. Necesitarán ayuda. No sabemos si Bruno estará con ellos o Declan lo tendrá prisionero en otro sitio.

—¿Qué planea hacer con ellos? ¿Por qué los quiere?—cuestiona Venecia, con voz temblorosa. A mí un nudo me obstruye la garganta y ni siquiera logro articular una oración.

—Si no les arrebata sus poderes, los eliminará—escucharlo me sienta cual puñetazo en el estómago. Trago grueso—. Desea extinguir por completo a la nueva raza humana porque son los únicos capaces de derrotarlo. La guerra ya comenzó, no servirá de nada retrasarla. Sólo nos queda enviarles ayuda y deben ser ustedes.

Señala a Venecia, Gopal, Ámbar, Inti, Luz y Devi. Ellos asienten y dan un paso al frente. Daimon les indica a cada uno posicionarse detrás de una vela y obedecen aún con el corazón latiéndoles a toda prisa. Cuando se colocan en sus respectivos sitios y entrelazan sus manos, el símbolo resplandece y Gala recita un fragmento en alguna extraña lengua. Tiene la forma de un corazón con cuernos, este emana un brillo dorado que lastimosamente no tarda en apagarse. Nos miramos los unos a los otros, desconcertados, y la ronda se dispersa. Esperaba que desaparecieran para teletransportarse junto a mis amigos.

—¿Qué sucede? ¿Por qué no ocurre nada?—interroga Inti, exasperado. Golpeo el suelo con mi pie, impaciente.

—Deberíamos estar ya con ellos. Esto no está funcionando—Luz, quien acostumbra a mostrarse optimista, no luce en lo absoluto relajada.

—Mis tres hijos de seguro están en las misma casa en que enfrentamos a Justo. No dejaré que luchen contra Declan solos. Él es muy peligroso—la voz de Ámbar se escucha agitada. Daimon mantiene los ojos cerrados, tratando de averiguar por qué nuestros esfuerzos no resultan.

—No voy a perder a Bruno otra vez. Le prometí que estaríamos juntos pasara lo que pasara. Apenas supera los siete años—Valentín se aproxima a Devi para envolverla en un abrazo, aunque dudo que ello le restaure la tranquilidad.

—Se nos acaba el tiempo, Daimon. Recién aprendían a dominar sus poderes, ¿pensás que estén listos?—consulta Gopal, exaltado. Levanto la mirada hacia mi madre y noto que trae tensa la mandíbula.

—Declan ha bloaqueado nuestras energías. Sabía que iríamos por ellos. Una vez que los derrote planea venir aquí y acabar con nosotros—Julieta traga saliva. Papá baja la vista y se pasa una mano por el cabello—. Para no permitir que eso suceda, no nos queda más opción que enviarlos a ustedes.

Volteo la cabeza a ambos lados, pero no observo a nadie más en la habitación. Entonces oncluyo que se refiere a mí, Julieta, Violeta, Celeste, Nicolás, Álex. Contengo el aliento unos minutos, en estado de shock. No aguardaba una propuesta de ese modo y desconozco el final de todo esta situación, que más bien parece sacada de una película de terror. Sin embargo, las gemelas se adelantan a situarse detrás de aquellas velas donde antes permanecían Venecia y Luz.

—¿No hay otra manera de hacer esto, Gala?—le increpa Azul. La aludida niega. También arriesgará a uno de los suyos.

—Son los únicos que pueden entrar—afirma la mamá de Álex, cruzada de brazos—. No podemos perder ni un minuto más.

—¿Van a estar bien?—incluso Milo denora preocupación. No suelta el brazo de su hijo, impidiéndole avanzar—. No me lo perdonaría si algo llegara a ocurrirle a Nicolás.

—Debo ayudar a Milán, papá. Sé que él haría lo mismo por mí—logra zafarse del agarre y camina directo al círculo. Allí, se apresura a tomar la mano de Celeste.

—Tengan cuidado, por favor—nos pide Franco y asentimos.

—No se separen, ¿de acuerdo?—mamá acomoda el cuello de mi camisa y me revuelve el cabello.

—No podremos ir con ustedes, pero los esperamos aquí. Sólo manténganse unidos y no confíen en Declan. Nada de lo que les diga será cierto—nos advierte papá y le doy un corto abrazo. Trago saliva y me dirijo a una vela, Julieta me imita.

—Detrás de la casa hay un campo. En ese sitio deben vencer a Declan, en el mismo sitio en que derrotamos a Justo—le indica Manuel a Thiago, quien aprieta los puños, inquieto.

—Cuídense mucho, ¿sí?—Mara respira con pesadez, igual que la mayoría.

A pesar del temor, nosotros preferimos no retrasar más los acontecimientos que tarde o temprano suscitarán. Nos tomamos de las manos, una vez localizados en los punto correspondientes y Gala abre de nuevo el viejo libro para recitar una frase que no comprendo a la perfección, dado que se halla en un idioma similar al latín. El destello de luz reaparece para envolvernos por completo. Poco a poco, la oscuridad nos consume y dejamos de percibir nuestros alrededores. Una ráfago de viento impacta contra mi rostro y me aferro a Julieta con fuerza, como si algo pudiera empujarme lejos de ella.

Estamos rodeados de vegetación desde hace un tiempo indeterminado. He perdido la noción de este y desconozco cuántas horas llevamos fuera de casa. Unas ruinas se alzan frente a nosotros, mas ninguno da un paso hacia adelante. Incluso yo temo adentrarme en aquella construcción deteriorada, pero no veo otra manera de escapar de aquí que buscando alguna pista de nuestro paradero o un modo de regresar. Porque abandonamos el bosque en ese mismo instante en doblamos la esquina persiguiendo a un supuesto Gopal que seguro formaba parte de una trampa.

—¿A alguien se le ocurre una idea de cómo volver?—inquiere Jazmín, abrazándose a sí misma. Avanza unos pasos, mas no llega hasta las ruinas.

—Debemos entrar ahí—le señalo, aunque Mariana no luce muy convencida. Lo entiendo, la edificación caída no posee un buen aspecto—. Quizás encontremos algún indicio o haya una persona a la que podamos pedir ayuda.

—No me gusta esto, Milán—se queja Daniela. Aprieta el puente de su nariz y suspira—. ¿Qué tal si el tal Declan nos espera adentro para...? No quiero pensar qué planea hacernos, en verdad.

—¿Y qué sugieres? Creo que no nos queda otra opción. Excepto si deseas permamecer aquí por el resto de la eternidad—Mariana por fin cede y asiento. Sin embargo, no abandona su expresión angustiosa.

—Nosotros iremos al frente—anuncia Martín, adelantándose unos metros—. No existe manera de comunicarnos con nuestros padres, así que debemos permanecer unidos.

—Cambiaremos de apariencia si es necesario. No sé si convenga que nos reconozcan—duda Camilo, quien se detiene junto a su hermano mayor. Traga saliva, dispuesto a arriesgarse.

Sin embargo, antes de que podamos aventurarnos a la incertidumbre un halo de luz resplandece delante de nosotros. Este contiene a siete figuras que creo reconocer desde un inicio. Nos detenemos y esperamos que el resplandor desaparezca, pues nuestra vista se empaña. Entreabro los labios, sorprendido cuando contemplo a Violeta frente a mí. Ella suspira con alivio y corre directo a mis brazos. La estrecho con fuerza y beso su frente. Debieron venir para ayudarnos a retornar a casa. Nuestros padres saben que estamos en peligro. Están buscándonos.

—¿Todos se encuentran bien? ¿Algún herido?—consulta Álex mientras nos cuenta utilizando los dedos a fin de corroborar que no falte ninguno.

—Sáquennos de aquí—le ordena Daniela, exasperada—. Sólo queremos regresar a casa y borrar este extraño día de nuestras mentes para quedarnos tranquilos y poder dormir durante las noches.

—Yo no deseo olvidarme de esto. Me gustan las aventuras—sonrío de lado. Pese a que admito que este escenario me asusta. No obstante, mi miedo morira al enfrentarlo.

—Pues tus padres nos pidieron que te devolvamos en una sola pieza—apunta Nicolás. No me sorprende que viniera. Sé que se preocupa por mí—. Y creo que para eso necesitamos entrar ahí a pesar del terrible aspecto.

—Preferiría no tener que ingresar a esas, pero no veo ninguna posible salida—Celeste tuerce los labios, mientras pasea sus ojos por el lugar.

—Debemos derrotar a Declan detrás de la construcción. Espero que no anochezc antes de ello o será todavía más difícil combatir en la oscuridad—puntualiza Thiago. Eleva su mirada al cielo para comprobar la claridad del día.

—Procuremos no separarnos, ¿de acuerdo?—asentimos y Julieta toma una bocanada de aire—. Aunque si se diera el caso por uno que otro motivo, nos reencontramos en la parte trasera.

—Entendido, ¿listos?—negamos ante la obvia pregunta de Federico.

—Por supuesto que no, mas no nos queda otra alternativa confiable—se lamenta Violeta y toma mi mano—. Andando, camino a nuestra perdición.

Intento no perderlos de vista en el corto trayecto rumbo a la entrada. Camino entre ellos y me mantengo alerta a cualquier señal de peligro. Ya sea un mork o el mismísimo Declan. No obstante, nada de eso ocurre porque apenas ponemos un pie dentro nos separamos. Dejo de ver a mis amigos, excepto a Violeta. Nos encontramos en uno de los pisos de lo que parecía ser una fortaleza. De inmediato comprendo que ha sido producto de un fuerza extraña. Querían dividirnos y lastimosamente lo consiguieron. Ahora yacemos esparcios por este sitio que puede derrumbarse en un minuto.

—¿Dónde estamos?—me increpa Violeta y me encojo de hombros, desconociendo la respuesta—. Vayamos hacia el patio, pactamos encontrarnos allí.

—Ve detrás de mí. Nada aquí es seguro—trago grueso, nervioso. Quizás sí añada este día a momento que prefiero olvidar—. Si algo sucede o ves algo raro, avísame. Buscaré un atajo para llegar más rápido.

—Mejor dirijámonos a las escaleras—propone y enarco una ceja—. O lo que queda de ellas. Este sitio se cae a pedazos. Dénse prisa en derrotar a Declan.

—Tú lo conoces más que nosotros, ¿cómo actúa él?—indago, volteándome para enfocarla—. Lo imagino bastante calculador y capaz de liquidarnos apenas bajemos la guardia.

—No te equivocas. Acelera el paso y ayúdame a descender por esa columna. Aparecerá cuando menos lo esperemos—me apunta un pilar demasiado inestable. Si cayera de ahí bien podría quebrarse un brazo.

—Veré si hay uno más seguro en esa habitación—me giro, decidido a revisar en el pequeño cuarto ubicado a mi costado y Violeta corre detrás para detenerme.

Pero no consigue frenarme y llegamos a una sala repleta de espejos con lunas opacas, de las cuales emerge una sombra de ojos rojizos que amenaza con romper el cristal. Quiero escapar, mas nuestras pupilas se quedan atrapadas en quel vidrio. No puedo apartar la mirada ni rehuir las imágenes que golpean mi mente. Revivo el día que durante años me torturó, haciéndome creer que era insuficiente y que a nadie le importaba: mi primera fiesta de cumpleaños. Nadie se presentó. Y desde entonces, odié aquel día.

Me sumerjo de nuevo en esa memoria mientras siento las lágrimas deslizarse por mis mejillas y por más que trato, no logro liberarme del trance en que de pronto me hallo sumido. Percibo inmóvil la mano de Violeta y concluyo que también se encuentra en el mismo estado que yo.

***
¡Hola!

Espero que se encuentren bien y que les haya gustado este capítulo ❤ hubo un cambio de planes, por por lo que la novela NO acabará aquí. Terminará con el capítulo de la próxima semana.

¿Comprendieron por qué Milán no quería una fiesta de cumpleaños? ¿Qué estará viendo Violeta? ¿Cómo escaparán de ahí? ¿Dónde estarán los demás chicos? ¿Derrotarán a Declan? ¿Cómo los recibirán sus padres?

Gracias por llegar hasta aquí ❤ Nos leeremos la semana que viene, ¡adiós! 👋🏻

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