Capítulo 60: Fui violada
Lo observaba mientras preparaba un poco de café y panqueques, insistió en que comiera algo porque no he comido mucho estos días. Se supone que h3 bajado demasiados kilos, tengo las defensas bajas, me he deshidratado y necesito comer. Él cree que voy a salir de esto, piensa que estaré curada pronto cuando yo sólo dudo sobre mí misma.
—Sé que tenés miedo, pero vas a estar bien, te lo aseguro—sonreí como pude. A estas alturas no estaba segura de nada, aún tenía la sonda nasogástrica y escasas ganas de salir luego del incidente ocurrido ayer.
—¿Me estás viendo? Siento que doy asco—volteó a verme con tristeza, pareciera que hubiera oído una barbaridad. Dejó el café que había preparado sobre la mesa al igual que los panqueques.
—Estoy orgulloso de vos, has sobrepasado todo—confesó quizás sintiendo lástima, a veces pienso que no le gusta verme mal—. Sos muy fuerte y te agradezco por no haberte rendido—agregó, a lo que asentí sin mirarlo.
—Sabes que me hicieron mucha falta, ¿no? Tú y mamá...—cuestioné murmurando la última parte. Llevaba tanto tiempo guardándome sentimientos que no podía evitar exteriozarlos.
—Sí, lo sé—respondió suspirando. Sabía que se sentía culpable por todo, era fácil darse cuenta viéndola borrar su sonrisa cada vez que digo algo respecto al pasado—. No tendrías que haber sufrido esas cosas, valés más de lo que pensás—afirmó sonriendo, pese a que le desesperaba de alguna forma que yo estuviera así.
Le duele, no quiero ver a mi familia sufriendo por mí ni pasándola terrible a causa de mis estúpidas decisiones. Sin embargo siento que preocupándose, demuestran sentir si quiera una mínima gota de afecto.
—Si tú lo dices...—sonreí, dándole un bocado a los panqueques. Continuaba comiendo menos de lo que debería, cosa que les preocupaba a mis padres—. ¿Por qué piensas que valgo?—interrogué dudando, también anhelaba oír sus razones.
—Porque nunca has robado nada, tenés un corazón hermoso, hacés felices a las personas y sos hermosa—garantizó en tanto bebía el café que me sirvió, es mi bebida favorita.
—Te quiero, papá—solté sintiéndome débil de nuevo, suelo sentirme así cuando quiero llorar. Y pasa cada que alguien articula ese tipo de palabras que jamás creí escuchar.
—Yo también—aseguró acercándose. No pensaba irse, los doctores dijeron que debían tenerme vigilada para que no cometiera locuras—. Hace años me prometí que no permitiría que lastimasen a las personas que amo—recordó, supuse que fue antes de haber nacido.
—¿Por eso no querías que mi hermana tuviera novio?—retruqué riendo, dando otra mordida a esos panqueques y bebiendo otro sorbo de café.
Papá se quedó callado.
—No es por ser celoso pero ustedes son muy pequeñas todavía, ¡tienen dieciséis!—exclamó haciéndome reír. Fue fácil descubrir que era sobreprotector—. Hablo en serio, Vilu—resopló molesto.
—Por mí no te preocupes—afiancé, pues aquello me causa escaso interés.
Papá sonrió aliviado y vio la hora, Celes había salido y tan sólo pasados unos minutos, él ya ansiaba verla regresar.
Llegué al aeropuerto como lo había previsto, hacía horas que no comía y debía tener hambre; sin embargo, los nervios fueron quienes se encargaron de alejarlo. Gala estuvo ahí esperándome con una sonrisa, yo arrastré mis maletas a pasos temerosos por aparentes pasillos interminables que nos condujeron a la salida donde estaba estacionado el auto de Daimon.
—No vino, se quedó con Ailín y me lo prestó—aclaró abriendo aquel maletero, en el cual puso dos bolsos que traía. Posteriormente fue a sentarse dispuesta a manejar, al principio creí que no ensaba hacerlo de nuevo—. Poné tu cosas atrás, ¿sí?—asentí, hablaba poco. Coloqué algunos equipajes atrás y tomé asiento a su costado.
—Gracias por venir—sonreí abrochándome ese cinturón negro por si acaso, aunque antes solía no usarlo.
Condujo tranquila evitando hacerme preguntas. Ocurrió que hubo tráfico, esto tomé a mi favor pues necesitaba pensar, ¿cómo debía hablar y contar lo que sufrí? Hubieron golpes, insultos y delitos que anhelo olvidar del todo.
Gala me invitó algo de comida, hecho que agradecí. Fueron unas galletas de chocolate que comí a gusto hasta llegar a nuestro destino. No almorcé ni desayuné así que planeaba ir al Vivero para poder comer otra cosa. Bajamos entre las dos todas esas valijas restantes que vine arrastrando desde Córdova, decidimos dejarlas abajo ya que luego vería cómo subirlas a mi habitación.
—¿Vamos a comer?—interrogó Gala, yo asentí. Escuché entonces un llanto y no reconocí a Dante ni Ailín, por lo tanto supuse que se trataba del tercer niño—. ¿Tenés mucho que contarme?—inquirió intrigada.
—Bastante, necesito desahogarme del pasado—afirmé asomándome a ver el patio, algunos rayos de sol cayeron sobre mí y volví a sentirme viva.
—¿Cuánto daño te hizo Daniel? Debió haberte matado en vida primero—Gala intentaba mantenerse tranquila, a pesar de que notaba que no quería enterarse de nada malo.
Ella se acercó observándome, sabía que de esa forma no cambiaría de tema y seguiría hablándole. Suspiré dudando, creo que no yacía tan preparada porque tartamudeé unas cuantas veces. Tomé sus manos mirándola con ciertas lágrimas que llegaron a mis ojos por los duros recuerdos y articulé:
—Fui violada por Daniel cuando tenía dieciocho años—confesé dejándola callada. No esperaba una revelación como esa, ahora lo sé.
—¿¡Por qué tuvo que hacerte eso!?—cuestionó gritando, llevé un dedo a mis labios indicándole silencio. No quisiera que todos supieran mi historia, sólo determinadas personas—. Es un maldito enfermo, Valen, ¿lo denunciaste?—negué bajando la cabeza. Debí hacerlo mientras él vivía.
—Tampoco denuncié sus golpes ni aquella vez que me apuñaló—parecía furiosa, jamás había tenido oportunidad de verla así. Gala odiaba cada palabra que salía de mí—. Viví un infierno, quise suicidarme creyendo que no valía nada.
—¿Vos? Daniel realmente vale mierda—tenía ojos llorosos, incluso le temblaba la voz producto del estado que atravesaba. Lucía demasiado sorprendida tras haberle revelado semejante verdad—. No entiendo cómo pudo tenerte tanto odio—añadió abrazándome.
Su abrazo, ¿cuánto había necesitado esto? Agradezco vivir, esta segunda chance no puede desperdiciarla.
Azul me dejó encargado a Dante, puesto que Luz ya comenzó la universidad y tendremos que acostumbrarnos a verla menos por aquí. Ámbar tiene a Martín y Daimon se encarga de Ailín, resultó ser bastante responsable como padre pues nunca la deja sola y siempre está pendiente de su cuidado.
—¿Cómo creen que le esté yendo a Luz?—pregunté, hoy se mostró muy nerviosa antes de salir con Matías.
—Supongo que bien, aunque ya sabés que Matías...—Ámbar no pudo terminar, tenía a Martín en brazos debido a que no podía sentarse aún. Dante y Ailín yacían jugando sobre una alfombra.
—Por chicos como ese tengo miedo, alguien así se le acerca a Ailín y lo mando a la mier...—mi amiga se ocupó de cubrir los oídos de Martín, no quería que escuchara. Daimon vio a Ailín, quien ahora lo obsevaba.
—¿Qué querías decir?—interrogué fastidiada, jamás me ha gustado que digan groserías frente a los niños.
—Que no voy a dejar que nadie lastime a mi bebé—sonrió Daimon posando su mirada en Ailín, quien frunció el ceño. Parecía haberse dado cuenta de aquello que ocurría—. ¿Qué? No me mirés así... lo siento—se disculpó haciéndonos reír.
—Quisiera verte cuando Ailín empiece a salir con chicos—rió Ámbar mientras yo veía a Dante jugar.
Él parecía distante, hacía sonar una pequeña maraca, esa que soltó accidentalmente. Iba a recogerla, sin embargo, Ailín se encargó de hacerlo y devolvérsela. No tocó nada más que aquel juguete, centraba su completa atención ahí.
—¿Pensás decirle a Ailín que es diferente?—inquirí viéndola, Daimon negó sonriéndole.
—Creo que ella ya lo sabe, no hace falta—me respondió feliz, y recuerdo que solía tener un semblante serio—. Es inteligente, si notó que estaba por decir una mala palabra puede notar también que nació arcoiris—aseguró tranquilo. Daimon no planeaba ocultarle cosas, espero que todos tomen decisiones iguales o parecidas.
—Está perfecto que no quieras guardarle secretos—afianzó Ámbar, Martín señaló entonces un juguete del suelo. Otra vez Ailín reaccionó levantando y le extendiéndole el sonajero.
—Quiero cuidarla, de los chicos como Matías y todo lo demás—rió Daimon, quien contemplaba a aquella niña que llegó a cambiarlo por completo.
—Igual tenés que ir considerando que algún día pasará, ¿no?—cuestioné acercándole otro juguete a Dante, este lo recibió y tras examinarlo un rato, terminó dejándolo.
—Claro que no, ningún chico por qué acercarse—resopló molesto. Quizás igual actuaran Noah, Franco o Gopal si tuvieran hijas mujeres.
—Sí, voy a querer verlos en unos años—carcajeó Ámbar cruzándose de brazos.
—¿Piensan que seré bueno? Aún me da miedo cometer errores y que ella deje de querere—suspiró Daimom, sus temores continuaban allí y los peores no se trataban de ningún enemigo, si no de Ailín.
—Sos perfecto para tu hija, te adora—aseguró Ámbar, moviendo dicho sonajero que Martín pidió instantes anteriores.
—Debes decirle siempre la verdad, decile quién fuiste y ganate su confianza día a día, jamás rompar ese vínculo especial que tienen—le sonreí alentándolo. Daimom desconoce cómo criarla, no obstante, nadie nace sabiendo ser padre. Van aprendiéndolo todos esos días que pasan con sus hijos.
Algunos pasos se oyeron afuera, luego se convirtieron en pisadas entrando al hotel. Azul probablemente regresaba de comprar algunas cosas para Dante, lo que significaba que mi momento de niñera había acabado.
—¡Dante!—exclamó desde la puerta, él sonrió tirando aquella maraca con que jugaba y abrió sus brazos. Ella se acercó a levantarlo besando su frente—. Te extrañé—añadió sonriente.
—Estuvo traquilo—sonreí viéndolos juntos. Azul lo amaba, a fin de cuentas, es eso que anhelaba y pedí a gritos.
—¿Se portó bien?—interrogó conociendo ya respuesta.
—Obvio que sí—contesté, Dante jamás ha hecho ni pienso que haga problemas.
Pensaba decirle lo que sentía, me debatía mucho interioremente por la misma incertidumbre que sentía. Luz tendría su hora de almuerzo en un rato, así que podía ir a verla utilizando mi hora de descanso. Sin embargo, mis dudas seguían presentes y no quería cometer un error, mucho menos que terminara alejándose de mí.
Quiero pasar tiempo con ella a menudo, está la mayor parte del día conmigo y suelo extrañar su compañía muy seguido. El timbre que acaba de sonar anuncia que podré verla, entonces no dudo en ponerme a caminar para buscarla. Espero esté teniendo un buen primer día y nuevo comienzo. Bajé al primer piso dispuesto a salir a buscaroa deseaba hablarle durante nuestro recreo antes de volver a clases.
—¡Matías!—me llamó una voz, Luz había venido a buscarme.
—¿Qué hacés aquí? Pensé que...—guardé silencio, ¿realmente creía que no vendría? Ella siempre estará ahí, eso ha demostrado desde que nos conocimos—. Que bueno que viniste, justo iba a buscarte—afirmé sonriéndole, Luz hizo el mismo gesto.
—¿Todo bien? ¿Ibas a decirme algo?—cuestionó intrigada, parecía nerviosa y acomodó su cabello.
Suspiré retrocediendo y borré aquella sonrisa, temía cambiar para mal lo que sea que teníamos.
—No... bueno sí—contesté no tan seguro. Ojalá las cosas jamás cambien, estamos perfecto así y odiaría perder esto. Nada cambiará el hecho de que sea mi amiga.
—¿Qué? Decime, tenemos media hora libre—debía calmarme y sonar confiado. Hacer este tipo de cosas era más fácil cuando las chicas no me importaban y eran un pasatiempo.
¿Cómo debía decírserlo? Quiźas imaginar que es cualquier otra chica ayude. Seré directo, conciso y esperaré que sienta lo mismo.
—No sé si te hayas dado cuenta de que me gusta mucho estar con vos y empecé a verte no sólo como amiga—confesé viéndola sonreír, buena señal, ¿quería decirme que se sentía igual?—. Ya sé que a varias chicas les he dicho eso pero, ¿querés ser mi novia?
A pesar de las sonrisas, los momentos y acercamientos que pasamos juntos estaban ciertas inseguridades que vienen acompañándome y fastidiándome. Por eso utilizaba a las mujeres, necesitaba sentirme importante y querido, Luz me ha ayudado a cambiar. Descubrí que podía encontrar el amor.
***
¡FELIZ NAVIDAD! 🎄
Lo vengo publicando hoy por falta de internet ;( aunque creo que así está mejor para poder saludar a tod@s. Ojalá estén pasándola de maravilla al lado de su familia, unidos como nunca. Sonriendo y disfrutando cada detalle de vida, agradeciendo el hecho de respirar y siendo felices.
Gracias por cada voto, lectura y comentario. Si las cosas esta Navidad han tomado un rumbo diferente, que la otra sea mucho mejor y en los días pasen puedan mejorar dichas situaciones :3
¿Qué piensan de Valen luego de la confesión que tuvo? ¿Qué debió haber hecho? ¿Luz querrá ser la novia de Matías? ¿Cómo será Daimon más adelante cuando Ailín tenga novio? ¿Violeta tendrá algún novio? ¿Con quién estará Celeste?
Muchas gracias por todo ❤
¡Nos leeremos pronto!
PDT: ¿Recibieron algún regalo? ¿Cuál? 🤔
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