Capítulo 35: Vuelvo

—¡Lo superé hace tiempo!—exclamé bastante molesta. A veces quiero dejarlo todo, siento que no estoy lista, enfrentarlo podría hacerme retroceder y el peor detalle es que me cambió. O mejor dicho, cambié por él, antes era menos egocéntrica y más amable—. Cada cosa que Daniel haga sólo tiene importancia para mí porque podría ser una amenaza—aclaré, sintiéndome sincera.

—¿Entonces por qué se besaron?—cuestionó trayéndome los recuerdos de vuelta. Fue un error terrible que nunca debí cometer. Preferiría morir a hacerlo otra vez—. Tuve que separarlos yo, si no hacía eso hubieran seguido. Y vos tampoco pusiste resistencia—recordó haciendo que quisiera golpearlo fuerte.

—¿Te interesa tanto?—pregunté confundida y enojada. Aquello causa exasperación, su constante interés de querer saber algo sobre mi vida pasada. Sí, esa que eché a perder—. No deberías meterte donde ni sos bienvenido.

—No parecés un ser de luz—confesó negando, ¿quién le preguntó? Sé que tiene razón, he cambiado mucho. Solía sonreír, hablar, aconsejar, ayudar, tener amigos y esas buenas acciones hicieron esto posible. Deseaeía volver a ser así. Ahora soy diferente, digamos que cualquier suicidio marca tu historia—. ¿Cómo una suicida puede serlo? Estuviste...—basta, voy a terminar colapsando.

—¿Enferma? Obvio, cortarse las venas califica como enfermedad mental—acepté recordando. Siempre, jamás podré olvidarlo: fueron gotas de sangre, lágrimas, amistades falsas y demás. Todos decidieron darme la espalda—. Podés creerlo, que nací siendo carente de sentimientos.

—Sos extremadamente reservada, ¿sabés?—asentí evitando mirarlo pues dicha acción, empeoraría esta situación—. Decimelo, necesito escucharte. Quien arriesga, gana—añadió esperanzado. Gala conoce mis secretos, ella sabe sobre ellos. Danielresultó consumiéndome mientras que yo continué permitiéndolo.

—Relación tóxica, empecé a cortarme por sentirme inútil, tuve falsas amistades y decidí suicidarme tirándome del gran puente. Fin—resumí abrazándome. Aún tengo cierta cicatriz, Daniel, ¿necesitabas hacérmela? Ya me habías apuñalado miles de veces siéndome infiel—. Simple, sencillo, ¿comprendiste?—interrogué furiosa. Muy entrometido, Milo, ¡conseguite vida!

—¿Te pegaba?—indagó observando con detenimiento mis facciones. Recordé otras marcas tarde, no pude cubrirlas a tiempo. Este tema consigue hacerme ver débil y vulnerable—. Esas cicatrices... ¿aparecieron producto de magia?—insistió poniéndome peor.

Dejando al margen que Milo sea insistente y curioso, aquel tema no pertenece a mis favoritos. Hubo muchísimos golpes, Daniel amaba golpearme. Decía que lo merecía, por haber nacido mujer. Estúpidamente le creí, llegando a pensar que era quien hacía mal y debía darme cierto castigo.

—Larga historia, no quiero hablar de esto, ¿entendés?—pedí sintiéndome pésimo. Volvieron aquellas ganas de asco, sentimiento agrio, latidos dolidos y pasos arrepentidos—. Pará, he tenido suficiente.

—Si vas a sentirte mejor dejando este tema, jamás vuelvo a tocarlo—rodé los ojos incrédula. Palabras pueden decir, actuar es distinto—. ¿Querés deprimirte o hablamos de otra cosa?

Lamentablemente, elijo la segunda opción. Podría irme, y terminaría deprimida. Reviviendo momentos dolorosos, estos escuecen de forma terrible que odio experimentar a menudo.

—Hablemos—suspiré resignada y rendida.

Estando aquí junto, apuesto que acabaremos peleados. Discutimos cuando nos vemos, cruzamos o chocamos por accidente. Y esta vez no será excepción alguna, sólo pudimos hablar tranquilos hace unos meses en aquella fiesta donde Gala perdió cualquier rastro de dignidad.

***
Azul POV

Los días pasaron rápido, el tiempo transcurrió tan veloz como aquel avión que tomaremos dentro de poco. Camino junto a Franco a paro acelerado, quizás nos tardamos mucho buscando desayuno. Sí, otra vez Dante y sus ganas de comer. Ahora quiso limonada, ¿no se cansa? Espero que esté tranquilo durante nuestro vuelo, porque será largo. Bajaremos en Tijuana, estaremos allí tres horas para después salir a Ciudad de México.

Él mira las tiendas cercanas, hay mucha gente arrastrando maletas. Algunos parecen extranjeros, pasan por mi costado mientras pido no ser reconocida. Una de las cosas que sigue igual es aquella fama, debido a eso prefiero quedarme dentro del hotel. Sin embargo, nos están esperando allá.

—¿Qué harás primero cuando lleguemos?—preguntó Franco entusiasmado. Primera vez que viaja fuera, yo estoy bastante acostumbrada. Tengo demasiada experiencia, necesitaré darme un tiempo. Dante debe tener a sus padres consigo—. A parte de ensayar, no sé, estaba pensando que podríamos ir al centro comercial.

—Claro, iré con Maia y Mara, ellas tienen mejor gusto—comenté intentando hacerlo tener mayor interés. Él dijo que ir de compras conmigo serían un infierno, ¿a qué habrá estado refiriéndose?—. Vos te aburríras ni bien entremos.

—¡No! Bueno, quién sabe, pero quiero comprarle algo también—aseguró pensativo. Seguro piensa qué comprar, siendo padres primerizos, tenemos pocas ideas y queremos hacerlo solos—. Juguetes, ¿ropa? Sí, creo que deberíamos llevarle algunas prendas.

—Tampoco sé qué, tranquilo—reí divertida, queriendo caminar más rápido. Busqué algún reloj que pudiera ayudarme a saber cuántos minutos nos quedaban y me di cuenta de que este gran aeropuerto no tenía ninguno.

Vaya, punto extra a dicha caja de sugerencias. Ojalá exista.

Caminamos unos metros, Dante parecía estarse moviendo víctima del entusiasmo. Franco voltea cada tanto, emocionado producto de ese merecido viaje internacional que puede resultar inolvidable, nunca viajamos juntos. Nosotros somos unidos, pese a esto, jamás tuvimos semejante oportunidad. Maia anunció que fuimos invitados a la Feria Nacional de San Marcos en Mazatlán, México.

—¡Azul!—exclamó Maia notablemente nerviosa, tenía dos celulares agarrados y... esperen, ¿Joaquín no llega?—. ¿Podés marcarle vos? Salimos en diez minutos, Mara y yo hemos intentado llamarlo—pidió Maia preocupada. Si sigue tardando puede perder el vuelo, ¿ella querrá ir dejándolo.

—No entiendo por qué rechazó venir con nosotros—murmuró Franco. Debería estar acá, prometió llegar puntual y evitarnos estos momentos desesperantes—. Falta nomás que esté viendo a otra mina, o quizás un pibe—carcajeó burlesco.

—Amor...—volteó a verme sonriente, ¿habrá imaginado otro antojos? Pues no—, callate.

—Primero que nada, él es fiel y gay... eso sí no sé si será—dudó Maia tecleando nuevamente, deseperada—. Veo que lo perderá, porque ni loca voy a quedarme.

—Bien dicho—le celebró Mara, sentada junto a Manuel. Él afinaba aquella guitarra que compró recién ayer—. Debemos dejarlo, sobrará un asiento y podré poner allí mis maletas—festejó satisfecha.

—Llevás demasiadas, estaremos sólos unos días pero ya qué, te ayudo a cargarlas—indicó él, siguió moviendo las clavijas despacio. ¿Está pareciéndome o toca mucho esas curvas pertenecientes a su instrumento? Quién podría haberlo dicho.

—Debe tenerlo apagado, Joaquín siempre responde—respondí extrañada al pedido de Maia. Intenté llamarlo y no obstuve respuesta.

—Juro que estoy dispuesta a matarlo, lo tiraré del escenario cuand... ¡Llegaste, imbécil!—corrió apresurada tras verlo entrar, llevaba muchas maletas y casi no podía sostenerlas, Manuel fue a ayudarlo y Maia, empezó con sus sermones. Franco y yo uspiramos aliviados, ahora estamos completos.

Detrás de Joaquín vimos aparecer a Valentín, ¿qué hace aquí? Digo, no me molesta tenerlo cerca pero por lo que tengo entendido Joaquín quiso traerlo y Mary le dijo que sería imposible porque tiene escuela.

—¿Ya subimos?—interrogó dándole un mordizco al sándwich que venía comiendo—. Perdón, Kobu no me despertó y dormí de más.

—¿Confiaste en ese perro? Valen, por algo te di despertador—le regañó Joaquín entregándole algunas valijas a Manuel, cabe agregar que fueron esas que menos pesaban—. Gracias, buen hombre.

—Maia quería dejarte—expuso Mara riendo, dejándola expuesta. La aludida sonrió inocentemente, priorizó sus sueños y creo que así debería ser siempre.

—Acabás de exhibirla—señaló Manuel burlándose. Aunque no vi molesto a Joaquín, debió haberle alegrado que Maia se quisiera a sí misma. Antes era diferente, llena de oscuridad y pudo dejarlo atrás.

Siento a alguien rodear mi cintura, volteo encontrándomelo muy cerca. Franco sonríe acercándose más y susurra: "Prometo que nunca vas olvidar esto" dejándome confundida. Continué sin saber a qué hacía referencia, hasta que llevó sus manos hacia Dante.

Amor mío, te amo.

Quiero conocerte, espero poder satisfacer tus necesidades afectivas y demás. Amaré amarte desde que... ¿a quién engaño? Sí, daría mi vida por vos. Y ni si quiera has nacido, deseo traerte de la mejor manera.

***
Daimon POV

Mañana le dan de alta a Gala, y sigo sin saber qué somos. Sólo nos hemos besado, o eso supongo, aquella noche donde todo pasó. Desde que descubrí sus secretos no he podido dormir. Pareceré débil, quizás sea difícil de creer porque hago frente a cosas "peores" pero para mí, es inexisintente algo peor. Siempre quise corregir mis errores, ya que soy consciente de cometer muchos. Y Ailín, ella me hubiera enseñado a darlo todo.

No entiendo, todo cambió tan rápido. Mis latidos están por hacerme colapsar a causa del dolor. Demasiado complicado será hacer como si nada, ¡quiero a nuestra hija! Necesito oír que está viva y nacerá pronto.

—¿Reflexionando?—cuestionó Fermín, él se ha vuelto mi consejero. Asiento suspirando profundo, la necesito. Ailín pudo haberme traído infinitas razones que seguro, habrían hecho de mí mejor persona—. Debes aceptarlo, está bien allá arriba—apuntó al cielo. Mierda, malditas ganas de llorarle.

—Fui horrible padre, ni pude percatarme de que estaba allí—lamenté sintiéndome lo suficientemente terrible. Quisiera otra chance, una sola, prometo no desperdiciarla—. Ailín protegió a Gala, evitó que saliera...—Iris entró a esta habitación, ¿estará escuchando? Da igual, necesito hablar con alguien. Joaquín salió de viaje y nadie más del hotel sabe sobre esto—. Lastimada, pudo salir más herida.

—Entonces la protegió hasta morir, Gala salió ilesa, ¿verdad?—asentí ante Iris, quien entró a nuestra conversación. Sonrió, ¿qué le alegra de todos los infortunios que estoy atravedando?—. Daimon, recordá un poco. Cualquier detalle tiene explicación—garantizó sonriente.

Estas charlas solemos tenerlas aquí, donde Fermín vivía hace años. Está desabitada y queda lejos del ruido y bullicio citadino. Amo venir acá seguido, hay paz, calma y tranquilidad aunque ahora; siento muchos cúmulos emocionales dentro de los cuales estas sensaciones no se encuentran.

—¿Estás feliz?—Iris asintió sonriente a dicha cuestión mía—. He perdido...

—Una gran parte tuya, lo sé, ¿dónde está Valentina?—cambió de tema radicalmente dejándome confundido. Está muy contenta tras haber escuchado eso, sin embargo, también noto algunos nervios.

—Afuera, dijo que iría a componer al patio—informó Fermín, las cuerdas siendo tocadas comenzaron a escucharse. Valen toca guitarra, piano y batería; lo hace bien y según ella, ayuda a desconectar. Debería aprender algunas cosas.

—Bien, vuelvo pronto—avisó saliendo del lugar.

Vuelvo hacia atrás el tiempo, intentando reparar mis errores si quiera dentro de mi mente. Y no, tampoco es útil. Soy ausente del presente, durante estos días no puedo olvidarla. Será pasado, ha muerto pero sigo atado a una niña que nunca podré conocer.

—Necesito...

—Tenerla a tu lado, ya sé—Fermín debió sentir lástima por mí. No he dormido bien, tengo sueño y ni puedo conciliarlo—. Pensá que tenés arriba tu angél guardián, seguro te amó durante este mes.

—Quiero tenerla conmigo, agradecerle y pedirle perdón porque soy terrible, probablememte de los peores—manifesté dolido. Esto quema, lastima aquella alma maltratada que luzco y atesoro.

—Daimon, así cometas errores estoy seguro de que te hubiera visto como algún héroe—esbozó otra sonrisa sincera. Desaciertos, puedo casi nunca haber fallado en exámenes y cálculos matemáticos; no obstante, siendo papá... admito con dificultad esto: soy tremendo desastre.

—Gracias pero... no voy a mentirme—suspiré de nuevo. Me siento derrotado, Ailín, hermoso nombre quiso ponerle Gala. Iré a verla, pronto será horario de visitas—. Voy a ir al hospital, ¿vengo rápido o no van a necesitarme?—pregunté confuso. Es complicado concentrarme teniendo la cabeza en otro mundo, planeta distinto, galaxia desigual. Universo paralelo donde ella sigue viva y yo espero su nacimiento ansioso.

—Andá, tranquilo, no hay ningún problema—afirmó Fermín. Debía dejarme ir, hizo lo correcto. Quiero pensar calmado—. Sólo avisame con Valentina cuando estés en el hotel, debemls hacer un anuncio.

***
LUZ POV

Matías, él finalmente dejó arquitectura. Decidió ir a por lo que en verdad le gusta y, aunque no está seguro de qué sea. No me cabe alguna duda, podrá lograrlo pese a que incluso sus familiares intenten hundirlo. Hice buen trabajo, voy a extrañarlo mucho cuando tenga que partir. Regresar será duro, tan o peor que la vez pasada. Llevo meses aquí, eso hace aumentar mi cariño y amor hacia este mundo agridulce.

Fusión perfecta, caótica e indescriptible.

***
¡AVISO IMPORTANTE!

¡Hola!

Weno, antes que nada quiero ir al grano xd tengo dos anuncios/aclaraciones que hacer a continuación 😁

1.- Entre el lunes y martes se publica Exponiendo Infieles. Dinámica ganadora hasta entonces 🤗 a modo de capítulo especial. No obligatorio de leer.

2.- Las actualizaciones serán, como el año pasado, lunes o domingos. De estos dos días nunca pasan ya que comencé las clases 😭 pero weno :v qué le voy a hacer. Serán 1 vez por semana.

Espero les haya gustado el capítulo 💜 y volviendo a este...

¿Qué anuncio querrá hacer Fermín? ¿Valentín escapó del colegio? ¿Cómo califican la relación de Valentina y Milo? ¿Han ido a Mazatlán o México? ¿Luz extrañará a Matías?

🤔🤔🤔 A partir de ahora se pondrán medio intensas las cosas.

¡Gracias por leer, nos vemos pronto! 👋🏻

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