Capítulo 2: Vacío de nostalgia

Seguí con mi camino hasta llegar al Vivero Bar, aún con la cabeza demasiado confundida por lo último que vi regresando de la escuela. Podría decírselo a Taylor y Mary pero, ¿y si me toman por loco? Porque ver a una persona después de que esta haya muerto no puede clasificarse como algo normal. Sé muy bien que no van a juzgarme, sin embargo, la situación sí es difícil de creer. Lo observé bajar del auto y entrar a ese callejón umbrío al cual Mary y Taylor me advirtieron de no ingresar ya que en su interior suelen desatarse algunas peleas callejeras y robos a mano armada, sobre todo de noche.

Doy unos pasos hacia el frente, hago sonar la campana y Mary levanta su mirada para verme cuando llamo totalmente su atención. Ella sostiene una bandeja con dos tazas de té, me acerco luego de dejar mi mochila encima de una silla y me dispongo a ayudarla llevando el pedido a la mesa correspondiente.

—¿Cómo te fue en la escuela?—me preguntó una vez que regresé a su costado.

—Bien, como siempre—mentí, aunque técnicamente no es mentir porque vi a Milo fuera del colegio, ¿cierto? Además pienso decirle tarde o temprano.

—¿Extrañas a Devi?—inquirió después de que me volteé a recoger mi mochila sin sacar a Milo de mi cabeza, ¿debería preocuparme o no? Él estuvo aliado a Justo, ¿es posible que él también esté de vuelta?

—Sí, es eso—fingí nuevamente. No me siento bien haciéndolo pero por ahora o hasta confirmar que mi vista no me jugó una mala pasada, prefiero seguir así—. Y Kobu ya no está más tampoco, ¿vos sentís su ausencia? Sé que ha pasado un año entero...

—Deja el tiempo de lado, no importa—colocó una mano sobre mi hombro obligándome a tomar asiento en la silla del frente. La mesa se encontraba vacía pues a esa hora de la tarde no solía haber mucha gente—. Taylor también la extraña, fue nuestra hija durante más de diez años y la amamos.

—¿Qué pasaría si regresara? ¿Crees que lo hará algún día?—quise saber. Al principio mi mente estaba más preocupada y centrada en el tema de Milo, ahora sí que estoy pensando en Devi—. ¿No hay manera de comunicarnos con ella donde quiera que esté?

—No lo creo, Val—sonrió con tristeza y nostalgia reflejadas en sus ojos. Mary acaba de decir que deje el tiempo de lado, no obstante, vuelvo a pensar en el. Su sentimientos de dolor al recuerdo de Devi se me han hecho costumbre—. Para que regrese tendría que haber otra guerra, y no quiero eso. Es complicado, ¿sabes? Quiero que vuelva pero sin una guerra como motivo.

—Eso es imposible—me resigné, ¿por cuál otra razón vendría Devi? Nunca regresará simplemente porque sí—. A veces quisiera irme con ella, y lo haría si supiera dónde está.

—Me consuela la idea de que se encuentra bien. Con saber que es feliz en su dimensión, tiene unos buenos padres, una casa, comida, a Kobu—enumeró un par de cosas más a las cuales no conseguí prestar atención—. Me basta, es suficiente para mí con que sea feliz.

—¿No te gustaría que ella fuera feliz con vos?—cuestioné, concentrándome de nuevo en la conversación.

—Mi amor no es uno tóxico, así que sí pero si no se puede, lo entiendo—respondió inteligentemente, dejándome con una duda suelta.

—¿Qué es el amor tóxico?—le interrogué, aquellas palabras me causaron interés en seguida.

—Obsesionarte con alguien, querer que sea feliz sólo con vos y si no lo es, sos incapaz de aceptarlo y terminas haciendo cosas horribles—me contestó ella al tiempo en que acomodaba un mechón rebelde de su cabello que se había movido con el viento. Quise preguntarle algo más, no obstante, se puso de pie para atender el llamado de los clientes—. Ya regreso, seguro quieren la cuenta.

—Sí, andá—asentí insatisfecho por no haber podido culminar la plática. Supongo que terminaremos de hablar después, probablemente en la cena.

Yacía hablando con Mary en una mesa al lado derecho de la caja registradora junto al gran ventanal que daba para la calle, cuando ella se fue, decidí cambiarme de lugar. Empecé a contemplar el cielo desde el costado izquierdo del lugar, sentí un vacío en mi pecho al recordar a Devi. Por ese camino de piedra en un día lluvioso, ella partió hacia su dimensión con Kobu y no volví a saber de ella nunca más.

¿Estará bien? ¿Tendrá nuevos amigos? ¿Seguirá teniendo a Kobu? Miles de preguntas vienen a mí, fluyen con mucha rapidez y lo peor es que no hay quien para darme una respuesta.

Deslizo mi mano derecha por sus curvas mientras llevo mi izquierda hacia su cabeza y comienzo a ejercer presión para obtener un mejor resultado. Dejo sus curvaturas para después y coloco mi mano encima de su boca, aprieto con fuerza dispuesto a dejarme llevar por el momento y escucho como de su boca sale el primer sonido, es más bien un gemido de placer al ser yo quién la esté tocando. A veces, me gusta ponerme a imaginar y creer que mi guitarra tiene vida propia, con sentimientos y emociones humanas.

Posiciono mi dedo índice en la tercera cuerda del primer traste y, respectivamente, mis dedos medio y anular, en la quinta y cuarta cuerda del segundo. Cada vez que toco, siento la presencia de Gopal a mis espaldas, me ocasiona dolor al recuerdo o mejor dicho, la llamada nostalgia que me impide no pensar en él.

—Vuelvo hacia atrás el tiempo—empiezo a cantar sin saber cómo llegué a tropezar con la canción otra vez—. Soy un ser de luz sintiendo. Vuelvo a casa, vuelvo adentro, vuelvo a un mundo sin espejos...

Y es ahí cuando la puerta de mi habitación se abre, Mara ingresa con una sonrisa dibujada en los labios y se sienta a mi costado, sobre mi cama.

—Te estuve llamando, ¿no me escuchaste? Como no respondiste decidí entrar—manifestó mi novia sin un semblante molesto, Mara sabe cuánto me distrae la música—. Estabas cantando la misma canción de siempre, te recuerda a tu amigo, ¿verdad?

—Gopal, lo extraño aunque haya pasado un año desde que se fue—expresé con una sonrisa triste, observé el espejo de delante mío y recordé las veces que lo vi salir de allí para hablarme. Por un instante me idealicé niño otra vez, corriendo y jugando en mi cuarto con Gopal charlando conmigo desde el espejo—. Él me ayudó a cambiar y a cumplir mi sueño, sin su ayuda no hubiera sido posible.

—Hizo un excelente trabajo—admitió tomando mi mano—. Ahora sos mundialmente conocido, igual que mi hermana.

—Ella también soñó con esto, tantas ocasiones como yo o hasta más—suspiré satisfecho. Todavía me cuesta creer lo que logré, sin embargo, es duro aceptar la ausencia de mi mejor amigo, quien me acompañó desde que era sólo el niño tímido y retraído de la escuela—. Quisiera que estuviera aquí, le di las gracias antes de partir pero me gustaría hacerlo de nuevo.

Mara sabe la historia completa, de principio a fin. Se lo conté no hace mucho, no obstante, ocurrió luego de que los aliados se fueran, le costaron unos días creerme y terminar de hacerse la idea pero lo aceptó. Primero creyó que todo era una broma, después pensó que era producto de mi rara imaginación y finalmente fue tomando mejor la noticia. Maia ayudó a confirmar que yo no mentía, porque sino, Mara podría haberme confundido con un loco.

—Es casi irreal lo que sucedió, ¿sabes? Seres de luz de otros planetas y dimensiones que vengan al mundo para cambiar personas—declaró con los ojos brillosos, lo cual me hizo sonreír. Pareció una niña pequeña soñadora, y hablando de sueños, mi novia tiene muchos.

—Estoy seguro de que vos también vas a lograr tus objetivos. Porque el miedo hace que creas imposible eso que en realidad tenés increíblemente cerca para hacerte caer rendida—expuse, como de seguro lo habría hecho Gopal si estuviera aquí.

—Gracias, Manuel—recostó su cabeza en mi hombro y me abrazó con ternura, gesto al cual correspondí contento—. Estás haciendo que crea más en mí.

—Y debe ser así, sos muy capaz—afirmé con seguridad. Definitivamente no dudo de lo que ella pueda conseguir, si yo pude, ¿por qué Mara no? Es obvio que también podrá.

Le di un último vistazo al espejo vacío, sin ver a nadie, ninguna voz que me diga nada ni alguien tras la luna de vidrio. Gopal, ¿dónde y cómo estás? No te necesito. Tengo seguridad, estabilidad, he cumplido mis sueños y dejado de ser víctima de bullying. Sin embargo, te has convertido en una parte fundamental de mí y a pesar de no necesitarte para estar bien emocionalmente, lo hago para ser feliz. Amigo, me has dejado un vacío irremediable.

El sol me nubla la vista por la brillantez con que alumbra el día de hoy, desprende una luz más rutilante que de costumbre, lo cual posiblemente se deba a los próximos acontecimientos. Ha pasado un año desde que me fui del hotel sin un rumbo fijo, teniendo como único objetivo seguir con mis estudios de los seres de luz y demás formas. No tuve contacto con Fermín desde aquel entonces, no hasta ayer. Me fue necesario emprender el viaje de regreso a Buenos Aires, Argentina, para poder reencontrarme con él luego de mucho tiempo.

Me alegra y preocupa a la misma vez. Estoy feliz de cierta manera por volver a verlo, sin embargo, me alarma lo que pudo llegar a pasar porque no debe ser bueno, para que requiera vernos, ha de tratarse de algo muy malo. ¿Justo estará de vuelta? Espero, realmente, que no.

—¿Vas a necesitar mi ayuda?—inquirí cuando hube caminado a su encuentro y él se hallaba delante mío.

Los radiantes rayos del sol nos iluminaban junto a todo el gran campo a nuestro alrededor, lugar donde siempre solíamos vernos para coordinar la siguiente jugada anterior a la guerra con Justo. Fermín luce igual que antes, no ha cambiado, aunque me parece extraño verlo porque me acostumbro rápido y así lo hice con su ausencia.

—Vamos—me corrigió de inmediato con un serio semblante—. Ada, Elena y los aliados nos necesitan. Hay una nueva amenaza y ellos tienen que volver—anunció sin preámbulos, a buena hora, porque no me gusta esperar demasiado.

—¿A qué se debe?—pregunté queriendo saber más acerca del peligro que se avecinaba—. ¿Justo ha vuelto?

—Él no, esta vez es Milo—me contestó no muy feliz con una mirada reprobatoria a toda la situación—. Tendré que ponerte al tanto de todo lo que está pasando últimamente, ambos nos hemos perdido de muchos acontecimientos pero yo ya me puse al corriente, faltás vos.

—Viene otra guerra, ¿cierto?—Fermín asintió, como me temía.

—¿Lo viste venir?—esta vez asentí yo, de acuerdo con él—. La madre creadora ha mandado a llamar a los seres de luz, Ada hizo la señal y deben estar de regreso lo más pronto posible.

—Entonces volveré al hotel cuánto más antes posible—aseguré con decisión—. Te avisaré cuando lleguen todos los seres de luz.

—Gracias—sonrió liberando su pesar—. Aunque habrá alguien nueva ahora, Valentina, ya la vas a conocer.

—Toda ayuda es bienvenida—esbocé un intento de sonrisa. Me quedé en silencio parado a su lado, el cielo estaba despejado y las nubes blancas casi se habían ido del todo—. Se la tendré que presentar a todos.

Mi celular empieza a sonar cuando menos me lo espero, estoy dándole los últimos toques a una canción que planeo cantar con Azul y Manuel en el próximo disco de nuestra banda y el ruido logra interrumpirme y sacarme de mis pensamientos. Suspiro cansada, ojalá no sean esas llamadas para ofrecerte productos hasta que termines aceptando comprarlos. Sin embargo, mis dudas se aclaran al reconocer al emisario del número.

Es Joaquín.

***
¡Hola!

Ojalá les haya gustado este capítulo 💜 como prometí, por mis vacaciones, actualizaré seguido. Habrá nuevo capítulo el viernes 😎 así que estén atentos.

Gracias a quienes sugirieron algunos nombres para la historia, me han dado grandes ideas 😊 voy a usarlos en la continuación (Aliados 4) y algunos en esta parte de la historia.

¿Les gustaría Flashforwards (visiones del futuro que ocurrirá en la continuación)? Algo así como adelantos, entrarían dentro de los capítulos, son los contrario a los Flashbacks.

¿Valentina podrá cambiar a Milo? ¿Qué le dirá Joaquín a Maia? ¿Manuel volverá a tener a Gopal? ¿Mal pensaron la primera parte de su narración 7u7 ? ¿Valentín le dirá a Mary sobre Milo?

Gracias a los que leyeron hasta aquí :3 ¡Hasta el viernes para alegrar el fin de semana! 👋

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