Capítulo 18: Enfrentamiento (Parte I)

Todo está listo, preparado para que entre en acción y estoy nerviosa. ¿Hace cuánto no beso a un hombre? Los últimos labios que sentí fueron los de Daniel. Su cabello rubio, aquella sonrisa, esos ojos tan brillantes, la voz con que pronunciaba mi nombre, sus manos tocando las mías... ¿¡Pero qué mierda estoy pensando!? ¡Qué asco! Tengo a Milo en frente, debo concentrarme.

Ha pasado una semana desde que lo acordamos. Solamente los chicos estarían en la fiesta, al principio, porque no queremos que más gente sea testigo, ¿es normal ver a alguien ser liberado de una posesión? No, por lo cual estarán sólo quienes sí conocen la historia. Daimon y Gala están afuera en el patio, ellos traen el rayo donde capturaremos el alma del padre destructor. Ada y Fermín se mantienen al margen, ocultos entre las personas.

Aparentemente es una fiesta normal, invité a Milo para pasar un buen rato disculpándome por aquello del otro día y aceptó sin mucho rogar. La música es movida, rápida, él tiene sus manos en mi cintura. Hace una vida, era Daniel... mierda, quiero dejarlo atrás. ¿Por qué no dejo de pensarlo? ¡Necesito olvidarlo! Mejor dicho, ya lo hice. Es porque he vuelto a verlo, ahora por él no siento nada.

—¿Qué te pasa, Valen?—así solía decirme Daniel... ¡Basta! ¡Suficiente, me tengo harta!—. Y no me digas que estás bien...

—¿Bien mal cuenta? Perdón si te molesta hablar sobre él pero... es Daniel, yo no estaba lista para verlo—hablé con la verdad. Necesitaba desahogarme, y si lo hago ahora todos pensarán que no es en serio por lo tanto, nadie juzgará mis sentimientos encontrados—. He sufrido mucho, rompió esa cosa que llaman...—me detuve al no querer pronunciar la palabra.

—Corazón, ese es su nombre—tomó mis manos, dejando en ellas una leve caricia. ¿Estará actuando?—. Tenés que ver a otras personas, el imbécil ni vale la pena. Vos sos mil veces mejor.

No sé si su afirmación haya sido sincera, sin embargo, nadie nunca me dijo algo como eso. ¿Yo valgo? Claro que sí, no obstante, es raro escucharlo de alguien más. Subí mi autoestima luego de suicidarme, aprendí a valorar y amar a la persona que soy; hasta ahora sólo yo misma me lo decía. Y oírlo de él, suena raro.

—Nunca antes alguien había dicho algo así, gracias—sonreí colocando mis brazos alrededor de su cuello. Él acercó y apegó más su cuerpo al mío, ¿cuánto ha pasado desde la última vez que bailé con Daniel?—. Al final no resultaste tan odioso.

—Y vos muy hermosa, rubia...—fruncí el ceño molesta por el apelativo—. ¡No me pegues! Lo digo en buen sentido. Gracias por existir.

—¿Por qué? ¿Por existir?—cuestioné extrañada. Aquellas frases que suelta, ¿no pueden ser normales? Debo distraerlo, más así que seguiré hablándole contra mi voluntad... o quizás ya no.

—Sí, te quiero—acercó sus labios a los míos aprovechando el ritmo lento, la música había pasado a ser una suave.

No quiero admitirlo, lo odio... a Milo, no. Estoy hablando de Daniel, porque sólo pensé en él cuando nuestros labios se unieron. Profundicé el beso tomando la parte trasera de su nuca, con los ojos cerrados olvidé completamente todo. Nos besamos dejando a un lado el mundo exterior.

Por un momento visualicé a Daniel cerca, como los viejos tiempos, bailando conmigo haciéndome sonreír y diciendo que mi sonrisa es la más hermosa. Recuerdo tal cual el "te amo" proveniente de sus labios, aquellos que besaba luego sin poder resistirme. Quisiera haber podido tener una buena historia, ¿por qué me decepcionó? Lo sé, es un patán pero cuesta admitir eso. Fui una tonta, y lo seguiré siendo.

Violentamente Milo se separa, sus ojos están abiertos. Sale una luz blanca, radiante, hace que retroceda sobre mis pasos y sacuda mi cabeza confundida. Recién estoy regresando a la realidad.

—¡Dale más fuerte!—le gritó Gala a Daimon, quien sostenía el rayo con fuerza. Ada y Fermín observaban la escena a mi costado derecho.

—¡Se escapa!—gritó Daimon. No tenía demasiada fuerza, así que Noah y Fermín se dirigieron hacia él para ayudarlo.

Los chicos quisieron unirse, sin embargo, Ada se limitó a cerrarles el paso y decirles:

—Vayan a la cocina y cierren la puerta, rápido, no pueden estar aquí—les ordenó. Ellos obedecieron, aunque sé que quisieron hacer todo lo contrario.

—Es muy poderoso...—se lamentó Noah, quien utilizaba toda su fuerza posible—. ¡Fermín, se está escapando!

—¡Tenés que ser fuerte, vamos!—le gritó en respuesta.

¿En qué estoy pensando? ¡Yo puedo hacer algo! Llegó la hora de usar mis poderes, espero que no me fallen y ser capaz de vencer a esa fuerza. Aunque es, quizás, más poderoso que yo.

Utilicé todas mis fuerzas, logré hacerle frente durante un largo rato en que la puerta era golpeada, los chicos querían salir a ayudar. A pesar de esto, seguí empujando aquella energía con mis poderes. Milo cayó al suelo, sacudiendo la cabeza confundido y eso me alentó a continuar. Por último, capturamos su esencia en el contenedor del rayo.

Desafortunadamente, Milo empezó con su ronda de preguntas. Y nadie me ayudaría a detenerlo.

Tenemos el recipiente frente a nosotras y al lado, algunos licores que Noah compró exclusivamente para la fiesta. No sé cómo empezar, ¿cuál puedo poner primero? Tampoco quiero obtener una mezcla rara a simple vista, la innombrable se daría cuenta. Tomo en mis manos la botella de fernet, sin embargo, me arrepiento y vuelvo a colocarla sobre la mesa. Ahora observo el ron, ¿será buena idea? Quizás si primero echo algo de vodka... ¿o cerveza? Tal vez un vino vendría mejor, aunque por aquí no veo ninguno.

Mara observa mis movimientos, expectante. Quiere saber qué pondré, a pesar de su deseo, ni yo tengo idea. Nunca hice una mezcla exótica, ¿cómo se supone que debo comenzar esto? Mi objetivo es darle una buena lección a... esa suripanta.

—¿Te ayudo?—se ofreció cogiendo con una sonrisa, la botella de whisky. ¿Es en serio? ¿Ella tiene más experiencia que yo?—. Agrega tú el tequila—vertió en el vaso un poco, no mucho, así dejaba espacio a las demás licores.

—¿Cuántas veces has hecho esto?—le pregunté sorprendida, parecía que lo había realizado anteriormente. O eso pensé entonces. Y agregué el tequila, después agité unas tres veces. Los líquidos se mezclaron inmediatamente mientras que el color negro del licor hacía pasar aquel trago por un simple fernet.

—Ninguna, es mi primera vez—me decepcionó. Empezaba a creer que no era tan santa como lo imaginé y al final, resultó que sí—. ¡Vamos! Casi nadie hace esto. Además no seré barwoman profesional pero te apuesto que nos queda bien.

—Ni si quiera existe el término barwoman—critiqué vertiendo cierta cantidad del ron y segundos más tarde, cerveza—. Confiaré en vos sólo porque sos mi hermana. Si no funciona, te despido como ayudante y regreso con mi mejor amiga Ámbar. Ella sí me lleva por el buen camino.

—¿Y yo por el malo? ¡Vos quisiste vengarte!—exclamó Mara cruzándose se brazos. Ahora que lo pienso, si algo sale mal y Ámbar se entera... no, eso es imposible—. Solamente te estoy ayudando.

—¿Crees que ya esté?—olfateé la bebida. El olor no dejaba al descubierto que era una combinación, será fácil dárselo... a esa—. ¿Usamos todos?—conté los licores—. ¿Los seis?

—Faltaron el vodka y también fernet—me recordó. Para ser novata, presta mucha atención. Quizás, sólo tal vez, no la despida como ayudante—. ¿Terminás esto vos?

Nos miramos cómplices e, instintivamente, agarré una botella, ella tomó la otra y juntas llenamos el vaso hasta el tope. Era un color negro, así que nuestra víctima no sospechará nada. Para eso, tendría que tener neuronas, y no es así. Aquel olor tampoco delataba las verdaderas intenciones que teníamos.

Perfecto, ahora sólo queda buscar a Gala y dárselo en son de paz.

—¿Quién se lo da?—preguntó Mara entusiasmada dando unos aplausos. Entiendo, es probablemente una de las situaciones más arriesgadas de su aburrida vida—. Qué nervios...—confesó emocionada.

—Yo lo haré. A vos nunca te ha visto por lo que si le entregás, se verá raro y no queremos que sospeche—ignoré su entusiasmo. Me apena el hecho de que no haya podido vivir una adolescencia normal, la imagino encerrada en su cuarto sin ir a fiestas ni disfrutar—. No olvides tener lista la cámara cuando te diga.

—¿Me mandarás mensaje—asentí confirmando su duda—. Entonces lo tendré en máximo volumen, con tanto ruido que hay... bueno, vamos.

—Esperá, hay que guardar la evidencia primero—le recordé señalando las botellas tendidas encima de la mesa. Eso podría levantar sospechas, aquí debemos tener cuidado. Esa suripanta está presente.

Guardamos los rastros entre las dos, limpiamos con un trapo que... no, mejor dicho, yo limpié porque a Mara le dio asco tocarlo. ¡Eso debería sentir al ver a la ex de Joaquín! Bufé por recordar su nombre y salí de allí. Mi hermana estaba conmigo, la fiesta es inmensa aunque si es así, estoy segura de que todo saldrá bien.

Tal y como lo planeamos.

Una vez que observamos a Maia y Mara salir de la cocina, decidimos entrar para comenzar con el exótico cóctel. Cabe agregar y resaltar que cuando digo entrar estoy hablando únicamente de mí y Valentina, por lo tanto, Milo puede comenzar a irse. Si se rehúsa, continuando la invasión al espacio personal que tiene Valen, sentirá mi gas pimienta en sus ojos. Lleva siguiéndonos por toda la fiesta desde que lo liberamos, ¿fue así siempre? Agradezco ser yo, porque ni si quiera Joaquín ha actuado así.

¿Acaso tiene algún interés con mi amiga?

—¡Valentina!—la llamó, ella se llevó una mano hacia su frente, perturbada—. Esperá que...

—¿¡Qué no entendés!? ¡Nos tenés hartas! ¿¡Te podés ir, por favor!? ¡He perdido la cuenta de las veces que Valen te lo ha dicho!—le grité. Cogí el frasco de gas dentro del bolsillo izquierdo, el cual se halla en mi chaqueta. Suspiré rendida, debo controlar las emociones, siempre me lo dijeron—. Mirá, yo sé que te gusta este monumento se mujer pero...

—A mí no, ¡ni me interesás! Si te besé fue porque era parte del plan—espetó furiosa, interrumpiendo mis palabras—. ¿Acaso crees que yo puedo sentir algo por esto? Das asco, como todos los hombres sos un idiota que le vendió su alma al demonio. ¡Y yo hubiera preferido que te mueras! Así el mundo se libraba de una mierda más. No me sigas más, ¡dejame en paz!—sin tenerlo previsto, Valentina cogió el gas pimienta y se lo tiró en la cara. Milo intentó cubrirse demasiado tarde, ella no paró hasta verlo alejarse tosiendo con los ojos totalmente rojos. Si Daimon lo ve, creerá que volvió a estar poseído.

¿Por qué hizo eso? Lo sé, su presencia le molestaba mucho y explotó pero hubiera ido mejor gritarle a echarle eso en la cara. Debe arder, por aquella razón sólo utilizo gas cuando se trata de una emergencia. Y bastaba con decirle que se vaya, ¿con qué objetivo le dijo esas cosas horribles? Valentina, te desconozco a ratos.

Hay hombres extremadamente machistas. Y mujeres que llegan al máximo nivel del feminismo.

Aunque por ahora, prefiero dejarlo para después. Hablaremos de esto luego.

—¡Pasame la lechita!—pedí una vez con el vaso frente a mí. Hora de empezar la poción, ya no hay vuelta atrás. Valentina me arrojó la caja, acto seguido, vertí un poco de leche—. ¡Ahora el vodka! ¡Rápido, Valen, tenemos que usar como mínimo diez sustancias!

—¿¡Sabés qué!?—echó el poco contenido de ron, a la botella que contenía vodka para luego añadirle fernet. Finalmente tapó el recipiente y lo agitó para una más rápida mezcla. ¡Gracias a quien sea por darme una amiga así!—. ¡Ponele esto! ¡Iré a buscar miel y alguna bebida energética!

—¿¡Qué tal crees que quede con yogurt!? ¡Seguro se pone mejor!—exclamé agregándole un tanto, no mucho porque aunque el vaso es grande, debo dejar espacio a las otras bebidas—. ¿¡Encontraste algo!?—Valentina me lanzó un frasco de miel. Dos cucharadas, eso fue suficiente para empezar a agitar nuestra mezcla.

—¡Aquí está el energizante!—levantó en sus manos una lata, sonreí satisfecha. Y otra vez, ¿por qué esa costumbre de aventar las cosas?—. ¡Atrapá! ¡Ya te doy el colorante negro!

—¡Damelo y andá a preparar el patio!—ella asintió sonriente. Me entiende a la primera, se suma a mis locuras, contribuye con sus ideas y apoya la idea que tengo aunque sea descabellada. Debo hacer más amigas así.

Suspiro y limpio mi sudor utilizando la manga de mi chaqueta. Fue divertido preparar esto, ahora viene la mejor parte. Caminé hasta el umbral de la puerta y vi dos guitarras al lado del improvisado escenario, ambas tiene una letra "M" por lo que supongo, serán de Maia.

Lo siento, Valentina. Pero yo no estoy en contra del maltrato instrumental.

***
Maia buscaba a Gala.

Gala buscaba a Maia.

Ambas tenían un plan para cada una y prácticamente formaron dos bandos. Nadie pudo hacer nada para detener el enfrentamiento, porque sí, esa noche fue una donde hubo muchos. Lamentablemente, descuidaron aquello que debieron vigilar y todo su esfuerzo, acabó yéndose a la nada misma.

***
¡Hola!

Baia baia 7u7 el próximo capítulo será algo intenso, ¡es la continuación de la fiesta! AHORA SÍ VIENE LO CHIDO XDXDXDXDXD

¿Qué opinan de las palabras de Valentina? ¿Debió haber reaccionado así? ¿Las dos guitarras serán de Maia? ¿Mara es wena barwoman? ¿Quién (entre Gala y Maia) tiene un mejor plan? ¿Liberaron a Milo del todo? ¿Aquella energía escapará? ¿El padre destructor tiene nombre?

¡No olviden la dinámica! Pueden votar por la opción que mejor les parezca 👉💬⭐👈

1.- TEORÍAS: Plantear un Flashforward y sacar conclusiones, preguntas, etc. A cerca de lo que ocurrirá a futuro.

2.- CONFESIONES: Ustedes eligen a un personaje (si quieren le preguntan algo en específico) y este confesará con la verdad (en total 5 confesiones). Sólo por ahora no cuentan los mijitos del futuro u.u

3.-Ambas 🙋

Ya tengo la fecha de la(s) dinámica(s) así que luego lo notificaré por tablero. ¡YA HAY FOTO DEL HIJO DE 🍏🍎🍊🍇🍉🍓🍒🍍 (con esto quiero decir fruta) DE DANIEL! ESta en el capítulo anterior por si quieren ir a ver a ese rubio.

¿Quién les parece mejor (entre Milo y Daniel) para Valentina?

¿Ella seguirá enamorada de Daniel?

Con esto me despido hasta el próximo capítulo, ¡hasta pronto! 👋💘 y gracias por exitir y leer ✌

PDT: Separadores se colocan al final :'v o se me puede borrar el capítulo ;(

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