Adelantos exclusivos de Flashforwards
Me siento derrotada, hundida, muerta en vida aunque aún esté respirando y el aparato que mide mis signos vitales se encuentre activo. ¿Le estoy fallando a mamá? Para ella siempre fui la fuerte, quien podía contra todo y ahora estoy acá, postrada en la cama de este hospital.
Me quedan apenas unas horas, ¿cuánto es ese tiempo para abrazar a mi familia antes de partir? Estoy rodeada de médicos mientras sólo quiero a mamá, papá y Dante. Los necesito a mi lado, quiero descubrir que es una pesadilla.
Exijo mi cabello largo de vuelta, mis brazos y piernas sin moretones, mis pestañas, respirar con tranquilidad, mi piel sin su ahora característica palidez y tener de nuevo apetito para comer mi comida favorita. Quiero tener las energías para cantar tocando el piano, extraño tanto casa… los días internada son horribles.
—Celes, no llores—él acaricia mi cabeza, me seco la lágrima que cayó y volteé a verlo—. Pasará, quedate tranquila.
—No puedo, me voy a morir—tartamudeé como pude con el respirador artificial puesto—. Te quiero, Dante.
—También yo—sonrió, su voz se empezó a quebrar, entonces sentí culpabilidad por hacerlo llorar estando enferma—. ¿Querés que llame a papá y mamá?
—Sí, pero no me dejes sola, por favor—le rogué asustada. Ver tantos médicos entrando y saliendo, sacando a personas cubiertas por una sábana, ambulancias sonando y gente llorando por la muerte de alguien es un entorno devastador y aterrador.
—Nunca—besó mi frente, tomó mi mano y sacó su celular del bolsillo. Supuse que acaba de mandarle un mensaje a nuestros padres—. Gracias por ser parte de mí.
—Y gracias a vos por ser mi hermano—lloré, otra vez rompí en llanto y me quebré delante de Dante, quien lo hizo junto conmigo.
No me puedo morir. Los voy a lastimar a todos y les romperé el corazón. ¡Yo nunca pierdo! ¡Quiero mi vida! Morir es una derrota, es perder y odio perder contra el cáncer. Mi leucemia no se saldrá con la suya, lo aseguro.
***
—¡Nico!—me grita parada en la acera. Observo su sonrisa divertida, se rehusa a venir conmigo ya que conoce mi inocente plan.
—¿No vienes? Juro que no voy a hacer nada malo—levanto ambas manos en son de paz y le sonrío para inspirarle confianza.
—Ya voy…—coloca sus botas en el césped cubierto por nieve y avanza hacia mí abrazándose a sí misma por el frío que hace—. Tengo frío, ¿nos podemos ir?
—No—negué de inmediato, ¡es la primera vez que veo nieve en mi vida! Y estoy con ella, quien hace todavía más especial este momento—. Pero te puedo dar un abrazo, ven aquí.
—Estoy bien, gracias—se alejó unos pasos de mí.
—Acabas de decir que tienes frío—me posicioné detrás de ella y la rodeé con mis brazos, ella se estremeció ante mi tacto, gesto que me enterneció—. ¿Estás mejor ahora?—asiente lentamente y se apega más a mí, lo cual me hace ensanchar mi sonrisa—. Creo que amo el invierno, es la excusa perfecta para darte abrazos.
—No necesitas un pretexto, hacelo si querés—se giró hacia mí y depositó un cálido beso en mi mejilla—. Ya sé que soy un poco arisca a veces y no te lo digo, pero te quiero mucho.
—Es ahora cuando siento que puedo morir en paz—suspiro con plenitud tras haberlo expresado en voz alta, a lo que ella ríe achinando sus ojos verdes—. Yo también te quiero, bonita.
La doy vuelta haciendo que quedemos frente a frente y tomo su rostro, la atraigo a mí al tiempo en que me mira sin saber muy bien qué hacer e instantes más tarde, estoy besando sus labios.
***
—¿¡Qué no entiendes!? ¿¡Eres imbécil!? ¡Soy una inútil!—le grité llena de frustración, estallando en una furia indescriptible contra mí misma.
—¡No lo sos!—me contradijo inmediatamente, lo cual odié—. El hecho de que estés así no significa nada.
—¿Así cómo? ¿En silla de ruedas? ¿Paralítica sin poder bailar? ¡Tú no sabes cuánto lo amo!—exclamé antes de que mi voz se viera desgarrada y fuera inundada por sollozos. Cubrí mi rostro avergonzada con mis manos, la cuales fueran retiradas por Milán, quien me miró con una sonrisa.
—Sí podés, baila conmigo—me pidió, lo observé sin entender y negué para continuar llorando, pero entonces él sostuvo mi mano—. ¿Me concedes esta pieza?
—No jodas, no seas estúpido—espeté molesta por su imposible petición.
—Tomaré eso como un así—afirmó con seguridad, y no se equivoca porque de poder hacerlo, bailaría con él.
Para mi sorpresa, colocó su mano en la parte baja de mi cadera, al comienzo de mis muslos y me levantó de la silla. Instintivamente, puse mis brazos alrededor de su cuello para poder sostenerme. Él ubicó mi pierna derecha encima de la suya, de tal modo que quedase parada sobre sus pies sin dejar de sujetarme para no caer al suelo ya que soy incapaz de pararme sola.
Nuestros ojos verdes se conectaron. Mi corazón palpitó con fuerza y cerré los ojos para dejarme llevar.
—Bailemos—le propuse ahora yo, sonriendo y olvidando la ineptitud de mis piernas.
Él me sonrió, ambos comenzamos a movernos al ritmo de una inexistente música porque no hay más que la proveniente de nuestro interior. Alex me hace girar, río cuando damos vueltas sin despegar mi mirada de sus ojos, lo cuales son muy lindos ahora que los veo bien.
—Me avisas si te llegas a cansar—asentí aferrada a su cuello dejando escapar una pequeña risa.
—No creo, lo extrañé mucho—respondí con sinceridad pues el baile es mi vida, ha estado allí siempre.
***
—¡Corre! ¡Rápido!—tiro de la mano de Federico para llegar primeros al mirador, del cual se ve todo Cancún.
—¡Ya voy, Jazmín!—suspira agotado por haber subido conmigo las escaleras de dos en dos. Ahora que lo pienso, pudimos caer por estas. Se acerca al ventanal junto a mí y sonríe al ver el panorama: la playa, el sol, las nubes en el cielo y el mar—. Es hermoso.
—Jamás voy a cansarme de esto—le devuelvo la sonrisa mientras admiro la belleza de mi ciudad, a la cual tendré que dejar mañana—. También lo vas a extrañar, ¿cierto?
—Obvio que sí, aquí he vivido más de la mitad de mi vida—recordó con ligera melancolía y nostalgia anticipada—. Pero volveré, no es un adiós definitivo.
—A fin de cuentas, nacimos en Buenos Aires—aclaré, aunque no soy capaz de añorar tanto mi país natal.
—Por lo menos iremos a la misma escuela así que estoy más tranquilo—rió a sabiendas de lo difícil que le era hacer amigos al ser nuevo—. Quisiera ser más extrovertido, como tu wey.
—No mames, soy tímida—negué con sarcasmo—. Bueno, en realidad, soy popular.
—Y yo ni amigos tengo—se lamentó el pobre.
—Yo soy tu amiga, pero de ahí no paso.
Ambos reímos, permanecimos charlando entre broma y broma, viendo el paisaje veraniego por última vez. Mañana sale el vuelo a Buenos Aires, mamá y papá decidieron volver por lo tanto yo y mi hermana menor nos vamos. Los padres de Fede también, así que iremos juntos.
Como siempre, juntos.
***
—¡Tú me abandonaste! ¿¡Sabes cuánto me dolió!? ¡No tienes idea lo que ha sido mi vida sin ti!—exclamó con rabia en su semblante, más que nada distinguí el miedo y tristeza—. ¡Somos exactamente iguales! ¿¡Qué tiene mi hermana que no tenga yo!?
—Jamás lo haría, ¿por qué te abandonaría? Sos mi hija, Vilu…—se me hizo difícil hablar, empeoró cuando ella empezó a llorar y alejarse por cada paso que yo daba—. Te amo aunque me estés odiando ahora mismo, nunca te dejé. Siempre te he amado y lo seguiré haciendo, sólo quiero tenerte conmigo.
—Y yo sólo quise una mamá…—sollozó con lágrimas en los ojos. Dejó de apartarse de mí, entonces me acerqué con cuidado y estreché su cuerpo contra el mío así como la sostuve cuando era bebé.
—No llores, estoy aquí con vos—la tranquilicé, lo supe cuando su corazón disminuyó el ritmo.
—No te vayas, no me dejes otra vez…
Sus palabras me traspasaron el corazón, la sentí tan vulnerable y frágil entre mis brazos. Rota, sensible y desprotegida; lo que hizo desear poder ser su escudo. Es mi hija, la menor, a quien creí perder.
—Yo no te dejaré jamás…—le aseguré porque es de lo que más segura estoy en este mundo—. Nada va a separarnos, no de nuevo.
—Quiero una familia.
***
¡Hola! ¿Qué tal? ¡Feliz viernes! :3 ¿Qué les parecieron los Flashforwards? ¿Cuál es el que más les gustó o les interesó? ¿Quién está a punto de morir? ¿Vilu murió o no? ¿Quién es la que está paralítica y por qué? ¿Quiénes se mudaron a Cancún? ¿Por qué Nico y Vilu no hablan como argentinos?
Quiero aclarar: Los personajes que se me mencionan en los fragmentos son los hijos de Franco, Azul, Maia, Joaquín, Noah, Venecia, etc. Es decir, sus descendientes.
¡Habrá capítulo el domingo o lunes! 😁 así que no esperarán mucho.
RECOMIENDO REVISAR ESTE APARTADO MAÑANA YA QUE QUIZÁS AGREGUE UN PAR MÁS 👌
Gracias por leer 💙 ¡Se les ama! Nos vemos pronto 👋
PDT: Recuerden que la imagen también es un adelanto Flashforward
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