♦2♦ Un favor para todos
Narra Castiel:
«Oh Re, solo te pido unos segundos más de sueño y esto es lo que me das. Tu elegida sufrirá las consecuencias».
Repetí un par de veces mi plan de la mañana, sobre todo mientras cerraba la ventana de mi habitación; consiguiendo por fin que la cegadora luz de Girian no destrozara mis ojos. Una mañana demasiado brillante para mi gusto, el que se distinguía por la preferencia a días algo nublados y frescos; perfectos para volar.
Sin siquiera pensarlo cogí mi muda y entré en el lavabo, donde como cada mañana dediqué diez largos minutos a mi aseo personal. Limpié mi cabello azabache con esmero, y observé mi reflejo en el único espejo de la casa.
Ojos esmeraldas, cabello con puntas rojas como el fuego y porte de gran mago. Estaba, por fin, preparado para que todo el mundo pudiera contemplar a mi persona. Y con ese pensamiento en mente me dispuse a salir del cuarto, no permitiendo que otra preocupación ocupara el lugar de este.
A grandes zancadas llegué a la cocina, en la que Aksel, mi querido y siempre sonriente amigo preparaba un delicioso desayuno para ambos. Me senté lo más cerca que los muebles me permitieron y permanecí atento a su saludo con trapo incluido.
—Hoy has madrugado, qué sorpresa; y eso que no hay carreras. —El rubio se rió en el lugar, sabiendo de sobra el hecho real por el que me encontraba allí a semejante hora.
— ¿Por qué será? Tengo la sensación de que alguien abrió mi ventana sin mi consentimiento. —El chico de ojos marrones como el tronco de un árbol alzó ambos brazos, alegando ser inocente de semejante acusación.
—No fui yo. Lo más seguro es que los dioses quisieran verte despierto, temprano, por una vez en tu vida. Sin que eso supusiera un beneficio oculto tras esa acción, cómo participar en las carreras de dragones. —Suspiré al entender su punto, y sin ganas traté de dejar el tema ahí: reconociendo con amargura que había perdido el duelo.
—Bueno, dejémonos de historias y desayunemos; mi estómago pide alimento ya. –Entre risas Aksel me entregó mi plato, que se diferenciaba únicamente del suyo por la presencia de jamón; alimento que el chico ni probaba por ser vegetariano. «Las tonterías de un elegido de Árvore ¡¿A quién se le ocurre no comer carne?! Ah sí, a Aksel...»
—Pues disfruta, que hoy el cocinero se ha esmerado más de lo normal. –El rubio señaló su "hermoso" delantal, en el que había escrito hacía mucho tiempo: "Besos al cocinero" y una gran flecha señalando su rostro.
—Lo siento amigo, pero por muy buena que sea la comida no te daré ningún beso. –Aksel hizo un cómico puchero al escuchar mi respuesta, y tras dejar el gesto se sentó frente a mí. Cogió una de las muchas tostadas de su plato y la engulló antes de que me diera tiempo a reaccionar.
Haciendo caso al rubio comencé con mi desayuno, ambos en un silencio de lo más agradable. Desde la ventana de la sala se podía oír el paso de numerosas carretas y caballos; además de algún que otro hombre gritando sus mercancías. «Gritar en mitad de la calle a esta hora es la mejor forma de atraer clientes y que estos adoren tu llegada. Sí, y esta fue una frase sin ironía alguna».
Todo parecía tranquilo hasta que un fuerte ruido rompió la paz del lugar, provocando que Aksel y yo nos levantáramos exaltados y en guardia.
— ¿Eso que fue? –Negué con la cabeza alegando no saber nada, y el rubio fue el primero en acercarse al lugar de los hechos. El que cómo no debía ser mi habitación—. ¿Seguro de que no hay nada ahí dentro que pudiera hacer ese ruido?
Hice una imagen mental del cuarto antes de marcharme, y volví a negar con redundancia al cerciorarme de que no hubiera nada que pudiera hacer semejante estruendo. Me adelanté al rubio y me preparé para tirar la puerta, no sin antes comprobar que Aksel estuviera preparado.
Un asentimiento por su parte fue mi disparo de salida, y en un segundo la puerta estaba abierta; dejándonos ver con facilidad lo que había sucedido en el interior. Inferno, mi dragón, tenía la cabeza encajada en la ventana, y desde fuera intentaba separarse de la pared; cosa que había provocado la caída de mi estantería y el estruendo que nos sobresaltó.
— ¡¿Cómo?! —No cabía de la impresión por semejante escena, que consiguió en un segundo arrancar de cuajo todo el poderío que Inferno había conseguido. Desternillado caí sobre el suelo duro, siendo reprendido con la mirada por los otros dos integrantes de la sala. «Mejor dicho, integrante y medio».
—Pobre Inferno, anda que el dueño que te ha tocado. —Y Aksel, como siempre, ayudándome a ser maduro. Él y su gusto por los animales, no me deja ni reír en paz sin sentir remordimientos. «Los que por cierto nunca afirmaré que sienta».
—Oh venga, tampoco te pongas tan serio. Ves como esta. Todo lo imponente de los dragones lo ha tirado por el río... —Y volví a reír, ya sin prestar atención a lo que los demás dijeran de mí.
~No seas crío, que ya cumpliste los dieciocho hace bastante. Anda, levanta del suelo brujo y, ¡ayúdame!~
«Y ese es mi dragón Inferno, al que le encanta meterse en mi mente. Ah, y también sabe hablar, pero prefiere mil veces provocarme dolores de cabeza por comunicarnos de esta forma. Gran dragón, mejor compañero».
~ ¡Rápido!~
—No metas prisa. –Le dirigí una mirada molesta, me levanté a regañadientes y empujé un poco su hocico hasta que conseguí desencajarlo. «Que suerte tiene de que no vivamos en una casa de dos plantas, se habría quedado colgando».
—Me manda Marga, dice que vengáis pronto, que hay alguien que os quiere conocer. –Inferno observó a Aksel, a quien parecía mejor, para él, transmitir el mensaje.
—Allí estaremos; adiós Inferno.
—Adiós. —El dragón desplegó su alas y alzo el vuelo, alejándose en un segundo de la casa. «Lo ha pasado bastante mal para enviar ese simple mensaje. Luego tendré que hablar con Marga sobre usar a Inferno como paloma mensajera exprés».
—Venga Aksel, vayamos a ver que quiere Marga. —El rubio asintió a mi propuesta, y ambos fuimos a la cocina a dejarlo todo presentable.
Cuando todo estuvo más o menos adecentado cogimos los abrigos y marchamos a la casa de Marga. Un largo viaje para ir caminando... pero Inferno se marchó sin siquiera ofrecerse a llevarnos. «Soy un jinete muy estricto y temido por mi dragón, sé que se nota».
Recorrimos casi toda Piuma para llegar a la casa de Marga, o mejor llamada, sede de Los magos de los dioses. Nombre que ha circulado por toda Arab tras saberse que allí se dirigían las búsquedas de los elegidos. «No es un gran nombre, pero al menos mantiene alejados a curiosos o ladrones al saber el poder que alberga el lugar».
Abrimos la verja, y andamos hasta llegar a la gran puerta de roble.
« ¿Qué querrá Marga? Hace semanas que no hacemos una misión y meses que no encontramos a otro... La cosa se nos está poniendo difícil» Me quedé pensando todo esto delante de la puerta, y creo; solo creo, que Aksel se impacientó.
—Llama. —El rubio no paraba de balancearse adelante y atrás, y supuse al segundo que el chico llevaba esperando un buen rato. Todo esto sin añadir el frío que hacía, pues el aire estaba contra nosotros; y soplaba con fuerza y furia contra la entrada de la mansión.
—No metas prisa, ya voy. ¿Qué te crees que voy a hacer? —Me giré y golpeé varias veces la puerta de roble, esperando a que abrieran, cosa que no ocurrió.
—No sé, porque tú no te movías, como si estuvieras en tu mundo. —El rubio se regodeó al ver que había acertado por la forma en que moví la mandíbula, y haciendo olvidar el tema volví a llamar. « ¿Cuándo llegará?».
—No viene nadie. —Aksel dibujó una media sonrisa en su rostro, me empujó a un lado, y cogió una cuerda que colgaba a la derecha de la puerta; provocando que la campaña recién instalada sonara con fuerza.
—A lo mejor si tocaras la campana. —El chico se rió en mi cara, pero rápidamente cambio su expresión a una de preocupación y se situó frente a mí—. Castiel, ¿qué ocurre? Estás ido, y no has hecho ningún comentario en todo el camino. Me preocupas.
—Es solo que estaba pensando un posible por qué para todo esto. Ha pasado mucho tiempo desde que hicimos una misión, y mucho más desde que encontramos a otro de la leyenda. Me preocupa que no lo consigamos. —Miré algo dolido a Aksel. «Nuestras vidas dependen de encontrar a los otros, es algo serio.»
—No te preocupes, seguro que aparecen. Somos magos. ¿No? Siempre dejamos estragos por donde vamos. —El chico sonrió y yo también lo hice. Será muy pesado y todo eso, pero luego sabe subir los ánimos como nadie.
Aksel y yo nos pasamos el resto de tiempo «Que creo que fueron unos cinco minutos», haciendo bromas y riendo, hasta que de repente la puerta se abrió lentamente dejando ver a Marga detrás de ella.
Esta mujer, por muy mayor que sea, no va a dejar de darme miedo. Me daba a los diez y me sigue dando a los diecinueve. La anciana mujer tiene el pelo oscuro, ya con reflejos plateados; y sus ojos son grises como la plata, llenos tanto de sabiduría como de severidad. Siempre con espacio para esa gran cantidad de dulzura de una madre para quienes quiere; no encontrándome yo en esa lista. Siempre he sido algo "travieso", pero bueno, que se le va a hacer.
—Oh Aksel... Y Castiel. —Cuando dijo mi nombre se notaba su poco cariño hacia mí «Por decirlo con suavidad»— Por fin llegáis. Los demás os estaban esperando. Venid al salón que os quiero presentar a alguien —Y la mujer se fue rápidamente.
—No podía haber hecho eso para llegar. No, solo para irse. —«Nos ha tenido esperando diez minutos fuera, y ahora se va en dos segundos».
—Bueno, a dentro, intenta no pensar en ello. —Rodé los ojos al escuchar las palabras de mi amigo, y él sin hacer caso a mi gesto hastiado entró en la casa.
Aksel iba delante, y como yo se sabía el camino de memoria hasta el salón, por lo que solo tardamos unos minutos en llegar; culpa del gran tamaño de la casa. «Parece un laberinto».
Cuando llegamos estaban los tres chicos del grupo esperando, cada uno en una parte distinta del salón. «Somos un grupo bastante variopinto, la verdad. Por el momento solo lo formamos cinco personas: Zoey, Archer, Katy, Aksel y yo».
—Hola, ¿Nos echábais mucho de menos? — Entré en la sala con los brazos extendidos, logrando la atención de todos los presente; y al segundo una serie de aplausos hacia mi persona. Esa si que era una buena entrada triunfal.
—No lo sabes bien. —Zoey se levantó al instante del mueble en el que estaba esperando—. No tienes idea de lo que es estar aguantando a Katy diciendo una y otra vez: "¿Cuándo llega Cas?"
—Sí claro, no te inventes cosas que se va a creer que estoy loca de verdad. —La forma en la que Katy habló fue algo más ruda que el tono que Zoey usó; por lo que supuse que la charla no acabaría bien... Para nada bien, y estaba en primera fila para presenciarlo todo.
—Es que lo estas. —Oh, esto se va a poner interesante... La mirada de Zoey brilló como la luz de Girian y Mesec unidas, preparada sin duda para la guerra.
Mientras Katy mantuvo su gesto altanero, con sus ojos marinos fijos en la morena de cabellos blancos.
—Tú te lo has buscado. —La chica creó un "Tore" bajo ella, y empezó a controlar el agua que salía de este; dejándonos apreciar la espada de su armadura.
—Vamos. —La otra formó otro círculo, solo que de este salieron numerosos rayos de luces brillantes; que se juntaron para formar una espada de algún material transparente y cuyo interior estaba ocupado por rayos de tormenta que brillaban con levedad.
— ¡Parad niñas! —Las dos chicas estaban a punto de golpearse mutuamente con las espadas cuando Marga hizo su aparición estelar—. Ya estamos todos, así que guardad las espadas. —Zoey y Katy se dirigieron una mirada llena de veneno e hicieron desaparecer las espadas a regañadientes—. Ahora, os presento a Fernand Hiton; un viejo amigo mío.
En ese instante una gran humareda blanca se formó al lado de Marga, y cuando se disipó pudimos vislumbrar a un hombre. Más o menos le echaría entre 45 y 50, de pelo oscuro, no tanto como el mío y ojos azules como el hielo que despedían mucha inteligencia y veteranía. Iba vestido con una gran chaqueta hasta el suelo de cuero negro, tras la que se podía ver un cuerpo tonificado por un duro entrenamiento.
—Es un placer para mí conocerles a todos, me alegra que podáis ayudarme. —El hombre hizo una pequeña reverencia y pidió que nos presentáramos, siendo el primero Archer; que se había acercado al hombre en este rato.
Archer es un buen chico. Llegó hace casi dos años, y se ha adaptado bastante bien, aunque no puedo negar que es algo silencioso e invisible; pero hasta él lo admite. Costumbre y ser elegido de Venthus, dios del aire, son las excusas que pone a su comportamiento esquivo. Mas aun así, siempre es el primero en presentarse, y su forma de ser, educada y cortés, enamoró a Marga aún más que el simple hecho de ser mago de aire.
—El placer es mío, señor Hiton, yo soy Archer Storm. —El chico se acercó al hombre y ambos estrecharon amistosamente la mano.
—Encantado Archer, pero llámame solo Fernand. –Archer asintió de acuerdo, y al segundo dejó espacio a la morena del grupo.
—Yo soy Zoey, Zoey Bolt —La chica se acercó al hombre y pasó la mano por su corta cabellera blanca.
—Un gusto Zoey. —El hombre besó las mejillas de Zoey y esta correspondió al acto. Se separó y dejó paso a la siguiente. «Parece que hacemos filita para entrar en la escuela».
—Encantada de conocerle Fernand, yo soy Katy Acquas —La chica tendió la mano al hombre y este se la besó.
—Un placer. –La morena se separó con desagrado queriendo, a mi parecer, engatusar al hombre para que la nombrara entre elogios ante los allegados del rey. «Esto en general es por más cortesía que otra cosa, pues puedo apostar mi mano a que todos los de esta sala le conocemos; y viceversa».
—Y yo soy Aksel Hoods. —Aksel, como siempre, levantó su brazo y dibujó una súper extra mega exagerada sonrisa en su rostro; gesto que Fernand se tomó con humor y una sonrisa semejante.
—Hola Aksel.
—Castiel Torch. —He hice un simple movimiento con la cabeza. Fernand me devolvió el gesto cazando al segundo mi forma de ser, y todo se quedó en un mudo silencio.
—Bueno... —Zoey rompió el silencio incómodo, evitando lo que para ella era la peor de las situaciones—. ¿Cuál es ese favor que quiere que hagamos?
—En realidad no es un favor del que solo yo saldré beneficiado. —Parece ser que a este hombre le va el hablar poco, todos parecen iguales. O Ahondas en el tema o no te dan más que un acertijo sin solución aparente.
— ¿Podría decirnos el porqué de esas palabras? —Observé a Archer al ver que ambos pensábamos semejante, y el platinado me devolvió una sonrisa de lado que me dejó algo pensativo.
—Lo que ocurre es que ese favor es salvar a una persona, específicamente a mi sobrina, Alia Hiton.
— ¿Y qué sacamos nosotros de ella? —Este hombre no parece tener muchas ganas de hablar y aun así quiere que salvemos a su sobrina. «Nadie entiende que queremos información extensa».
—Es la elegida de Belyan. –Mi cabeza comenzó a funcionar a toda velocidad, descubriendo hechos difusos y alegrándome enormemente. «Venga ya, hemos encontrado por fin a otra. ¡Y esta presa! ¿Cómo una maga tan poderosa puede haber sido capturada? Es de locos, además ella es vida. Poder de curación y divinos. Uno de los más poderosos. Encontramos por fin a la luz de la leyenda... Solo quedan dos».
—No quiero parecer entrometido ni nada pero nos podría decir exactamente que le ha podido ocurrir para que la capturen. Es decir, es una maga muy poderosa, como nosotros. No es normal que este donde está. —Archer tan educado como siempre hizo otra gran pregunta; adornada con ese adjetivo por ser similar a la duda que rondaba mi cabeza con más fuerza.
—No eres entrometido, al contrario, tus dudas son normales. Lo primero es: ¿Conocéis Roukre?
—Claro, es uno de los pueblos del Norte. Allí no están permitidos los magos, y son bastante sanguinarios con ellos. Tienen una religión y pensamientos poco flexibles... —«Esos tipos son unos pirados. En Roukre se cargan al primero que haga magia. Dicen que nadie debe tener más poder que sus dioses, y queman y matan lentamente a los magos. Simplemente por su religión, sin importar quienes sean».
—Pues ella nació allí. Y tuvo que esconder su poder estos dieciocho años. Para mayores problemas sus padres son los alcaldes y cuando se enteraron de los poderes de Alia la persiguieron con todo tipo de gentes. Además, siendo la portadora de la vida y sintiendo semejante rechazo y odio por parte de sus padres hacia ella huyó. Pero ese tipo de magos son más poderosos cuantos más sentimientos positivos estén con ellos. Y ella se rompió por dentro. En ese tiempo la capturaron y ahora no puede huir por su sentimiento caritativo. Sé que yo solo no la lograré sacar, por eso necesito su ayuda. Fue capturada por vendedores de esclavos, y ahora seguramente no va a dejar al resto de personas solas.
—Oh, ¿y tú quieres que la rescatemos?
—A ella y a las personas que ella quiere rescatar. Ponedlas a todas ellas como prioridad, pero en un caso extremo Alia es lo principal. No me dirigirá la palabra si sabe esto, así que espero y se mantenga como algo entre nosotros.
—O sea ser, que es extrema con la frase: "Ayudar al otro antes que a uno mismo" ¡Qué tontería! —A Katy no parecía hacerle gracia lo de la chica nueva; además, sabiendo que es vida podía ser la luz, lo que supondría más atenciones hacia otra. Siendo ella seguramente la espantará, y como sea poco agraciada físicamente ya tenía una enemiga con arsenal de sobra.
—Pues señorita Acquas, mi sobrina es muy poderosa, posiblemente más que usted. Como bien sabrá todo ese poder conlleva una responsabilidad. Dejemos esto que ha dicho como si no hubiera pasado... —El hombre apartó la mirada de la castaña, y la posó sobre mí, evitando transmitir ese sentimiento de ira que se había instalado en su mirada—.Tenéis que dirigiros a Eloria. Debéis iros ahora pues esta noche empezará la subasta. Ella será la última, pero por si acaso id antes. Dispersaos y que no se note que estáis todos juntos. En cuanto veáis que la cosa se pone seria o ya se la van a llevar comprada actuad.
—Bien.—Todos a la vez respondimos al señor Hiton. «Parece que tenemos una nuevamisión».qP(
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