Un cadáver yacía sobre el escritorio del mago esa maldita tarde.

El maestro de juegos fue el primero en encontrarlo. Este presentaba un importante inflamiento en el abdomen, que al ser manipulado, expulso un repugnante líquido formado por demasiadas cosas que incluso a alguien como el maestro de juegos le dieron asco.

El olor se filtró hasta el piso de abajo, pero igualmente nadie de la orgía se cuestionó el origen, pues cadáveres ya había en la sala y no le estorbaban a nadie.

El maestro de juegos cerro la puerta de la habitación, ya que no quiere que descubran su extraña afición. Perdónenle y entiendan que nosotros, simples mortales, no entenderíamos el amor de la boca de quien lo invento.

No fue hasta una hora después que vio que este cuerpo no era ni más ni menos que Leonard.

¿Quién lo mato y por qué? Aunque ahora este en peores condiciones y recubierto de líquido íntimo, sigue siendo evidente que fue asesinado.

Fue entonces cuando el titiritero entra en la sala, descubriendo tal aberrante escena al otro lado de la puerta.

¿Usted no sabe lo que es compartir?— dijo el titiritero.