Capítulo 3. A mí orquídea.


Lo ví muchas veces, cada vez que el sonreía una rosa florecía, todas las rosas estaban locas por el, ¿De quién estoy hablando exactamente?, Eso en realidad me confunde.

Mi principito y mi Orquídea se parecen tanto, sus ojos tan profundos, su aura tan intensa pero misteriosa, su encantadora sonrisa que era capaz de hacer sucumbir hasta la galaxia más lejana, aquella sonrisa me mataba, tanto que me hacía pensar, -solo necesito verlo, no necesito nada más, solo su hermosa y encantadora sonrisa, aquella que inunda mis pensamientos cada noche mientras veo mi techo alumbrado por la poca luz de la luna. ¿Por qué me enamore de él?, ¿Que fue lo que pasó exactamente?

Realmente no sé si es amor, no lo entiendo.

En palabras de mi rosa, mi mejor amiga, preguntaría: -¿Cómo es que alguien de corazón tan frío y lejano logro descongelarse de alguien tan diferente a ti?

Yo solo sonreí y le contesté- Por que su corazón es cálido al igual que sus sentimientos, tan dulce y en sintonía que haria que el propio Iceberg que arrasó con el Titanic se hubiese sucumbido ante tal mirada..., ante tal belleza- mi poema solo es lo externo, lo básico que podría haber dicho sobre mis sentimientos hacia él, pero claro que no podría escribir mis pensamientos tan fácil, apenas si reconocí que lo amaba. ¿Por qué me enamore de él? ¿Realmente es amor?

La primera vez que lo ví, fue en mi mente, en mis sueños, en mi planeta.

-Es un asteroide- dijo mi principito aquella primera vez.

-¿Disculpa?- pregunte confusa. Su imagen en esos momentos para ahora es borrosa, no recuerdo muy bien como paso o que dijo con exactitud. Lo único que recuerdo es que dijo.

-¿No lo recuerdas? Es claro que vivo en un asteroide, ¿Porque siempre te refieres a el como un planeta?

Ni si quiera recuerdo la mayoría de las páginas del libro, solo queda en mi algunos fragmentos de que alguien alguna vez lo mencionó. ¿Quien fué?

No recuerdo las palabras, no recuerdo haberlo leído, ¿Quien me contó esa historia alguna vez?

¿Cuando fue que todo esto empezó?

...

Mi planeta era enorme, pero solo había un lugar que recordaba en cada despertar.

Un enorme desierto, tan lejano como mi memoria, el calor no era exagerado, era como si fuera un día fresco de verano. La arena era rosada y el cielo era de un morado con diferentes tonos como si fuera un pastel y le hubieran dado varías pinceladas. Había un pequeño montículo de tierra y pasto y un árbol gigante de unos cuatro o cinco metros de altura que siempre estaba en la estación de primavera. Las flores rosadas lo adornaban y están caían con gracia mientras eran guiadas por el viento.

Siempre me sentaba allí y observaba las cometas olvidadas que colgaban del árbol. Siempre me sentaba allí, en ese aeroplano rojo, me recostaba, me colocaba mi casco y observaba mi maravilloso cielo que cambiaba de azul a morado y biseversa. Las palomas volaban en bandadas y hacían figuras en el firmamento. Cerraba los ojos y me dejaba llevar.

-¿Entonces ya sabes quién es tu rosa?- me pregunto nuevamente mi principito, espabile y le sonreí con dulzura. El siempre hacía eso, aparecía de la nada y se sentaba junto a mi.

-Claro- el me miró curioso- entendí muchas cosas y para mí, mi hermosa rosa es mi querida mejor amiga- el frunció el ceño y negó con la cabeza.

-Tu rosa debe ser alguien especial, alguien a quien ames- tocó su pecho avergonzado, pobre de mi Principito, ama tanto a su pequeña e indefensa rosa, aquella de cuatro espinas que tiene para defenderse. Era tan joven para amar, tanto que no entendía el amor, pero ¿Quien puede entenderlo?

Sonreí y emití una pequeña risa.

-Oh mi príncipito, no sabes cuánto pensé en quien era mi rosa, y ella posee todas las cualidades que has nombrado, ella es perfecta para ser mi rosa. Todos en mi academia son rosas, cuando paso me saludan, sonríen o hacen reverencias, pero solo es cortesía, jamás llegaran a ser lo que mi mejor amiga es para mi- el me miró por unos segundos y luego sonrió.

-Ya veo... ¿Y por qué?- pregunto acercándose más a mi. Ver su rostro de cerca me daba nostalgia.

-Por que ella es especial, alguien a quien amo y se que es confiable, mi mejor amiga, la única en que puedo confiar además de ti- presione mi pecho con la mano.

-¿Entonces a a quien amas?, ¿Amas de verdad y con locura a alguien?- se me quedó mirando, y solo pude ver sus preciosos ojos azules, su cabello de oro, y su intrigante curiosidad, rei y lo abrace fuertemente.

-¿Amar?- pensé- Yo no sé que es amar... Creo que ya lo he olvidado.

-No puedes olvidarlo, es algo que necesitas y que no puedes controlar. Todos podemos volver a amar.- sonreí y lo mire fijamente.

-Oh príncipito, no sabes cuánto te amo.- me acerque y con ternura lo abracé, el correspondió y susurro en mi oído.

-Se que es así, pero no es del todo cierto- me aparté y lo mire confundida.

-Hay alguien más que inunda tus pensamientos, y lo sé perfectamente por qué yo estoy en ellos y puedo verlo con claridad- agache la mirada indecisa.- dilo, ¿Quién es el?

-Yo aún no sé si es amor... No sé que es lo que siento en verdad.

-¿Quien es?- medite y solo pude decir:


-Mi orquídea- sonreí. Y creí por un segundo ver algo de tristeza en el Principito.- pero solo es una suposición.

Mire al cielo y respiré profundo.

...

Desperté nuevamente, abrí y cerré mis ojos despacio para acostumbrarme a los rayos del sol que entraban del tragaluz del techo y de los vitrales a mi costado. Alguien me levanto de mi hermoso y preciado sueño con quién añoraba soñar todos los días, mi ¿Principito?, Me sonroje al ver quién había Sido el autor de mi despertar, aquel príncipe que despierta a su doncella del sueño eterno. Me asusté y me levanté con rapidez y al hacerlo me mareé y caí nuevamente en el sofá.

-¿Estás bien? - preguntó preocupado sentándose a mi lado y mirándome fijamente esperando una respuesta.

--Si, yo solo estaba algo cansada, no creí que tanto...- reí- lo lamento, creo que te asusté.

-Lo siento, te veías incómoda- dijo mi orquídea con su sonrisa, aquella que me atrapaba siempre.

-Descuida, gracias- respondí tímidamente para mí sorpresa.

Me había quedado dormida en la biblioteca, y no recordaba ni si quiera haber llegado allí.

-Bueno, creo que después de mucho podemos hablar tranquilamente, normalmente tienes a mucha gente alrededor.

-Me lo dicen mucho - me rasque la nuca - pero tienes razón, hace mucho no hablamos, creo que he descuidado mucho nuestra amistad. Creo que tenía algo de vergüenza por haberte dejado de lado de pronto.

-Oh descuida, entiendo que has estado muy ocupada, pero sabes, sigues siendo bastante amable, no has cambiado desde que nos conocimos.

-¿No?

🌸

Fue una mañana, tan bella y espeluznante al mismo tiempo, aquella mañana temía no ser vista por los demás. Era pequeña, tímida y algo insegura, mis amigos eran algo importantes, pero no lo suficientemente como para luchar por ellos, seguro que si me abandonaban era fácil conseguir un remplazo.

Y cuando llegue a aquel salón aquella mañana de enero, recuerdo haber Sido seleccionada para ser su pareja de asiento, por aquel milagro de tener la inicial del apellido igual.

Paredes blancas, techos grises, uniforme impecable, comportamiento dócil.

-Hola- saludó alegre, agache mi cabeza y saludé igualmente- ¿Te gustan los juegos?- preguntó, asentí a modo de respuesta, y muchas otras preguntas siguieron en su discurso, siempre tenía un tema de conversación, cada día, cada semana, cada mes, todos los años.

Lo regañaban siempre por ser tan alegre, tan vivaz pero aún así ingenioso, pero yo lo defendía, lo apoyaba y mejoraba como persona, ambos estábamos siempre tomados de las manos con nuestros ideales.

Ese tipo de cosas me hizo cambiar, el me hizo cambiar, lo que me incentivo a transformar la academia, una revolución de creatividad dónde las diferencias nos hacen grandes e interesantes. Los estigmas no son recibidos, las críticas deben ser asertivas y debemos mejorar como comunidad, no como individuos. No hay competencia, hay unión y armonía. Realice todo eso mientras estaba en el concejo estudiantil y en la mesa de jurados. Ahora estoy retirada, lo mío ya está hecho y ahora disfrutaba este año, mi último año como debía ser.

Y aunque todos esos líos nos separaron a mi orquídea y a mi, aún así hablábamos todo el tiempo, pero yo sabía, desde el primer momento en que lo ví que él era mi amado príncipe al que anhelaba desde pequeña y con quién soñaba casarme algún día, claro que decir eso ahora daba mucha pena.

🌸

La biblioteca era enorme, y en unos de los muchos pasillos y habitaciones había un pequeño espacio donde había un sillón y una mesa pequeña alumbrada por los pocos rayos que salían de unos vitrales que narraban la historia de Juana de arco. Ese lugar era un santuario para mí, dónde podía estar sola y pensar.

-¿Qué haces aquí?- me preguntó, mire a la mesa ¿Cuando había traído mi carpeta del principito?

-Leua un poco, pero resulte durmiendo, creo que me siento algo agotada últimamente, como si no durmiera- respondí tartamuda, el río, maldición… toque mi frente algo fatigada.

- ¿Puedo ver?- asentí, tomo las hojas arrugadas- El Principito, ¿Lo transcribiste aquí?- frunci el seño insegura.

-Tengo esas hojas desde hace mucho, pero no recuerdo porque, quizás alguien me las dió, o talvez si lo transcribí, pero no lo sé.

-Bueno, es un libro bastante hermoso, me enamore de el apenas lo vi- me dijo a los ojos, luego se percato de sus palabras y sonrió nervioso - es un libro muy bueno, una gran obra de verdad.- se levantó y se rasco el cuello- Te acompaño a la salida, no quiero que te caigas- extendió su mano y me ayudó a levantar, no se apartó ni un segundo de mi.

Durante el transcurso del camino me tomo del hombro y el brazo mientras mis piernas reaccionaban. Ambos hablábamos con calidez y serenidad.

Y pensé, de verdad, aunque no me acepte, aunque jamás me escuche, solo me bastará aquella sonrisa la cual veré todos los días hasta mi partida de este colegio para sentirme de maravilla, eso es lo único que necesito. A ti mi príncipe, mi bella orquídea. Hoy me dejaste adorarte tan cerca que no puedo dejar de ver lo maravilloso que eres.

Lo maravilloso y perfecto que eres.

🌼

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top