Se despertó en medio de la madrugada, Ryoken no supo si fue por la costumbre o por una pesadilla.

De todos modos lo que le importaba más era no haber despertado a Melody, pero al ver como su niña, de blanco y largo cabello que tenía recogido en una pequeña trenza, seguía durmiendo acurrucada en sus brazos como el ángel que era ante sus ojos, se relajó un poco antes de comenzar a acariciar suavemente la cabeza de la menor.

El omega sonrió al ver a su hija descansar tan tranquila… era tan lo opuesto a él a su edad.

Pero eso ya no importaba, su única familia es esa niña que dormía a su lado, ella era todo lo que necesitaba…

Porque para el resto de esas personas, él había muerto hace 18 años junto a su madre.

(...)

— No comas tan deprisa o vas a ahogarte, Melody.

— ¡Pedo…! —Y tal y como el mayor le había advertido, Melody comenzó a toser buscando algo de aire.

Ryoken se acercó rápidamente a su hija para ayudarla, palmeó con fuerza su espalda antes de darle un vaso con agua, la niña se bebió el líquido rápidamente con pequeñas lágrimas mostrándose en sus ojos y el rostro algo sonrojado por el esfuerzo.

— Te lo advertí, ¿no?

— Cállate…

El albino suspiró antes de reírse suavemente por el puchero molesto de la de ojos dorados, le revolvió el cabello antes de ir a abrir la puerta principal, estaban golpeando desde hace unos minutos; no se sorprendió para nada de encontrarse con su vecino omega, Shingetsu Yuma, y los dos hijos mellizos de este.

— Shingetsu-sa- —El de ojos azules ni siquiera terminó de saludar al de ojos rojos cuando el par de mellizos, Rio y Reginald Shingetsu, entraron rápidamente a su departamento empujandolo.

— ¡Shark! ¡Rio! Lo siento mucho, Koga- —Ahora fue el mayor el que no pudo terminar de hablar cuando sus dos cachorros junto a Kogami Melody salieron corriendo del departamento del albino para comenzar a perseguirse entre los pasillos— ¡Niños! ¡De verdad lo siento, Kogami-kun!

— Está bien, Shingetsu-san, cuando esos tres están juntos siempre se puede esperar caos —Ryoken se rió suavemente antes de entrar a su hogar para tomar su bolso junto a un vestido turquesa con bordados de notas musicales para después salir y cerrar la puerta a— Aqui esta el cambio de ropa de Melody, ella ya se bañó y almorzó, su siesta debe ser a la hora de siempre e insisto en que no debe comer chucherías aún…

— ¿Lo dices por el extraño brote del virus estomacal, Kogami-kun? —El moreno tomó el pequeño vestido mientras miraba con preocupación al albino que asintió del mismo.

— Lo último que necesito es a Melody enferma en esta época… pronto me darán vacaciones y no creo que sea gratificante para ella que pasemos en casa porque está enferma…

— Lo entiendo… los mellizos estarian igual de tristes si no pudieran jugar con su amiga.

— Sí… bueno me voy al trabajo —El omega albino hizo una pequeña reverencia— nos vemos en la noche y de nuevo, gracias por cuidar de Melody…

— No hay de que Kogami-kun, nos vemos en la noche.

Yuma le sonrió al menor que se fue caminando por los pasillos del edificio después de que la niña de ojos amarillos y cabello lechoso llegará corriendo a despedirse de su madre deseandole un buen día.

(...)

— ¿Paso algo interesante, Kogami-san?

— Cuando venía para acá, en el tren, apareció la policía.

— ¿Y eso? —Spectre no dejó su tarea de hacer flores de papel junto a Ryoken, ambos estaban bastante aburridos y su jefa les dio la orden de hacer algo y no vaguear en el trabajo, así que el beta tomó unas cuantas hojas de colores de un paquete abierto y le paso algunas al omega que comenzó a hacer flores con él.

— Un alfa pervertido le manoseo la espalda a un omega y este armó un escándalo hasta que la seguridad del tren y la policía se vieron involucrados… entonces otros dos omegas y una beta dijeron lo mismo y creo que te imaginas el resto…

— Ser omega parece ser difícil…

— Si lo dices por el continuo acoso de parte de los alfa, temor a ser violados y/o asesinados por rechazar a algún alfa, usar un collar especial porque si los alfas nos marcan durante una violación es nuestra culpa junto al prejuicio de que si nos embarazamos es para atar a un alfa de buena posición económica, entonces si —El albino dejo una de las flores terminadas en el mostrador junto a otras más con cierto enojo—, en un mundo de alfas es difícil ser omega.

El de cabellos plateados no agregó comentario alguno, no le costó para nada entender que había tocado una fibra sensible en el de ojos azul estelar.

Lo siguiente fue bastante extraño, incluso su jefa, Zaizen Aoi, había salido de su oficina para ver el alboroto que había; por alguna razón había un par de chicos corriendo de un lado a otro… afuera de la librería… gritando como si los fueran a matar.

— ¿¡Hacia dónde vamos!?

— ¡Para tu casa!

— ¡Allá está Yubel! —Un castaño le gritó desesperado a un chico mientras lo sacudía con fuerza— ¡Vamos para la tuya!

— ¿¡Y enfrentarnos a la ira de Yuya!? ¡Prefiero morir en manos de Takeru!

— ¡Pues eso pasará si no deciden pronto!

Ahora fue un chico de mechones violetas el que les gritó a ambos, antes de separarlos, Ryoken los observaba a los tres juntó a Spectre y Zaizen desde detrás de la puerta de cristal de la librería, ninguno quería salir y estar cerca de esos lunáticos… aunque por lo poco que lograron ver, ningún otro empleado de los otros negocios quería hacerlo.

— ¿Que creen que les pase?

— Creo que son unos locos.

— Yo creo que necesitan ayuda… —El único omega observó a ambos betas antes de abrir la puerta.

El par de betas lo detuvo de ir, aunque el omega tampoco se quejó, porque al olfatear el olor de aquellos alfas entró de nuevo a la librería bastante aterrado… que los animales resuelvan a su modo sus problemas.

— ¡¡Corran!!

Una cuarta voz se hizo presente como un joven de cabello azul con rosa pasando corriendo al lado del otro trío, seguido de él se escuchó la sirena de una patrulla.

Apenas el otro trío de alfas se fue corriendo siguiendo a su amigo, una patrulla policial apareció por la calle, claramente siguiendo a ese grupo de adolescentes…

¿Qué rayos había pasado con ese grupo?