Capítulo 26
Una de las cosas que Ryoken odiaba demasiado era tener que dejar sola a su adorada hija con alguien desconocido... o con un mentiroso como lo era Yusaku. Pero ya no tenía opciones, debía ir a resolver unos pendientes y Shingetsu Yuma-san estaba trabajando; su última opción era el alfa de ojos verdes que casi parecía haberse escapado de un centro de psiquiátrico o un hospital.
Porque no le parecía normal las vendas, moretones o la ropa de enfermo con la que se apareció en la puerta de su apartamento; la verdad seguía molesto porque el chico no le contesto el celular, pero también sabía que era estúpido que alguien como él, un omega y técnicamente un desconocido, se molestara por eso.
— Kogami-san...
— Eh... ¿Sí, Fujiki-kun?
— Lamento molestar... —Yusaku observaba curioso el pequeño y modesto departamento que el albino compartía con su cachorra— ¿Pero no tiene un paracetamol o parecido?
— Creo que sí... buscaré en el botiquín.
El alfa de ojos verdes asintió nervioso antes de ver al omega sacar una pequeña caja transparente de un cajón con llave de lo que era la cocina-comedor del lugar, el menor se sentó en el gastado sofá mientras el mayor buscaba el remedio; los tres niños por los que se había escapado del hospital estaban durmiendo en la única habitación aparte, donde Ryoken tenía su cuarto compartido con Melody.
El alfa con olor a cítricos había estado deprimido desde que descubrió las llamadas perdidas del omega de salado olor que tanto amaba, sabía que estaba enojado y lo más probable es que no quisiera nada más con él, pero ese día había recibido una llamada del mismo omega pidiéndole sus servicios como niñera... lo único que Ryoken alcanzó a decirle fue la dirección, que ya sabía, antes de informarle que estaría ahí mismo lo más pronto posible y cortarle.
Escapar del hospital fue más difícil de lo que espero, en especial porque sus tíos Lightning y Windy, junto a sus primos, habían ido a visitarlo desde Neo Domino en cuanto supieron que estaba en un supuesto estado agonizante; quería odiar a todos por igual y gritarles lo hipócritas que eran por sólo ir de visita cuando él estaba agonizante, pero Ryoken le esperaba y esa era una pequeña oportunidad para mostrarle a su futura hija que él era alguien competente como para ser su padre y no la amenaza que le creía que era.
(...)
— ¿Qué te pasa?
— Pensaba en lo inteligente e imaginativa que eras, Melody-chan —La albina arrugó el entrecejo molesta, ese idiota alfa de ojos esmeralda estaba tratando de halagarla para salvar su mísero pellejo de la situación actual—; atarme a una silla sabiendo que estoy débil físicamente, tienes a los gemelos como tus esclavos técnicamente y además se nota a kilómetros lo independiente que eres para tu edad...
— ¿Intentas halagarme? Eso no salvará tu pellejo, idiota —El mayor comenzó a reírse mientras negaba con su cabeza.
— Lindura, yo no halago a nadie por salvar mi pellejo, no vale la pena... hablo en serio, eres bastante madura... conozco niños de cuatro años que aún dependen demasiado de sus padres, arman berrinches porque no les dan lo que quieren, jamás les dicen no y un largo etc... —Yusaku hablaba con absoluta calma, aunque las cuerdas le irritaban el cuerpo donde tenía heridas; tal vez ni sabía que esto irritaba aún más a la infante.
La niña de ojos amarillos con un exquisito olor a miel gruño molesta antes de arrojarle al adolescente un jarro de agua fría; el par de niños mellizos observaban entre aterrados y confundidos la escena desde el límite que había entre la cocina-comedor con la sala de estar, y no era para menos, su nii-sama que los había cuidado en distintas ocasiones y acompañaba en sus extraños juegos con clara paciencia que sus padres no solían tener, estaba atado y empapado en una silla del comedor de su amiga... todo por un capricho de ella; no sabían porque obedecieron su orden de hacerlo, pero la extraña y firme voz que Melody uso al ordenarselo fue lo que los obligó a cooperar, pero ellos tenían miedo... no querían lastimar a Yusaku, él era bueno y no solía gritarles cuando jugaban... y ahora solo podían ver de lejos como su amiga de hermoso y largo cabello blanco lo humillaba de diferentes modos.
Al menos les gustaría saber que tenía de malo que el alfa de ojos verdes quisiera a la madre de Melody.
(...)
La convivencia con Takeru comenzaba a dar frutos, esquivo perfectamente los tres libros de considerable tamaño que la niña albina le arrojó molesta, escucho a Melody quejarse a gritos de su suerte antes de encerrarse en su cuarto. Ryoga y Rio solo vieron el berrinche de su amiga mientras comían de los onigiris que el mayor les hizo de merienda.
Yusaku estuvo atado un rato antes de que los tres infantes se quejaran del hambre que tenían, Melody estaba dispuesta a morir de hambre antes de soltar a su enemigo, de hecho ya estaba planeando como arrastrarlo fuera del apartamento para lanzarlo por la escalera con silla y todo... de hecho ya iba a poner en práctica la primera idea que llegó a su mente cuando los gemelos desataron al adolescente y le pidieron onigiris.
La niña de ojos amarillos los llamó traidores antes de volver atacar al alfa con los libros al mismo tiempo que este hacía algo de comer para él y los infante, ahora solo revisaba las llamadas que tenía perdidas a conciencia por parte de su familia, amigos y primo con lentes que le escribió un mensaje prometiendo devolverlo al hospital pero peor si no daba señales de vida en los próximos minutos, claro que el mensaje fue enviado se lo envió hace hora y media, así que mejor solo se daba por muerto y seguía cuidando de los gemelos que ahora jugaban a contar y a la pequeña monstruo que sería su futura hija...
— Yusaku-nii...
— ¿Que pasa Rio?
— ¿Que sigue del veinti-veinte? —El de ojos verdes parpadeo confundido antes de tomarse otra pastilla para el dolor y suspirar algo cansado.
— Ese número... hasta donde recuerdo, no existe. Después del 29, viene el treinta...
— ¿Treinta? —Ryoga ladeo su cabeza confundido— ¿Y que sigue después?
— El 31... —Yusaku tomo un poco de agua mientras volvía a explicarle a los niños de los números...
A día de hoy quería entender de donde sacaron la extraña e inocente idea de que los números se repetían después del "20".
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Como dato curioso me gustaría decir que la pregunta de los números es una anécdota de cuando yo tenia 4 - 5 años xD
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