Limpió el sudor de su propia frente sin dejar de observar al alfa de cabello azul descansar en la cama, Melody volvió a tomar el vaso con agua fría, sorber un poco y después arrojarlo al mismo alfa en la cama.

Yusaku despertó sobresaltado al sentir aquel líquido tan helado impactando en su cara, iba a asesinar al imbécil que le hizo aquella broma…

— Oye —O eso pensaba hasta que vio a la linda niña de ojos amarillos y cabello blanco parada a un lado suyo. Llevaba un pijama de dos partes color rosa con adorables bordados de notas musicales en diferentes colores— ¿Sabes hacer trenzas?

— ¿Eh…?

— ¿Sabes o no? —La infante dejó un cepillo de aspecto infantil junto a unas ligas en el regazo de Yusaku.

— Ah… sí, sí se…

— Entonces peiname, porque yo aún no puedo.

El adolescente tardó en procesar el hecho hasta que sintió a la menor subirse a la cama y sentarse en sus piernas esperando a que la peinara.

Yusaku tomó el cepillo, que casi parecía de juguete por su apariencia, y comenzó a cepillar con cuidado el largo y suave cabello albino de la menor, repentinamente comenzó a preguntarse si el pelo de su amado omega, y madre de la niña, era igual que el de ella…

— El pelo de mi mamá es más suave y huele igual que el, sal marina.

— ¿Eh?

— También no suele peinarlo en casa, comúnmente se lo peina camino a su trabajo —El de ojos verdes comenzó a dividir en tres partes el cabello para poder hacer el peinado—, así que siempre lleva un cepillo aparte.

— ¿Por qué me dices eso?

— Porque se que piensas en que mi pelo tal vez es parecido al de mi mamá- ¡Auch!

— ¡Perdón! —Melody volteó a ver molesta al mayor, le había tirado del pelo mientras hacía la trenza, la niña bufo antes de volver a su posición original.

— También se que te gusta mi mami y que quieres hacerle lo que los adultos hacen para tener un bebé —Yusaku se puso pálido al escuchar aquella afirmación—, y también sé que cuando el bebé esté en la panza de mi mamá, te irás y los dejarás sólos.

— ¿Eh? Eso no es-.

— Callate, no soy idiota, además no he terminado. Si bien no me molestaria tener un hermano menor, mi mamá no puede darse el lujo de criar a dos cachorros sólo… así que, con todo respeto, te pido te alejes de mi mamá y si no me escuchas e insistes en intentar algo con mi mamá, te acusare de abuso infantil —La niña tomó una de las ligas y se ató ella misma el cabello—. Gracias por peinarme, si no fuera por el detalle de que quieres herir a mi mamá, tal vez te habría dado la oportunidad de ser también mi nii-sama.

El adolescente intentó terminar de procesar aquella declaración mientras la infante tomaba sus cosas y salía de la habitación.

¿Acaso esa niña desde ya le estaba una especie de guerra o que diablos?

(...)

Melody guardó las ligas en una pequeña bolsa de género, junto a otros accesorios de pelo, en su bolso con otras de sus cosas. Siguió observando con tristeza el cepillo de pelo antes de guardarlo junto a la bolsita de tela celeste, la peineta era un regalo que su tía le dio porque sí y ya mientras que la bolsa fue algo que aprendió a hacer con su abuela Martha y otros niños, eran unas de las pocas cosas que conservaba de su antiguo hogar…

Antes, cuando vivía junto a su madre en la zona de Satélite, los barrios bajos de Neo Domino city, el comportamiento tan nervioso, paranoico, o a veces sádico, de su padre omega le era normal, así como el jugar siempre a las escondidas en una habitación oculta, que tenían en su antigua casa, cuando venían visitas… Melody jamás se preguntó porque su progenitor quería ocultarla del mundo entero.

Las pocas veces que antes podía ver el cielo era cuando visitaba a sus tíos, Darkness y Obelisk Queen, o su abuela Martha, ella se quedaba todo el día con ellos y después su madre iba a buscarla, cuando lo hacía siempre estaba la brillante luna, que Melody insistia en que la perseguía, en el cielo; esa era básicamente su vida y mundo en aquel entonces.

Pero ahora vivía en Den City, por alguna razón, que jamás le dijeron, su madre y ella tuvieron que irse rápidamente de Neo Domino, iba a un jardín infantil, tenía amigos de su edad, como los mellizos y Aki, ademas de que ahora su progenitor no parecía temer por completo al mundo entero, aunque su actitud arisca y paranoica hacia los alfas continuaba a pesar de todo.

Por eso encontraba extraña la actitud de se madre hacia aquel alfa que era el nii-sama de su mejor amigo… por algún motivo en las dos ocasiones que se lo toparon, el mayor bajaba la guardia e incluso aceptaba entablar pequeñas conversaciones; pero ella no lo entendía.

Ese alfa de ojos verdes le causaba una extraña sensación, no era confianza o curiosidad, era casi como despreció e incomodidad, tal vez era porque ella sabía sus intenciones, ella estaba consciente de que ese tipo quería a su madre como ella quería a Aki… entonces no se la dejaría fácil, Melody era de Neo Domino, ella sabía cómo actúan los alfas ante un omega con cría y cómo se deshacen de las mismas cuando consiguen al omega.

Bueno, antes de que ese tal Fujiki Yusaku se deshaga de ella, ella se iba a deshacer de él; aunque eso tal vez lastime profundamente a Aki, su primer y verdadero amigo.

(...)

Zarc y Haou intentaban procesar la razón de la desesperación de su otro amigo y líder sin reírse, obviamente casi sin mucho éxito.

— Entonces… esa niña vino, te hizo peinarla y después te informo que no te dejaría ser su padrastro… ¿Correcto?

— Correcto…

— Y además… te dijo que si tratabas de intentar algo con su madre, te iba a denunciar por abuso sexual… —El alfa de ojos verdes asintió mientras se acurrucaba en posición fetal en una esquina de la cama y comenzaba a sollozar totalmente dolido.

Los dos amigos se observaron antes de acercarse a consolar a su amigo, ahora si que la tenía complicada, porque no sólo el propio miedo del omega y los nervios de Yusaku le jugaban en contra… ahora también estaba sumado el hecho de que la hija del mismo omega, le dejó en claro que no se lo dejará fácil.