Capítulo 19

Para Ryoken a veces era sorprendente cómo en tan sólo un segundo todas sus preocupaciones podían desaparecer, o más bien pasar a segundo plano, en el mismo instante en que su adorada hija sonreía con su usual inocencia.

Todavía podía recordar cuando Melody nació, aún recordaba el inmenso dolor por las contracciones, su enorme decepción de haber sobrevivido al parto y como lo invadió la culpa de solo pensar en eso casi al instante después de conocer a la pequeña bebé que había tenido.

Esa misma niña de cabello blanco como el suyo y un par de ojos amarillos, que podía jurar haber visto en algún otro lado pero no recordaba exactamente dónde, que lo observó desde el principio con una inocente curiosidad para después sonreírle con cariño y alegría…

Por primera vez sintió amor de forma genuina, un amor totalmente recíproco desde el primer momento que le vio.

Para él, que ya estaba acostumbrado a dar cariño y recibir desprecio o burlas en respuesta, le fue un anormal y contradictorio cambio en su vida ver como le era correspondido; le era extraño, irregular… era casi como una síncopa en su vida.

Esa niña, su amada hija, vino a establecer un nuevo ritmo en su existencia, como una melodía síncopatica.

Por eso sabía que Melody era un buen nombre para ella, esa bebé se convirtió en la melodía irregular que volvió a alegrar su vida de un modo que nunca espero llegar a conocer…

— Mami, mami, mami~.

— ¿Que pasa linda?

— Mira —La pequeña niña de cuatro años le entregó un libro de un cuento ilustrado, en la portada había un dibujo de un hombre y un petirrojo, el titulo decía que “Yosaku y el pájaro”—. Tiene un pájaro muy bonito… ¿Puedo llevarlo?

Ryoken alterno su vista entre su hija y el libro que está le dio, le extrañaba bastante que sólo le entregará uno; ese día había decidido ir a la biblioteca con Melody porque ella era igual que él, si veía un libro que le gustará lo tomaría, aunque ella apenas y sabía leer.  

— Puedes llevar tres libros, Melody, me sorprende que sólo quieras llevar uno…

— Es que me dan miedo…

— ¿Miedo? —El omega observó a la albina asentir disgustada— ¿De que tienes miedo?

— De ellos…

El de ojos azules siguió a su hija que volvió a caminar en dirección al pasillo de cuentos infantiles, necesitaba entender a qué se refería su amada niña con “ellos”... aunque ahora preferiría redefinir su relación con aquel extraño alfa al que le confió parte de su confianza como para prometer mantener algo de contacto…

(...)

Sus planes no fallaban. Nunca. Jamás.

Salvo cuando su primo lo interrumpía a mitad de estos, lo cual no fue el caso porque Takeru estuvo muy ocupado llorando, comiendo helado y quejándose que todos los alfas eran un mierda y no deberían existir en el mundo, en especial los alfas como ellos… como en cada ocasión antes de su celo, y Yusaku estaba harto al igual que sus amigos.

¿Y qué mejor modo de vengarse y manipularlo que convencerlo que le ocurrió lo más peor y más humillante que puede pasarle a una persona?

Pero claro no podía hacerlo del todo sólo, o Takeru o alguien de su familia lo descubriría y entonces si le iría mal… entonces su padre entraba en escena, su imbécil padre fiscal general de distrito con una computadora llena de copias virtuales de expedientes de diferentes casos que estaban igual de llenos de detalles y fotos sobre estos…

Sólo debía hackearla y con ella tendría acceso e información a tantos crímenes sin resolver fácilmente imitables para intimidar a Takeru que llegaba a dar risa.

Haou falsificó la evidencia, en base a lo que leyó en uno de los archivos, y contrató a los tres imbéciles, Kengo y Zarc rentaron la habitación y la prepararon hasta que llegó él para esperar a su adorable y sumiso primo drogado junto a los tres simios de Arcadia.

Que sus amigos establecieran coartadas y se fueran a algún lugar donde los recuerden pero también pasen tan desapercibidos que crean estaban los cuatro juntos.

La biblioteca fue su elección algo obvia, los encargados conocían a Haou y habían varios otros nerds netas que tal vez recuerden a un grupo de alfas claramente idiotas entrar ahí, él los alcanzó después de dar los últimos preparativos.

— Oh~ Yusaku~ ¿Que serías capaz de hacer por mi~? —Claro que el alfa de ojos verdes no esperó encontrarse a sus amigos “escondidos” en un pasillo haciendo la escena más ridícula que se les ocurrió en el momento.

— Zarc… ¿Por qué diablos llevas una peluca?

— Eso es cruel mi amado Yuku~.

— Haou…

— Decidimos que en lo que reacciona Takeru y tu familia lo descubre deberíamos ayudarte con tus nervios ante tu amado omega —El alfa castaño habló mientras señalaba a su amigo de mechones verdosos— Zarc será tu amado omega, anda coqueteale…

El primogénito de la familia Fujiki estaba por golpear a alguno de esos idiotas, que aún quería entender porque los seguía llamando amigos, en especial por la mirada de burla de Haou y Kengo, pero la ilusionada cara de Zarc le daba cierta extraña sensación…

— ¿Soy hermoso, Yusaku~?

— ¿Perdón?

— Que si soy hermoso… —Su amigo, ahora albino por la peluca mal puesta que tenía puesta, hizo una pose dramática de tristeza— ¿No te parezco hermoso…?

— Ah… bueno… —Qué diablos, esta no sería la primera estupidez que haría con su grupo— Si, me pareces muy hermoso…

— Eso es Fujiki-kun… ahora sigue, ya después de esto tal vez se te sea más fácil hablar con tu amado omega.

— Los odio, en serio los odio…

— ¿Yuku? —El líder del grupo volteó a ver a su amigo que lo llamaba, la verdad ya no había nada que debiera sorprenderlo en todo esto.

— Dime cariño.

— ¿Me amas~?

— Te adoro.

— ¿Aunque sufra de alfafobia…? —Yusaku observó molesto a los otros dos involucrados en esto, ese par sólo aguantaba sus propias risas.

— Sí… aunque sufras de alfafobia…

— ¿No tienes nada más para decirme~?

— Zarc… no, Ryoken… sí, sí tengo algo que decirte —Bueno, ¿Qué más daba? Ya había dicho dicho de todo frente a sus amigo y esto ademas ya le estaba causando gracia— ¿Tu sabes que te amo?

— Oh~ Yuku~.

— Pero te amo hasta el punto en que haría lo que sea por ti… como matar.

— Awww~

— Si tu me lo pides, asesinaría por ti —El de ojos verdes esmeralda sostuvo la mano de “Ryoken”, realmente se estaba tomando en serio el asunto.

— Yusaku...

— Pídeme que asesine por ti —Zarc se quedó en blanco al ver la cara de psicópata de su amigo, esto estaba desviándose a un lado que no le gustaba.

— ¿Fujiki-kun?

Olor a sal marina acompañado de uno a dulce miel aparecieron al mismo que esa voz, cuando los cuatro alfas voltearon en dirección a esa voz se encontraron a un par de albinos que se les hacía levemente conocidos… en especial el mayor y de ojos azules cuyo rostro estaba en un montón de fotografías pegadas en el cuarto de Yusaku.

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Quiero agradecerle a Dizzyveel por darme la idea para la escena de Yusaku y "Ryoken" xDD

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