Capítulo 17
Lo más probable es que ambos parientes se preguntaban qué podía ser peor en el momento... que Fujiki Yusaku fuera un cliente con una cita, con niños incluidos, o que Homura Aidan fuera el tipo de vendedor que podía escupirle a la comida de los clientes desagradables sin dudarlo.
¿Cual era peor?
— ¿Mi tía sabe que estás teniendo una cita con un omega con hija y que además la trajo a su "salidita romántica"?
— ¿Mi tía sabe que eres padre y que la madre es el mismo omega que intentó seducir a su esposo en su cara?
— Dos combos agrandados y dos cajitas felices más dos bebidas grandes con papas igual ¿Es correcto? —El alfa de cabello azabache con flequillo rojizo y ojos amarillos comento mientras sonreía con cinismo.
— Sí... además agregale cuatro helados... —El de ojos verdes sonrió imitandolo antes de apoyarse en el mesón del local— y también sin escupitajos primo o mi tía se enterara que es abuela desde hace cuatro años...
— ¿Que helados deseas pedir...? Alfa al que le tiraré todos sus malditos dientes muy pronto...
— Mmmh~ no lo se... —Yusaku volteó a ver la mesa cercana donde Ryoken estaba sentado con ambos niños y unos cuantos peluches, sonrió con cierta malicia antes de volver a ver a su mayor por un momento— ¡Aki~! Ven un poco~.
— Maldito hijo de-.
— ¿Nii-sama?
El pequeño niño de cuatro años se acercó al alfa menor al escuchar como este lo llamaba, tenía entre sus manos un peluche de Odd-eyes Pendulum Dragon, que Fujiki le consiguió en una de las tantas máquina de peluches que había en el arcade.
Cuando el pelirrojo vio el peluche, le rogó a Yusaku conseguirlo, el problema llegó cuando Melody también comenzó a pedir unos peluches... tuvo que elegir entre el pequeño niño que le importaba bastante o su muy posiblemente futura hija...
Así que, mientras Yusaku se debatía qué rayos hacer, Ryoken colocó una ficha en la máquina y jugó por conseguir el peluche de Borreload Dragon que su albina hija tanto reclamaba tener.
Al final fue el alfa de ojos verdes el sorprendido porque el omega había conseguido dos peluches por uno con sólo esa ficha, el dragón de juguete que Melody quería y otro bastante parecido pero con algunos detalles extras, la niña tomó ambos peluches y le pidió guardarselos mientras veía el resto el arcade, el mayor tomó los peluches y se fue persiguiendola por todo el lugar, de nuevo.
— Nii-sama... ¿Vas a conseguir el peluche? ¡Quiero ir rápido con Melody!
— Si... lo haré... pero... hazme un favor.
— ¿Un favor?
Fue en ese momento que comprendió lo bajo que había caído, sabía que Zarc a veces usaba a Aki para ligar, claro que las ocasiones eran contadas porque tanto él como el resto del grupo no les gustaba meter a tan inocente niño en sus líos, por ello podía contar con que el de ojos rojos pudiera ayudarle a hacerle creer al omega de ojos azules que él era alguien decente... básicamente estaba haciendo lo mismo que su amigo y eso le daba asco, pero bueno... Ryoken apenas si le estaba dejando acercarse.
Y ya había jugado sucio antes, ¿Que importaba hacerlo de nuevo?
Al final consiguió el maldito peluche, después de perder casi media hora de su vida y una gran cantidad de fichas, para al final encontrarse con los dos infantes jugando en un juego de baile con Ryoken observandolos junto a una expresión de gracia en su rostro; no lo culpaba, el baile que ambos niños hacían era de todo menos el que indicaba la pantalla del juego.
Yusaku aprovechó cada ocasión donde los dos niños se alejaban un poco para hablar con su hermoso omega de cabello blanco y ojos azules, no consiguió mucho, dado su propio nerviosismo y la incomodidad del albino... básicamente no avanzó nada hasta que Aki se le acercó diciendo que quería comer algo y ese "algo" era una hamburguesa.
Ni siquiera el logro comprender cómo consiguió que el mayor y su adorable como traviesa hija aceptarán acompañarle para comer algo, claro que nunca espero elegir justo el local donde su primo de 20 años trabajaba.
— ¿Que helado vas a querer, Aki~?
— ¿Eh? ¿¡Helado!? —El pelirrojo se sobresaltó al escuchar aquello mientras veía al alfa de ojos verdes asentir con una extraña sonrisa— Este...
— Tienes chocolate, vainilla, ambos... ¿o tienen algo nuevo?
— ... —El alfa de flequillo rojo intentó esquivar lo mejor que podía la mirada que el pequeño infante tenía sobre él— S-sólo... tenemos esos...
— ¿Como?
— S-sólo... t-tenemos chocolate y vainilla...
— Quiero ambos
— Entonces dos aliados y, ¿puedes ir a preguntarle a Melody y Kogami-san cuál les gustaría? —Aki asintió mientras volvía con ambos albinos que parecían discutir amenamente sobre algo— Tu hijo es encantador, primo.
— Cállate idiota —Aidan presionó un par de veces la pantalla frente a él, tenía una expresión de molestia tan mal disimulada que a Yusaku le daba gracia—, más un puñetazo en tu nariz, como vuelvas a acercarme ese engendro que me cuesta casi 20000 yenes en manutención...
— ¿En serio crees que Yuya gasta algo de ese dinero en Aki?
— Sólo se que darle ese dinero impide que le diga a mi madre sobre ese mocoso o que este se entere de mi y es todo lo que me importa.
— Nii-sama, a Melody y a su madre no les importa... pero a Melo-chan le gusta el chocolate —Aki volvió a acercarse al par de alfas, por alguna razón que no comprendía, ese vendedor le era conocido...
— Entonces que los otros dos sean de chocolate y vainilla.
Aidan suspiró tratando de calmarse, pero la estúpida sonrisa que su primo tenía y la mirada tan fija de ese niño de ojos rojos sobre su persona no le ayudaba en nada... en serio, quería saltar sobre el mesón y golpear a Yusaku igual que cuando eran niños... pero ahora en vez de encerrarlo en un bote de basura u obligarlo a tragar comida con hongos, debería quemarle la cara con el aceite hirviendo de las papas...
— Serían ¥3740 por todo... ¿Efectivo o tarjeta...?
— Tarjeta.
— ¿Fujiki Ai? —Aidan observó escéptico al alfa menor, que sólo seguía con su expresión de burla— Deslicela aquí, después ponga su contraseña y confirme el monto... aunque debería llamar a mi tío porque robaste su tarjeta...
— Listo... y si tu haces eso, le diré a mi tío que gastas el dinero que te da para la universidad en tu hijo no reconocido... —El de ojos verdes también habló entre dientes para el disgusto del mayor.
El pelirrojo dejó a ambos alfas pelear con la mirada, y también porque Yusaku lo mando con ambos albinos para que esperará tranquilo y junto a su amiga.
Melody se puso a gruñir con uno de sus dragones de peluche, Aki la imitó haciendo lo mismo antes de comenzar a fingir pelearse con los peluches sobre la mesa, Ryoken sólo se limitó a observarlos bastante alegre, le encantaba ver que la inocencia de ese par todavía estaba intacta...
Ellos aún no conocían la realidad del mundo en que vivían.
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