Había ya pasado casi un mes desde que Wendy se ha ido y las cosas volvían a estar igual antes de que ella llegara. Desolada. Era como si Wendy trajera luz a estas paredes oscuras juntos con nuestras vidas oscuras. 

Madison estaba por los suelos al igual que las demás, bueno, puede que estés exagerando un poco con su estado de ánimo, pero están triste.

Todos los días le pregunto a Madi si sabe algo de ella. Pero nada. Era como si hubiera desaparecido de la faz de la tierra en tan solo un mes. O quizás menos.

Toda la clase me la pasé mirando aburrida al cuaderno en blanco. Con el boli escribía cosas sin sentido. Madison y los demás me miraban como si llevara un mono en la cara.

No sé en qué momento acabó la clase, solo sé que Lucy se paró frente mía y me llamo para que saliera de mi pequeño trance.

—Tierra llamando a Jakson —la odiosa voz de Lucy hace que despegara la mirada del cuaderno pintarageado.

—¿Qué quieres ahora pesada? —gruñi rascándome la nuca.

Estire la espalda al darme cuenta que me había quedado en una mala posición durante las horas anteriores.

—Han acabado las clases. Deja de lamentarte y ven conmigo.

Dudoso la seguí y me llevo hasta la biblioteca, pequeña, pero una biblioteca al fin y al cabo.

Me dijo que la esperará mientras ella iba a por lo que necesitaba.

No sabía en qué me estaba metiendo, pero si Wendy estaba entre medias no dudaba en meterme yo también. Lucy vuelve al cabo de unos minutos con una pila enorme de libros de distintos tamaños y colores.

—Empecemos a busca —declaro marchando hacia una de las mesas del lugar.

No dije nada ya que se a lo que se refería, o eso intentaba pensar. A veces esta chica me confundía más que Wendy. Pasamos como dos horas buscando sin lograr encontrar nada que nos llamara la atención o mostrara indicios de que algún pariente de Wendy había estado en este internado anteriormente.

Resoplo dejando el libro en la mesa de mala manera.

—Esta estas siendo imposible —gruño.

—Si sigues con esa actitud lo más seguro es que te entren menos ganas de saber cosas de tu chica —Lucy tenía la cabeza metida entre los libros y las voz se le amortiguaba. 

¿Cómo sabía esta chica que...? da igual, en estos momentos es algo que menos me debe de interesar. Suspiro y vuelvo a tomar el libro. Lucy tenía razón, no podía rendirme, y menos si la situación implicaba a Wendy. Me dolió que se fuera sin decir nada, ni siquiera a sus amigas.

Madi quedo destrozada pero a la vez comprendió la situación. En esos momentos ella y las demás estaban fuera y no se dieron cuenta de que se iba o de su ausencia hasta el día siguiente.

Ni yo me esperaba algo así. Intente preguntar a la directora, pero parecía como si la tierra se la hubiera comido al igual que a Wendy. Todo era demasiado raro y rebuscado a mi parecer.

Removí las páginas del libro y mientras las pasaba algo en especifico llamo mi atención. Demasiado diría yo.

Era el historial de unos antiguos alumnos del centro. Al parecer, dos de ellos se casaron y tuvieron una hija hace 17 años. Sobre el paradero de la pareja no dice nada, como debía de ser, pero si dice como se pensaba llamar a la niña: Wendy.

Lo que ponía debajo me dejo aun más perplejo y llamo la atención de Lucy.

—¿Lo tienes? —la voz amortiguada de Lucy resonaba en mi cabeza pero sin dejar de repetir las misma palabras una y otra vez.

Persy Kinton y Jane Kinton descubiertos sus cuerpos en un apartamento a las afueras de la ciudad. 

Año 2001