Capítulo 25. Jakson
Desde que habíamos entrado a limpiar no habíamos establecido ninguna conversación en ningún momento, la situación era demasiado incomoda. No la culpaba, al contrario, lo veía lógico después de besarla sin su consentimiento, pero me molestaba que se comportara como una niña enfadada.
Sabía que le pasaba algo, pero no la preguntaría nada debido a que la confianza que teníamos era escasa.
No sabía en que pensaba cuando la bese el día anterior cuando nos separamos, tan solo quería volver a sentir sus labios sobre los míos. Y también ver que reacción hacía ante mi atrevimiento. Las cosas entre nosotros no iban demasiado bien desde que llego Linsy y declaro que era mi novia. Claramente era falso, pero contradecir a esa chica es meterte en una casa del terror.
Entre Wendy y Lindy había una clara tensión que para todos era evidente excepto para mi. No me hubiera dado cuenta si no hubieras ido por Madi que me lo dijo. Con Madi me llevo desde que entre en este odioso internado, con ella nunca he tenido problemas y me alivia saber que es la amiga y compañera de Wendy. Por lo menos se que esta en buenas manos.
Deje la bayeta a un lado cuando acabe de limpiar uno de los muchos archivos. Cuando me vuelvo hacía wendy para ver que hace la encuentro leyendo una carta que al parecer estaba dentro del informe que esta abierto a su lado.
—¿Wen? —la llame por lo bajo esperando no asustarla, parecía inmersa al completo en el tema de la carta.
Dijo algo tan flojo que no fui capaz de oírla, segundos después salio corriendo del lugar con la carta en mano. Sin pensarlo dos veces la sigo hasta que reconozco el camino que esta tomando. Va hacía el despacho de la directora. Cuando estaba apunto de alcanzarla por sorpresa alguien me tira del brazo haciendo que la pierda de vista por completo.
—Jaksy —la voz chillona de Linsy hace que me mantenga alerta a la mínima —te estaba buscando y por fin te encontré.
Jugó con mi camiseta haciendo pequeños círculos con timidez.
Capto a la primera sus intentos de lige y me aparto de ella. Necesitaba dejarle las cosas claras de una vez o la situación se me iría de las manos totalmente.
—Mira, Linsy, tienes que dejarlo ya.
—¿El qué? ¿El querer estar con mi novio? —alza una ceja y pone sus manos en jara sobre su cintura.
Me tome unos segundos pensando bien mis palabras para que no se las tomara mal. Aunque eso era algo que me costará a mucho conseguir.
—Ese es el problema. Yo no soy tu novio —dije por fin.
La cara de Linsy se desencajo durante unos segundos para después volver a la normalidad.
Esto pintaba muy mal.
—Es por esa arpía de Wendy, ¿¡Verdad!? —elevo la voz a niveles extremos para un oído humano.
Estaba alterada, eso estaba claro. No me gustaba como iba la situación ahora mismo ya que, al parecer todos los estudiantes habían acordado salir ahora de sus cuartos. Puede que fuera pr los gritos de esta loca histérica, no estaba seguro, pero lo que quería hacer ahora ere ir con Wendy y ver que le pasaba.
—Mira, Lin.
—Lin ni mierdas. Tu quien te crees que eres para cortar conmigo por una don nadie.
—Primero que anda, tu y yo no eramos nada, tu has sido la que se ha montado la relación en su cabeza.
Se hoyo un "Oh" por parte de los estudiantes que contemplaban la escena.
—Claro, y ahora me dirás que estas con doña perfecta ¿no es así?
No lo negué ni lo asentí, aunque me gustaría decir que estábamos juntos, pero no era verdad. Suspire con pesadez y mientras Linsy se iba indignada yo iba hacía el despacho de la directora.
En cuanto estuve enfrente a la puerta una voz sería y calmada fue lo primero que oí, claramente la directora. Después, a alguien desconocido, y finalmente a Wendy. Parecía que ella, al igual que la mujer que no reconocía estaban llorando.
Me separé de golpe al oír las pasos acercarse. El manillar parecía moverse a cámara lenta y cuando quise darme cuenta estaba escondido.
—Gracias por su tiempo directora —la mujer desconocida hablo.
No oí a Wendy en ningún momento y eso no me dio un buen presentimiento. Decidí irme de ahí por si a la directora o alguna de las gusano les apetecía pasar por ahí. Seguro que con mi mala suerte aparecían esas arpías arrugadas.
Las horas restantes las pase en mi cuarto esperando a la hora en la que todos dormían para acercarme al cuarto de Wendy. Sé que a Madi no le molestará que valla. Dicho eso salí despacio de mi cuarto y fui hacia el de las chicas.
Ahora mismo la suerte parecía estar de mi lado ya que, las gusanos no rondaban por los pasillos. No me extrañaría encontrarmelas vigilando por si acaso alguien se atrevía a salir después de lo ocurrido ayer.
—¿Qué haces aquí? —no era la persona que esperaba encontrarme.
—Madi, hola —mi voz era desganada y se notaba que no era a ella a quien buscaba.
Madi lo noto y hablo:
—Wen se ha ido.
Me tomo por sorpresa, demasiada sorpresa.
—¿Cómo que se ha ido? Pero si no siquiera...
Espera... ¡la tercera mujer! Eso es. Debía de ser un familiar de Wendy y venía a llevársela. Pero, ¿cómo?
Normalmente no nos dejan irnos a nos ser que mostremos buen comportamiento, o lleguemos a la mayoría de edad. Y Wendy no era mayor de edad.
Aquí hay gato encerrado, y no me gustaba nada la situación en la que me encontraba ahora mismo.
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