17 (reescrito)
Cuatro días después de esa pequeña charla con Jackson las cosas han ido mejorando notablemente en el internado. La gente ya no piensa que tenemos algo, ya las cosas han quedado claras: solo amigos. Me duele decirlo, pero sí, solo amigos. Maddi no cree del todo la situación, pero se calla cuando nos veo hablando o bromeando entre nosotros. No me quiero ni imaginar que cosas estará pensando está loca de nosotros.
Me espero lo peor del mundo viniendo de ella. Los asuntos con Connor quedaron a un lado gracias a una pequeña charla que tuve con él —y no, no le pegue hasta dejarle en suelo, no me dejaron hacerlo—. Maddi ya vuelve a ser la misma y todos nos llevamos mejor que al principio de la movida.
—Deja de moverte, vas a estropear todo —gruñe Hana a Connor, el cual estaba sujetando las luces.
Estábamos preparando la decoración para el sábado y Hana se lo estaba tomando muy enserio el asunto.
—¿Deberíamos ayudarlo? —preguntó Jessie al ver que Connor estaba en peligro de morir a manos de Hana.
—No, está bien como esta —dije.
—Que malvada eres —comenta Jackson detrás de mí. Rodea mis hombros juntándome a él.
Seguí mirando como Hana gritaba a Connor, pero pude notar como Jessie nos miraba curiosa de saber que significaba esta muestra de afecto por parte de Jackson hacía mí.
No quiero explicar la historia, gracias.
—¡Jessie! —gritó Maddi por detrás. Los tres nos damos la vuelta—. Necesito tu ayuda.
Mi querida amiga siempre buscando esos momentos a solas para que invite a Jackson al baile. Genial, esto parecía esos momentos de las novelas en las que tenías que echarle valor y decir lo que sentías al chico que te gusta.
Maddi, querida, te quiero mucho, pero acabas muerta un día de estos.
—Al parecer Maddi insiste mucho en que todo quede perfecto —comentó Jackson cambiando de tema.
—Ya sabes cómo es —intente sonar calmada—, ella siempre con sus perfecciones. Pero para exageradas en el tema tenemos a Hana —señalo a la nombrada—, ella sí que está obsesionada.
—Cierto, ella ganó a Maddi en todo —ríe y me mira—. Quería preguntarte una cosa.
—Dime —«Wendy no te desmayes, no te desmayes», me dije.
—Tan vez me rechaces, pero yo lo intento por si acaso —mira al suelo distraído y vuelve a mirarme pocos segundos después—. ¿Quieres ir al baile conmigo?
El mundo se paró en ese instante para mí. Me tragué los nervios que asomaban por todo mi cuerpo y sonreí con sinceridad.
—Me encantaría.
—Te recojo a las ocho entonces —dice besando mi mejilla despidiéndose de mí, para después tomar una de las cajas para llevárselas a Maddi.
No pude quitarme esta sonrisa de idiota en todo el día, estaba feliz, demasiado feliz. Maddi no dejaba de preguntarme cómo había sido, no me quedo otra que decirle ya que fue ella la que planeo todo esto para que se lo dijera yo, al final las tornas se cambiaron y fue él el que se atrevió a pedirlo.
Acabamos la decoración a tiempo todo y las guardias se sorprendieron al ver el trabajo en equipo que ha habido para armar todo esto. Ni nosotros mismos nos esperábamos que todo fuera a funcionar tan bien a la primera. Maddi me contó que esta era la primera vez que todos los chicos re reunían para hacer algo en conjunto. Vaya, sin duda esto es algo memorable para la sociedad, nah, broma.
Maddi y yo fuimos directas al cuarto nada más terminar, estábamos cansadas, pero al parecer Madda tenía otra idea en mente: quería que le contará todo de mi pequeña conversación con Jackson. No me quejé y le conté lo que había sucedido.
—Ay —exclamó sorprendida—, vaya con él niño, se nota que no es tímido contigo.
No pude evitar reír nerviosa.
—Madd, no digas esas cosas, solo somos amigos.
—Los amigos no se besan —empezó a numerar—, no se piden citas, no se escapan por la noche para hacer travesuras...
—Ya —la calle antes de que siguiera—. Deja de hablar de eso tenemos que planear que ponernos para el sábado.
—Fácil, tenemos ropa de sobra para... —me interrumpió.
—No —exclamó—, no podemos ir a una fiesta con ropa de la calle, tenemos que ir con clase, y más si es un aniversario.
—Maddison, no vas por el buen camino.
Llamarla por su nombre sonaba más amenazante, así que no dude en llamarla por su nombre unas cuantas veces más al ver que seguí insistiendo.
—Tienes que verte genial para Jackson. —siguió insistiendo tomando ropa del closet—. Jackson es de esos chicos que buscan lo mejor, y amiga mía, le dejaras con la boca abierta.
—No creo que él sea así.
Empezaba a notar como mi opinión por Jackson empezaba a cambiar. Desde el primer día que le vi pensé que nos íbamos a llevar mal, pero no me esperaba que al final me ilusionara por salir con él. Mi corazón se agitó de solo pensar en la noche de sábado. ¿Qué estará planeando hacer? No creo que nos quedemos mucho en la fiesta, tendrá planeado llevarme a otro lugar cuando todo este centrados en otra cosa.
¿Qué estará planeando Jackson para hacer? Ay, solo espero que me bese. Ay, ay, pero qué digo, no, no puedo estar pensando eso enserio. Wendy, debes relajarte, no pienses en sus labios carnosos sobre los tuyas, besándolos con suavidad, con ternura, con amor, ese amor que solo Jackson te demuestra con cada sonrisa que te da.
Ya, deja de pensar en eso.
No puede dejar que este chico se meta más en mi corazón, no lo puedo permitir.
Maddi siguió buscando ropa decente y cuando no encontró nada se volvió hacía mí y me tomo del brazo.
—Vamos donde Jessie, seguro ella tiene algo.
—Maddi, solo es una fiesta —le dije de camino al cuarto.
—Para ti solo será eso, pero para mí es tu primera cita con el chico de tus sueños.
Mis mejillas ardieron en fuego.
—Ay, ya, deja de decir eso.
—Que te pongas nerviosa solo me demuestra que estás perdida de amor por Jackson. —Me miró de reojo al ver que no la contestaba—. Ves, ni te atreves a contestar —rio feliz.
¿Y si era verdad? ¿y si estaba empezando a enamorarme de él? Ay, no me lo quiero ni imaginar, ahora que empezábamos a ser amigos no quiero arruinar eso, quiero seguir manteniendo mi amistad con él sin importar nada. De solo imaginarme que siento algo por él y que eso nos separa... no, no quiero ni pensarlo siquiera.
Ya en el cuarto de Jessi, Maddi le cuenta, muy brevemente la situación son darle muchos detalles. No es que no confié en Jessie, es solo que ella no sabe callarse algunas veces, y si le dices algo en tan solo horas todo el internado se entera.
—¿Qué hacéis aquí, chicas? —Nos preguntó ella dejando a un lado sus uñas.
—Necesitamos que nos dejes ropa —habló Maddi caminando hasta el closet sin siquiera recibir el permiso de Jessie.
Esta algo asombrada asintió y nos dejó usar el closet. Diez minutos después volvíamos para el cuarto con dos montañas de ropa. Jessie tenía demasiada ropa en un closet tan pequeño, no entendía cómo le cabía todo. Bueno, por algo es mujer, se nota que sabe organizar sus cosas a la perfección, en cambio yo soy un auténtico desastre.
Al dejar la ropa sobre mi cama esta ocupaba toda ella.
—¿Ahora qué hacemos? —pregunté ingenua.
—Oh, pequeña, es hora de probarse la ropa.
Temí por mí vida al ver como mi amiga buscaba cosas en el montón de ropa. Media hora después ya me había probado como catorce conjuntos diferentes. No exageré cuando dije que Jessie tenía mucha ropa, ni siquiera habíamos cogido ni le mitad de la mitad y ya me parecía mucho.
—Ya, esto es suficiente —exclamé rendida des tanto cambio de ropa.
—Solo uno más —insistió Maddi con el último conjunto en sus manos.
Mi mirada alterno la ropa y su cara sonriente.
—Está bien —tomé la ropa de mala manera y me metí en el baño.
Al salir Maddi saltó de la alegría y me miré en el espejo.
—No está tan mal —me miré cada detalle de la ropa: la camiseta roja con vuelas en las mangas, la falda negra de cuero que me llegaba hasta la mitad del muslo (no mostraba mucho pero igual se veía carne), las botas altas del mismo color que la camiseta combinaban de alguna manera muy rara.
Este era mi estilo: sencillo, pero con clase.
—Me encanta —le dije a Maddi cuando me volví a verla.
—Te dije que no nos rindiéramos, siempre se acaba encontrando algo en el closet de Jessie —puso los brazos en jarra sobre su cintura—. Vas a dejar muerto a Jackson —me sonrió.
—Solo es un baile —seguí insistiéndole con que no era una cita, pero la niña nos salió tonta y sorda.
—Es una cita y tú vas a conseguir novio como me llamo Maddison.
—Qué eres, mi cupido ahora —la miré burlona al ver su mueca al llamarla cupido.
—Soy mejor que ese bebé con alas —se echó el pelo hacía atrás con glamur—. Además, tengo algo en mente para que la situación sea mejor.
Su mirada perversa no me gustaba para nada.
—¿Qué estas tramando, loca? —pregunté insegura de seguir con esto.
—Ya lo verás, tu solo relájate y reza para que estos días se pasen rápido —hizo changuitos con una sonrisa imborrable sobre sus labios.
También hice changuitos para que la semana pasara rápido. Aún que no lo dijera en voz alta, estaba demasiado nerviosa de tan solo pensar en lo que va a pasar el sábado.
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