15 (reescrito)

—Venga, deja de murmurar cosas y dime todo —insiste Maddi a la mañana siguiente.

Seguía con el corazón a mil por horas. Mi cuerpo seguía temblando como un flan y mis mejillas seguían ardiendo como el fuego.

Me daba demasiada vergüenza decirle las cosas que me había dicho Jackson anoche, así que le dije lo más mínimo para que no se le fuera la lengua al contarle todo a las demás.

—Esta hecho todo un galán este Jackson —bromea Maddi después de contarle "todo".

—No digas eso —le dije—, seguro solo fue un flash del momento.

He intentado convencerme desde anoche que sus palabras eran puras mentiras y que todo lo que me dijo anoche era más que un sueño que mi corazón había querido que viviera. No deseaba que fuera real, pero sabía que lo era, y dolía. Mis sentimientos crecían cada vez más al recordar esas bellas palabras que me dijo con todo su corazón. No me había imaginado que alguien como él pudiera tener un corazón tan grande para demostrar tanta belleza.

Suena cursi, pero lo es.

Jackson me había dado a ver una parte de él que sin duda quiero mantener ante mis ojos. Sus sonrisas eran sinceras, sus palabras, sus miradas... todo en él era real en ese momento.

¿Por qué no pudo haber sido así desde el principio? ¿Por qué tuvo que darle la vuelta a todo ahora? Sí, había aceptado volver a empezar con él y llevar nos mejor, pero no sé hasta donde podré aguantar.  

—Eh, tierra llamando a Wendy —Maddi agita su mano delante de mí—. Estas en la luna.

Reí nerviosa. —Disculpa, estaba pensando, nada más.

—Estabas pensando o estabas recordando el suculento beso que te ha dado Jackson. —Se burlo recibiendo un cojín por mí parte.

—Deja de nombrar esa palabra, me pone nerviosa —me abrazo a un cojín apoyando mi barbilla en la misma.

—Vamos, admite que te encanta ese morenazo de ojos verde —río de nuevo paseándose por el cuarto burlona.

No pude evitar reírme ante su patética actuación.

—Oh Jackon, amor mío, no me sueltes jamás —empezó a interpretar la situación de manera exagerada—. Te amo, y no soporto estar lejos de ti ni un segundo más. Volvamos a empezar y retomemos este hermoso romance.

—¡Ya! —exclame lanzándole cojines a traición con las mejillas encendidas de la vergüenza.

—Es verdad —dice después de acabar de reírse—. Si hubieras podido le hubieras dicho eso, e incluso lanzado a sus brazos.

—No, ni loca pensaría hacer algo así. —Puede que si besarlo hasta quedarme sin aire, pero lanzarme a él no.

—¡Jackson y Wendy una parejita feliz! —empezó a cantar Maddi saltando en la cama como loca.

Grite sin poder ocultar una sonrisa al ver lo animada que se veía mi amiga con el tema. Pensaba que le molestaría después de saber que Connor la había mandado a tomar viento, pero al parecer ese chico ya es agua pasado. Maddi es fuerte y no se dejará vencer por un cretino asqueroso que solo se tira a las chicas para después despacharlas como putas de la calle.

Sí, suena muy bruto, pero es la verdad. Hay chicos que hacen eso y si soy sincera a esos yo misma los mandaría a la mismísima mierda al segundo de conocerlos.

Maddi es demasiado buena persona como para mantener el rencor con alguien, es por eso que me mantendré a su lado por si ese estúpido se atreve a volver al ataque.

Se quedará sin descendientes como se acerque a mi amiga.

—Vamos a comer que me estoy muriendo de hambre, loca —dije saltando de la cama para ponerme los zapatos que había dejado de mala manera en medio del cuarto.

—Tu siempre tienes hambre, no sé cómo no tienes fondo —dijo Maddi al salir del cuarto. Cerró con llave y nos pusimos en camino a la cafetería.

—Es un don —retire el pelo de mis hombros con estilo de diva.

—Ay, paso cuidado que tenemos a una diva en el internado —puso sus manos alrededor de su boca como megáfono.

—No soy perra ni soy gata, soy divaza y eso te mata —chasqueé los dedos con glamur falso.

—Esa frase legendaria de la Divaza, fuerte —rio chocando los cinco conmigo cuando llegamos a la cafetería.

—¿Qué tan divertido? —nos preguntó Jessie devorando su comida.

—Nada, solo Wendy demostrando que es la más diva del lugar —respondió Maddi sentándose al lado de Jessie. 

No pude evitar reírme al ver las caras que ponía Maddi.

—¿Te pasa algo en la cara? —no pude evitar preguntarla en broma.

—Deja mis caras raras. —Respondió.

Todas volvimos a concentrarnos en lo nuestro mientras comíamos. La conversación que reinaba en la mesa minutos después era que a quién llevaríamos este sábado a una fiesta que se organizaría en honor al aniversario del internado. Al parecer este lugar ya llevaba más de cuarenta años en función.

Increíble, quien me iba a decir que este lugar sería tan viejo.

—Yo llevaré a Josh —dice Hanna con superioridad. Ella era la única que tenía pareja fija de todas nosotras.

—Bueno, bueno —interrumpió Connor por detrás. Él rodea los hombros de Maddi con confianza y estoy tentada a decirle algo cuando veo a Jackson caminar hacía nosotras.

Genial, no solo me toca aguantar al idiota de Connor, que encima tengo que tener al chico que anoche se me declaro delante.

Wendy, relájate, no te pongas nerviosa. Es solo un chico guapo que hace que pierdas el sentido con solo una sonrisa, tú puedes con ello.

Nuestras miradas se encontraron cuando se puso a su lado. En ese mismo instante me planteé salir corriendo como cobarde, pero no podía dejar a mi amiga con toda la mierda sola. Las chicas reían divertidas por algo que al parecer había dicho el tal Josh.

—Vais a venir, ¿verdad? —cuestiona Connor con su mirada puesta en Maddi.

Apreté los puños con fuerza al ver como se aprovechaba de la situación el muy cerdo.

—No creo —dije, sin dejar de fulminarle con la mirada. Los dos nos miramos con claro odio—. Maddi y yo lo pasaremos viendo pelis, sorry.

—Oh vamos, Wen —dijo mi nombre con sorna—, no seas aburrida, estoy seguro que Maddi desea ir a la fiesta, ¿verdad? 

Estaba forzando a Maddi para que accediera cuando ella no quería. Debía intervenir de manera más brusca, pero Jackson se me adelanto separando a su amigo de mi amiga.

—Será mejor que nos vallamos —dijo pasando su mirada por la mía durante unos segundos—. Nos necesitan para preparar las cosas.

Connor asintió a duras penas. Cuando se fueron pude susurrarle a Jakscon un "gracias" por librarme de dar la cara delante de toda la cafetería. Ya era mucha la vergüenza que tenía como para añadir algo más a la lista de vergüenzas. 

—Vamos, tías —comenzó Jessie cuando ya estábamos de camino a clase—. Es una fiesta en la cual no nos van a retar por ir. Es nuestra oportunidad de alocarnos por una vez sin pensar que tenemos que volver temprano.

—¿Qué pasa si algo sale mal?

—Eso es algo de lo que las guardias se van a tener que encargar, Maddison. Ese no va a ser nuestro problema el sábado. 

Me encojo de hombros cuando Maddi me lanza una mirada en busca de ayuda.

Jessie tenía razón, si había algún problema los que nos cuidaban eran ellas, no nosotras. Además, teníamos la suerte de tener los cuartos al lado por si ocurría alguna emergencia, porque todos sabemos que alguno que otro se ira de la fiesta con su respectiva pareja para hacer manitas. No nos mintamos, es la verdad.

No pude evitar reír cuando Hana dijo exactamente lo mismo que acababa de pensar.

—No sé vosotras —comenzó haciéndose la interesante—, pero yo me iré con Josh a un lugar apartado para que nadie nos molesta.

Maddi y yo compartimos una mirada de asombro por su declaración, ya estaba dando por hecho que iba a acostarse con Josh y aún ni era sábado.

No pude evitar contener un comentario sarcástico. No pretendía ofenderla, pero no estábamos en la época de celo, gracias, guárdate sus experiencias sexuales para ti misma, a nadie le importa.

—Nosotras nos vamos —dice Jessie cuando llegamos a la clase de Inglés.

Ellas tenían otras asignaturas diferentes a las nuestras a estas horas del día, las demás eran iguales. Entramos y nos sentamos en nuestros sitios de siempre, salvo que esta vez tendría que enfrentarme a Connor y a sus amigos, de nuevo.

—Moveros —le digo, poniendo mis manos sobre mi cintura en postura de guerrera.

—Ay, pero a quien tenemos aquí —ríe él con algo que solo él sabía—. Si es la ramera de Jackson, que, ya se ha cansado de que le estés calentando la cama y te ha echado de ella.

—Quien te da el derecho de decirme esas cosas estúpidas —le encaro, ganándome la atención de todos.

—No me vas a decir que es mentira —comienza de nuevo con sus secretitos—. ¿No te lo ha contado? —Negué con pocas ganas de saber a qué se refería—. Jackson sin duda es un gran actor, si no fuera por esa trola que te ha contado no estarías comiendo de su mano.

Un golpe en la mesa hizo que su risa parara. Jackson le fulminaba con la mirada, alternando con la mía, la cual estaba fija en él. Estaba entre creerme lo que este idiota decía, y entre no creerle. No conocía a este chico lo suficiente, pero sin duda no creo que me haya hecho algo así. Lo de anoche me pareció real, sus disculpas fueron reales y eso es lo que importa, lo que después diga no me importa.

—Tú te crees que yo me voy a creer algo así —digo—. Tu amigo y yo no tenemos nada, y nunca lo tendremos. Ahora sal de mi sitio si no quieres que llame a las guardias para que te manden a dirección.

Con esa amenaza se levanta seguido de sus amigos y dejan nuestro sitio libro.

Por el rabillo del ojo pude notar como Maddi y Connor se lanzaban miradas. Las de mi amigan iban con odio, mientras que las de ese idiota iban con otras intenciones.

Antes de que pudiera sentarme la voz de Maddi me hizo prestar atención.

—Atentos todos, quiero decir algo. —Con las miradas de todos sobre ella comienza de nuevo con la misma fuerza que me ha estado demostrando desde que la conocí—. Este chico —señala a Connor, el cual la mira sin comprender nada de la situación—, es una de las peores personas que hay en este internado. Chicas, no os dejéis vender por una cara bonita, chicos como él no se merecen que nos arreglemos y nos pongamos guapas para luego recibir todo lo contrario a lo que esperamos. —Los aplausos invaden la clase. Cruzo la mirada con la de Jackson y veo que, tanto el como yo, estamos orgullosos de la evolución de Maddi sobre el tema de Connor—. Y una cosa más. —Señala de nuevo al culpable de sus lágrimas—. Connor es gay.  

La profesora entro en ese preciso momento salvando el trasero de mi amiga. Connor ya la tenía en el punto de mira, ya temía por la vida de mi amiga.

Antes de que la clase empezara del todo, Jackson se acercó a mí y de sorpresa me planto un beso en la mejilla. Nadie se dio cuenta de su pequeño y travieso acto. Los colores subieron a mis mejillas y no pude ocultarlo de su mirada esmeralda, la cual estaba posada en mí como si fuera una joya valiosa para ellos.

—Has sido muy valiente —susurro él antes de irse a su sitio, el cual era detrás de mí.

No pude concentrarme en ninguna de las clases siguientes, en todas ellas le tenía detrás de mí, atento a cada movimiento, por muy sutil que fuera.

Por fin las clases acabaron y pudimos irnos a nuestros cuartos o al patio para descansar. Por mi parte preferí ir al cuarto para así respirar un poco de tranquilidad. Vale que haya empezado de nuevo con Jackson, pero tampoco es como para tratarme como alguien especia o como su novia. Porque sí, yo misma dije que nadie nos había visto, pero me equivocaba, unas chicas de nuestra clase nos vieron y se pasaron toda la clase mandándome notitas preguntándome cosas del tipo: ¿Estáis juntos? Es verdad lo que dijo Connor, ¿estáis teniendo un royo? Y millones de cosas igual de absurdas y estúpidas.

—No me puedo creer que no me dijeras que Connor era gay —le dije a Maddi después de pasarnos un buen rato hablando sobre qué haríamos para al proyecto de lengua.

—No sabía si decírtelo o no con toda la movida de Jackson.

—Siempre voy a tener un hueco para tus asuntos —le tiro un cojín haciendo que se desvíe en el dibujo.

—Tienes suerte de que sea lápiz y no boli, porque si no —hizo como si se cortara la cabeza amenazándome.

—Sabes que no serías capaz de matarme —me lleve las rodillas al pecho abrazándolas.

Maddi no era como Susana, mi mejor amiga del pueblo. Ellas dos son dos polos opuestos. Maddi era luz y diversión, mientras que Susana era algo parecido, pero no tanto para mí. Tal vez por esa razón me llevé tan bien con ella la primera vez que la vi, éramos tan distintas que nos complementábamos como una. Las tardes con Maddi eran más divertidas que las que pasaba con Susana viendo películas de romances absurdos.

—Y dime, ¿cómo eran las fiestas en tu pueblo? Nunca te he preguntado sobre ello antes.

—No eran la gran cosa —dije—. Gente borracha y juegos absurdos de los cuales siempre salías con algo roto. Nunca monte en una de ellas por si acaso.

Rio divertida. —Mejor prevenir que curar.

—Exacto —le guiñé el ojo con dificultad fingida.

—¡¿No sabes guiñar el ojo?! —pregunto asombrada.

—Sí sé guiñar el ojo —reí—. Pero me hace mucha gracia la cara que pone uno cuando se esfuerza en conseguirlo cuando no sabe.

Lo hice y las dos estallamos en carcajadas.

—Parece que te hubiera dado un tic y no supieras controlarlo —dice Maddi entre risas.

—Es algo tan absurdo que hace gracia.

No dejamos de reír hasta que el sonido de la puerta nos detuvo.

—Yo voy —me levanté y fui a abrir la puerta—. Qué...

—Interrumpo vuestra charla de amigas.

Jackson estaba parado enfrente a la puerta con las manos en los bolsillos y con la mirada fija en la mía.

Ay, por qué tenía que ser tan jodidamente guapo.

—He venido a por ti —dice, consiguiendo que mi corazón salte de la emoción al saber que me busca—. Necesito enseñarte algo.  

Andrade004

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