Cuando llegamos a casa, estaba mi madre sentada en el portal de la casa, esperando, con la cara empapada.
En cuanto me vio, fue directo a abrazarme, se notaba la felicidad en su sonrisa.

Elva: Hanna, gracias a dios que estas bien, por dios gracias.

Hanna: Sí mamá, ya estamos en casa.

Elva: Carlos que te pasó, necesitas ayuda estás sangrando.

Karlos: Aahh!! Eso... no es nada no se preocupe.

Elva: Vamos, entremos.

Entramos a la casa, nos sentamos en la sala, mamá fue al baño a buscar un poco de algodón y alcohol para la herida de Karlos.

Elva: Qué fue lo que pasó?

Hanna: otro día te lo cuento mamá, lo importante es que estoy bien, estamos bien, y que no pude haberlo conseguido sin la ayuda de Karlos.

Elva: Deben estar cansados. Por qué no suben a dormir???

Karlos: Esa es una excelente idea señora Price. Vamos Hanna.

Hanna: Claro. Adios mamá.

Cuando subimos, estaba todo justo como lo dejamos, excepto que el cuaderno de dibujos estaba sobre la cama y tenia otra nota, decía:

SIEMPRE VOY A ESTAR CONTIGO. ERES MI HERMANITA PEQUEÑA. TE AMO.
                                                 MARIO.

Miré a Karlos, sonreí, guardé la nota en la mesa de noche, y me acosté a dormir.