No pudieron decir nada, llegó corriendo Karlos a donde estabas, estaba sudado, en cuanto se enteró del accidente salió de su casa.

- Dónde está??? Dónde está Hanna?
Casi no podia hablar, le faltaba el aire, habia corrido demaciado.

Está en urgencias, necesita sangre, pero ninguno de los dos es compatible con ella. Le dijo Elva intentado calmarlo.

- Yo puedo, puedo hacerme las pruebas, si soy compatible yo lo hago. Les dijo.

Claro acompañame vamos con el doctor.
Edward se lo llevó a hacerse los análisis. El resultado fue positivo, era compatible con Hanna.

Lo llevaron al salón y comezaron a sacarle la sangre. Lo único que hacía era mirarla, pero no reia, estaba preocupado, tenia miedo de que algo malo pudiera pasarle, agarraba su mano, estaba fria, su cara también, estaba blanca pálida, parecía un cadáver. Sus labios estaban casi negros y sus uñas estaban pintadas de negro.

Sacó una pulsera de su bolsillo, era negra, con un trébol de cuatro hojas y se la puse en la mano. No paraba de mirarla, recordaba esas veces que la veia en la calle, sonriendo, esa sonrisa hermosa que le alegraba la vida.

Por favor Hanna, despierta, aún quedan muchas cosas que vivir juntos, aún tengo mucho por enseñarte, muchas salidas. No te he molestado lo suficiente. No te he dicho lo mucho que te quiero, lo mucho que me gusta verte sonreir. Por favor, quiero verte reir todos los dias por mis bromas.

Una lágrima salió de sus ojos, cayó en la mano de Hanna. Le dio un beso en la frente y junto antes de salir por la puerta...

Entonces abrí los ojos, ya estaba consiente...
- Mira que eres tonto... le dije meintras le miraba sonriendo.

Karlos comenzó a llorar con tan sólo escucharme.

Hola malvadosa mia. Me dijo y una sonrisa salió de sus labios.

Caminó rápidamente hacia mi y empezó a darme besos en la frente, ambos reíamos, por primera vez, estabamos realmente felices.