07


Annabet_Cardona
Te adoro 💜
este capítulo es para ti.


- - - - -
3/4
- - - - -

Seokjin estaba nervioso y no era para menos, esa tarde de viernes el hermano mayor de Taehyung iría a su casa para pedirle permiso a sus padres para que lo dejarán ir a la granja. A un lugar en donde él nunca había estado, ni siquiera sus padres conocían a los de Taehyung.

Seokjin estaba prácticamente seguro que no lo dejarían ir.

Con su pulso a mil se acercó hasta donde estaban sus padres en la sala y se paró frente a ellos. Estos lo miraron con cara de enojo pero él no echó pie atrás. Respiró profundo y dijo:

—Hice un amigo en el colegio y él me invitó a la casa de sus padres, es fuera de la ciudad, a una hora de aquí… Su hermano mayor vendrá a pedirles permiso pero yo quería que supieran antes…

—¿Te irías por todo el fin de semana? —preguntó el Kim mayor.

—Uh, si —Seokjin rascó su oreja.

—Bien, anda. —Hye Soo dijo con una sonrisa en los labios un tanto siniestra.

El azabache sorprendido asintió en silencio y se alejó de la sala para meterse en su habitación pero pudo escuchar claramente cuando sus padres dijeron que no les interesaba donde estaría Seokjin ese fin de semana mientras estuviera lejos de ellos.

Se metió en su cuarto y no dejó que el poco y nada de cariño que sentían sus padres hacia él bajara las ganas que tenía de salir de ese lugar y conocer la vida de Taehyung. Él hablaba tan emocionado de su granja que Seokjin estaba ansioso por conocer todo el lugar.

Hizo su mochila y se sentó en la cama para esperar por el hermano de su amigo. Un suspiro tembloroso dejó sus labios.

¿Y si el hermano mayor de Tae no iba por él?

¿Y si se olvidaban de que lo habían invitado?

Seokjin respiró varias veces para calmarse y es que nunca nada le salía bien, él estaba más que acostumbrado a que su vida fuera en picada cada vez que encontraba algo que lo emocionaba.

Tratando de dejar sus pensamientos negativos de lado Seokjin se calmó y solo esperó a que vinieran por él.

.
.
.
.

—¿Te tienes que ir? —Jisoo se sentó sobre el regazo de su compañero de clases y casi novio. —Mamá no llegará hasta la noche.

Namjoon besó sus labios lentamente y apretó firmemente el cuerpo de ella al suyo —le prometí a mi Taetae que iría a pedir permiso para que su amigo vaya a casa, no quiero que se haga más tarde.

—Oh —Jisoo se levantó pero luego comenzó a quitarse la ropa lentamente —quédate un poco más.

Namjoon palmeó su potente erección y estaba por quitarse su ropa también cuando la imagen de su hermanito llegó a su mente.

Taehyung era su bebé, su preciado hermanito, no podía fallarle por lo que lamentando una follada perdida se despidió rápidamente de su compañera y salió de la casa que visitaba solo cuando Jisoo estaba sola. Se dirigió de inmediato a la parada de buses y mientras estaba sentado buscó el papel en donde Taehyung había anotado la dirección de su amigo.

El sol todavía estaba en el cielo cuando se bajó lo más cerca que pudo de la casa de aquel muchacho y cuando encontró la casa suspiró profundamente y golpeó la puerta.

.
.
.
.

—Uh, yo olvidé pedirle dinero a mis padres.

Namjoon sonrió y negó con su cabeza —no te preocupes, solo es un pasaje más hasta casa, ¿Traes todo lo necesario?

—Uhm si, mi cepillo de dientes, ropa y pijama…

—Muy bien.

Namjoon divisó el bus que los llevaría a la granja y miró de soslayo al callado chiquillo. Siendo que tenía la misma edad que Taehyung, Seokjin se veía mucho más grande. Quizá más maduro. Namjoon no lo sabía realmente ya que no lo conocía pero al ver a sus padres siendo tan fríos con su hijo fue lo suficiente para darse cuenta de cuanto amor faltaba en la vida del pequeño castaño. Y que lo que le había contado Taehyung al parecer era cierto.

El viaje fue más corto de lo habitual mientras Nam conversaba con el chico. Se sorprendió gratamente al escucharlo reír y de a poco verlo un poco más animado de lo que estaba cuando llegó a su casa.

No preguntó sobre su familia, solo se enfocó en contarle anécdotas divertidas y vergonzosas de su hermanito. También contarle sobre la granja y sus padres que estaban ansioso por conocer al primer amigo que Taehyung había hecho en la ciudad.

Luego de bajarse del bus y caminar los minutos que separaban la granja de la parada de buses, ellos llegaron a destino.

Namjoon abrió la puerta y no se sorprendió al ver a Taehyung parado al lado de esta. Sus ojos brillantes mientras esperaba a que él entrara para poder ver al fin a Seokjin.

—¡Por fin! —Taehyung se acercó a Seokjin y lo saludó con un abrazo —pensé que no llegarían nunca ¡¿Viste que hora es Joonie?!

—Cálmate, ¿Si?, traje a Seokjin merezco un abrazo aunque sea.

Tae rió y abrazó fugazmente a su hermano para luego tomar la mano de su amigo y conducirlo por su enorme y vieja casa.

—¡Tienes que conocer a mi abu!

Seokjin sonrió mientras era arrastrado por la enorme casa, Taehyung no dejó que viera nada mientras se dirigían hacia algún lugar de la propiedad.

El olor a pan hizo salivar la boca del castaño y cuando entraron a la cocina su estómago estuvo de acuerdo que ese olor a comida era la fragancia más exquisita que había olido en su vida.

—¡Abu! —gritó Tae. —¡Llegó Seokjin!

la anciana sonrió hacia ellos. Seokjin calculó que quizás estaba en sus setenta u ochenta años. No lo podía decir con exactitud.

—Hola cariño, ¿este es tu amiguito?

—Ajá, él es Seokjin, abu.

El castaño sonrió y saludó a la anciana con un apretón de manos suave.

—Hola —dijo sonrojado, jamás era bueno saludando a los mayores, su madre siempre lo reprendía por no ser lo demasiado cortes.

—Oh, pero que chiquillo tan bonito —la abuela acarició su cabello —y tan educado, muy bien Taetae haciendo buenos amigos.

El azabache se sonrojó ante el apodo pero vio que Seokjin también estaba sonrojado por lo que no se preocupó demasiado.

—Abu, ¿Que estás haciendo de rico?

—Pan y estaba pensando en algo que ustedes quisieran para la cena, tus padres vendrán hasta mañana temprano, por lo que pienso que podríamos salirnos del menú habitual.

—¡Uh, uh! —Taehyung dio pequeños saltitos —¡No se que pedir!

Seokjin sonrió y se rascó la oreja con su hombro un tanto preocupado.

—Puede ser lo que ustedes quieran comer.

Taehyung amaba la comida de su abuela, era de lo más delicioso probar sus platos por lo que no podía elegir solo una preparación. Mordiendo su labio su mirada cayó en Seokjin que estaba más callado de lo habitual. Se acercó a él mientras su abuela se movía por la cocina.

—¿Estás bien?

Asintió pero luego mordió su labio —tu abuela trabaja mucho, me siento culpable.

—Oh.

Tae fijó su mirada en su abuelita. Ella se veía bien, a su edad todavía hacia muchas cosas y era lo bastante enérgica para despertarlo por las mañanas y hacerle su desayuno. Él no había visto esas muestras de amor como una carga pero quizá su amigo tenía razón.

—¿Entonces me van a decir que quieren comer?

Seokjin observó de reojo a Taehyung, este se veía deprimido, de un momento a otro su sonrisa enorme se había desvanecido dado paso a un semblante más bien triste.

—Uh, lo que usted desee cocinar —dijo Seokjin haciendo una reverencia.

—Tan lindo —la abuela, Kim NaRa, sonrió enternecida por la actitud de Seokjin —la persona que se gane tu corazón será muy feliz. Eres un chico muy noble.

—¡Abu! —Taehyung se sonrojó violentamente por esas palabras. Su abuela siempre decía cosas así de raras —¡No digas esas cosas!

—Yo solo digo la verdad —se defendió la mujer —ahora vayan a dejar las pertenencias de Seokjin a tu habitación y dejen a esta vieja cocinar algo delicioso para ustedes.

Ambos chicos salieron de la cocina y subieron la escalera de madera que crujía a cada pisada.

—Mi casa es vieja ¿No?, mis padres la compraron en un remate o algo así, antes vivíamos más lejos.

—Está bien, me gusta.

Seokjin ya amaba esa casa y ni siquiera necesitaba ver más de ella para saber que ese lugar era acogedor. Olía demasiado bien. No como su habitación que siempre era muy húmeda y fría.

—Esta es la habitación de mi Joonie, nunca me deja entrar pero sé que es la más grande —dijo Taehyung mientras caminaban por el pasillo hasta su dormitorio. —En esta duerme mi abuela cuando se viene a quedar con nosotros, mi abuelo se quedó en el campo, él no es de salir mucho.

Seokjin asintió mientras miraba las paredes color rosa, habían algunos cuadros de animales y otras decoraciones que él no pudo apreciar bien por lo rápido que su amigo caminaba.

Pararon frente a una puerta negra que tenía un cartel que decía ¡No entrar! a menos que traigas comida.

Eso hizo reír a Seokjin.

Él quería tener un cartel así para su dormitorio.

—¿Te gustó? —Tae le sonrió —mi papá me lo compró en la ciudad.

—Es genial.

—Conseguiré uno para ti.

—Oh, no es necesario.

—Shh, ya lo dije y si lo dije es —Tae abrió la puerta de su habitación y tragó un poco inseguro por que no era un gran lugar, el tapiz de las paredes se estaba cayendo, el piso no era el mejor tampoco, su cama parecía de esas que estaban en los hospitales. En general Taehyung se sentía un tanto mal por no poder mostrarle algo mejor a su nuevo amigo.

—Wow, esto es muy grande Tae, que bonita habitación. Tienes muchas cosas aquí.

Seokjin parecía genuinamente emocionado y eso calmó un poco a Taehyung quien corrió a mostrarle su colección de historietas y otras cosas especiales que solamente podía mostrárselas a personas realmente geniales como lo era Seokjin para él.

—Está es mi colección de piedras. Algunas son muy raras ¿No crees?

—¿Donde las consigues? —Seokjin había tomado una entre sus dedos, esta era blanca y tenía una forma redonda.

—Uh, algunas las traje de mi antigua casa, otras me las ha dado mi Joonie y el resto las he encontrado por ahí, siempre ando mirando el piso cuando camino —se encogió de hombros —es mucho mejor buscar piedras que ver a las personas.

El castaño se rió tapando su boca —yo hago lo mismo, aunque yo no busco piedras.

Taehyung también sonrió y sintió sus mejillas ponerse rojas mientras veía a Seokjin mirar su preciada colección. Su corazón volvía a tener ese maldito martilleo, llegaba a ser molesto de lo mucho que latía.

Luego de mostrarle todas las cosas que podrían interesarle a su amigo, Taehyung decidió que era momento de mostrarle la huerta y a sus perros.

Estaba realmente emocionado por ver reír a Seokjin de nuevo.

Dejaron todo en su lugar y salieron de la habitación, bajaron la escalera y pasaron nuevamente por la cocina. Taehyung le ofreció fruta a Seokjin y este no se negó a probar de nuevo una de las dulces manzanas que estaban sobre el enorme plato sobre la mesa del lugar.

La abuela Kim les dio una galleta a cada uno también para que no tuvieran hambre mientras iban a pasear a la parte de atrás de la enorme casa.

—¿Que hacen tus padres, Tae?

—Ellos trabajan en las siembras de otras personas, de gente con dinero, las manzanas vienen de esos campos. Mi papá cree que en este lugar tendrá más oportunidades de vender nuestras hortalizas que en el antiguo campo.

—Oh.

—¿Y los tuyos?

—Mamá no trabaja y mi padre es vendedor en una empresa de neumáticos.

—¿Siempre has vivido en la ciudad?

—Si. Es bonita, me gusta mucho la playa.

—Eso fue lo primero que conocimos cuando llegamos aquí. Es realmente relajante, me gustaría vivir alguna vez mirando el mar.

—Y escuchar las olas —agregó el castaño.

—¡Soonshim! —gritó de pronto Taehyung asustando de paso a su amigo. —Oh, lo siento, es que estos perros tontos siempre se enconden.

El jardín trasero era gigante a ojos de Seokjin, en realidad más que jardín trasero eso era un campo entero. Habían muchos árboles y pasto verde precioso. Habían varias pequeñas casas con techo y paredes de vidrios, eso aumentó la curiosidad de Seokjin por el bonito lugar.

—¡Monnie! —gritó de nuevo el azabache —deben andar persiguiendo a las gallinas.

—¿Tienes gallinas? —ahora Seokjin estaba oficialmente sorprendido, él nunca había visto a una real, solo las de la televisión.

—Si, sus huevos son deliciosos. Mañana comeremos al desayuno.

Siguieron caminando y el castaño pudo ver de mejor manera lo que él pensaba que eran pequeñas casitas, estas eran huertos. Diversas plantas pudo apreciar en una de las construcciones, en otra habían flores de muchos colores vivos y preciosos.

—Ugh, perros tontos que no aparecen.

—Uhm, ¿Tae?

Taehyung paró de seco cuando escuchó a su amigo. Se giró y quedaron frente a frente. Seokjin era un poco más alto que él, solo unos centímetros, pero a su lado el castaño se veía un poco más imponente.

—¿Tienes frío?, creo que es mejor volver, además que está oscureciendo.

—No, no es eso. —Seokjin mordió su labio —solo quería darte las gracias por invitarme. Este lugar es genial.

El corazón del azabache golpeó con fuerza y otra vez sintió sus mejillas ponerse rojas ante la mirada de Seokjin sobre su rostro. Tragó saliva y arrugó su ceño por que se sentía raro, sentía algo extraño en su estómago.

—D-de nada —balbuceó —¿Quieres ver las gallinas? —se giró de inmediato por que la vergüenza lo invadió y no sabía por qué razón. Simplemente ver el bonito rostro de su amigo contento había hecho estragos es su estómago.

Tan raro todo.

—Uh si, eso me gustaría mucho, Tae.

—B-bien, sígueme.

Caminaron hasta el fondo del terreno. Había una construcción pero no se veía ninguna gallina.

—¿Donde están?

—Durmiendo al parecer. Mañana temprano podemos venir…

Ladridos se escucharon a lo lejos y Taehyung volvió a llamar a sus mascotas.

—Monnie es un perro de edad avanzada, pero Soonshim lo lleva a jugar lejos. Ese perro tonto la sigue para todos lados —Tae tiró de la ropa del castaño para seguir los ladridos de los perros.

Seokjin estaba realmente contento mientras corría detrás de su amigo en busca de los bulliciosos animales. Por primera vez en mucho tiempo se sintió feliz y no importaba si eso sería temporal, él estaba más que consciente que terminando el fin de semana debía volver a su casa y retomar su rutina. Pero ahora mientras llegaban finalmente hacia los perros de Taehyung, su infelicidad no importaba demasiado.

Soonshim se tiró sobre él, Seokjin cayó al suelo entre risotadas mientras sentía a la perra lamer todo su rostro.

Taehyung también reía, pero más feliz se sentía por ver a su amigo reír despreocupado.

Ese día Taehyung se prometió a si mismo hacer que Seokjin riera más, darle un poco de felicidad. Esa tarde el azabache se dio cuenta que Seokjin solo necesitaba sonreír para que él también se sintiera bien. Y a pesar de lo joven que él era ya podía sentir que lo que sentía alrededor de su amigo era algo más fuerte.

Algo que nunca había sentido antes… Y ahora Taehyung estaba curioso por saber de qué se trataba todo ese revoloteo en su interior.




┉┅━━━━━━┅┉






Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top