Pensamientos nocturnos

Mi vida era una rutina, es decir, todos los días hacia lo mismo hasta que llegaban las cuatro de la tarde. Dios...esa hora era mágica, era elemental en mi vida, era mi droga completa. No tres con cincuenta y nueve, no cuatro con un minuto, solo cuatro en punto. Si algunos clasifican a las tres de la mañana como la hora maldita, yo clasifico a las cuatro de la tarde como la hora de Gabriel. La mejor hora de mi vida, la mejor decisión que había tomado.
Pensar en Gabriel me hacía sentir la persona más feliz del mundo. Pensar en su sonrisa. Pensar en su mirada. Pensar en sus caricias. Pensar en sus dulces besos. Pensar solo en él. Pensar en todo el mundo yéndose al demonio solo para tener algo lindo con él sin juicios, porque la sociedad era nuestro mayor enemigo, en realidad todos lo eran.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top