La petición
—Te hice caso —susurró —, pero creo que ahora tendrás que cambiarme de sitio por lo menos hasta el viernes.
—Lo que sea por mi amigo —respondí tomando mis cosas para pasarlas a la mesa de atrás —. Hay algo que te falta aún —añadí —, ¿no deberías ser también deportista?
Giovanni se señaló y comenzó a burlarse de él mismo y de mis palabras por decir "deportista".
—Piénsalo —me estiré en la mesa —: estarás en forma, serás uno de los chicos más deseados, podrás presumir estar en un equipo...conocer más personas.
—¿Y a qué equipo debería meterme?
—No eres muy atlético que digamos —acaricié mi barbilla —, ¿vóleibol?
Negó, y la única razón de su rotundo "no" fue porque los chicos del equipo de voleibol eran un tanto extraños en cuanto a las personas nuevas, eran un grupo demasiado cerrado como para que a alguien le dieran ganas de unirse.
El profesor nos calló golpeando la carpeta de Giovanni que antes era mía. Le pedí a Giovanni que se volteara un momento para calmar las cosas y esperamos a que el profesor vuelva a explicar.
—¿Y a qué deporte me recomendarías ir? —volvió a preguntar susurrando.
—¿Waterpolo?
—No sé nadar —respondió cruzando por brazos.
—¿Es que acaso no pueden callarse? —el profesor se dirigió hacia nosotros —Y al parecer alguien está un poco ciego también, ¡lo que faltaba! —suspiró viendo a Giovanni —, Almazán...cambia de sitio con Delucchi —señaló a Milena y ella rápidamente tomó sus cosas y se dirigió al sitio de Giovanni —. Espero que así ustedes dos no conversen —dijo señalándome a mí y a Giovanni —, además...Almazán, que no sé por qué motivo no lleva lentes hoy, podrá ver mejor y lo podré vigilar como a todos, y tú —se dirigió a mí —no quiero que converses, Morriell, sino tendré que bajarte puntos por no prestar atención.
Todos me miraron y me revolví en la silla para evitar que mis mejillas se prendieran en un tono rojo fuego. Milena mascaba su lapicero mientras atendía a la explicación y yo no podía dejar de mirarla, su actitud frente a todo era muy pacífica.
—Oye, Delucchi —pateé su silla —, ¿podemos hablar?
Milena volteó sonriendo y giró su cuerpo ligeramente para hacer como si veía la pizarra.
—Creí que nunca lo dirías —su mirada era tan profunda que a veces me ponía nervioso —, ¿qué pasa?
Busqué entre mis cuadernos una hoja de papel un poco doblada y se la entregué sin decir palabra alguna.
—¿Timbiriche? —preguntó observando el papel.
—Sí, estaba jugando con Almazán y luego el profesor me lo arrebató, así que tú cubres su puesto ahora —bromeé —, pero también me gustaría hablarte mientras jugamos. ¿Qué clase de persona sería tu chico ideal?
—No estarás pensando en que tú podrías —cubrió su boca para no reír —, bueno, igual no lo creo.
—Anda, dime —completé cinco cuadrados del juego por un mal movimiento de Milena.
—Me gustaría que fuera alto.
Giovanni era alto.
—Que sea gracioso.
Giovanni era muy gracioso y divertido.
—Que sea educado.
Giovanni era todo un caballero, cuando quería.
—Que sepa y haga poemas románticos.
Giovanni sabía muchos gracias a mí.
—Que sea guapo.
Giovanni lo era sin esos lentes de botella.
—Que sea culto.
Giovanni leía enciclopedias a veces y veía las noticias todos los días.
—Y lo más importante...
—Redoble de tambores —tomé dos lapiceros y los golpeé como si fuesen tambores contra la mesa.
—Que le guste el deporte, y más si es el básquetbol.
Estuve como un tonto mirándola por varios minutos, luego asentí y seguimos jugando Timbiriche.
Eso era la clave de todo: básquetbol.
Tenía dos opciones, 1) le podía pedir ayuda a Eros, ya que me había comentado que jugaba en la selección de su escuela y por lo tanto debía ser bueno, él ayudaría a Giovanni con ese asunto y entraría al equipo sin ningún problema, sin embargo, era casi imposible que Giovanni pudiera aprender lo básico en tan solo un poco de tiempo y si lo aprendía no lo haría bien; o 2) utilizar el favor que Ulises me debía porque él estaba en el equipo y había una posibilidad de convencer al entrenador para que Giovanni entre y estando ahí aprenda por las malas, no sin antes hacer lo primero para que confíe en sí mismo y piense que logró esa meta por sus propias acciones.
Al terminar la clase, le comenté la idea de entrar al equipo de básquetbol a Giovanni y le encantó, solo debía hablar con Eros y con Ulises.
Perseguí al deportista gigante por casi toda la escuela teniendo éxito al momento de ir a su casillero.
—¡Qué raro que me busques, Morriell! —exclamó con sarcasmo y le dio una mordida a su emparedado —Cuéntame...seguro ya decidiste y pensaste acerca del favor que te debía —dijo con la boca llena —, dímelo de una vez y te lo cumplo, así como tu hada madrina pero sin alas.
—Necesito que alguien entre al equipo de básquetbol...
—Estás de suerte —apoyó uno de sus brazos en la puerta de su casillero —el entrenador está buscando un reemplazo para Joe, se rompió la pierna, es una verdadera pena —suspiró —, ¿ese puesto lo quieres tú?
—No —negué con la cabeza también —, lo quiero para Almazán.
—¿Almazán quiere entrar al equipo? —dijo sonriendo y poco después estalló a carcajadas —Dios mío, el mundo está de cabeza. Me la pones difícil, flaco, si era para ti...fácil te conseguía ese puesto ya que eres delgaducho —tomó mi brazo como un ejemplo —y como no pesas sirves para correr como una bala al ser lanzada, pero para Almazán...además de su medida en los ojos —pensó —tendría que usar lentes de contacto —balbuceó mientras daba vueltas alrededor mío —y de su condición física nula...no lo sé, flaco, tendría que convencer al entrenador.
—¿Eso es un sí? —pregunté con duda.
—Eso es un "en la tarde te confirmo" —cruzó los brazos —, pero, flaco, pensé que me pedirías algo para ti, no sabes cómo me salvaste el pellejo aquella vez...imagínate, casi pierdo mi beca en la universidad por culpa de la calificación de Gabriel Mercer —hizo una mueca —. Mira, te haré ese favor porque somos amigos, o algo así, pero aun te debo tu favor, ya sabes lo que dicen: hoy por mí, mañana por ti, o al revés, no lo sé.
Ahora solo faltaba Eros, estaba seguro de que no se negaría a mi petición.
ARIEL_16:03
Necesito que le enseñes algunas cosas básicas sobre básquetbol a Giovanni.
EROS_16:03
Un «hola» no te quita tiempo, Ariel. Y está bien...pero solo puedo hoy en la tarde, ¿qué estarás planeando, demente?
ARIEL_16:03
Cuando te vea en la tarde te cuento.
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