Celos
—Opino que deberíamos ir a celebrar —dijo Giovanni mientras caminábamos a nuestras casas.
—Opino que deberías descansar, ya que mañana comienzas con el entrenamiento y quizá te duela todo el cuerpo.
—Por eso quiero celebrar —suspiró —, no todos los días tu gran amigo de toda la vida entra al equipo de básquetbol.
Negué con la cabeza y seguí caminando guardando silencio para no decir alguna estupidez.
—Ayer —dudé por un segundo —y anteayer...besé, bueno no —me corregí —Eros me besó. Me siento muy extraño.
Giovanni asimiló un momento las cosas y luego me dio una cachetada.
—¿Y eso por qué? —pregunté acariciando mi mejilla dañada.
—Porque eres un imbécil —exclamó angustiado —, el pobre Gabriel piensa que te matas estudiando y que no le contestas por ese motivo, y tú andas de parranda con ese bohemio —suspiró —, ¿sabes lo que eso significa? ¡Lo estás engañando!, él jamás te haría algo así, te quiere bastante.
—Eros no es malo —comenté —, ni mucho menos un bohemio.
—¿No? —preguntó con sarcasmo —Laretti me dijo que sospechaban que "los malditos" le habían roto la pierna a Joe para que no pudiera jugar en las estatales, ¿viste su ojo? Estaba fresco.
Volteé mis ojos y suspiré negando con la cabeza.
Eros apareció en el lugar de siempre sonriente con su uniforme de básquetbol de color morado y esas letras amarillas que resaltaban el logo del equipo de su escuela.
—¿Y qué tal? ¿Te aceptaron en el equipo? —preguntó Eros, actuó de acuerdo a lo que le había dicho el día anterior y me alivió demasiado.
—Me fue muy bien —sonrió hipócritamente —y sí entré al equipo, muchas gracias por todo...me ayudó mucho eso de ayer.
Colocó sus manos detrás de nuestras espaldas y caminamos todos juntos, Giovanni y yo teníamos cara de confusión y él todo sonriente hablaba sobre sus prácticas y su día en la escuela.
Despedimos a Giovanni como el anterior día y de nuevo tomó mi mano fuerte y corrimos hacia mi casa del árbol, porque no haría que entre a mí cuatro ni loco.
—¿Te puedo preguntar algo? —le dije mientras me sentaba en uno de los cojines.
—Lo que sea.
—¿Tu equipo le rompió la pierna a Joe?
Sorprendido por la pregunta negó con su dedo extendido, su mirada era sincera y sus ojos no podían mentirme, ellos no habían sido.
—Nunca dejaría que hagan algo así —mordió su pulgar —en el juego damos todo de nosotros y no podemos estar lanzando nuestro esfuerzo de los entrenamientos por resentimientos subjetivos que no tienen nada que ver con el juego —suspiró —. Ulises —nunca decía su nombre, solo su apellido —y yo somos buenos amigos fuera de las rivalidades que puede haber entre los dos equipos, hasta invitó a mis amigos y a mí a su fiesta salvaje llena de alcohol. Quienes hicieron eso realmente no tienen corazón y no saben lo difícil que es jugar, después de haber pasado por todo eso de la rehabilitación...no quedas igual.
Le preocupaba, no podía ser tan buen actor y tan cínico a la vez como para mentirme de esa manera, después de todo Eros Pascale tenía sentimientos claros en algo, aunque sea en un deporte, pero los tenía y bien puestos. Me preguntaba si Gabriel Mercer también reaccionaría así frente a una situación similar.
Eros me habló de su buen día entrenando, de que le encantaba su uniforme y que amaba trabajar en equipo, que adoraba ser capitán.
Yo no dejaba de observar su camiseta morada con letras amarillas y contorno blanco que decía "Colors" en cursiva, en la cual debajo del nombre se encontraba el número catorce; me perdía en su sonrisa y sus mejillas levemente sonrojadas por su rostro tan vivo y colorido, sus pómulos rosa atardecer y sus ojos oscuros que bajo el sol resplandecían más que los de Gabriel, más que los de cualquier persona sin pigmentos, porque después de mucho había descubierto al tesoro que tenía frente a mí: valiente, seguro de lo que quiere, preocupado por los asuntos de su interés, entregado al cien por ciento y expresivo en todo sentido.
—¿Siempre te pierdes en tus pensamientos? —preguntó divertido.
—La mayoría de veces —sonreí —, pero solo en los pensamientos que son de mi agrado, por ejemplo...tú.
—Ariel esa no es forma de ligar conmigo —le encantaba recordar momentos —, si quieres algo de mí solo pídelo.
Tomé su barbilla con una mano y con la poca fuerza que tenía lo acerqué hasta mis labios haciendo que solo se rocen y ocasionando una sonrisa muy grande en mi rostro.
—Hoy andas muy feliz —comentó alejándose —, hasta parece que te hubieran hecho algo.
—Para nada —respondí risueño —, quizá solo tienes razón...contigo todo es más fácil.
—Contigo es difícil —mordió su labio inferior justo como lo haría Gabriel Mercer —, creo que eres muy inteligente para mí y últimamente he planeado temas de conversación sobre algunas cosas para que no te aburras con mi superficialidad, no estoy tan perdido como pensaba.
—No encuentres la razón por mí, encuéntrala porque quieres mejorar como ciudadano —cuestioné su último comentario que debía ser un cumplido para mí.
Asintió arrepentido y siguió con su observación de las notas que tenía por todo sitio.
—¿Y cómo era Gabriel?
Gabriel era increíble.
—No estaba nada mal...era como una enciclopedia andante —respondí evitando sonreír ante su recuerdo.
—¿Era nerd? ¿Debería conocerlo?
—No, para nada. Por supuesto que deberías, al parecer muchos lo conocen por su padre, Ace Mercer, ¿no?
Él negó con la cabeza sintiéndose ignorante porque no había ensayado una conversación para eso.
Extraje mi celular del bolsillo más espacioso de mi pantalón y busqué fotos de mi galería exclusivamente con Gabriel Mercer ahí, si era posible de cuerpo completo. Eros observaba mi fondo de bloqueo con la cara de Gabriel y su boca azul por la vez del chupete, mi fondo de pantalla con una foto de nosotros sonriendo en las escaleras de mármol, y todo lo que restaba de mi galería eran fotos de Gabriel conmigo haciendo muecas extrañas, también eran fotos de la cena familiar de Gabriel, encontré la foto perfecta: una en la que estaba Gabriel al costado de una escalera con las manos ligeramente dentro de sus bolsillos y su mirada segura y sonriente ante el fotógrafo que era su primo.
—Fantástico —dijo no muy convencido —, también tiene unos ojos muy lindos...
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top