Capítulo 1

El verano por fin había llegado y entusiasta, miré el molino en el granero. Me encantaba mirar aquel relajante molino. Sus aspas me traían demasiada tranquilidad.

Aquel granero me lo había dejado mi padre, por tanto, era mi lugar, el mejor lugar de todos para mí, ya que era muy importante y especial para mí.

Corría un fresco viento que jugaba con mi vestido y largo cabello, y con la mirada perdida en el cielo, miré con cariño a todas mis ovejas, las que recorrían felices y plenas toda la granja. A todas, las había criado de bebes, por lo que les tenía un cariño muy especial, pero había una que me había robado el corazón desde que llegó a mis brazos. Su nombre era Mareep y se diferenciaba de las otras por su peculiar tamaño, extraño color azul, de su piel, además de su suave lana, de color amarilla.

Le tenía puesto un listón rosa alrededor de su cuello.

La lana de sus compañeras era tan blanca y perfecta, que muchas veces, me hacía confundirlas con las nubes del lejano y celestino cielo, el que miraba una y otra vez. Ellas confiaban en mí y eso me hacía muy, muy feliz.

Di un suspiro y fui a sentarme un rato al pasto. Mareep me vio y me siguió junto con otra oveja del rebaño.

Desde allí podía mirar y cuidar a todas mis ovejas y al granero.

Miré otra vez el relajante molino y con Mareep acurrucada a mi lado, yo sonreí y volví a suspirar.

Contento y relajado, iba de camino, en su auto, a tomarse unas ansiadas vacaciones y con la música a todo volumen, el GPS le indicó que debía entrar por un enorme campo, el que desconocía por completo.

Vio un largo camino de cemento, rodeado de vegetación, a sus ambos costados, y perdido, no sabía por dónde seguir y sin más, siguió aquel largo camino.

Bajó un poco la ventana; quería sentir la brisa del viento y este jugó con su cabello cobrizo.

Solo con la idea de que quería salir de aquel largo camino, vio de pronto una granja.

_ ¿Una granja?

La miró con detención mientras pasaba en su auto; la miró atento, cuando de pronto, tras la ventana, me vio sentada en el pasto, y yo con la mirada perdida en mi rebaño y en aquel molino, él me observó con detención.

Mareep más se acurrucó a mí y yo le acaricié su cabeza y sonreí.

El sintió una explosión en su corazón y esbozó una tierna sonrisa de oreja a oreja.

<< Que mujer más bonita y dulce >>

Vio a todas mis demás ovejas y añoró continuar observándome, y sin detenerse, tuvo que continuar su camino.

Al otro día...

El sol lanzaba sus fuertes rayos sobre el granero y yo reunía a todas mis ovejas con el cayado.

Aquella vida no me resultaba para nada monótona y sin sentido. Muchas personas de las que alguna vez conocí, en el pasado, me preguntaban si realmente feliz, y si lo era. Estaba más que contenta en aquel lejano y solitario granero, ahí era feliz y tranquila. Solo quería buscar esa tranquilidad que alguna vez perdí.

Todas mis ovejas reunidas, les di comida para que siguieran pastando y concentrada en ellas, escuché de pronto el teléfono en la casa y corrí a tomarlo. Mareep fue tras de mí...

Acelerada y desesperada por atender la llamada, alcancé a tomar el teléfono y lo contesté...

_ Halo

_ Hola señorita Marie ¿Cómo ha estado? – apreté los dientes al saber de quién se trataba y me tensé por completo.

_ Señor Harold... Creí que había sido bien clara la última vez que conversamos. No venderé el granero, menos a usted

_ Pero Marie, solo te pido que lo reconsideres. Te redoblo la cifra que te había ofrecido – más me irrité.

_ ¡Ya se lo dije! ¡Mi granero no está a la venta! ¡No insista!

Corté más que furiosa, y ya cansada de aquello, me preocupé por lo que podía ocurrir con mi granero y la angustia me abordó.

Mareep me miró y yo nerviosa, de pronto advertí que estaba junto a mí y le sonreí. Le aparenté que nada sucedía.

_ Tranquila amiguita. Todo está bien...

Salimos las dos juntas otra vez al granero y Mareep corrió junto a sus demás compañeras. Yo ida en aquello, temí que ese ruin tipo si pudiera cumplir con lo que tenía entre cejas y cejas, el granero de mi padre...

Dispersa, caminé a ver a mis ovejas y triste, miré el molino, la pequeña colina y todo el granero a mí alrededor y se me aceleró el corazón.

Realmente no podía dejar que ese sujeto altanero y ruin se quedará con lo que mi padre tanto le había costado tener y lo que me había regalado con todo su cariño.

Harold era uno de los empresarios más millonarios y con poder en la ciudad y ya desde hacía un tiempo que había intentado, por todos los medios, el querer sobornarme para comprarme el granero de mi padre.

Típico, quería el terreno para uno de sus tantos caprichos que deseaba, pero del que yo no iba a cejar.

Con la mirada perdida en mis queridas ovejas, me sentí otra vez angustiar. Solo quería volver a estar tranquila; eso solo añoraba, que nadie, ni mucho menos ese mal hombre volviera a molestarme nunca, y triste, se me llenaron los ojos de lágrimas.

Esperanzado en que volvería a verme junto a todas aquellas ovejas y que me vería con esa dulce sonrisa, tomó su auto y emprendió aquel viaje de regreso por aquel largo camino, teniendo como único objetivo que me vería.

Contento e ilusionado, el corazón le palpitaba fuerte y rápido. Sonrió feliz y pleno durante todo el trayecto en su auto.

A punto de llegar de regreso, sintió como esa suave brisa rozaba en sus mejillas y jugaba con su cabello.

Aquel viento rozó también en mis mejillas y feliz de sentirlo, cerré los ojos y me dejé atrapar por él unos instantes.

Aquel auto negro se detuvo frente a mi granja y yo sin darme cuenta, estaba sentada en el pasto, con la mirada ida en las aspas del molino, las que giraban lentamente. Él me miró; no pudo evitar el sonreír y su sonrisa fue perdura.

Yo sin dejar de mirar aquel molino, él advirtió que algo me ocurría, pues no estaba sonriendo como el día anterior y le llamó la atención.

_ No se le ve contenta como ayer ¿Qué le pasará?...

Deseó bajarse y acercarse, pero algo se lo impidió y sin saber qué hacer. Le vino un impulso por hacerlo, y nervioso, se contuvo y prefirió marcharse...

Se conformaba con que había vuelto a verme y empecinado, volvería a aquella granja al día siguiente...

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top