No me oculté, no me alejé de ti porque haya dejado de amarte, jamás te engañé ni pensaba en una vida sin ti. Aunque me lo reproches mil veces, un millón te diría que te equivocas, pero ya prefiero no hacerlo. 

Sin importar lo que te diga siempre creerás lo que tú quieras creer y me reprocharás mis decisiones como si yo fuera tu verduga. Me alejé por mi propio bien, para recuperar mi estado mental y tener control de él.

Tu manipulación llegó a un punto en que me creí miserable y culpable de todo aquello que jamás hice pero tú asegurabas que sí. Me enfermaste. Fuiste la persona más tóxica que tocó mi vida. Llegué al fondo, me odié, quise satisfacerte y nunca fui suficiente, pero tampoco dejabas que me marchara.

No fue fácil, pero conseguí entender que tus palabras eran falsas y tus actitudes manipuladoras. Todo tú eras mentiras y juegos, todo tú eras un idiota miserable necesitado de someter a alguien más.

Finalmente entendí tu juego. Finalmente comprendí que nada de lo que hiciera por ti serviría para acabar con tu manipulación. Pensé que todo lo hacías por amor, ahora entiendo que solo eres un machista egocéntrico con la necesidad de debilitar y controlar a otros.

Ya no más. Ya no me importa lo que pienses de mí, ya sé que tu pensamiento retrógrado es impenetrable. Alejarme de ti fue la mejor decisión, abrazar mi libertad mi mayor logro. Gracias a ti descubrí lo horrible que pueden ser las personas y que el amor más honesto y seguro es el que puedo darme yo misma.