Nos arde la vida cuando no somos lo suficientemente valientes para liberarla. Se derrumba el mundo cuando creemos conseguir todo en bandeja de plata. Vivir no es quedarse quieto, vivir es hacer fricción con el viento, tocar el cielo sin mucho esfuerzo solo consiguiendo lo que tanto queremos.

Vivir no es dejarse llevar, vivir es intervenir en el proceso. Todas nuestras acciones nos llevan a muchas direcciones. ¿Por qué culpar a la suerte si el camino lo labramos nosotros mismos? ¿Por qué gritar a quien nos acompaña si es ese quien más nos ama? 

Ya no dañes a los demás por la frustración de tu alma, ya no te dañes a ti misma por el miedo a las circunstancias. Muévete ya y cambia tu destino; no te conformes, rompe el silencio con tu mejor vestido, no limites tus emociones porque sentir al máximo es el mejor camino.

La vida arde si no la vives, la vida duele si no te alzas. Sé valiente y grita ya porque mereces mucho más de lo que has tenido. No te conformes, no te fatigues, toma tu vida por donde siempre has querido. No calles, no desfallezcas, sé valiente y construye tu destino.