Capítulo 24
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Aquel día era ya su tercera cita con Law y estaba igual de nerviosa y emocionada que cuando se encontraron de forma casi espontánea en la cafetería.
La primera vez quedaron para cenar en un restaurante del centro comercial en el que hacían una gran variedad de pescado y luego fueron al cine.
(TN) propuso ir al cine, no era muy original; pero Law pensó que sería bueno poder charlar antes de ver una película. Tenían que empezar a conocerse mejor y ponerse al día. Así que combinaron los planes.
Ambos hablaron de su doloroso pasado, aunque a la peli(t/c) le pareció peor el de Law: tener a su hermana en coma por dos años para que al final no consiguiera despertar, su padre no soportándolo y poniendo fin a su vida... Y su madre, que aguantó más por su hijo que por ella misma.
—Está muy interesada en ti, mi madre —explicó Law, mientras daban un paseo por el parque y tomaban un café para llevar.
—¿En mí? —cuestionó la joven, tras toser un par de veces. Se había atragantado al escuchar aquella información—. ¿Sabe de mi existencia?
—Es raro verme chatear tanto con el móvil —explicó él—. No sé, lo ha descubierto. Las madres tienen un sexto sentido.
(TN) se encogió de hombros. Su madre nunca había tenido un sexto sentido. No se había preocupado por ella y, si lo tuviera, le hubiera creído cuando pasó lo de aquel profesor.
—Bueno, en general es raro para ella saber que estoy con una chica que no sea compañera de trabajo —continuó el pelinegro.
—¿Raro? Si debes tener a todas detrás —soltó la peli(t/c). Como siempre hablando antes de pensar.
—No salgo con una chica desde que lo dejé con mi novia de la adolescencia.
—No sé, me parece raro.
—Simplemente no había encontrado a nadie interesante, con la que sintiera ganas de entablar conversaciones y pasar tiempo.
—Es que ni si quiera entiendo como pudiste fijarte en mí... Además... —comenzó a añadir, curvando sus labios en una sonrisa—. No fue muy ético por tu parte.
—No creas que me siento orgulloso por fijarme en una alumna —aseguró él—. Aunque mi trabajo de autocontrol fue magnífico.
(TN) no pudo evitar reírse.
Y, sin darse cuenta, fue la primera vez desde hacía dos años que logró recordar algo de su tiempo en el internado sin que una emoción desagradable le invadiera.
[•••]
"Queridas Tami y Saori. Hoy es mi quinta cita con Law y ha propuesto cenar y ver un película en su casa. Ya sabemos lo que eso significa...
Me hubiera encantado que estuvieses aquí conmigo, aconsejándome que ponerme. Pero se exactamente lo que me dirías cada una y lo que acabaría haciendo, así que ha sido como si estuvierais.
Estoy muy nerviosa y emocionada a la vez. Espero que las cosas salgan bien y que no sea todo un desastre.
Tan solo intentaré disfrutar al máximo, como vosotras me diríais.
Ya os contaré".
Cerró el diario y soltó un fuerte suspiro antes de guardarlo en el cajón.
Ya estaba lista y Law no tardaría en pasar a por ella. De hecho, en un par de minutos, recibió un mensaje avisando de que ya estaba en su portal.
Se echó un último vistazo en el espejo de la habitación. Se colocó bien el vestido primaveral que había escogido, ceñido en la cintura pero falda suelta. No era la ropa que más solía llevar; pero ese le quedaba especialmente bien o así lo veía ella, que era lo importante.
Cogió una chaqueta de entretiempo y el bolso y salió de la habitación.
Se intento tranquilizar a sí misma mientras bajaba por el ascensor. El corazón le iba a mil por hora. ¿Se acostumbraría alguna vez a quedar con Law?
Cuando salió del portal allí estaba él, apoyado en el capó del coche mirando su móvil. Alzó sus ojos grises al escuchar que la puerta se abría.
—Buenas tardes, (TN)-ya —saludó, guardando el teléfono en el bolsillo de sus pantalones vaqueros y dándole un suave beso en los labios cuando llegó hasta él.
—Buenos días, digo tardes —farfullo, corrigiéndose a sí misma. ¿Podía dejar de parece idiota?
Law tan solo sonrió de lado, satisfecho por ponerla nerviosa, y se movió para abrir la puerta del copiloto, invitando a la joven a sentarse.
El pelinegro le comentó que había encargado un variado surtido de piezas de sushi en un restaurante que él consideraba uno de los mejores de la zona.
(TN) no había merendado, por los nervios, así que se le estaba haciendo la boca agua al escuchar la descripción de la cena.
Tal y como Law había comentado, aquella comida era digna de ser considerada una de las mejores de la zona.
—¿Quieres que te acerque ya a casa? ¿O te apetece que veamos una película? —propuso el chico de ojos grises.
—¿Una película? —Él sonrió de lado y se encogió de hombros. Ambos sabían lo que significaba esa propuesta—. Vale, podemos ver una peli.
Tras recoger la cena se acomodaron en el sofá, manteniendo un poco la distancia. Miraron el catálogo de la plataforma que Law tenía contratada y acabaron eligiendo una de superhéroes, por elección de (TN). El pelinegro no solía ver películas, así que aceptaría cualquier propuesta.
De todos modos, su atención no estaba puesta en la película. La peli(t/c) se había sentado en otra posición y la falda se había levantado, mostrando sus muslos más de la cuenta. Ella estaba tan concentrada en la película que no se había dado cuenta.
Sin embargo, para Law suponía un problema cada vez más difícil de controlar.
Se inclinó hacia ella y apoyó la cabeza en su hombro.
—No quiero que pienses que no me gusta la película que has elegido, (TN)-ya, pero desde hace un rato no puedo concentrarme en otra cosa que no sean tus piernas y en las ganas que tengo de quitarte ese vestido —susurró, cerca de su oreja, rozándole con los labios al pronunciar cada una de las palabras.
La joven pestañeó rápido un par de veces, sin apartar los ojos del televisor. La voz de Law podría derretir a cualquier mujer y ella sentía que su cuerpo estaba ardiendo.
Ladeó la cabeza y la punta de su nariz chocó con la de él. Estaban muy cerca. ¿Cómo podía ser tan guapo? Todavía le costaba creerse que podía besarle cuando quisiera.
Rompió la escasa distancia que les separaba y le dio un rápido beso en los labios.
Iba a separarse, pero Law posó una mano en la zona de su mandíbula y esta vez fue él quien la besó.
Nada de un beso rápido como el anterior. Ni hablar. Quería saborear hasta el último rincón de su boca. Mordió con suavidad el labio inferior de (TN) e introdujo su lengua.
Se besaron con urgencia y deseo, sumergiéndose en un torbellino de sensaciones mientras sus manos acariciaban el cuerpo del otro, todavía por encima de la ropa.
Los suspiros y algún que otro pequeño gemido brotaron de sus gargantas mientras continuaban comiéndose el uno al otro, hasta que tuvieron que separarse en busca de aire.
La peli(t/c) estaba completamente extasiada. Jamás le habían besado así, ni si quiera el mismo Law en todas las otras citas que habían tenido.
Había sido muy intenso.
—Law es... Es mi primera vez —advirtió ella, con la respiración irregular.
—¿Besándote? —bromeó él, con una sonrisa ladina e inclinándose hacia su cuerpo mientras ella se recostaba sobre el sofá.
—¡No! —se rio ella—. Ya sabes...
—Llegaremos hasta donde tú quieras —le aseguró él, acercando los labios a su cuello, besando y lamiendo aquella zona sensible de la piel—. Y tendré todo el cuidado posible.
Posó las manos en los muslos de la chica, levantándolos y apretándolos contra su cadera, sin dejar de besar su cuello y haciendo que la tela de la falda dejara la ropa interior a la vista.
A (TN) se le erizó la piel al notar la erección del pelinegro contra su intimidad. Todas aquellas sensaciones eran completamente nuevas.
El roce de la lengua de Law en su cuello y las manos apretándole tan cerca de las nalgas... era increíble como se sentía.
—¿Estás cómoda aquí? Podemos ir a la habitación, estaremos más anchos en la cama —propuso el chico, tirando con suavidad de los brazos de la chica para que se incorporara y levantándose con ella enganchada a su cadera.
—Donde sea —farfulló ella, antes de volver a besarle y enredar los dedos en su cabello oscuro.
Le devolvió el beso con la misma ansia y comenzó a caminar hacia el dormitorio, mientras bajaba la cremallera del vestido de la joven, dejando su espalda a descubierto.
Desabrochó también el enganche del sujetador antes de dejarla en el suelo, junto a la cama.
(TN) se deshizo de su vestido, bajo la atenta mirada de Law y con sus ojos fijos en aquellos orbes grises.
Había pensado que le daría vergüenza mirarle tan fijamente, pero le hacía sentir tan deseada... Y, además, él parecía disfrutar mucho del contacto visual. Estaba resultando más excitante de lo que pensaba.
Finalmente, deslizó los tirantes del sujetador por los brazos y la dejó caer al suelo. El cuerpo de la joven tan solo quedaba cubierto por la tela negra de su ropa interior.
Law se tomó unos segundos para admirarla, antes de abalanzarse de nuevo sobre sus labios.
Entre besos y caricias fueron recostándose poco a poco sobre el colchón. El pelinegro se sentó a horcajadas sobre la peli(t/c), sin presionar su peso sobre ella.
Se separó de sus labios y se incorporó para deshacerse de la camiseta.
(TN) paseó la mirada por el trabajado cuerpo del chico. Sus brazo, su torso, su abdomen... Aquellos tatuajes que le hacían verse todavía mejor.
A pesar de semejante visión, no pudo evitar fijarse en aquella cicatriz que había en su piel. Y, al verla, la imagen del conserje apuñalándole pasó fugazmente por su mente.
Fugazmente porque Law se dio cuenta y no le dio apenas tiempo de pensar en ello.
Posó con delicadeza su mano en el cuello de la joven y se inclinó de nuevo para invadir su boca con la lengua.
No tardó en llevar su mano libre a uno de los pechos de la peli(t/c) y comenzar a acariciar el pezón, haciendo que gimiera contra su boca mientras continuaban besándose.
Se separó de sus labios y los acercó a su cuello. Fue recorriendo su piel poco a poco, mezclando besos con lamidas, hasta llegar a sus pechos.
Usando su boca y sus dedos se entretuvo en aquella zona tan sensible y (TN) se dejó hacer, disfrutando de aquel maravilloso contacto que provocaba que el calor entre sus piernas fuera cada vez más intenso.
No tardó en en sentir los labios de Law recorriendo su abdomen. Los dedos del pelinegro se deslizaron por aquella zona hasta llegar a la tela de la única prenda que seguía cubriendo su cuerpo.
El chico de ojos grises rozó su zona íntima sobre la tela para comprobar que estaba húmeda. Eso era buena señal. No solo demostraba que (TN) estaba disfrutando, sino que era importante para evitar fricciones y molestias.
El cuerpo de la joven sufrió un ligero espasmo ante el roce.
Cada movimiento y sonido que la peli(t/c) emitía, aumentaba la excitación de Law, que pedía con urgencia ser atendida; pero era la primera vez de (TN) y pensaba darle toda la atención.
Poco a poco, fue deslizando las bragas por las piernas de la joven. Una vez se deshizo de ella se inclinó para colocarse de nuevo, obteniendo unas buenas vistas de la intimidad de la peli(t/c).
Empezó a besar la cara interna de sus muslos, avanzando poco a poco. Alzó sus ojos grises y se encontró con los de ella.
(TN) no pudo evitar apartar la mirada rápidamente. No es que fuera vergonzosa, pero aquello era demasiado. Estaba ahí, desnuda y abierta de piernas para Law y... Disfrutando como nunca, a pesar de estar cohibida por la situación.
Cuando la lengua del pelinegro rozó con la lengua su zona más sensible no pudo evitar gemir y arquear la espalda de placer. El calor que sentía en su cuerpo se tornó todavía más intenso.
Era increíble como sabía manejar la lengua, y cuando usó también los dedos... (TN) sentía que podía estallar de placer en cualquier momento.
Law estaba disfrutando viéndola así, mucho más de lo que había imaginado. Como su cuerpo temblaba, se arqueaba, los gemidos, como enredaba los dedos en su pelo y tiraba de él...
No aguantó mucho más. (TN) ya estaba más que preparada y su propio cuerpo ya clamaba por atención.
Se incorporó, tratando de no sonreír, al ver la expresión de la joven. Estaba claro que no quería que parara.
Se incorporó un poco cuando vio que Law se había levantado para deshacerse de sus pantalones y ni pudo evitar mirar fijamente a su entrepierna. El bulto bajo la tela era notorio.
Todavía no podía creerse que aquella especie de dios griego estuviera con ella en la cama.
El pelinegro rebuscó en el cajón de la mesilla de noche y sacó un preservativo. La protección era muy importante.
Se bajó los calzoncillos, liberando por fin su erección. La peli(t/c) observaba sin ningún tipo de disimulo. Era perfecto. Jamás había visto a nadie tan guapo y tan bien hecho como él.
Cuando abrió en envoltorio (TN) se incorporó y se acercó hasta quedar en frente de él, con las rodillas apoyadas en el colchón.
—¿Lo puedo poner yo? —inquirió, tomando el miembro de Law con una se sus manos. El pelinegro apretó los labios ante el placentero contacto y le ofreció el preservativo.
La peli(t/c) tenía cero experiencia, así que Law termino de colocarlo apropiadamente, sin darle mucha importancia.
—No he puesto ninguno nunca. Me gustaría poder hacer más... —La joven fue interrumpida por un beso del chico, que ya la había vuelvo a tumbar sobre el colchón.
—Vas a tener todo el tiempo que quieras para practicar, pero hoy... Déjamelo todo a mí —murmuró él, con voz ronca, posando las manos en sus caderas y acercando su miembro a la intimidad de (TN).
La peli(t/c) estaba algo nerviosa. Había leído que la primera vez podía ser dolorosa, pero confiaba en que Law haría lo posible porque fuera bien.
Se introdujo en su interior lentamente, para que fuera acostumbrándose. Se sintió rara al principio, pero la punzada de dolor fue menos fuerte de lo que esperaba.
Poco a poco, mientras se perdía en aquellos ojos grises que le miraban fijamente, el contacto se fue volviendo cada vez más placentero y Law aumentó el ritmo.
No era su primera vez, pero llevaba mucho tiempo sin hacerlo, así que le estaba siendo difícil contentarse. Sin embargo, no quería acabar hasta que ella lo hiciera.
Despegó las manos de sus caderas y las dirigió primero hacia sus pechos, para estimular sus pezones sin dejar de moverse y sin dejar de mirarla fijamente.
(TN) cerró los ojos y apretó los párpados con fuerza. El placer que inundaba su cuerpo aumentaba con cada caricia que Law le proporcionaba.
En el momento que en que el pelinegro comenzó a estimular la zona más sensible que había entre sus piernas, fue cuando su cuerpo llegó al límite.
Se sintió liberada. Una explosión de satisfacción, de gozo. Sensación que fue más satisfactoria al ver que Law pareció sentirse igual casi al mismo tiempo.
Había sido increíble.
El pelinegro se dejó caer sobre el colchón, junto a ella. Se quedaron así un rato, hasta que ambos lograron recobrar un ritmo de respiración decente.
—¿Todo bien? ¿Has disfrutado? —inquirió Law, deseando saber cómo se había sentido.
—Ha sido perfecto. Creo que se ha notado que he disfrutado, ¿no? —cuestionó ella, sonriendo.
—Eso me ha estado pareciendo.
No había podido apartar la mirada del rostro de la joven en casi todo el proceso.
(TN) todavía no podía creerse que ya hubiera pasado. Jamás hubiera esperado que su primera vez fuera a ser tan buena.
Había leído y escuchado todo tipo de experiencias y no iba a negar que había estado algo asustada al principio, pero Law había sabido manejar la situación a la perfección.
Apenas le había dolido... Se esperaba que doliera más. O sea, había notado algo de molesta al principio, pero... Un momento.
Se incorporó y miró la sábana entre sus piernas. No había ni rastro de sangre. Bueno, también había leído que había chicas que sangraban y chicas que no. Estaba claro que cada cuerpo era un mundo.
—Oye... ¿Tienes prisa por irte, (TN)-ya? —preguntó Law, acariciando la parte baja de la espalda de la joven.
—¿Eh? No, no... —farfulló ella, volviendo a recostarse junto al pelinegro. Este le rodeó con el brazo y la chica apoyó la cabeza en su pecho.
—Puedes quedarte a dormir, si quieres.
—Claro que quiero —aseguró ella, acurrucándose todavía más junto a él.
¿Era mucho pedir que aquello durara para siempre?
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