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Nincada era un hombre que llevaba una capa de seda granate. Era alto y bastante atractivo: llevaba la larga y lacia melena negra recogida en una coleta y tenía unos profundos ojos de iris plateado. Por la indumentaria que llevaba, se veía que era de clase social alta.
Cuando vio entrar a Shippo, Kagome e Inuyasha, le sonrió a la chica y la saludó sin levantarse:
- Hola. Eres tú?
La joven sacerdotisa (que ya se había sentado)lo miró con cara sorprendida.
- Perdón? Nos conocemos?
- Ahora sí, no?
Miroku, Sango, Kaede y Shippo se rieron.
- Ya… claro. Me llamo Kagome, y tú eres… Nincada, no?
- Exacto. Querrás saber para qué he venido si no nos conocemos de nada, no?
Kagome asintió.
- La Marca me llama.
Silencio.
- La… Marca, dices?- preguntó vacilante la adolescente.
- Podrías hacerme el favor de mostrarme tu rodilla izquierda, por favor?
Inuyasha, que hasta ahora había estado callado, gruñó, pero no dijo nada. Kagome extendió la pierna y Nincada le examinó la reciente Luna Roja que tenía grabada en la piel. Cuando la vio, sonrió y miró a la chica como diciéndole que ya había acabado su examen. Dijo:
- Efectivamente. Eres una zafira.
- Una qué?- preguntó Inuyasha.
- Una zafira- repitió el desconocido, sin dejar de sonreír de satisfacción.
- Y eso qué es?- preguntó Shippo, sentándose en el regazo de Kagome.
- Una zafira es algo similar a una hechicera.
La aludida abrió los ojos como platos, pero sólo dijo:
- Explícate, por favor.
Nincada cambió de posición para ponerse cómodo y empezó a hablar:
- Esta luna roja que te ha salido al lado de la rodilla, es popularmente conocida como la Marca. Pero no es una marca cualquiera. No es algo que tenga todo el mundo, por supuesto. Si te sale, significa que has nacido para ser una hechicera de la naturaleza. Concretamente, del género de los Zafiros. Hay cuatro géneros de hechiceros: los zafiros controlamos el agua; los esmeraldas, la tierra; los rubinos, el fuego y los ametistas, el aire. A pesar de esto, todos los cuatro géneros tienen poderes en común. Aparte del de la naturaleza, tenemos poder de leer el pensamiento, invisibilidad, barrera espiritual y telepatía. Dentro de cada género, los hechiceros que lo forman tienen cada uno una particularidad. Por ejemplo, nunca encontrarás dos esmeraldas que tengan el mismo poder. Me explico: imagínate a esmerald esmeralda 2. Los dos controlan los cuatro poderes comunes que he nombrado antes, pero puede que uno pueda controlar las placas tectónicas y el otro, en vez de esto, tenga control sobre la fuerza de la gravedad. Uno podrá provocar un terremoto y el otro podrá volar.
Viendo la cara de confusión de todos, suspiró y volvió a intentarlo:
- Concretemos tu caso, Kagome. Te ha salido la Marca. Esto significa que eres una zafira, por lo tanto, controlas el agua. Pero no en todos sus aspectos. Con el entrenamiento, conseguirás desarrollar los poderes comunes: la capacidad para leer el pensamiento, la invisibilidad, la barrera espiritual y la telepatía, llamadas "las Cuatro Comunes". Cuanto más dominados los tengas, más rápido desaparecerá la marca de tu pierna y te saldrá otra con forma de estrella violeta en la zona de la clavícula, llamada senhal, lo cual indicará que tu cuerpo está preparado para dominar el poder acuático que te ha tocado.
- Poder acuático?- preguntó Kagome- qué quieres decir?
Nincada sonrió de nuevo con comprensión y dirigió su mirada a un cubo lleno de agua. Cerró los ojos durante un segundo y al abrirlos otra vez, la superficie del líquido se congeló al instante. Todos (menos Inuyasha) exclamaron y aplaudieron.
- Mi poder acuático es el hielo, Kagome: la congelación. Puedo helar un océano entero en menos de un minuto de concentración. Puedo matar a una persona congelando la sangre dentro de sus venas. Y por el contrario, también puedo descongelar. Si quisiera, ahora mismo podría descongelar los polos norte y sur y nos ahogaríamos todos en pocas horas. Bueno, todos menos nosotros dos, claro, que podemos inmunizarnos voluntariamente a los efectos del agua. Tienes que encontrar tu poder, Kagome. Pero tienes que tomártelo con calma. No conseguirás nada hasta que no desaparezca la Marca y el senhal se deje ver en tu clavícula. Primero tienes que aprender a controlar los Cuatro Comunes.
Silencio.
- Flipante…- dijo Shippo, admirado.
- Pero aquí hay algo que no encaja- dijo Kagome- por qué no apareció antes? Tengo quince años de edad… por qué ahora?
- Aún no he terminado. Cada hechicero de la naturaleza tiene un kiuh. Cuando un hechicero nace, otra persona es escogida por la Madre Naturaleza para ser su… digamos… pareja en el poder. La Diosa de la Tierra (otro nombre de la Madre Naturaleza) escoge un momento exacto para que la Marca salga en la piel de los elegidos. En tu caso, Kagome, Ella escogió el día de hoy por la noche. Pero eso solo es posible si tu kiuh está a tu lado. Si se te hubiera pasado la hora asignada y tu kiuh estuviera lejos de ti… no habría sido posible nunca más iniciarte. La cuestión es, que he sentido la presencia de tu Marca hace apenas media hora, por lo que… quién estaba contigo en ese momento?
La verdad golpeó a Inuyasha y a Kagome con fuerza. La chica sólo pudo decir:
- Quieres decir que… Inuyasha es mi kiuh?
- Eso parece.
El mediodemonio no dijo nada. Estaba demasiado confuso. Qué día más raro! No sólo había besado a Kagome en un ataque de amor incontrolable, sino que además había aparecido un tío diciendo que ella era una "bruja". Y encima… la Madre Naturaleza le había elegido como su pareja de poder. Nincada siguió hablando:
- Inuyasha vivirá todos tus progresos, Kagome. Quiero decir que cuando tú controles, por ejemplo, el poder de leer el pensamiento, él también gozará de este poder, aunque no sea un hechicero.
El híbrido abrió los ojos como platos y dijo:
- Es decir, que cuando Kagome domine esos Cuatro Comunes, o lo que sea… yo también los dominaré?
- Sí. Sus progresos irán en paralelo contigo. Excepto cuando empiece a controlar su poder acuático. Allí ya no llegas. Pero las Cuatro Comunes las dominarás para siempre, a no ser que Kagome muera. Entonces, dejarás de tener uso de ellas. Y eso es todo lo que quería decir. Ah! No! Espera! Falta algo. No podréis leeros la mente mutuamente. Un hechicero y su kiuh no pueden leerse el pensamiento. Y por último: Kagome, a ojos de Inuyasha (y a los tuyos propios, por supuesto) la Marca irá cambiando de color según tu estado de ánimo. Para la otra gente, será siempre roja. Lo mismo pasa con el senhal, que la verá siempre violeta.
- Mirando su Marca puedo saber su estado de ánimo?- preguntó Inuyasha, atónito.
- Sí. Queréis que os diga el código de colores?
- Sí- pidieron el mediodemonio y la chica al unísono.
- Naranja: enfado. Azul: felicidad. Blanco: diversión. Amarillo: nerviosismo. Gris: tristeza. Granate: excitación. Verde: cansancio. Rosa: preocupación- cuando terminó, Nincada se levantó y anunció- me voy. Ha sido un placer conoceros. Ya sabes lo que hay, Kagome. Puedes aceptar y entrenar para perfeccionar tus poderes o… pasar olímpicamente. Si haces eso último, la Marca acabará desapareciendo con el paso de los años. Espero que volvamos a encontrarnos.
- Espera!- exclamó Kagome- no vas a entrenarme tú?
El hombre se echó a reír y dijo:
- Es tu mente. Por lo tanto tú decides como entrenarla. Tienes que aprender tú sola con la práctica.
- Está bien. Y una última pregunta… hablando de las "marcas" ésas… qué pasará cuando domine el poder acuático?
- Desaparecerá el senhal y aparecerá la silueta de una gota de agua azul en el dorso de tu mano izquierda, que podrás ocultar a voluntad. Cuando eso pase, significará que eres una zafira completa, cuya formación habrá terminado. Nos vemos, Kagome.
Dicho eso, Nincada se fue
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