Capítulo Veintidós: Una cocina, una pared y confesiones innecesarias
Capítulo veintidós: Una cocina, una pared y confesiones innecesarias.
Los dedos de Matthew se curvan y ellos comienzan a acariciarme mientras me observa con fijeza. Un gemido escapa de mis labios justo antes de que él lo trague con un beso. Me toca con destreza mientras me besa. Lamento haber optado por un jean justo hoy y no por la facilidad de una falda o vestido.
Yo misma me encargo de sacarme mi camisa, razón por la que debe dejar de besarme, pero luego comienza a besar mi cuello y su barba pica contra mi piel de una manera agradable. Muerde mi hombro y dos de sus dedos se vuelven protagonistas junto a su pulgar dentro de mi ropa interior haciéndome gemir con fuerza.
—Saben espectacularmente bien.
— ¿Ah? —cuestiono, deja de besar mi clavícula para observarme.
—Tus pechos. Cuando le dijiste a ella que tendría que preguntarme a qué sabían, saben espectacularmente bien y una vez más quiero probarlos.
Saca su mano de mis bragas y quiero quejarme porque estoy demasiado excitada, pero entonces quita mi sujetador y lo arroja a cualquier lugar. Por un momento solo observa a mis ahora pechos desnudos, luego baja su rostro y lame uno de mis pezones antes de succionar y comenzar a torturarme con las caricias más placenteras entre sus dedos y su boca. Estoy segura de que digo muchas incoherencias, de que gimo mucho y pido más.
Como puedo saco su camisa y mis uñas rasguñan sus abdominales junto a su pecho. Me incorporo para besar su pecho y lamo su pezón haciéndolo gemir. Matthew no es un hombre de dar muchas vueltas, parece que sabe ir por lo que quiere en un momento estoy usando mis jeans y luego solo estoy llevando mis bragas inservibles. Tomo su cuello y lo beso, lo beso por tanto tiempo que mis labios podrían adormecerse si no me gustara tanto lo que estoy experimentando.
Me hace recostarme sobre el mesón y me sonríe mientras toma mi pierna y comienza a besar mi tobillo mientras va ascendiendo.
— ¿Sabes? Hablaba muy en serio sobre comerte—muerde mi rodilla y me estremezco mientras su otra mano toma un lado de las cinturillas de mis bragas para irlas bajando—. Escribí sobre Mattheo dándose un banquete con Eloise.
»Mattheo era más suave, más pausado pero sentía la misma necesidad. No era en una cocina, ni tampoco en un mesón, pero...
— ¿Pero? —mi voz es temblorosa mientras termina de sacar mis bragas y me observa fijamente en el lugar recientemente descubierto.
—Pero creo que tendremos algo muy en común con nuestros personajes ¿Quieres saber?
—Sí.
Retoma los besos llegando a la cara interna de mi muslo mientras su otra mano me hace extender mis piernas ¡Oh, mierda! esto está sucediendo realmente.
—Estamos tan excitados como ellos. Yo estoy tan fascinado como Mattheo, y tal como lo hicieron ellos—siento su aliento contra mí y cierro mis ojos—, nosotros vamos a obtener orgasmos. Hoy, mañana, después y mucho después. Promesa.
No tengo palabras para lo que sigue. Solo puedo asociar palabras al azar: lengua, labios, movimientos, dedos, susurros, soplidos, gemidos y mi cuerpo retorciéndose mientras mis piernas seguro tienen un agarre de muerte contra su cuello y mis dedos podrían arrancar mechones de su cabello.
Es demasiado. Es apasionado, duro y desenfrenado. No me da tiempo a procesarlo, solo me da tiempo a sentir. Mientras una de sus manos acompaña el ataque de su boca, otra sube para jugar con mis pechos y creo que yo podría morir en este momento como una mujer feliz. No, no podría porque aún nos queda otras partes buenas para explorar.
Cuando consigue lo que quiere, tenerme temblorosa y gimiendo un fuerte orgasmo, no se detiene, sigue y sigue hasta que creo que no puedo más. El mundo se ha vuelto un lugar mejor. Retira mis dedos de su cabello y se alza sonriéndome antes de pasar el dorso de su mano por su barbilla limpiándose.
Besa mi barbilla hasta mis labios. Sus ojos son tan intensos en este momento.
—Eres demasiado hermosa. Es como tener el mejor tesoro justo frente a mí— parpadeo continuamente acariciando con mis manos su cuello.
— ¿Qué seguía en la historia, Matthew? — susurro. Sus ojos brillan mientras una sonrisa ladeada aparece.
—Te lo mostraré.
Me ayuda a incorporarme y me importa poco estar desnuda. Me atrae contra su cuerpo y enredo mis piernas en su cintura mientras me alza y comienza a caminar. Pero no solo camina, él comienza a hablar.
—Mattheo la llevó a su habitación, la depositó suavemente en la cama. Se dedicó a adorar sus pechos, jugar con sus dedos entre sus piernas mientras ella gemía pidiendo más—gimo—. Fue dejando besos húmedos por todo su cuerpo, sin dejar ni un tramo de piel sin ser besado.
Gimo y me remuevo contra él, él toma un profundo respiro recostando mi espalda de una pared y dejando caer su frente contra mi hombro mientras respira de forma agitada.
»Eloise gime, enloqueciendo a Mattheo con el sonido— su voz es muy ronca—, un preservativo es abierto y ella lo acaricia una vez más antes de cubrirlo.
Mi mano va a su jean y deshago el botón bajando la cremallera. Bajo su bóxer y lo sostengo, el gruñe y de manera inmediata su pelvis empuja contra mi mano.
— ¿Qué más? —jadeo mientras lo acaricio.
—Él acaricia con su pene el lugar, saboreando cada caricia y luego... ¡Joder, Elise! No puedo esperar más. Condón, necesito un condón, mi habitación se ve tan lejos.
—Inyecciones, inyecciones. Hay inyecciones. Control. No bebés. No enfermedad...Exámenes, sí, me hice exámenes—hablo como una loca descerebrada.
—Yo también, y no lo hago sin condón. No lo hacía— besa mi cuello y quita mi mano de su pene mientras se remueve. Mis manos van de nuevo a su cuello.
— ¿Qué más sucede, Matthew?
—Él se hunde en ella, tan hondo, tan profundo que nunca nada volverá a sentirse tan bueno si no es con ella—empuja sus caderas hacia adelante y entra en una sola embestida haciéndome gemir—. Justo como ahora, nada volverá a sentirse así Elise, nada.
— ¿Alguien te dijo alguna vez cuán caliente es tu voz y todo lo que puedes decir?
—Uhm...Justo ahora no puedo recordar nada ¿y por qué seguimos hablando?
—Porque aún no me dejas sin palabras—lo reto.
Una de sus cejas es enarcada, levanta a la vista al techo y no dice nada, por un momento temo que mi comentario le haya sentado mal, pero entonces presiona con más fuerzas mi espalda contra la pared, una de sus manos se aprieta en mi culo y la otra en mi cadera. Sale de mi cuerpo lentamente haciéndome sentir todo de él antes de empujar con fuerza de regreso haciéndome gemir muy fuerte.
Es solo el comienzo. Sale con lentitud y entra con fuerza continuamente haciéndome gemir, llamarlo y jadear. Enredo mis dedos en su cabello y atraigo su boca a la mía. Besarse mientras su cuerpo y sale del mío es increíble, un poco desenfrenado y muy apasionado. Cada parte de mi cuerpo se siente sobrecargado. Es increíble.
— ¿Qué más? —Susurro contra sus labios— ¿Qué pasa con Eloise y Mattheo?
— ¿Te excita, no? — mi respuesta es morder su labio inferior mientras entra una vez más en mí con fuerza y contundencia—Mattheo lo hace lento, lento y profundo. Haciéndole sentir cada parte de su ser. Uniéndolos hasta no saber dónde comienza uno y donde terminar el otro. ¿Te hago sentir así, Elise?
—Me haces sentir más.
—Quiero que sientas mucho más.
Con esa declaración todo rastro de lentitud y pausa desaparece. Matthew me sostiene con ambas manos en mi trasero antes de comenzar a embestir con fuerza y rapidez. Mi espalda golpea continuamente contra la pared y llega al lugar correcto para hacerme rodar mis ojos hacia atrás y gemir sin vergüenza alguna.
Nunca el sexo se había sentido tan apasionado, tan espontaneo y tan desenfrenado. Matthew no se contiene, embiste una y otra vez construyendo un orgasmo que tiene indicios de ser arrollador. Me enloquece, me hace perder la cabeza, decir incoherencias. Pedir que pare pero instarle a que siga. Sus dientes mordisquean mi barbilla hasta llegar a mi cuello, su cabello acaricia mis labios y nariz. Mis manos se deslizan por su espalda ahora sudorosa y los gemidos roncos que emite solo hacen que esto se sienta más intenso.
Una de sus manos abandona mi trasero para ir hacia adelante y enloquecerme aún más, es quizás la primera vez en la que llego a un orgasmo tan rápido mientras tengo sexo y es el orgasmo más arrollador que he tenido alguna vez. Grito, cierro mis ojos, tiro de su cabello y echo mi cabeza hacia atrás mientras me estremezco.
Me siento de una manera inexplicable, si alguna vez pierdo la memoria, espero no perder el recuerdo de este espectacular orgasmo que me hizo perder cualquier razón y solo sentir. Mi cuerpo se estremece con las réplicas.
Matthew se detiene y alza su rostro sonrojado para observarme. Mi pulgar pasa por su labio inferior y lo atrapa en sus dientes y que el cielo me ayude, pero soy tan codiciosa que ya estoy deseando más. Aún se encuentra rígido, erecto y duro dentro de mí. Libera mi dedo dándole una breve lamida antes de sonreírme.
— ¿Qué tal todo? — su voz es mucho más ronca de lo habitual y unas venas se marcan en su cuello.
—Fui al paraíso de los orgasmos.
— ¿Y volviste?
—Eso creo.
—Déjame llevarte de nuevo— susurra contra mi barbilla.
—No puedo negarte eso.
Se ríe de una manera tan roca que sé que está muy tenso debido a que aún no llega al orgasmo. Retira mi espalda de la pared, nos da la espalda recostando su espalda de dicha pared y deslizándose hasta sentarse en el suelo. Prácticamente soy obligada a dejar mis rodillas contra el suelo mientras estoy a horcajadas en su cuerpo, con la mitad de su miembro dentro de mí. Todo esto es tan erótico que de nuevo estoy muy entusiasta y caliente.
Sus manos van a mis caderas y viéndome a los ojos guía mi cuerpo hacia abajo antes de inclinarse hacia adelante y atrapar uno de mis pezones entre sus labios. De nuevo soy una mujer caliente y deseosa. En un principio muevo mis caderas solo un poco, pero a medida que vamos avanzando mis movimientos son más insistentes guiados por sus manos en mis caderas y motivada por la atención húmeda que su boca le da a mis pechos.
De nuevo estoy gimiendo, y de nuevo Matthew está llevándome al paraíso de los orgasmos. Me enloquece, me hace moverme en busca de nuestra liberación y cuando muerde mi pezón y bajo sobre él de nuevo, una vez más estoy viajando en un orgasmo, solo que está vez siento la calidez de su esencia mientras su cuerpo se tensa antes de comenzar a estremecerse. Esta vez no soy la única en el paraíso de los orgasmos, no he hecho mi viaje sola.
Minutos después, cuando hemos recuperado la respiración, mantengo mi mejilla recostada de su hombro mientras sus dedos acarician mi espalda. Su pecho tiembla con una corta risa.
— ¿Qué?
—Mattheo y Eloise fueron dulces, lentos, incluso románticos. Nosotros fuimos toda pasión ¿No?
—Quizás Mattheo y Eloise puedan conseguir una escena así de apasionada y nosotros una así de dulce— respondo viendo hacia su pared antes de suspirar—. Me siento deliciosamente agotada.
Me incorporo un poco y con mis dedos acaricio las tres líneas claras de estrías que casi no se notan en su hombro. Voltea a verme y dejo un beso ahí.
—Casi creería que debo agradecerle a Hope y Edgar por ir a casa.
—Yo me siento agradecido.
—Finalmente me quitaste las bragas.
—Finalmente hice varias de las cosas que deseaba hacerte.
— ¿Aún quedan cosas?
—Muchas.
Deja un beso en el centro de mi garganta antes de con sus dedos retirar cabello de mi rostro.
»Elise ¿Fue mucho?
—Uhm...Definitivamente fue más que poco.
Ríe y lo beso antes de sacar fuerzas y ponerme de pie. Me tambaleo en mis piernas temblorosas y me estiro muy consciente de su mirada en mi cuerpo desnudo. Veo hacia el suelo en donde se mantiene sentado.
—Ponte de pie, claro, si quieres enjabonarme la espalda y me dejas tomar una ducha en tu baño.
—No tienes que pedirlo dos veces.
***
Abrocho el botón de mi pantalón mientras lo observo escribir, me mantengo en sujetador solo mirándolo parecer muy concentrado. Muerde su labio y luego sonríe como si algo de lo que escribe lo complace mucho.
— ¿Cuánto te toma escribir un libro?
Alza lentamente su vista de la laptop para observarme, su mirada persistiendo en mi sujetador antes de volver a mi rostro.
—Mínimo unos seis meses quizás, todo depende que tan a menudo llegue la inspiración. Pero este libro avanza muy rápido, tengo una buena musa.
—Bueno, eso me da el privilegio de ser nombrada en los agradecimientos ¿Verdad?
Todo lo que hace es sonreírme antes de escribir rápidamente algo para luego dejar a un lado la laptop. Me observa y luego ve a su lado en la cama, entiendo la indirecta y camino hasta sentarme a su lado. Su mano viaja por mi muslo antes de detenerse entre mis piernas y presionar. Tomo un profundo respiro.
— ¿Todo está bien aquí?
—Sin duda, todo está muy sensible ahí, pero de una buena forma. No está mal, son los resultados de 3 rondas de sexo y cuatro orgasmos, no me quejo cuando fui así de privilegiada.
No estoy mintiendo, no tuve que fingir. El primer orgasmo es el inolvidable con su boca, el segundo fue justo seguido del tercero en el pequeño pasillo y el cuarto vino en la ducha con su mano entre mis piernas, su boca en mi pecho mientras mi mano se aferraba a su pene como si fuera mi juguete favorito. Digamos que gané en orgasmos, yo me llevé cuatro y Matthew dos.
Su mano sube de nuevo hasta descansar en mi cuello. Luce tan relajado, autentico y feliz que me hace sentir fenomenal saber que yo tuve mucho que ver con eso.
—Me gustan las pocas pecas en la parte más alta e interna de tu muslo. También me gustan las cuatro pecas en la mejilla izquierda de tu trasero. Y me gusta como sabes en cada parte de tu cuerpo.
—Te gustan muchas cosas de mí, escritor versátil.
—No podría negar tal declaración.
—Ahora, debo volver a casa, no me gusta dejarlo tanto tiempo sin saber de él.
Me pongo de pie tomando mi arrugada camisa y caminando a su sala siendo seguida por él. Salgo de su casa y en el ascensor compartimos miradas tontas y cómplices. Me acompaña hasta la puerta de mi auto y me sonríe.
—Entonces...
— ¿Entonces?
Ambos reímos y se acerca dejando un beso húmedo en mi boca que me recuerda cada cosa que hemos hecho hoy. Su pulgar acaricia mi mejilla cuando deja de besarme.
—Algunas cosas no necesitan planearse para que sucedan ¿Cierto?
—Honestas palabras de un escritor—le doy otro beso antes de subir a mi auto— ¿Te veo mañana?
—Ahí estaré con mis voces de la conciencia ¿Alguna advertencia sobre tus amigos?
—Uhm, que no te prepares. No hay manera en la que puedas prepararte para todo ellos juntos.
Le arrojo un beso que lo deja riendo mientras me alejo sin poder borrar la sonrisa. ¿Qué ha sucedido? Tener orgasmos así de alucinantes nunca ha sido tan real. Estoy en una nube de la cual no quiero bajar.
***
16 de agosto, 2015.
Papá no deja de quejarse y cuando Holden me ayuda a bajarlo del asiento para sentarlo en su silla de ruedas casi podría ladrarle a mi amigo, solo que Holden ríe.
—Si te portas bien, te daremos las mejores galletas.
—Quiero que sepas que eres un hombre extraño—le gruñe papá.
—Usted siempre tan halagador, Dante. Me encanta su dulzura, solo soy amigo de Elise para poder verlo a usted.
»Pero usted debe saber muy bien que lo común es predecible ¿Lo raro? Es nuevo, excitante y emocionante, una clara posibilidad de experimentar un mundo nuevo ¿Por qué quiero ser igual que los demás cuando puedo hacer una diferencia en el mundo siendo diferente?
—Ya déjalo, Holden—me río aceptando el abrazo que me da.
—Iré llevando a Dante adentro, tú puedes quedarte aquí a esperar por Matthew.
—No necesito ser llevado.
—Déjate consentir viejito mimoso—Holden usa la voz que suelen usar con los bebés y contengo la risa.
—No seas insolente pequeño...
—Papá.
—Solo le devuelvo su mierda, Elise.
—Me ama— se encoge de hombros Holden antes de tomar impulso y echar a correr con la silla de ruedas, papá grita pero luego lo escucho reír junto a Holden que cree que la silla de ruedas es un monopatín.
Según las palabras de Holden, adentro ya se encuentran todos, incluso asegura que Adelaide trajo consigo a su divertida y linda amiga, la cual supongo es Alexa. Recuesto mi espalda del auto esperando al nuevo dueño de mis orgasmos.
Pensar en esos orgasmos es algo que he hecho durante horas, como si ello me enloqueciera con el simple hecho de recordarlo. Nunca sentí tanto placer, nunca fui tan receptiva y mira que he tenido mi cantidad justa de buenos y memorables orgasmos.
Veo la camioneta de Matthew acercarse y sonrío mientras se estaciona. Luego baja del auto junto a Alex y Edmun quienes parecen estar teniendo una conversación en donde no están de acuerdo, razón por la que se quedan alejados un poco mientras Matthew llega hasta mí.
Él no dice nada, solo me acorrala contra mi auto y con una mano en mi cintura me da un dulce beso en los labios. Cuando deja de besarme me sonríe.
—Estuviste en mis sueños. Hola, musa.
—Hola, querido escritor—limpio mi pintura labial de los bordes de sus labios. Veo más allá de su hombro encontrando la atención de sus amigos puesta en nosotros—. Hola Ed y Alex, me alegra que pudieran venir.
—Esto luce como un experimento interesante que no podíamos perdernos—asegura Edmun encogiéndose de hombros y con sus manos en los bolsillos delanteros de su desgastado pantalón. Creo que su cabello va unos pocos dedos más corto.
Salgo del encierro de Matthew para acercarme y besar la mejilla de sus dos amigos. Luego siento la mano de Matthew tomar la mía y les indico que me sigan. Holden dejó abierta la puerta para nosotros.
—Papá está encantado con la firma del libro, gracias—aprieto su mano. Alegre se traduce a que me sonrío y asintió con la cabeza cuando le di el libro firmado como lo quería.
—Fue todo un placer, literal.
Río sabiendo a lo que se refiere, la primera en aparecer en nuestro camino en Summer que viene corriendo de Rayan, ella se esconde detrás de mis piernas riendo.
— ¡Voy a atraparte! — gruñe Rayan en esa voz de monstruo que ha fingido desde que ella era un bebé.
—No. No vas a atraparme, papi. Eli me hace invisible.
— ¡Oh, no! Ya no puedo ver a Summer ¿Dónde está Summer? ¿Cómo la atrapo si no la veo? —Rayan me guiña un ojo y yo río— ¿Elise has visto a Summer?
—Me temo que no, Ryry.
— ¡Rayos! Debo buscarla entonces, si la ves me avisas.
Rayan se aleja y Summer ríe saliendo de detrás de mis piernas. Le sonrío a la adorable niña de cabello castaño largo, ojos verdes y mejillas sonrojadas.
—Papi no me vio.
— ¡Ajá! ¡Te atrapé! —Rayan la alza y ella grita riendo, lo cual francamente me hace reír y creo que a Rayan también—. Papi siempre gana.
—Te dejo ganar.
—Entonces gracias por dejarme ganar, niñita ¿Saludaste ya a Elise y sus amigos?
—Hola Eli, hola amigos de Eli.
—Hola, Sum. Ellos son Matt, Alex y Ed—acorto sus nombres para ellos—; y chicos, ella es Summer y su papá Rayan.
Rayan estrecha sus manos sin soltar a Summer que se retuerce por queerer escapar, amando totalmente el juego cuando Rayan le gruñe.
—Un gusto conocerlos, ahora si me disculpan debo asegurarme que esta niñita no escape.
Lo vemos irse con Summer diciendo que quizá uno de mis amigos quiere que lo peine, supongo que se refiere a Edmun.
—Eso no estuvo tan mal.
—Porque ese ere Rayan, Matthew. Vamos, todos están en el jardín.
Cuando atravesamos la sala de hecho me encuentro con Adelaide y Alexa teniendo una conversación en susurros, conversación que se detiene cuando llegamos. Adelaide sonríe mientras nos observa, una sonrisa rara de "que no me pillen" y Alexa se transforma en una criatura de ojos brillosos y pies inquietos.
— ¡Oh, Dios mío! Adelaide, mira, es Matthew ¡Es Matthew! ¡Hemos leído los libros de Matthew! El mundo es mejor con los libros de Matthew.
—Ella ama tus libros—la disculpa Adelaide.
— ¡Nosotras amamos sus libros! No trates de salirte de eso. ¡Es Matthew!
—Soy Matthew— Matthew finge la misma sorpresa que ella y entonces Alexa está abrazándolo.
—Te odio porque mataste a personajes que amaba, pero te amo porque me vuelves loca con tus personajes. No rompas más mi corazón ¿Vale? Y si lo haces, entonces únelo de nuevo.
—Haré lo que esté en mis manos, no prometo nada.
—Bueno, ella es Alexa. Alexa, ellos son Matthew al que ya le diste tu amor y sus amigos Edmun y Alexander.
—Oh, Edmun ¡Que caliente eres! Eres el estilo de greñudo que las mujeres amamos.
—Me complace saber eso—estrecha su mano.
—Podrías estar en la portada de un libro, sin camisa, viendo al horizonte y con una brisa... Sí, la perfecta portada para inspirar lujuria y que te promete un libro con sexo—suspira—, un buen libro.
Se hace un silencio hasta que Adelaide ríe, yo también lo hago porque no hay manera en la que alguna vez acabe por acostumbrarme a las cosas soñadoras que puede llegar a decir Alexa. Ella camina hasta Alex y jadea llevando una mano a su boca. Él parpadea confundido.
— ¿Qué sucede?
—Te conozco.
— ¿A mí? No lo creo.
—Sí, te conocí en un sueño en donde apareciste como el hombre de mi vida.
— ¿Qué...?
—Es figurativo. Es una manera de decir que eres el hombre de mi vida—ríe de manera risueña—. Eres un sueño, Alexander. Incluso somos Alexa y Alex, llámalo destino u oportunidad, pero el universo ha unido lo que el hombre no podrá separar.
— ¡Por Dios! Detente jodida loca— Adelaide toma su brazo y tira de ella—. Lo siento, hoy no se tomó su medicina.
Sin embargo Alex sonríe mientras la ve divertido, curioso y cautivado a medida que Alexa parpadea hacia él.
—A ti te conozco—señala Matthew a Adelaide.
—Así es y creo que llegó el momento de confesar que yo ayudé a redactar los primeros correos, no estaba segura de si debía enviarlos, así que técnicamente ella los envió, pero sé cuántas veces te dijo la palabra "mierda" quiero aclarar que nunca creí que escribieras mierda, ni que fueras un escritor simplón que solo vende por lucir como un modelo de ropa interior— toma un profundo respiro—. ¡Vaya! Me quito un peso de encima. Que estas palabras no te sepan a traición, Elise.
—Me saben amargas— es lo que digo, sin embargo le sonrío. Las presentaciones terminan y dejamos a Adelaide y Alexa con su conversación, solo que la última no despega la mirada de Alex hasta que desaparecemos de su vista.
Finalmente llegamos al jardín en donde Jocker, el que más le agrada de los hombres a papá, se encuentra hablando con papá. Todos parecen estar conversando y no nos prestan atención. Primero camino hasta Parker.
—Hola, Parker. Quiero presentarte a Matthew, Alex y Edmun.
Parker deja de beber de su cerveza para observarlos y luego sonreírme.
—Adivino, quien toma tu mano era tu caso hipotético de hace un tiempo ¿Verdad?
—Calla, no sueltes mis secretos.
—Callo. Un gusto conocerlos—estrecha sus manos, luego ríe hacia Matthew—, no puedo creer que vinieras. Suerte con Derek, está muy molesto, yo iba a ser uno de los padrinos de la boda.
—Gracias por desearme suerte.
—Hola, chicos. Él es mi novio Garrett.
Todos volteamos hacia Krista que termina de llegar agarrando la mano de Garrett, recuesta su cabeza del hermoso actor que llama novio y al que no he podido ver con los mismo ojos desde la foto, no porque no sea grande, solo porque bueno, no esperaba alguna vez ver su pene ni siquiera por andar de chismosa.
—Hola, Garrett—beso su mejilla— ¿Qué tal las grabaciones?
—Estupendas, pero nada como pasar algo de tiempo con mi chica ¿Ustedes son...?
—Son Alex, Edmun y Matthew. Estuvieron el día del karaoke cuando Holden y yo hicimos la cosas de cantar ¿Cierto, chicos? Muy divertido, nada del otro mundo.
Krista habla muy rápido y da demasiadas explicaciones para mi gusto, incluso Garrett la observa extrañado antes de volver a darnos su atención. Estrechan manos y avanzo para continuar con las presentaciones, dejando a Krista con uno de sus amores: Garrett, su otro amor es la tecnología.
Me detengo frente a Jocker y papá. Papá solo nos observa.
—Jocker...
— ¡Jesús! Tenemos boca, mujer. Podemos presentarnos solos— Edmun da un paso hacia adelante—. Soy Edmun, amigo de Matthew quien está al parecer saliendo con el sexy bombón de la televisión y sabemos quién eres porque admiramos un montón tus agallas para hablar de ciertos temas.
—Un gusto conocerte, Edmun. No te sientas molesto sobre Elise, ella suele hablar de más y olvidar que los demás también sabemos hablar.
—Que imbécil—le saco la lengua.
—Eli, lamento decirte que este chico no tiene nada de imbécil, no seas mentirosa.
— ¡Papá!
—Solo digo la verdad. Hola de nuevo a usted, espero que esté tratando a mi hija como se debe y que por lo tanto ya no insinúe que críe a una joven loca y estúpida.
—Para nada señor Dante.
—Soy Alexander, amigo también de Matthew.
—Bueno, al menos tiene amigos— es lo que dice papá como si eso hiciera un punto para que Matthew sea una persona normal.
—Él está realmente muy agradecido porque firmaras su libro.
—Lo estoy. Gracias, Matthew.
—Fue un honor y...
—No lo adorne ni lo vuelva raro. No puede ser un honor porque el lector fui yo y el escritor usted. No hay manera en la que firmarlo para mí sea un honor para usted. Si va a besar a mi hija, luego no sienta culpa ni necesidad de limpiarme el piso.
—Oh, Dios mío. Simplemente sigamos con las presentaciones— veo alrededor solo viendo a Breana reír con Derek— ¿En dónde está Val?
—Adentro, creo que con mis hermanas— Jocker se encoge de hombros.
Me volteo hacia Matthew para sonreírle muy amplio.
— ¿Preparado para conocer a l protagonista de la boda que arruinaste?
—No estoy muy seguro sobre cuál respuesta dar.
Tiro de su mano y convenientemente Edmun decide que Alex y él deben conversar con Jocker, intuyo que Edmun solo fue astuto y quiere ver a Matthew pasar por este momento desde la perspectiva de espectador. Me acerco hacia Breana y Derek que se quedan en silencio cuando llegamos.
Breana sonríe, pero Derek es un maldito que quiere hacer pasar un momento de apuros a Matthew. Está serio y cruza sus brazos. Ve a Matthew y luego a mí.
— ¿Es él? ¿Éste es el por qué rompes un compromiso de tanto tiempo? Me lo habías prometido, Elise.
Por un momento parpadeo continuamente por la seriedad de las palabras de Derek ¡Joder! Este hombre pudo haber sido actor. Luce molesto y un poco loco.
—Bueno, cariño...
— ¡Cariño nada! No pienso solo tolerar esto. Si antes los hombres se batían a duelo por el amor de una mujer, pues que así sea.
— ¿Estás de broma, verdad? —Pregunta Matthew—Y hola Breana.
—Hola, Matthew es bueno verte. Por si te lo preguntas yo soy la otra prometida. Era un compromiso de tres.
—Con lencería igual prometida— sisea Derek.
—Bueno, lo lamento, pero solo te quedas con una prometida. Espera, no lo lamento.
— ¿Cómo?
—Vive con ello amigo, aférrate al pasado o avanza al futuro, como quieras, de igual forma no lamento quitarte a una de tus prometidas.
—Oh, me encanta, me encanta— ríe Breana.
Derek alza su mano y parece que va a golpearlo lo cual me alarma y extraña, pero en última instancia ríe y estira su mano.
—No te hiciste en los pantalones, hola Matthew Williams, hace mucho escuché un montón de ti sobre ser un escritor de mierda, supongo que ya no te encuentras lleno de tanto mierda si estás tomando la mano de nuestra Elise.
—Hola, Derek ¿Normalmente eres así?
— ¡Que va! Suelo ser mucho más genial, sino pregúntale a tu novia por qué quería casarse conmigo—guiña un ojo.
— ¿Quién no se casaría contigo? —Aparece Holden con el celular en su mano—Si no amará tanto la perfección femenina serías mi hombre, por cierto, perdiste la apuesta. Mañana cabello rubio blanco para ti, bebé.
—Hiciste trampa, Holden.
—Yo no necesito hacer trampa. Cada partícula de mi ser está comprendida de éxito. La próxima vez que quieras apostar con Holden Harris solo recuerda que él es un maldito trébol de la suerte— se gira hacia mi acompañante—. Hola a ti, Matthew. Veo que has hecho avance con nuestra Elise.
»Por cierto, gracias por impedir esa boda. Me quitaste trabajo de encima, aunque el muy idiota ahora establece que quizá entonces la boda será con Valerie y Breana, solo que dudo que a Val le vayan los tríos.
—Porque yo soy la reina de los tríos ¿no? —Breana se cruza de brazos.
—Ahora, yo no dije eso Barbie ¿algo que tengas que confesar?
—En una fiesta de año nuevo Elise y yo nos besamos y toqueteamos por encima de la ropa ¿Algo que decir sobre eso?
Oh, maldita sea. No puedo creer que Derek dijera eso.
»Y para aclarar, fue lo que los americanos llaman segunda base.
Mierda, esa confesión no tenía que ser hecha. Abro muchos los ojos hacia Derek, pero me ignora mientras lanza su último disparo:
» ¿Qué opinas al respecto? Fue un acercamiento muy cariñoso, muy memorable y una especie de suerte para mi inicio de ese año.
¡Holaaaaa! Así que finalmente Melise terminó de incendiar eso, esperemos y apagaran el fuego de muchos por aquí.
Estaba de descanso en medio de ello me picó algún animal desconocido (creo que mi familia aun juega a "adivina qué mierda picó a Darlis", necesito que uno de mis babys literarios venga a hacerle mimos a mi pobre pierna.
No hago resumen por número de este capítulo para que unan todas sus emociones y descarguen, así que:
Inserte aquí su descarga instantánea, espontanea y demás del capítulo.
Capítulo dedicado a todos los Newers que se encontraban en sequía de lector perverso.
Espero les guste.
Un beso.
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