Capítulo Veinticinco: Su historia para contar
Capítulo Veinticinco: Su historia para contar.
Matthew.
Creo nunca haber conducido tan rápido del modo en el que lo he hecho esta madrugada. Y creo que no me asustaba de tal modo en mi vida en el que lo hice cuando encontré la puerta de la casa de Elise abierta y un silencio aterrador cuando comencé a llamarla.
¿Lo peor? El momento en el que la encontré con una enfermiza serie de moretones en sus brazos, rasguños y lo más preocupante, sangre corriendo por un lado de su rostro, su cabello húmedo y viscoso mientras su cabeza descansaba en un perceptible charco de su propia sangre. No recuerdo muy bien cómo llegué con ella en mis brazos al auto, ni siquiera cómo se me ocurrió tomar su celular.
Todo lo que puedo entender es que ahora camino de un lado a otro, esperando recibir alguna noticia de ella y sin entender qué pudo suceder en tan poco tiempo cuando estuvimos tan solo momentos antes hablando durante mucho rato por teléfono.
Alex me observa desde uno de los asientos porque me volví un poco loco y lo llamé por teléfono asustándolo totalmente.
—Caminar de un lado a otro no va a resolverlo, Matt.
—Y quedarme sin mover tampoco.
Llevo mis manos a mi cabello y tiro de él antes de rendirme y dejarme caer al lado de Alex. Son las cuatro de la madrugada. Tres horas y media desde que Elise fue ingresada, dos horas desde que mi estómago está hecho todo un nudo.
—Va a estar bien, Matt. Va a estarlo. Ella fue inteligente y te llamó.
—Porque quería mi ayuda, no porque esperara ser atacada en el instante.
— ¿Crees que haya sido su hermana?
—Yo no lo sé, solo quiero que ella esté bien.
— ¡Matthew!
Volteo ante mi nombre para encontrar a Breana siendo seguida por Holden, solo pude pensar en llamarlos cuando Alex con su gran cerebro desbloqueó el celular de Elise. Me pongo de pie y la llamativa rubia me envuelve en sus brazos. Sus ojos están muy abiertos y luce pálida. Holden estrecha mi mano luciendo preocupado.
— ¿Qué sucedió? —pregunta Holden.
—Minutos antes hablamos por teléfono, luego su hermana llegó y quedamos en hablar luego—paso de nuevo mis manos por mi cabello—. Luego ella llamó de nuevo y pensé que preguntaba cosas extrañas.
— ¿Qué cosas? —insiste Breana.
—Cómo saber cuándo alguien tendrá una sobredosis y cómo lidiar con ello—hago una pausa—. Luego no sé qué sucedió pero ella decía el nombre de su hermana y pedía que se detuviera, todo se escuchaba muy poco, pero decidí ir a su casa porque estaba preocupado y la encontré en mal estado.
—Esa pequeña zorra ponzoñosa, voy a matarla. Malditamente voy a matarla— gruñe Breana justo antes de comenzar a llorar, Holden la envuelve en sus brazos.
—Calma súper rubia, nada garantiza que fue Hope.
— ¡Claro que fue ella! Era la única persona que estaba con Eli y ahora ella está mal.
— ¿El médico ha dicho algo?
—No, pero...
— ¿Pero?
—No sabía si llamar a su papá y decirle, ustedes no son familiares, yo tampoco así que...
— ¿Qué? —me pregunta de nuevo Holden.
—Así que Matthew es el prometido de Elise— termina por decir Alex palmeando mi hombro.
Breana y Holden por un momento no dicen nada, entonces Breana ríe en medio de sus lágrimas y Holden sonríe abrazándola un poco más.
—Bueno, espero y sepas que aun cuando apenas iniciamos lo que será nuestra grandiosa amistad y hermandad, yo seré el padrino. No quería ser el padrino de su boda con Bre y Derek, pero no me niego al ser el padrino de tu boda.
Sonrío apenas, entonces el médico aparece y habla de Elise como mi prometida. Asegura que tuvieron un poco de dificultad para calmar el sangrado, que debieron tomar un par de puntos en la abertura de su cabeza y que por ahora ella estará bajo un sedante hasta que la inflamación de su cerebro baje y garanticen que no hay un daño severo. Vendaron su muñeca dislocada. Da la certeza de que debería encontrarse bien, pero debemos esperar a ver cómo amanece, sin embargo asegura que el pronóstico es bueno.
Respiramos con alivio y siento que me quito un gran peso de encima al saber que estará bien.
— ¿Podemos pasar a verla?
—Le recomendaría que si lo hace sentir mejor, pase lo que resta de la noche con su prometida, pero no más visitas hasta mañana.
—Gracias, doctor—agradece Alex.
—Tengan buenas noches, la enfermera estará al pendiente de que ella esté bien.
—Existen doctores que son unos ángeles—suspira Breana. Luego toma mi mano—. Cuida de ella ¿Vale? Y gracias Matthew, formaría un berrinche para quedarme con ella, pero tienes ese privilegio porque veo que quieres cuidarla mucho—me da un abrazo—. Gracias por haber ido a verificar que estuviera bien, yo no sé lo que haría sin mi caramelito atrevido.
—Vendremos a primera hora, seguramente en la mañana tendrás al resto de nosotros aquí—Holden palmea mi hombro—, si ocurre algo no dudes en llamarnos, y creo que podemos esperar un poco más para avisarle a Dante.
—Está bien.
Los veo irse y volteo hacia Alex que se encuentra de pie.
— ¿Ya te sientes mejor, Matt?
—Eso creo.
—Iré a casa.
—Gracias por haber venido.
—Siempre disponible para estos llamados de emergencia. No pierdas la cabeza.
—Lo siento, Alex.
— ¿Por qué?
—Por lo de hace años, ahora tengo un poco de perspectiva y me arrepiento.
—No tengo nada que disculparte, ahora ve con tu prometida. Espero también ser el padrino.
—Seguro—reímos y lo veo irse antes de ir a la habitación, con la guía de una enfermera, en donde se encuentra Elise.
Hago una mueca porque uno de sus pómulos está muy inflamado y tienes moretones alrededor, en su frente tiene un vendaje, lleva la muñeca vendada y en sus brazos hay múltiples moretones que lucen dolorosos. Tomo la silla y la arrastro a su lado. La observo antes de inclinarme y dejar un beso en esa boca suya tan suave y me siento no sin antes sacar la libreta de mi abrigo junto a un lapicero.
—Supongo que escribiré con tu presencia, musa.
Me pongo lo más cómodo que puedo y comienzo a escribir ideas mientras la observo de tanto en tanto, en algún momento mis ojos se cierran.
Cuando despierto el cuello me duele debido a la posición en la que he despertado, lo sueno y estiro mi cuerpo, alguien suspira. Volteo y una enfermera joven me observa, suspira de nuevo y aclaro mi garganta.
— ¿Lo ve? Mi prometido es ardiente ¿Verdad?
De inmediato volteo a ver a Elise, su pómulo mucho más inflamado que hace unas horas, su labio se curva un poco mientras me observa.
— ¿Qué? ¿Cuándo...?
—Tienes un sueño pesado, Matthew. Y duermes mucho incluso aunque la posición fuera horrible—la enfermera la ayuda a incorporarse con las almohadas detrás de su espalda—. El doctor me ha chequeado y tú ni cuenta te diste.
— ¿Qué hora es?
—Diez de la mañana—anuncia la enfermera antes de dar unas pocas indicaciones más y salir de la habitación. Arrastro la silla más cerca de Elise y ella me da una sonrisa que no alcanza sus ojos.
—Gracias por venir a mí y cuidarme.
—Solo me aseguraba de tener una nueva oportunidad de tener sexo contigo y verte desnuda.
Eso la hace reír pero se queja llevando su mano a su cabeza y haciendo una mueca de dolor.
— ¿Qué tan destruida me veo?
—Destruidamente hermosa.
—Buen intento, Matthew.
—Solo debes esperar un par de días y la inflamación bajará.
—Sí.
Permanecemos en silencio y observa su muñeca vendada, frunce el ceño.
»Esto estará por al menos una semana y media, pero puedo irme mañana a casa. Kennedy estará furioso de que tenga reposo, pero estaría más furioso si voy de esta forma imperfecta al programa.
—Kennedy puede irse a la mierda.
—Sí, puede—me sonríe.
— ¿Qué sucedió Elise? —Suspira— ¿Fue tu hermana?
—Hope estaba hasta arriba de coca, creo que alucinaba, sacó lo peor de ella—traga—, quiero creer eso porque sería duro creer que verdaderamente quería matarme.
— ¿Vas a denunciarla?
—Es una pregunta que no me quiero hacer justo ahora.
—Está bien.
Tomo su mano y beso sus dedos, sonríe y le devuelvo la sonrisa. Luego suelta mi mano y acaricia mi cabello.
—Tu cabello es un desastre al despertar, Matthew, y tus ojos están hinchados. Me gusta.
—Puedes verme despertar siempre que quieras.
—Lo tendré en cuenta, tratemos que la próxima vez estemos sin ropa cuando eso suceda.
—Hecho.
***
20 de agosto, 2015.
— ¿Y con quién está? — pregunta Edmun mezclando pinturas, dejo de observar uno de los cuadros para observarlo.
—Dice que no quiere sentirse inútil, sin embargo Breana está con ella y cuando sea hora del programa casualmente me dejaré caer por allá.
—Lo tienes mal por ella ¿no?
—Es la clase de locura, descaro y deseo que no esperaba conocer.
—Me gusta, te hace sentir y no ser un jodido robot de hacer el bien; y lo más importante sacó a Nicole de tu vida.
—Tratas a Nicole como el anticristo.
—Lo es.
—Ella solo es una chica que siempre ha tenido lo que quiere, Edmun, por lo tanto está acostumbrada a tener todo lo que desea.
—Caprichosa. ¿Y crees que su capricho por ti terminó? —muerde un pincel mientras con sus dedos a la luz evalúa el color.
—Ella dice amarme, no se deja de amar de un día a otro.
—Sí, pues te diré lo que ella ama. Ella ama la idea de tenerte a su lado, no a ti. Eres otro juguetico para controlar.
—No lo sé, estuvo conmigo...
—Saca la cabeza del culo, Matthew. Cualquier chica hubiese estado interesado en un chico gordo, eso no la hace un ángel, ella solo es una jodida manipuladora que se aprovecha de haber estado en el momento en el que se necesitó.
»Sí, vamos a darle las gracias porque hizo algo grande por ti, pero tampoco vamos a lamerle el suelo y darle sus caprichos por eso.
— ¿Están vendidos todos estos cuadros? —Cambio el tema.
—No, ni siquiera han sido vistos por otros.
—Quiero este. Se lo regalaré a Elise, creo que ella sabe mucho de tu arte, las veces que ha ido a mi apartamento se queda viendo la pared que pintaste.
—Pero no le digas que soy yo.
—Lo sé. Eres anónimo, lo entiendo—río—. Dime cuál es el precio. Y sin precio amistad, sé cuán exclusivo y costoso se vende todo lo que pintas.
Dice un precio elevado con el que pretende asustarme, pero gano está ronda cuando todo lo que digo es:
—Hecho, te pagaré ahora mismo.
—Joder. Está vez me ganas.
***
Cuelgo la llamada de Liam con una de sus tantas preguntas existenciales. Liam es un buen chico, un poco extraño y curioso, pero un excelente chico que parece siempre verme como la solución a sus problemas o preguntas.
Camino hasta mi habitación en busca de mis zapatos porque seguramente Elise ya se encuentra sola y aunque garantice que ella sola puede cuidarse no tengo ningún inconveniente en estar con ella.
Me gusta estar con ella.
Suspiro cuando veo muchas hojas en el suelo de mi habitación, simplemente no puedo evitarlo. Mi celular vibra en la mesita de noche pero un vistazo me hace saber que se trata de Nicole, y realmente ahora no me apetece que discutamos, que ella llore y me saque todo en cara.
Me decido por recoger cada hoja y arrojarla a la papelera al lado de mi cama que parece estar demasiado llena. Me siento en mi cama y tomo los zapatos, pero en última instancia decido enviarle un correo a Elise.
No importa si tenemos nuestros números o si de hecho comenzáramos a seguirnos en las redes sociales, parece que Gmail siempre será lo nuestro. Y me sorprende, me sorprende saber que hay un lo «nuestro».
Asunto: por favor.
"Dime que aun te encuentras respirando.
Conseguí un enfermero para ti...
Considerado, Matthew."
Mientras me pongo los zapatos su respuesta llega y sonrío al leerla.
Asunto: Re: por favor.
"Sigo respirando y muy bien.
NO NECESITO UN ENFERMERO.
Espera...
¿Es un enfermero caliente?
Agradecida de su consideración, Elise."
Asunto: Re:Re: por favor.
"Luce...
¿Cómo yo?
Matthew."
Asunto: ¡Sí!
¡Que ese enfermero venga para acá ahora mismo!
Ansiosa por enfermero, Elise."
Estoy por responder pero unas piernas envueltas en un pantalón ajustado aparece en mi visión, alzo la vista sabiendo con quién voy a encontrarme, pero eso no me impide fruncir el ceño mientras hago el celular a un lado.
— ¿Qué haces aquí? ¿Y cómo entraste?
—Matty.
—Matthew—la corrijo porque por años solo calle el hecho de que detesto totalmente el apodo y si le agrega el Bunny entonces el desprecio se intensifica.
—Necesitamos...
— ¿Cómo entraste?
—Tengo una copia de la llave...
— ¿Y por qué tienes una copia de la llave de mi apartamento?
— ¡Porque soy tu novia!
—Eres mi exnovia—me pongo de pie y paso las manos por mi cabello sin querer ser muy rudo con Nicole, pero ella afecta en este momento mi paciencia.
—No digas eso.
—Es lo que es Nicole, es lo que somos. Exnovios y aun cuando fuimos novios nunca te di la llave de mi apartamento.
—Pero es normal que tenga la llave.
—Sería normal si yo te la hubiese dado ¿En cambio? En cambio pareces una maniática queriendo invadir cada aspecto de mi vida.
—Ahora resulta que todo lo que hago te parece mal. Ella está lavándote el cerebro.
— ¡Ella ni siquiera habla de ti! Y ella tiene un nombre. Elise. Solo dame la llave y vete, Nicole.
—Yo hice tanto por ti...
—Por favor, no uses eso—imploro comenzando a sentir mi estómago revolverse.
—Nunca te di la espalda, siempre he estado para ti, en los momentos buenos y en los feos. Cuando todos creyeron que yo era mucho para ti, que yo merecía más.
—Pues gracias por tu compasión, por honrarme con tu amistad, lamento haber sido tan poco para que tuvieras que dignarte sacrificarte por mí, gracias—digo entre dientes, mi respuesta parece sorprenderla porque la mayor parte del tiempo cuando esta conversación surge, me doblego y cedo a volverlo a intentar.
Pero está vez es diferente, está vez no pienso caer en esto y hacernos esto a Elise y a mí.
—Matthew...
—Gracias por bajar la cabeza por mí, por someterte a la tortura de ser amiga de lo que te decían era poca cosa. Pues gracias, Nicole, gracias porque no todos se sacrifican para ser amigos de un gordito, supongo que entonces debo llamar a Alexander y Edmun para agradecerles también por su sacrificio ¡Oh, espera! Ellos nunca me sacan en cara haberme dado desinteresadamente su amistad.
—Ellos no hicieron lo que yo hice por ti.
—Yo no te lo pedí.
— ¡Matthew! Nunca más digas algo así—sus ojos se humedecen y quiero retractarme.
—Lo siento, tienes razón, estoy agradecido que lo hicieras Nicole, de verdad, pero ¿Qué es lo que quieres? ¿Qué me arrastre? Estaré eternamente agradecido contigo, pero no es necesario que siempre me lo recuerdes, sé muy bien todo sobre mi pasado.
—Lo que yo hice ella jamás lo haría.
— ¿Cómo lo sabes? ¿Piensas que valgo tan poca cosa para que Elise solo me diera la espalda si la necesitara?
—No, no, tú ahora vales mucho pero...
— ¿Ahora? Cierto, antes yo no valía nada ¿no? O quizá valía pero muy poco ¿Cierto, Nicole?
—No uses mis palabras en mi contra.
—Uso lo que me das—paso las manos por mi rostro—. Nicole, hemos terminado, estoy interesado en otra persona y no te dejé por ella, terminé con nuestra relación porque no estaba funcionando, solo te daba una parte de mí, te daba lo que esperaba te gustara.
»Merecemos relaciones que nos hagan sentir y entregarlo todo. No vamos a volver, por favor, no te lastimes más. Te quiero y aprecio mucho, pero todo tiene un límite.
—Te merezco a ti.
— ¿Estás escuchando siquiera lo que estoy diciéndote?
—Ella no va a ser yo.
—Nicole...
—Tú y yo es lo destinado.
—Dame las llaves—extiendo mi mano y ella deja caer la llave, camino hasta la sala.
—Matthew, por favor.
—No hagas esto Nicole, de verdad, solo déjalo. No me gusta lastimarte.
—Entonces vuelve conmigo.
—No.
— ¡Matthew! — toma mi rostro con sus manos y cuando veo sus intenciones de besarme tomo sus muñecas para retenerla. Endurezco mi rostro.
—Nicole, ya basta. Entiéndelo, terminó.
Su labio inferior tiembla y lágrimas comienzan a caer, me siento terriblemente mal de estar lastimándola, fue una buena amiga, quizá en mi afán de darle la relación que siempre quiso arruiné nuestra amistad. Mi error.
Se libera de mi agarre y limpia su rostro mientras me observa con ira, doy un paso hacia atrás.
—No voy a dejar que ella se quedé con lo que yo ayudé a crear.
—Tú no me creaste, no soy un robot.
—Voy a decirle, a ver si de esa manera ella te quiere tanto.
—Nicole, no.
—Sabes que no va a quererte.
Tomo su brazo tratando de no ser brusco, no sé de qué manera hacerla entrar en razón, que entienda que merece un hombre que la ame, que sea apasionado y amoroso con ella. Que pueda darle más de lo que quise y estuve dispuesto a darle.
—No lo hagas, por nuestra amistad, no lo hagas.
—Es precisamente por nuestra amistad y relación que hago esto.
—Por favor, Nicole. No lo hagas.
—No lo haré si vuelves conmigo y la dejas atrás.
La observo y puedo ver en sus ojos el regocijo de saberse ganadora con esas palabras, con esa especie de chantaje. Poco a poco suelto su brazo y ella sonríe dando un paso hacia mí, retrocedo.
—No puedo condenarme a ser infeliz—susurro—. Si quieres hacerme daño de ese modo, adelante. Pensé que eras mejor que eso.
»Ahora vete de mi apartamento.
—Matty...
—Vete. Ahora.
—Yo...
— ¡Maldita sea! Que te vayas.
Se sobresalta y me da una última mirada antes de salir de mi hogar, tomo profundas respiraciones. Una vez papá me dijo que un ser humano con un alma herida puede envenenarse con facilidad de malos sentimientos, creo que ha sucedido con Nicole y no sé cómo detenerla.
Holaaa, capítulo suavecito para corazones delicados. Tomen respiro mis niños.
Supongo que esto es un poco como TM que desde aquí puede que uno que otro capítulo de un momento a otro quede a manos de Matthew, muy pocas veces, pero puede suceder.
1. ¿Matthew prometido?
2. Breana y Holden dejando a Matthew cuidar de Elise.
3.Matthew cuidando a Elise.
4. Conversación Melise.
5.Matthew y Edmun quien sí, es nuestro talentoso pintor.
6. Correos Melise.
7. Nicole: inserte llegada, desarrollo y su partida.
Capítulo dedicado a @Valenev93 ¿Ves? No hay necesidad de alterarse, todo en su justo momento. Gracias por el apoyo, espero esto te alivie de dar futuras amenazas y sonrías feliz. El hada te manda saludo.
Espero les guste.
Un beso.
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