Capítulo Treinta y Ocho: Decepción


Capítulo treinta y ocho: Decepción

Matthew.



He presenciado a Elise llorar del tipo de derramar lágrimas y sollozos leves, pero esto es diferente. Su cuerpo se sacude ante sus fuertes sollozos mientras la tela de mi camisa se tensa en sus manos echa puños a la vez que llora con fuerzas.

La abrazo mientras mis ojos se humedecen. Cuando amas sientes la felicidad y tristeza con esa persona. El que Elise sufra me hace daño, me hace sentir impotente y con ganas de solucionar lo que le causa dolor, pero no puedo.

Porque no puedo cambiar la decisión que Hope tomó. La misma que yo tomé dos veces en el pasado.

—Lo siento mucho, Elise.

—No llegué a tiempo, yo solo me distraje y ella... ¡Dios! No hice lo suficiente ni fui rápida para ayudarla.

Me destroza escucharla de ese modo, me destroza estar de este lado de la historia y presenciar Elise pasa por esto, por lo que yo pretendía hacer pasar a mi familia.

—No digas eso, hiciste todo lo que pudiste por ella. Estuviste ahí, fue su decisión.

—No lo entiendes.

—Tienes razón, no puedo entenderlo porque no estuve de ese lado, estuve del lado contrario, pero créeme cuando te digo que fue su decisión y no tu culpa.

—Dios...Lo siento, no quise decirlo de ese modo.

—Sh, está bien. Está bien, Elise.

Nos mantenemos abrazados en silencio mientras puedo sentir como aún humedece mi camisa con sus lágrimas. Hace tanto tiempo no teníamos este contacto que de alguna extraña manera, aun con esta situación, se siente bien abrazarla.

Los minutos pasan y honestamente no me importa que solo nos mantengamos de pie, y en este momento no me importa lo que sucedió en su programa, en este momento me importa que ella esté bien y creo que me hace entender del modo en el que ella se sintió sobre mí cuando todo explotó y yo me aislé.

Pasados otros pocos minutos más, siento como se tensa y luego comienza a alejarse. Limpia las lágrimas de su rostro y se cruza de brazos mientras recarga su hombro del marco de la puerta. Conozco esa postura, es la de estar cerrado a cualquier situación, conversación o persona. Elise se está cerrando.

— ¿Qué haces aquí, Matthew? Pensé que nos estábamos dando un tiempo.

—Lo lamento, Elise. Yo desde lo sucedido no veo ningún canal televisivo o entro a mis redes sociales, yo no lo sabía y no pude estar para ti; de verdad...

— ¿Lo hubieses estado cuando estás tan enojado conmigo? ¿Cuándo ni siquiera crees en mí?

—Creo en ti, si no lo hiciera...

—No importa, Matthew. Ya no importa porque no tengo cabeza para buscar la explicación de lo que ya pasó. Ya sucedió, ya el daño está hecho y no puedo hacer nada para enmendarlo; y estoy cansada. Solo quiero respirar con tranquilidad sin sentir que debo salvar al mundo. Sin sentir responsabilidades sobre mí.

»Yo no hice eso, y si crees en mi palabra, pues bien, pero no tengo fuerza ni ganas de jugar a las pistas—ve hacia sus pies—. Antes me dijiste que necesitábamos tiempo, creo que no es lo único que necesitamos. Lo que yo necesito ahora es espacio, tengo piezas de mi vida por juntar y tú estás lastimado. Lo que es peor, tú crees que te hice daño.

La miro, lo hago realmente. No lleva ni una gota de maquillaje, sus pecas son notables, luce cansada y tan desanimada. En este momento podríamos muy bien estar en igualdad de condiciones, porque de algún modo ella también tiene su corazón roto, su vida hecha un caos y mucha tristeza.

Somos un mal par.

—Estás cansada.

—Tan agotada—pasa una mano por su cabello—. No tengo tiempo, Matthew. No tengo tiempo para buscar explicaciones, para trabajar en nosotros. Para nosotros. Para arreglar lo que no sé cómo arruiné.

»En este momento mi prioridad es mi familia. Papá me necesita, incluso Edgar y yo...Yo necesito ordenarme, ordenar mi entorno, reunir mis piezas y continuar—sacude su cabeza—. Quiero normalidad, quiero la vida que tenía a principios de año, solo quiero...Sentirme bien, bajo control y quiero dejar de llorar por cualquier cosa referente a ti, a mi vida, mi familia, mis malditos peces. Solo quiero dejar esto atrás.

—Esto—nos señalo—, nosotros.

—Estarás mejor sin mí, créeme, ya ni siquiera puedes confiar en mí.

— ¿Por qué te acusas? ¿Por qué me hablas como si solo pretendieras hacerme sentir que debo creer que eres culpable? Como si no quisieras que yo creyera en ti.

— ¿Quieres la verdad, Matthew? —endereza su cuerpo mientras me mira fijamente—No hice ninguna mierda para hacerte daño y aun así me alejé cuando me lo pediste, me rompí mi propio corazón dándote lo que necesitabas, luego dijiste que creías en mí o al menos lo insinuaste, pero me pediste tiempo. No. No lo pediste, me lo exigiste porque estabas tan decidido a que era tu decisión para tomar que me prohibiste incluso decirte dos palabras.

» ¿Y luego qué? Luego simplemente te borraste durante estos días, ninguna señal, nada. Solo silencio y cuando todo lo que quise fue que me abrazaras no estaba ahí y todo lo que pensé fue «Dios mío, la jodí tanto que ni siquiera puede estar conmigo porque me detesta», porque mientras lloraba a mi hermana otra parte de mi corazón solo se preguntaba dónde estabas, qué pasaría y por qué me dolías tanto que ni siquiera podía darle todo de mí a Hope. Y no me gustó, odié sentir que no solo la pedí a ella, que también te perdí a ti. Lo odié y lo odio ahora, y no quiero nunca más sentirme así.

Una vez más comienza a derramar lágrimas mientras alza sus manos exasperada.

—Elise...

—Odio ser ésta mujer que llora, que no sabe por quién llora si por la hermana que vio morir o por ti. Estoy enloqueciendo, he llegado hasta el punto de pensar en Nicole, en admirar que ella si pudiera llegar a tiempo, a preguntarme si estarás con ella, si volverás conmigo. He llegado al punto de temer siempre sentir esta clase de dolor, Matthew. Y no quiero, quiero mi maldita vida de vuelta donde hay control y no toda esta mierda.

»A algunas personas el amor los hace estúpidos, a nosotros nos hace daño. Nos lastima.

Sus palabras me llegan, porque más que hablar con cualquier emoción parecida a la ira, luce decidida y tan fuerte para decirlas.

—No debía hacernos daño. No quería hacerte daño.

—Tranquilo, Matthew. Se supone yo soy quien te hizo daño—hace una mueca, suspira—. Por favor, solo avancemos, antes me pediste tiempo y te lo di, ahora yo solo quiero avanzar y ocuparme de mis problemas.

»Quiero, no, necesito un cese del drama, porque me creí fuerte, pero esto me sobrepasa, es demasiado en un solo golpe. Lamento lo que te sucede y sucedió, me duele que sufras, pero esto no me hace bien.

—Crees que estarás mejor sin mí—concluyo y no entiendo cómo es que mi voz suena tan serena, tan calmada y comprensible cuando todo dentro de mí se siente tan agitado y consternado por esta conversación.

—No es el momento.

— ¿Qué tal que sea ahora y nunca más lo sea?

—Entonces correré el riesgo.

—Estoy decepcionado...

—Matthew, por favor.

—No de ti. De nosotros. Así que tuvimos un par de meses geniales de risas y alegrías, pero en el primer momento duro solo arrojamos la toalla y llegamos a este momento. A este instante en donde ambos contribuimos para caer—observo mi mano aún inmovilizada—. Lo siento, Elise, lamento no haber estado para ti, y aunque parece razonable ser honesto y decir que no lo sabía porque estuve encerrado en mi burbuja, eso no quita que no me sienta terrible por no haber estado cuando me necesitaste, eso me hace sentirme un imbécil. Lamento que llegaras a esta conclusión y decisión, pero también lamento profundamente que seamos estos malditos perezosos que se creen dignos de tener momentos de felicidad cuando no pueden soportar los momentos duros.

»Tengo decepción de nosotros, porque dices que no estaremos bien juntos, pero te aseguro que separados, al menos a mí, no me irá mejor. Pero, sé respetar las decisiones y si eso es lo que quieres de mí, está bien.

—Es lo que quiero, es lo que espero.

—Está bien—trago—. Está bien.

—Pero, por favor primero dame un abrazo, por favor.

Muy en contra de toda esta serie de contradicciones que estamos haciendo, nuevamente me acerco y envuelvo uno de mis brazos alrededor de ella. Me abraza con tantas fuerzas que me hace creer que no quiere que me vaya, que todo lo que dijo no era real. Pero entonces tan rápido como empezó, ella termina el abrazo.

—Yo de verdad espero que tu mano sane, que entiendas que esta situación es más que someterte al escarnio público y que eres fuerte, Matthew. Siempre lo has sido y no te das cuenta.

— ¡Dios! Yo no puedo...

—Hasta luego, Matthew.

Y honestamente pensé, en el pasado, cuando discutíamos por correo que habría un día en el que la conocería y ella me cerraría la puerta, pero no pensé que sucedería a medio de una frase en donde iba innegablemente decir que no puedo dejarla ir. Ella lo sabía y por eso ha cerrado la puerta.

Lo ha terminado.

Lo entiendo.

No, no lo entiendo. Creo que nunca lo entenderé.

***

26 de octubre, 2015.

—Ah, tu corazón late tan lento, Matt—Edmun finge hacer un puchero mientras sigue con el estetoscopio contra mi pecho.

—Creo que debes dejar eso, Ed—mamá como si se tratase de un niño le quita el estetoscopio del doctor y lo deja justo en donde estaba, verificando que el doctor aún no regrese.

—Bah, no me dejas jugar, Natalie.

—Consigue tus propios juguetes—le sonríe y luego toma mi mano buena— ¿Todo bien, Matthew?

—Eso es lo que vamos a saber en breve, mamá.

— ¿Qué sucede, cariño?

—Fácil, que no estoy con quien amo y no me siento bien—respondo aun viendo al frente, ella suspira.

—No lo entiendo—susurra y eso me hace voltear a verla.

— ¿El qué?

—Me lo dijiste, Matthew. Me pediste que creyera contigo, lo hice. Te sostuve mientras llorabas y me decías que la amabas. Me dijiste que es una buena mujer y que sabes de quién te enamoraste. Luego Amber me dijo que ella era grandiosa y ustedes estaban enamorados.

»Y entonces, ahora estás triste llenando mi corazón de preocupación—sacude su cabeza—. El punto es que ¿Por qué ahora deciden no intentarlo? Ella no hubiese sido mi primera opción porque soy tu madre y todo aquello que te hace daño entra en conflicto conmigo, pero puedo aceptar y aprender a querer a quien te hace feliz y ya no lo eres... ¿Por qué no estar juntos?

No tengo que responder cuando finalmente el doctor entra seguido de una enfermera, trae consigo la placa de mi mano. Ahora, que para hacerme los exámenes, han quitado el yeso, no he intentado moverla, secretamente me asusta. Solo la mantengo inmóvil notando la sobre palidez de la piel de esa mano.

—Aquí tenemos tus resultados, Matthew ¿Desesperado por estar fuera del yeso definitivamente?

—Doc, eso fue un poco cruel—señala Edmun recostando su espalda de la pared y cruzándose de brazos—. Es como preguntarle si está ansioso de que le digan si simplemente vivirá como si le hubiesen amputado una mano.

—Edmun—mamá le da una de esas miradas de madre que ordenan que se calle.

Sonrío, honestamente por esto no me negué a que Edmun viniera, porque él es tan brutalmente honesto y directo que a veces resulta divertido aunque no lo planee, y en este momento de mi vida necesita colectar tantas sonrisas como pueda, porque se me han hecho tan escazas actualmente.

—Me disculpo si ha sonado fuera de lugar mi comentario, supongo que haber estado de guardia toda la noche me ha afectado—sacude la cabeza el doctor—. Veamos, ven aquí, Matthew.

Me levanto y lo sigo hasta la camilla aun cuando lo veo innecesario porque fácilmente pudo revisar mi mano en la silla, pero decido no descargar mi malestar con el pobre doctor que ya ha estado soportando la contundente honestidad de Edmun.

Él toma mis dedos y comienza a tocar y muerdo mi lengua porque en ciertas áreas siento dolor.

— ¿Te duele?

—Ahí, sí y... ¡Carajo! Ahí también.

—Ahora necesito que intentes mover la mano.

Tengo miedo de hacerlo, pero no puedo vivir toda mi vida asustado. En un primer momento me cuesta muchísimo y me detengo ante pequeñas chipas de dolor en tres de mis dedos. Mis dedos se siente agarrotados y cuando intento moverlos solo tres de ellos se flexionan apenas unos centímetros. Resoplo totalmente frustrado.

—Es todo lo que puedo conseguir.

—Entonces efectivamente hay sensibilidad aquí—camina hacia su escritorio y toma de nuevo la placa—. Quizá estas no son las maravillosas noticias que estaban esperando aquí, pero...

— ¿Pero? —pregunta mamá con angustia, me dedico a observar al doctor.

—No todo está perdido. Lo que me dice la placa y basándome en este pequeño avance es que tenemos tres de tus dedos en una recuperación muy lenta. Estos tendones de aquí...

Escuchamos atentamente lo que me explica. Rehabilitación y ejercicios, con ello me asegura que en un par de meses podre haber mejorado mucho si me esfuerzo en ello.

— ¿Qué sucede con mi pulgar e índice? —lo interrumpo cuando creo que ya he entendido todo lo que me dice. Su rostro se vuelve serio— ¿Tan mal?

—No es imposible recuperar la movilidad de ello, no ha habido recuperación sin embargo, no veo ninguna mejora tras la cirugía, si lo permites y deseas intentarlo, podrías obtener otra cirugía, una menos compleja. No garantizo que esos dos dedos vuelvan a funcionar a la perfección, pero podrías tener sensibilidad en ellos y movilidad.

Y no sé qué me sucede, pero de algún modo es como si despertara de un largo sueño de entumecimiento. Caigo en cuenta que no estoy haciendo nada, solo compadecerme de mí mismo, de mi pasado. Sí, tomé decisiones erradas en un momento de desesperación, pero eso no va a definir quién soy. Puedo ser este hombre arrastrándose por los errores que como cualquier ser humano ha cometido, o puedo ser el hombre que aprendió a levantarse y salir adelante ante las adversidades.

El Matthew Williams que cumplió su sueño de ser escritor, aprendió a amarse y a entender que a veces la vida no es buena y no por ello hay que derrumbarse. Quien lucha por lo que quiere y cree. Cree con el maldito corazón.

Y ama ¡Por Dios Santo! El Matthew Williams que sabe que puede amar con todo el bendito corazón.

—Lo haré—digo sin dudar— ¿Dicen que el que no arriesga no gana, cierto?

Y necesito salir del hoyo a recuperar mi vida. Todo.

— ¿Qué tan pronto puede ser la cirugía? —Pregunta Edmun totalmente entusiasmado con el cambio en mi estado de ánimo—Porque si es por dinero, no se preocupe, este tipo vende sus libros como pan caliente y le imprimen una cantidad absurda por cada edición.

—Un día van a secuestrar a Matthew y entonces diré a qué te dedicas, aparte de ser profesor de historia, para que vayas y le hagas compañía a mi hijo—lo regaña mamá y Edmun ríe. Él disfruta molestándome frente a mamá para transformarla en mamá protectora y con la de Alex disfruta fingir que son mejores amigos para atormentar a nuestro amigo.

— ¿Qué tan pronto quieres que programemos la cirugía, Matthew? No lleva mucho tiempo y el nivel de complicación o peligro es muy bajo.

Veo la hora en mi celular, apenas va a ser el mediodía.

— ¿Qué tal hoy?

***

28 de octubre, 2015.

— ¿Qué te pasó? —cuestiona el niño.

Sonrío ante el pequeño de rizos frente a mí, a su lado está una de las niñas más bonitas que he visto, ella parpadea continuamente hacia mí batiendo largas pestañas.

—Mi mano se enfermó y ahora se está curando—alzo mi mano con mi dorso, índice y pulgar dedos vendados. Duele y tomo algunos calmantes, pero estar sintiendo algo es una buena señal.

— ¿Se enfemó? —me pregunta la niña frunciendo el ceño, la verdad no sé cómo llegaron a esta oficina.

—Sí, me sentiré mejor si me dicen cómo se llaman.

—Harry Daniel—asiente con su cabeza el niño antes de retirar rizos de su frente.

—Un gusto conocerte, Harry Daniel. Yo soy Matthew ¿Y tú cómo te llamas, pequeña?

— ¡Hade!

—Se llama Halle, pero es bebé y dice Hade—me explica.

—Ah, entiendo ¿Y dónde están sus padres?

— ¡Aquí están! —grita alguien.

Los tres volteamos a ver a una chica joven que se sonroja y luego aclara su garganta, la he visto un par de veces en las que venido.

»Hola, yo no sabía que estabas aquí...De hecho estaba buscando a estos traviesos, mi hermana me los dejó. Soy Katherine, la hermana de Kaethennis.

—Un gusto conocerte, Katherine, soy...

—Matthew, lo sé. Creo que en esta editorial todos amamos tus libros. Hasta mi novio ha leído un par de tus libros.

—Oh, bueno, gracias—le sonrío.

—Lamento la tardanza, Matthew, pero la impresora se atascó... ¿Y vaya estoy viendo mal o en mi oficina están un devorador profesional de chocolate junto a un tornado de dulzura?

— ¡Nani! —gritan ambos niños corriendo hacia ella y abrazándola. Sonrío, me gustan lo cariñoso que son los niños e inocentes.

— ¿Qué hacen aquí?

—Harry los dejó, pero ya vine por ellos. Él dijo que Keith aseguró a Dexter que pasaría por ellos, aquí, en una hora.

—Entretenlos, por favor, Kathe. Hablaré esto con Matthew primero.

—De acuerdo. Vamos, bebés, busquemos cómo divertirnos. Despídanse.

—Chao, Matt—se despide el niño antes de salir de la oficina. La niña corre hacia mí y abraza mi rodilla.

—Chau—frunce sus labios y me arroja un beso antes de irse corriendo. Río.

—Fue un placer, Matthew.

—Igual, Katherine, dale mis saludos a tu novio, que gracias por el apoyo.

— ¡Lo haré!

Kaethennis cierra la puerta detrás de ella y toma asiento en su silla frente al escritorio. Se ríe.

—Le acabas de enviar saludos a Ashton Bratter, uno de los cantantes más dulces que existirán alguna vez.

—Genial—sonrío.

—Veo que estamos de mejor humor—sonríe—, eso es bueno.

—Lo es. Te ves muy feliz tú también.

—Lo estoy ¿No acabas de ver a mis preciosuras? Eso es suficiente para serlo.

—Buenos niños.

—Y tremendos a morir, pero supongo que eso solo los hace más especiales—ríe—. A Harry lo vuelven loco de amor, si por él fuera estaríamos rodeado de un montón de niños.

—Pero tú no quieres.

—No he dicho eso, me gusta y divierte su insistencia. Me gusta ser mamá, lo descubrí en el proceso y al menos en algún momento quiero otro de esos terremotos.

»Pero, no nos entregamos, tengo una reunión en una hora. Así que recibí tu correo, lo cual ya sabemos porque te respondí. Así que hicimos todas las correcciones que querías del contrato y aquí lo tengo impreso. Puedes revisarlo de nuevo a tu gusto...

Lo tomo cuando me lo entrega, uno esperaría que los contratos fueran algo eterno de muchas páginas, pero de hecho son unas pocas ocho páginas que como el lector ávido que soy, leo sin ningún problema y que no incluyen las famosas y engañosas letras pequeñas.

Firmo y sonrío. Si el mundo sabe ahora del lado oscuro de mi historia, si sabe lo peor que me pasó en la vida, entonces ¿Por qué no contarles lo mejor que me ha pasado? Por supuesto, quizá, muchos creerán que es ficción y eso está bien, porque en parte lo es, solo he dejado caer escenarios parecidos o aquellos que Elise y yo recreamos, pero en mi corazón yo siempre sabré que esta historia nos pertenece. Y ella también lo sabrá.

— ¿Nombre para este libro?

—Te lo haré saber cuándo llegue al indicado. Tengo otra petición.

— ¿Cuál?

—Sé la correctora de este. Este libro es verdaderamente especial para mí. Es muy importante.

—Yo encantada, sería muy veloz porque ya he leído el manuscrito y realmente no hay mucho que corregir o solucionar en él. Es impecable.

—Me halagas, haces cosas buenas por mi autoestima—bromeo.

—Me alegra saber que estás tan animado. Un escritor feliz me garantiza menos personajes muertos ¿Verdad?

—No creo que así funcione la fórmula de muerte para personajes—me río.

—Cierto—ríe.

Me siento bien con esta decisión. Poco a poco tomo las riendas de mi vida. Elise tuvo razón, soy fuerte y no sé por qué pretendí olvidarlo.

***

12 de noviembre, 2015.

—Hola, Nicole.

—Matty.

Parece verdaderamente sorprendida de que esté frente a la puerta de su casa, bueno, la de sus padres, pero es donde vive. Casi sonrío cuando veo que parece horrorizada de que la veo en su momento de descuido, pero necesito tener mi cabeza despejada.

—Espero y no te moleste que viniera.

—No, no. Pasa, solo me gustaría que me hubieses avisado y me hubiera preparado.

—Quise darte una sorpresa, Nicole.

—Y lo has logrado ¿Quieres algo de beber?

—Una gaseosa estaría bien—la sigo a la cocina— ¿Y tus papás?

—Viajaron a visitar a la abuela.

—Así que tienes la casa para ti sola.

—Sí—mete el cabello detrás de su oreja y me ofrece la gaseosa. Me observa beber de ella— ¿Cómo has estado?

—Bien, creo que comienzo a superar todo lo que pasó, incluso a Elise.

—Eso es tan maravilloso.

—Lo es, no era una relación sana, tarde me di cuenta. Además, mi mano tiene buenas posibilidades de mejorar mucho.

—Estoy muy feliz por ti.

—No puedo solo estar con quien me traicionó—sacudo mi cabeza—. Elise para mí simplemente no puede significar más que traición.

»Así que sé que te debo una disculpa. Todo este tiempo intentaste abrirme los ojos y no te dejé. Siempre has querido lo mejor para mí.

—Porque te amo, Matty—dejo la gaseosa sobre el mesón y tomo su mano.

—Lo sé, Nicole, y sé que te dije que no podía amarte, pero quizás, antes yo simplemente no lo intenté. Quiero intentarlo, porque sé que nadie nunca dará tanto por mí como tú. Y sé que puedo lograrlo.

—Te ayudaré a lograrlo.

—Pero no va a ser fácil, mi corazón se equivocó y debemos rectificarlo poco a poco. Debemos tomar todo paso por paso.

—No importa, nada más importa que el que lo intentemos.

Se acerca y se para de puntillas, cierra sus ojos y presiona su boca sobre la mía. Cierro mis ojos y aprieto su mano mientras me besa lentamente durante unos largos segundos, luego se separa. Me sonríe y le devuelvo la sonrisa. Puedo hacer esto, puedo intentarlo.

—Entonces ¿Podemos comenzar con una cita? ¿Quieres salir y cenar?

—Sí...Yo, solo debo...Arreglarme. Prometo no tardar.

—No pienso ir a ningún lado. Aquí estaré.

Le sonrío mientras se retira a paso apresurado. Tomo mi gaseosa de nuevo y doy un largo trago que seguramente me hará eructar en cualquier momento, pero eso no importa. Camino lentamente por la cocina viendo todo, luego vuelvo a la sala viendo a mí alrededor de esta casa decorada de manera tan moderna. Veo hacia el pasillo y escucho la ducha.

Comienzo a tararear una canción mientras pasan un par de minutos, luego camino por el pasillo que me lleva hasta la habitación de Nicole. Entro tarareando.

— ¿Matthew?

—Sí, solo quería refrescar mi memoria de cómo es tu habitación y no sentirme solo afuera, espero no te importe.

—Por supuesto que no—grita riendo mientras continúa bañándose.

Canto un poco más alto mientras camino hasta su cómoda de cajones. Veo hacia el baño y mientras mi mano izquierda sigue inmovilizada, puedo usar mi mano en perfecta condiciones. Paso la mano por la superficie observando las fotos y las pequeñas cosas que tiene, vuelvo de nuevo la vista al baño cuando el agua se detiene, pero luego suena de nuevo.

— ¿Un baño eterno?

—No seas impaciente—se ríe.

Deslizo otro poco más mi mano está vez silbando y sonrío cuando tanteo.

—Te tengo—susurro tomando su celular.

Veo hacia el baño y luego vuelvo mi vista al celular, lo enciendo, por supuesto que la maldita cosa está bloqueada y solo tiene cuatro intentos. Lo dejo en donde estaba y saco mi celular para escribir rápidamente a mis amigos.



Matthew: ¿Si fuesen Nicole cuál sería su clave de teléfono?

Edmun: Si tuviera esa mente retorcida...Tu fecha de cumpleaños.

Alex: destinados.

Edmun: Matty Bunny.

Alex: ¡La fecha de la que fuera su aniversario contigo!

Edmun: ¡Jesús! Si es algo de eso ella realmente es retorcida.



Intento todas las tres primeras claves y solo me queda una, pero soy una mierda porque no recuerdo en este momento la fecha del que era nuestro aniversario. Busco en mi memoria, yo le pedí que fuera mi novia en una cena familiar. Cierro mis ojos. Vamos, puedo recordar esto.

Había pasado unos pocos meses de publicar «Falsa pretensión» y eso fue...Cuento y no lo logro. Dejo su celular a un lado de nuevo y tomo mi propio celular abriendo mis redes sociales por primera vez desde que mi historia salió al mundo. Voy a su perfil en busca de la foto, la ducha se detiene, pero creo que ella va a vestirse en el baño, eso espero o quizá está haciendo algo como depilarse o alguna mierda que me compre un poco más de tiempo.

Consigo finalmente la foto en donde comenzó a hacer pública nuestra relación esa misma tarde. Dejo mi celular, tomo el suyo introduciendo la fecha y maldita sea, esa es la clave ¿Qué clase de obsesión es esa?

Voy directamente a su correo, no tiene mensajes sin leer, incluso su bandeja de spam está vacía. Solo tiene detalles de todas sus transacciones bancarias y eso parece tan personal...Pero, revisarle el celular sin permiso ya es bastante una invasión a la privacidad, un paso menos no lo hará menos extremo.

— ¿Qué rayos? —susurro viendo la cantidad exorbitante de dinero que fue a su cuenta bancaria. Pero la fecha es de hace unos días, por lo que no coincide con la fecha en la que todo explotó.

Si solo estoy especulando voy a sentirme como una mierda luego de hacer esto. Reviso su correo de arriba abajo, pero no hay nada. Entonces hago clic en su cuenta y veo otra en automático para abrir.

Este es el momento en el que temo lo que pueda llegar a encontrar.

Pero no puedo perder tiempo así que doy clic en iniciar sesión. Tomo un profundo respiro.

Es la cuenta de Elise. Es su cuenta electrónica.

Me salgo de inmediato porque si Elise no tenía pruebas es porque ahí no hay ninguna evidencia. Voy a sus archivos de descargas en el celular y lo que consigo es doloroso. Siento que de una manera muy distinta al estar enamorado, Nicole me rompe el corazón.

Ella me encontró cuando casi muero, ella me ayudó a bajar de esa silla y quitó la soga de mi cuello. Y aun así, ha sido ella quien me ha vendido.

Una parte de mí lo sabía, lo supo desde que estuvo en mi casa, pero me negaba a creerlo porque ella siempre me ha recordado que estuvo para mí, por lo tanto ella sabe muy bien lo que esto se iba a significar y cómo me haría daño.

Me ha traicionado, me ha vendido.

—Ya estoy lista, Matty, no pensé que estuvieras listo para verme vestirme frente a ti.

Estoy sosteniendo con fuerzas su celular en mi mano mientras le doy la espalda, puedo sentir mi espalda estremecerse ante mis emociones, mis ojos se humedecen. Nicole me ha hecho esto. Ella leyó la historia que escribí cuando estuve internado, ella me vio caer y levantarme, y aun así me ha hecho esto.

» ¿Matty?

— ¡Eres una maldita enferma! —Grito dándome la vuelta y estallando—Tú... ¿Cómo pudiste? Pensé que eras mi amiga, que me amabas y respetabas.

— ¿Qué...?—esta anonadada hasta que ve su celular en mi mano— ¿Qué haces con mi celular?

—Bonita clave—señalo— ¿Cómo pudiste? ¡Me vendiste como una vil rata traicionera! ¿Cómo pudiste querer consolarme cuando tú me causaste ese daño? ¿Es que para eso me salvaste la vida? ¡Para luego traicionarme!

—Matty, cálmate...

— ¡Cálmate una maldita mierda! —Arrojo su celular contra la pared y ella grita mientras salta—Tú jodida mentirosa. Te parabas frente a mí a mentirme mientras tu puñal estaba clavado fresco en mi espalda.

» ¿Te sientes feliz sobre esto? —alzo mi mano vendada— ¿Te hace feliz que las personas hablen de mis intentos de suicidio? ¿Te hizo feliz pensar que podía hundirme de nuevo por esto? ¿Te hizo feliz que mi novia y yo nos separemos, pero que aun así la siga amando? ¿Toda esta mierda te hace feliz?

—Matthew déjame explicarte—comienza a llorar y paso el dorso de mi mano por mi rostro dándome cuenta que estoy derramando lágrimas.

—Esta es la peor traición que he recibido en mi vida. Te llenaste la boca criticando a Abby cuando me traicionó, pero tú eres peor. Eres malditamente peor ¡Por Dios, reacciona! Eres una mujer adulta, sabes las decisiones que tomas. Sabías lo que hacías, sabías que ibas a quebrarme.

»No me importa que llores ¡No me importa lo que quieras decirme! Para mí tú hoy pasas a ser de las peores personas que he tenido la oportunidad de querer ¡Confiaba en ti, Nicole! ¿Qué tan enfermas estás para confundir esta mierda con amor?

—Te amo, yo solo quería que abrieras los ojos con respecto a ella—se acerca, quiere tocarme. Retrocedo.

—No me pongas tus traicioneras manos encima. Mentirosa—le grito y lucho contra un maldito sollozo— ¿Qué ojos iba a abrir? Ella no me falló, eras tú quien lo hacía. La tracción que llamas bastarda me la diste tú, no ella.

» ¡Te tengo una maldita noticia, Nicole! Le creí, siempre le creí. Siempre supe que no fue ella, así que no importa lo que hagas, la amo. La amo y no voy a cambiarlo. Con esto que hiciste perdiste cualquier tipo de sentimiento que pude sentir hacia ti. Mírame bien. Mírame muy bien porque tú y yo no volverá a pasar, porque me has hecho una herida profunda que no podrás quitar. Perdiste mi confianza, mi respeto. Todo.

—Por favor no, no me hagas esto.

—No te denuncio porque no quiero saber nada más de ti. Disfruta de tu pago por venderme. Regocíjate en esto. Te felicito, hiciste un trabajo estupendo transformando el cariño que sentía por ti.

»No me busques, no me hables, no me mires y no me toques. Nunca volveré a confiar en ti.

La esquivo mientras llora intentando tocarme y salgo de su habitación, ella grita mi nombre e implora. Llego hasta la puerta y su voz me hace detenerme.

—Si te vas me quitaré la vida. Te juro que lo haré.

Me volteo lentamente para encontrarla con una tijera que no sé de dónde salió. La tiene presionada contra su cuello. Mi estómago se revuelve y creo que palidezco mientras ella derrama lágrimas. Su mano tiembla.

— ¿Cómo...? ¿Cómo puedes hacerme esto? —siento desesperación de todo esto— ¿De verdad jugarás esa carta conmigo? ¿Cómo haces esto? Eres una egoísta, juegas esta carta que me hace daño. Esto no es un maldito juego de retenerme—alzo la voz— ¡Reacciona! Hay personas en el mundo sufriendo mucho por el suicidio y esto es tema serio.

» ¿Me quedó y entonces qué? ¿Luego volverás a llamarme e intentarlo para retenerme?

—Yo te salvé, tú debes salvarme.

—Tú estás enferma.

Me giro con un miedo que oculto muy bien, porque realmente espero que no lo haga. Escucho algo caer al suelo y volteo viendo la tijera a sus pies mientras llora. Ella no quiere acabar con su vida, ella solo quiere retenerme. Pero eso no va a suceder.

Esta fue la última vez que le di a Nicole la oportunidad de formar parte de mi vida. No necesito esto. Ahora me duele su traición, pero saldré adelante.

Siento orgullo de siempre haber creído en Elise y siento dolor de aun así estar separados. Necesitamos un abrazo

¡Dios! Le he dado tiempo, lo hablé con mi psicólogo, contándole de las propias heridas que ella debe tener tras la muerte de Hope. Me dijo lo que ya sabía: que teníamos heridas recientes que necesitaban coserse. Pero es horrible, es terrible ser un maldito acosador a través de sus amigos para saber qué está bien. Hacer llamadas al día preguntándole a Holden quién está con ella cuidándola.

Incluso envío almuerzo para ella y Dante con Amber, mi prima finge que ella lo cocina, porque Elise cocina horrible. Quiero ser quien esté ahí y ella no me deja. No me lo permite, sin embargo consigo mis maneras.

Quiero sostenerla. Quiero que nos sostengamos y pasemos por este puente de escombros llenos de tristeza. Necesito que sonría, que sonriamos y sigamos.

La extraño tanto que se siente como verla a través de un pequeño espejo o la grieta de una puerta en donde sus amigos me dejan observar.

¿Qué nos pasó, musa? Todo está hecho un caos, pero los desastres no se arreglan solos y ya es el momento de buscar una solución. He cosido mi herida, está fresca y aún puede sangrar, pero me siento listo para ayudarla a coser la suya.

Alzo mi vista y me paralizo, porque estoy imaginándolo.

Puedo casi creer que Elise está a una corta distancia.





Holaa, de antemano me disculpo si hay errores en el capítulo, pero es muy dificil corregir cuando aquí todos se empeñaban justo en sentarse a hablar conmigo y no captaban la indirecta de que no me dejaban concentrar.

1. Toda esa charla Melise. No sé qué pensar, bueno, sí sé, pero bueno...

2. Matthew y su cita en el médico. Muy bien cariño, poco a poco mejorando.

3. La mamá de Matthew. Me causó curiosidad ver insultos hacia ella, solo pude pensar "ella dice eso porque no es mamá o no se pone en sus zapatos". Evidentemente yo no soy madre, pero viendo a mi propia madre y poniendome en los zapatos de Natalie, quien vió como su hijo se perdía en la depresión, su reacción era lógica. Nadie quiere cerca de su hijo quien le hace daño, y seamos honestos, ustedes sabían que ella era inocente porque ¡Hola! Leen la historia, pero todo apuntaba hacia Elise, lo lógico era que la madre de Matthew quisiera protegerlo.

4. Los niños Jefferson  *.* Bueno, toda esa escena de la reunión.

5. La llegada de Matthew a casa de Nicole, el desenlace y final.

Bien, creo que por dos semanas no podré subir. Primero porque esta semana estoy al tope entregando y presentando los parciales que me faltan porque es cierre de semestr ey debido al viaje todas mis evaluaciones me las están haciendo adelantada. Y segundo porque estaré de viaje desde este jueves y toda la semana de arriba. Así que no piensen que morí  cuando no haya actualización haha.

El hada está vez señala a @Julia_aixiu me da risa porque junto a tu nombre decía "me hizo reír" así que supongo que tu comentario tuvo que haber sido muy bueno para recogijarme de esa forma y anotarlo. En fin, gracias por toooooooooodo el amor y apoyo, lo aprecio mucho mucho, espero y continúes en este camino conmigo.

Espero les guste.

Un beso.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top