Capítulo Treinta y Nueve: La verdad


Capítulo treinta y nueve: La verdad.

Elise.



30 de octubre, 2015.

Papá y yo estamos en silencio viendo la televisión, yo realmente no la observo. Estoy tan cansada. Hay noches en las que duermo, pero hay otras en la que aunque lo evite me duermo pensando en la última vez que vi a Hope: cuando murió.

Papá ha tenido muy malas noches, incluso puedo notar que ha estado perdiendo peso, él trata de ser fuerte para que yo no me preocupe, pero no hay manera en la que ignore que no está bien, incluso cuando él está, al igual que Edgar y que yo, yendo a un terapeuta de duelo.

Hablar de la muerte de Hope no me hace mágicamente feliz, pero escucharlo decir que no es mi culpa me hace sentir por un momento una chispa de creerle. Una parte de mí me dice una y otra vez que no fue mi culpa, que ella tomó su decisión, mientras que otra siempre creerá que me descuidé y me di cuenta muy tarde de mi distracción.

Han sido veinte días y por momentos se sienten como si aún viviera ese momento. Mi terapeuta y amigos me dicen que no es bueno solo actuar como si estoy encajando a la fuerza las piezas que quiero que sirvan en mi vida mientras arrojo a otras, y lo sé. Pero sé que es necesario mientras sostengo a mi familia y que quizá en algún momento entenderé que no todo en la vida es fácil y tranquilo.

Prácticamente pateé el culo de Matthew fuera de mi vida y fue porque estaba enojada. En un momento estaba llorando en sus brazos y al siguiente solo podía pensar que cuando lo necesité no estuvo, y que no lo hizo porque no creía en mí, fue la manera en la que lo capté incluso aunque para parte de mí eso sonara absurdo. Creo que solo tenía ira contenida por lo que sucedió, por lo que Hope hizo y la redirigí hacia él.

Y me siento avergonzada, porque mientras lo veía vi en él la decisión de mi hermana y quise gritarle cómo pudo hacerlo, aun cuando yo nunca lo he juzgado. El dolor me estaba cegando mientras me hacía tener pensamientos horribles sobre Matthew y groseramente mandarlo a volar lejos cuando él quería sostenerme.

Lo obligué a perderme.

Y trato de decirme que estuvo bien, pero el vacío que siento me hace entender lo contrario. Sin embargo, las pocas fuerzas que tengo de lucha las uso para ayudar a salir adelante a mi papá, para junto al terapeuta intentar llegar a un acuerdo con cómo quedó mi relación con Hope. La manera en la que no la perdoné del todo antes de morir y como eso se suma a la carga de culpa junto a mi consciencia.

La puerta de la casa se abre y cuando volteo encuentro a Amber entrando con lo que durante los últimos días he aprendido a identificar como bandejas de comida. Porque la tristeza no me ha dado por dejar de comer, simplemente estoy comienzo mucho más. La única razón por la que no estoy rodando es porque ir al gimnasio hace que evite pensar. Me hace concentrar más en el dolor de mis músculos que en el de mi pecho.

—No deberías molestarte, Amber, en algún momento ni siquiera tendré para pagar un botellón de agua.

—Claro, como si pudiera creerlo.

Trato de sonreírle y estoy segura de que el resultado es lamentable. Amber ha estado viniendo cada día y siempre trae comida para nosotros, incluso para Edgar que pasa más tiempo ahora trabajando que aquí, es su manera de lidiar con el dolor. Sería la mía, pero no tengo trabajo.

Oficialmente hace cuatro días la noticia fue confirmada públicamente, InfoNews fue cancelado y ya no existe. Lloré un montón por ello junto a Breana, que tuviera mi período no ayudó y llegar a la casa y encontrar llorando a papá en la antigua habitación de Hope solo hizo que el día pareciera otras de mis pesadillas.

—No sabía que pudieras cocinar tan bien—murmuro de forma distraída y ella mordisquea su labio.

—Yo tampoco—es lo que dice antes de volver a salir de la casa.

—Iré a regar las flores—anuncia papá yendo a nuestro lamentable jardín.

—No quise decirlo frente a Dante, pero había un paquete afuera para ti, aquí lo tienes—anuncia Amber volviendo con una caja.

Camino hasta el mesón de la cocina en donde lo deja. Leo la etiqueta y de inmediato se forma un nudo en mi garganta cuando leo la tarjeta de condolencias de la escuela de ballet privada a la que Hope asistía, en donde, quizá, el cómo se sentía empeoró.

Mis dedos temblorosos abren la caja y de inmediato mi vista se hace borrosa cuando lo primero que veo son sus zapatillas de ballet. Las que más les gustaban, las que papá le regaló en su cumpleaños dieciséis, las más vieja y desgastadas. Las tomo y las presiono contra mi pecho mientras comienzo a llorar sin poder evitarlo.

El dolor de nuevo se siente a carne viva mientras sostengo sus zapatillas, mientras cierro mis ojos y puedo visualizarla con la gracia y elegancia con la que baila, con el sueño de ser una gran bailarina. Y es peor cuando la imagen se distorsiona y la veo sobre el concreto con un cuerpo roto.

Abro mis ojos, porque no quiero ver más esa imagen, y besos los zapatos antes de hacerlos a un lado y tomar las fotos que se encuentran en la caja. Son unas cuatros: una en su primera presentación en la escuela de ballet, otra es de ella con nuestros padres riendo, la más reciente es de ella con Edgar haciendo diversas muecas y luego está una conmigo de cuando yo tendría unos dieciséis años apenas y la estoy abrazando. Al voltear las fotos veo que tienen grabados. No esperé que hubiera esa profundidad en ella. Leo en la mía:



«Aunque quisiera detener tus sueños...

También quiero impulsarlos.

Aunque me moleste el triunfo...

Te admiro.

Y aunque quiera enojarme...

Te amo.

Mi hermana Elise y yo»



—Lo siento tanto, cariño—susurro con voz temblorosa tomando a foto para quedármela.

En la caja hay esmaltes para uñas, un tutú muy brillante y pequeños detalles que me hace preguntarme cómo todos nos alejamos tanto. Siempre he dicho que ellos me aislaron, pero sé que yo también lo hice como defensa, aferrándome solo a papá y estando a la defensiva. Sé que todos fallamos.

Amber pasa su brazo alrededor de mis hombros y me atrae a un abrazo.

—Todo va a estar bien.

—Sé que estaré bien, estoy trabajando en levantarme, pero también sé que nunca dejará de doler. Es como perder a mamá de nuevo, sabes que estarán mejor en donde se encuentre, pero no puedes evitar desear detener el curso del tiempo y que estuvieran aquí.

— ¿Quieres que guarde la caja?

—No, creo que papá y Edgar tienen derecho a verla, no puedo quitarles eso.

—Elise, yo no debería decirte esto porque él me lo pidió. Pero no creas que Matthew solo se dio la vuelta y se fue de tu vida en el momento en el que le cerraste la puerta. Él está atento, siempre preguntando, siempre verificando que estés bien y que nada te falte. Siempre queriendo hacerlo más suave para ti.

»Y te lo digo no para que sientas que le debes algo o que debes agradecerle. Te lo digo porque creo que mereces saberlo. Saber que le importas y que aunque no sea presencial, él está contigo. Esta comida ni siquiera la hago yo, no cocino mal, pero no hago esto. Se encarga Matthew o la manda a hacer con alguien y aunque él tiene sus propios problemas, lo está superando, pero también quiere de algún modo estar para ti.

—Yo...Gracias por decírmelo.

—Ahora me encargaré de servir esta deliciosa comida.

Me quedo viendo la caja y pienso en sus palabras. No tomó la vía fácil y tomó mi empujón, con detalles se ha encargado de continuar para mí y saber eso me hace sentir menos sola, con menos peso sobre mis hombros.

¿Qué va a pasar con nosotros? ¿Te amaré más o alguna vez dejaré de amarte? Ambas posibilidades parecen tan imposibles, pero reales.

***

6 de noviembre, 2015.

— ¿Te han llegado propuestas de trabajo?

Alzo mi vista de la limonada para ver a Holden, es extraño que estas últimas dos semanas tenga solo su cabello castaño natural, yo por mi parte corte el mío en un mal intento de creer que un cambio físico me traería un cambio emocional. No funcionó. Tengo el cabello corto por primera vez en muchos años y aún sigue siendo dura toda esta situación.

—Karla ha estado enviándome varias opciones, pero no he tenido cabeza para ello. Ni siquiera puedo creer que el programa ya no existe. Y el programa por el que nos suplantaron es horrible.

—Lo sé, Elise, pero la vida transcurre y aún hay decisiones bajo nuestras manos que debemos tomar.

—Todo es tan extraño. A veces estoy bien y creo entender todo, creo que estoy en paz conmigo porque no es mi culpa, pero entonces otras veces me siento terrible por no haber hecho más. Y no quiero estar triste o llorar, pero no puedo controlarlo cuando todo lo que hago es sentir.

—No puedo decir que te entiendo, Elise, pero todo lo que puedo entender es que me duele ver a mi chica descarada desmoronarse y no poder hacer ninguna maldita cosa.

—Con darme este momento es suficiente.

— ¿Cómo lo está haciendo Dante?

—Es una montaña rusa, a veces arriba otras abajo. Creo que trata de ser fuerte por nosotros, pero ningún padre supera la pérdida de un hijo.

»A veces me siento mal porque una parte de mí piensa que está bien, porque al menos ella está descansando de sus tormentos y siento que eso es como agradecer que esté muerta.

—No es así, Elise.

—Soy absurda y no puedo evitarlo.

—Creo que eres demasiado dura contigo.

—Tal vez...—miro hacia la mesa y luego sacudo mi cabeza, necesito un cambio de tema, necesito distracción— ¿Cómo vas tú sin el programa?

—Es extraño, tengo las noches libres y nos los veo a ustedes siempre. Por ahora me concentro en escribir sobre las crónicas, algunas campañas y apariciones esporádicas en eventos. Pero extraño mucho el programa, he recibido un par de propuestas, incluso una del canal, pero debo evaluarlas bien.

»Sé que no puede ser igual, pero quiero un ambiente de trabajo tan agradable como lo era el nuestro, me sentía como en casa. No sé qué hacer con mi tiempo libre, así que le propuse a Rayan que criáramos a Summer juntos—se ríe—. Tuvo una crisis antes de entender que bromeaba, pero creo que realmente necesito que me preste a su hija para hacer algo con mi vida mientras decido.

—Y hablando del papá con crisis—digo viendo a Rayan acercarse junto a Derek. Nos sonríen.

Ambos nos saludan y se encargan de darme un fuerte abrazo que honestamente me ayuda a sentirme mejor. Amo a mis chicos.

—Pensé que llegaríamos tarde—dice Derek tomando asiento a mi otro lado—, pero veo que de hecho el resto aún no llega.

—Buena idea haber reservado todo este lado, difícilmente podemos pasar desapercibidos todos nosotros juntos—señala Rayan.

—Oye, estás más sexy—le digo y él me sonríe.

—Lo mismo para ti.

—Y tú tienes el cabello como largo ¿No te parece? —asiento hacia Derek, el cabello castaño y lacio ya está llegándole por la barbilla.

—Es una huelga de cabello, no lo cortaré hasta recuperar mi trabajo.

—Te volverás Rapunzel—anuncia Jocker retirando sus lentes de sol y saludando, me sonríe—. Es bueno verte un poco mejor.

—Poco a poco—le digo.

Siento un fuerte lazo con Jocker y Adelaide en esta situación porque ellos saben lo que es presenciar cuando alguien que te importa muere, saben lo traumático que es tenerlo frente a ti y las imágenes que se graban para siempre en tu memoria.

— ¿Sabían que en la escuela de Summer hay al menos tres profesoras jóvenes que están buenas? —pregunta Derek.

—Y vas a seguir—Rayan rueda los ojos.

— ¿Es eso cierto, Rayan? Aún no he ido a la escuela de la nena.

—Estoy hablando con una sinceridad brutal, Holden. Solo que Rayan no mira a nadie más que no sea...

— ¿Quién? —lo desafía Rayan frunciendo el ceño.

— ¿Quieres que te asuste diciéndotelo, bebé?

— ¿Quién?

—Pues...

—Hola, lamento llegar tarde, pero mamá vino a verme y ustedes saben que ella es especial—anuncia Breana, luego hace a un lado a Derek y me abraza—. Mi caramelito atrevido, que bueno verte.

—Me viste ayer.

—Calla y abrázame.

—Tengo tu culo en mi cara, Breana, no me quejo, pero quiero morderlo—comenta Derek.

Y no lo soporto, río. Por primera vez en unos días río ante el desastre de mis amigos mientras comienzan a ordenarse y abuchear a Parker que camina con una lentitud como si le pesara hasta el alma. Ellos me sonríen y prosiguen con sus disparates. La próxima en llegar es Krista, quien llega en silencio, sin siquiera revisar su teléfono, golpeando su frente de la mesa (que ahora son tres porque la unimos para caber todos) sobresaltándonos.

— ¿Qué te sucede? —pregunta Holden tocando la frente de Krista en busca de fiebre.

—Creo que algo está sucediendo con Garrett y él solo lo evade. Mi dulce, bello, talentoso y perfecto novio está ocultándome algo.

—Quizá va a pedirte matrimonio—sugiere Jocker como si hablara del clima.

—No, revise todo su apartamento.

—Acosadora—tose Derek—, loca—vuelve a toser—, maniática.

—Sí, sí, ya entendimos tu ataque de tos—lo corta Breana.

—Quizá solo es un mal momento, no tiene por qué significar algo malo—la tranquiliza Parker y Krista emerge como si eso era todo lo que necesitara escuchar. Incluso saca su celular.

—Tienes razón, Parker, necesitaba de tu asqueroso positivismo.

Finalmente Valerie llega unos minutos después en los que la hacen sonrojar cuando todos se burlan porque ha llegado tarde. Entonces así como hicieron mucho ruido, ahora están callados.

—Primero que nada—dice Parker rompiendo el silencio—, quiero decir que me alegra que estés mejor Elise, puedo ver que no es fácil para ti, pero me alegra saber que lo intentas y continúas.

—Hay momentos duros, pero me queda una vida que quiero vivir. Estoy aprendiendo a vivir con esta pérdida—entrelazo mis dedos—, y les agradezco mucho que estén para mí, ustedes son mi familia y me han sostenido. Muchas gracias.

—No tienes nada que agradecer, caramelito.

—Y con respecto al programa...

—Elise, donde digas que es tu culpa te desterraré de esta mesa—me advierte Jocker con tranquilidad—. Entiéndelo, no es tu culpa. Tomamos una decisión y luego ellos hicieron la suya. El programa ya está fuera del aire, InfoNews no se transmite, pero estamos reunidos porque eso no significa que no podamos tener momentos como la familia que somos y conversar sobre muchas cosas. Por ejemplo ¿Tienen propuestas de trabajo? ¿Alguien se enamoró? ¿Alguien va a casarse o ser papá? ¿Alguien confiesa que es homosexual? ¡Qué sé yo! Pero no vinimos a torturarnos. Las cosas ya sucedieron y eso no va a destruirnos.

—Amo a ese hombre—Derek lo señala—, cuando habla así siento una conexión apasionada con él.

—Oh, por favor—se ríe Rayan.

Y así sin más todos comienzan a ponerse al día. No tengo mucho que contar porque mi vida se encuentra un tanto estancada. Creo que Karla comienza a enloquecer ante mi falta de repuestas a propuestas laborales. Pero no tengo ganas, simplemente no nace en mí. Me siento sin fuerzas para tomar ese tipo de decisiones en este momento.

Aunque mi corazón tiene un montón de curitas alrededor para mantenerlo unido, admito que me hace bien escucharlos contar sobre su vida, hacer bromas e incluso en discusiones absurdas hasta por un jugo. Me saca de mi nube de tristeza y me hace recordar que aún me quedan personas valiosas e importantes para mí.

Y también me ayudan a recordar que obligué a Matthew a salir de mi vida.

Son un par de horas agradables y cuando terminamos es un desastre para pagar la cuenta porque todos quieren ser generosos o algunos son un asco para dividir cuentas. Me despido en el estacionamiento de todos y cuando Valerie me pregunta tímidamente si aún sigue en pie ir con ella a la exhibición de su austriaco decido que puede hacerme bien y que poco a poco puedo inducirme de nuevo en el mundo social, así que prometo ir.

Mientras conduzco de vuelta a casa de papá pienso que no he ido a mi propia casa, pero no quiero estar sola. Aún no estoy lista para estarlo.

***

12 de noviembre, 2015.

Me encuentro sentada en el porche de la casa de papá con Estorbo echado a mis pies mientras voy por la mitad de un envase de pudín de chocolate. Mi entrenador estaría horrorizado, incluso yo lo estaría, pero he decidido que muchas cosas pueden irse a la mierda.

Esta semana ha sido buena con el ver terapeuta, no puedo decir que mágicamente ha cambiado el cómo nos sentimos ante el suicidio de Hope, pero honestamente hace bien saber que alguien objetivo me escucha sin solo querer decirme lo que quiero escuchar por miedo a herirme. Amo a mis amigos y familia, pero sé que ellos nunca podrían ser objetivos conmigo sobre Hope.

Sumerjo de nuevo la cucharilla en el pudín y saboreo cada caloría en ello mientras suspiro. Hoy creo que me siento un poco mejor, hoy ha sido un día en el que he podido pensar en algo más que el hecho de que mi hermana se quitó la vida, en el cierre de InfoNews y mi exnovio.

Mi celular suena y lo saco de la cinturilla de mi pantalón holgado. Casi sonrío viendo que se trata de Kurt.

—Mi ex-vibrador humano.

—Mi entrañable muñeca inflable ¿Cómo estás, corazón?

—Hoy ha sido un día bueno...No he llorado y estoy teniendo pensamientos razonables.

—Eso es bueno. Así que estoy aquí en Londres ya de forma permanente.

— ¿No lo estabas antes mientras enloquecías por alguna mujer?

—No cualquier mujer. Pero ya es un poco más oficial porque estoy negociando una importante película.

—Eso es genial, Kurt. Felicidades, los estúpidos que te mataron en la serie se van a arrepentir.

—En fin, así que me preguntaba si podrías y quieres cenar hoy conmigo, me gustaría verte, siento que no he estado lo suficiente junto a ti y te extraño. Además de ser buena dando orgasmos, también eres una excelente amiga.

—Bueno, gracias—no puedo evitar reír un poco—. Creo que eso estaría bien, pero un lugar discreto.

—Está bien, estaba un poco asustado de que lo rechazaras.

—No estoy cerrándome a mis amistades.

—Entonces ¿Solo al escritor?

—No me siento preparada para recibir golpes bajos.

—De acuerdo, solo quiero que sepas que no estoy de acuerdo. Esperaste mucho tiempo para enamorarte y ahora solo lo obligaste a irse, lo peor es que te mata, pero estás tan concentrada en el dolor que crees que no es buen momento para sentirse bien, para ser feliz porque él lo hace. Te hace feliz y sientes que justo ahora no mereces sentirte así.

—Oye, ya estoy viendo una terapeuta, no necesito otro—intento bromear.

—Me preocupo por ti, Elise, porque tú estás llena de tanta vida que me asusta que solo te marchites.

—Estaré bien.

Él me cuenta un poco sobre este nuevo proyecto que espera concretar y luego me habla sobre lo diferente que es la mujer que parece estar atándolo en tantos nudos que solo ella puede deshacerlo, o al menos algo así dice. Y me siento feliz por él, de que finalmente parece que encontró a alguien que lo haga sentir así.

Supongo que yo también encontré a esa persona, solo que no funcionó.

Como otra cucharada del pudín antes de sobresaltarme, junto a Estorbo, cuando el auto de Karla se detiene casi derrapando frente a mi casa. Ella sale histérica y trota hacia mí sin siquiera cerrar la puerta de su auto.

—Creo que hablamos hoy cuando nos veamos, mi representante acaba de llegar y no luce feliz.

—Está bien, pasaré por ti. Cuídate.

—Tranquilo, estaré bien estas horas hasta que te vea.

Finalizo la llamada y estiro mis piernas mientras a un lado dejo mi pudin arriesgándome a que termine siendo devorado por Estorbo, pero no importa. En este momento me importa saber por qué Karla parece tan frenética.

— ¿Qué sucede? ¿Algo va mal? Porque la ley de tres ya me pasó. Sin novio, sin hermana y sin trabajo.

—La tenemos—dice respirando agitadamente.

—Calma tu respiración primero—sugiero lo cual hace poco a poco— ¿Bien?

—Es que en vista de que habías dejado a un lado lo sucedido con Matthew y que finalmente Kennedy había accedido a hablar contigo, no se sentía bien solo dejarlo así sin cerrar el tema. Así que fui y obligué a Kennedy a hablar conmigo.

—Me hubiese gustado ver eso—me recuesto con mis codos para poder obsérvala debido a que todavía permanece de pie.

—Creo que Kennedy está enojado y deprimido por el cierre del programa, pero no vamos a preocuparnos de sus sentimientos cuando de hecho ya tiene contrato para otro programa—junta sus manos—. La cosa es que parece que se cansó de hacerse de rogar y luego de un vaso de licor me dijo que había estado recibiendo correos de tu parte, que es un poco lo mismo que todos han alegado.

—Exacto, nada nuevo. Pensé que dejaríamos el tema morir junto con mi relación.

—Ignoraré tu comentario—asegura—. La cosa es que me contó todo del cómo sucedió. Cómo empezaron a llegar los correos, le pregunté si solo no le parecía extraño que tú quisieras vender a tu novio y me dijo que tú aseguraste que era ambición. Es bastante idiota, porque fácilmente debió notar que nunca hablaste de ello a su alrededor en el programa.

»Me dio muchos detalles y finalmente me mostró los correos, los cuales sin que se diera cuenta reenvié a mi correo electrónico y me he encargado de imprimir. Todos son parecidos del tipo que yo recibía, pero hay un par de desliz en ellos—me ofrece una carpeta que tomo comenzando a leer una serie de correos que se supone compartí con Kennedy—. Y sobre todo, adjunto estaba una transferencia bancaria que pediste se hiciera a una cuenta diferente a la tuya.

—Un movimiento torpe de quien haya querido joderme—susurro demasiado sorprendida de todos los correos aun cuando los reviso muy por encima.

Es sorprendente ver la manera en la que sueno. Tan ambiciosa, despectiva e incluso vengativa. Leo muy por encima, pero me detengo en aquellas palabras o frases que Karla ha tachado con resaltador porque son sospechosas y vislumbran un poco la personalidad del usurpador.

«No es serio, busco ascender»

«Quizá nunca debió entrar a mi vida»

«Él lo entenderá, sabe que esto no es amor. Es solo físico»

«Así sucede, no te preocupes, él lo sabe. Sabe que no estamos destinados a estar juntos»

«Es un buen hombre, pero Matty no es para mí»

Me detengo. Matty. Destinados. No es amor.

Paso por todos los correos desesperada por llegar a la hoja que contiene el recibo de la transferencia bancaria.

— ¿Quién es Alicia? —cuestiono viendo el nombre de la cuenta.

—Es a quién transfirió, pero quise hacer seguimiento e investigué a esa Alicia—me entrega un sobre. Dejo la carpeta a un lado y lo tomo.

Estorbo está comiendo del resto de mi pudín por lo que seguro obtendrá gases terribles, pero eso no es lo primordial en este momento. Saco las hojas y veo la foto de una mujer que nunca en mi vida he visto, leo sus datos básicos y no entiendo por qué ésta persona querría hacerme tal daño.

Al menos no lo entiendo hasta que llegó a la última foto.

Matthew se encuentra en el medio de la foto con ella sonriendo levemente y ella sostiene su teléfono en lo que parece un selfie.

Ellos no son los únicos en la foto, al otro lado de Matthew se encuentra Nicole.

—Ésta maldita perra—siseo. Alzo la vista hacia Amber—. Ésta es la ex de Matthew. Ella me odia, pero odia más la idea de no estar con él.

»Lo que me hace sentir tan aturdida es que le hiciera eso cuando dice amarlo, cuando ella lo salvó y ahora le hizo esto y...Tiene que ser una puta enferma—paso una mano por mi rostro consternado— ¿Cómo le hizo esto? Matthew va a sentirse horrible cuando lo sepa, él confió en ella, él tenía fe en ella.

—Debes decírselo, Elise—dice con seriedad—. Esto es grave, el día de mañana ella solo podría perjudicarlo de manera mucho peor, merece saber que ella no es de fiar.

—Sí—continúo aturdida—, pero primero haré que esta perra me escuche.

***

— ¿Es muy necesario hacer esto? —pregunta Kurt cuando le digo que dé el último giro porque he conseguido esta tarde la dirección de Nicole.

—Es muy necesario.

— ¿Al menos puedes decirme por qué vinimos primero aquí antes de ir a cenar?

—Para poner a alguien en su lugar—digo sintiendo mi nivel de molestia incrementar a medida que nos adentramos a la calle en donde nos detenemos frente a la casa de Nicole.

El auto de Matthew se encuentra ahí estacionado a un lado de la acera.

No quiero pensar mal.

No quiero tener pensamientos angustiosos.

Y no tengo derecho porque no estamos juntos.

Solo que espero, realmente espero, que no esté con ella de ese modo...De esa forma.

—Aquí vive la exnovia de Matthew...La anterior a mí, claro—abro la puerta y bajo del auto apenas el apaga el auto, baja también—. Ella ha hecho algo imperdonable y...

Me detengo cuando la puerta de la casa se abre y Matthew da un par de pasos con la mirada en el suelo, luego se detiene y pasa una mano por su rostro. Creo que estoy impacta por verlo luego de tanto tiempo. Lo extraño.

Por favor que no haya caído en su trampa. Tú mereces algo mejor, Matthew. Mereces ser feliz, no mentiras y engaños. Por favor, no caigas en su trampa.

Kurt notando que estoy paralizada, deja de hablar manteniendo silencio. Entonces Matthew alza la vista y parece que está paralizado. Tomo una profunda respiración mientras mi corazón late a toda prisa.

Por semanas he estado sintiendo que estoy entumecida o insensible a ciertas emociones, pero justo ahora eso es desmentido cuando siento tanto solo viéndolo a una distancia no tan larga. Una de sus manos sigue vendada, la otra ahora es pasada por su rostro. Sus labios se mueven, creo que está diciendo algo, no puedo saberlo con exactitud. Entonces comienza a caminar hacia mí y lucho contra la urgencia de desear controlar mi respiración.

Se detiene justo frente a mí. Noto lágrimas secas en su rostro, sus ojos irritados y lo triste que luce.

—Elise...

Eso es todo lo que dice antes de acortar la distancia y envolver su brazo alrededor de mis hombros atrayéndome a su pecho en un fuerte abrazo. Por un momento estoy paralizada, luego envuelvo mis brazos a su alrededor. Respiro hondo inhalando su aroma.

— ¡Suéltalo!    




Holaaaa este capítulo no es muy largo o fuerte porque es transitorio para ya el desenlace final de la historia.

La verdad es que ando con una gripe y malestar general terrible que no entiendo con esta ola de calor por lo que ni siquiera había iniciado a ponerme al día con las historias además de que regresé muy cansada de viaje y solo quería - quiero - descansar.

Este capítulo lo dedico a la bella República Dominicana que me recibió con mucho amor y me dio muy bonitos recuerdos para conservar. Gracias por darme días tan maravillosos, prometí que lo haría y aquí está.

Espero les guste.

Un beso.

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