Capítulo Nueve: Expectativa Vs realidad



Capítulo nueve: Expectativa Vs realidad.

No estaba preparada para esto.

No lo estaba.

No imaginé que los labios de Mathhew fueran tan suaves bajo los míos. Y tampoco imaginé que luego fueran sus labios los que estuvieran sobre los míos porque simplemente en un segundo estoy presionando mi boca sobre la suya y al otro, es Matthew quien está dictando cómo debe ir al beso.

De alguna manera esperaba algo rápido y salvaje, pero es todo lo contrario. Mueve sus labios con suma lentitud sobre los míos, casi de manera perezosa. Sus labios envuelven los míos varias veces antes de sentir el roce húmedo de su lengua contra mis labios. Y entonces soy lo suficiente valiente para abrir mi boca y dejarlo profundizar el beso.

Matthew no mentía cuando describió el beso, porque se siente exactamente igual que su descripción. Mentira. Se siente mil veces mejor.

Una mano se encuentra en mi cuello y siento su pulgar acariciar la zona, su otra mano de nuevo se encuentra en mi rostro mientras la mía aun sostiene su camisa hecha puño. Él me besa tan lentamente que me hace querer encoger los dedos de mis pies y volverme líquido sobre él.

Después de una excelente descripción sobre como Mattheo besó a Eloise, temí que mis expectativas estuvieran muy altas. Pero la realidad lo supera. Maldita sea que lo supera. Paso mi brazo alrededor de su cuello queriendo acercarme aún más y creo que un sonido escapa de mi garganta.

—Matthew— murmuro antes de que deje caer una lluvia de besos húmedos en mi boca—. Para. Para...

Como si mi contacto lo quemara, da un salto hacia atrás y me observa con ojos vidriosos y respiración entrecortada. Una respiración tan errática como la mía.

Soy como una hambrienta de besos: más, más, quiero más.

— ¿Nicole? — pregunto.

— ¿Ah?

Y parece mentira pero una voz en mi cabeza grita "aprovecha que ahora la llama ex" y entonces prácticamente ataco a Matthew Williams con mi boca. Ni siquiera sé cómo logro trepar sobre él, pero mis piernas envuelven su cintura y mi culo esta luego sobre la repisa de licores.

El beso es solo un poco menos lento que el anterior, pero igual de profundo e indagador. Una de mis manos se cuela bajo su camisa acariciando la piel de su espalda y la suya se posa en mi muslo sobre el pantalón acariciándome de una manera lenta que me llena de deseo y expectativas.

Mi lengua se encuentra con la suya y gimo llevando mi otra mano a esa encantadora cabellera que resulta ser muy suave y agradable al tacto.

¿Qué estoy haciendo?

¿Está esto bien?

¿Y por qué no puedo o quiero parar?

Creo que un beso se convierte en 3 y luego va reduciendo los movimientos hasta dejar una presión y alejarse un poco. Toma una profunda respiración. Baja la cabeza y parece que intenta recuperar el aire, lo mismo que busco yo.

—Elise, besas mejor de lo que pude haber descrito a Eloise besando— alza la vista y me observa—. Y eso es decir bastante ¿Fue una buena demostración de la escena de mi libro?

—Una muy buena— respondo bajándome de la repisa y aclarando mi garganta—. Ahora entendiendo qué es lo que te ha confundido creo que puedo irme...

—Elise...— me llama. Tomo mi abrigo y me giro sonriéndole.

¡Me siento drogada por una sección de besos! Eso es absolutamente alarmante y da miedo como la mierda. Además ¿Este tipo está despechado? Porque se supone su novia recién lo ha dejado.

» ¿Te he contagiado mi confusión?

—Un poco. Ahora ¿Abrirías la puerta? Por favor.

Se acerca y trato de no notar sus labios inflamados y más rojizos, así como intento ignorar cómo se sienten los míos. Mi estómago está tenso por contener suspiros y cosas tontas. Que afectada estoy.

—Buenas noches, señorita Smith.

—Buenas noches, Matthew Williams.

Y la tregua de esta noche ha terminado.

***

27 de julio, 2015.

Kennedy me observa como si yo fuese algún adefesio que se tragó a su estrella. Me mira desde todos los ángulos posibles con sus ojos siempre en el mismo punto. Sara se mantiene en silencio como si esperara que la culparan por algo que es simplemente parte de un proceso natural o al menos en mi caso.

— ¡¿Qué carajos tienes en el rostro?! Eso arruina cualquier perfección en ti.

No puedo evitar rodar mis ojos mientras me acerco a mi tocador y evalúo el área izquierda sobre mi labio superior. Toco con mi dedo y ¡Joder! Duele.

—Esto es un grano, Kennedy, la perfección no puede solo luchar contra algo tan humano y natural.

—Sé lo que es.

—Entonces no hagas preguntas, genio.

—Necesitas quitarlo, elimínalo.

—Oh, no. Nadie va a destripar algo en mi rostro. Todo el mundo sabe que eso lo empeora—suspiro—. Puede cubrirse con maquillaje.

—No entiendo de dónde ha salido esa monstruosidad.

— ¡Oh, por el amor de Dios! Perdóname por menstruar y sufrir estos detalles que vienen con ser mujer— termino por explotar.

Cuando mi período baja no soy la persona más paciente o tolerante del mundo, de acuerdo, casi nunca lo soy. Pero mi nivel de tolerancia en este momento es 0, cuando estoy en mis días es más fácil estar molesta que estar feliz.

No suelo sufrir de la presencia de granos indeseados, de hecho esta es la primera vez en mucho tiempo, pero ¿Qué puedo yo hacer? Es algo que sucede, no iré contra la naturaleza, y Kennedy necesita dejar su mierda y vivir con ello.

—Puedo ocultarlo—asegura Sara, y le creo porque solo es un simple grano que desaparecerá en algún momento para nunca más volver.

—Sí, será mejor que puedas tapar eso— sisea Kennedy antes de salir de mi camerino.

Ruedo mis ojos antes de ver al señor dramático irse. Suspiro y le sonrío a Sara a través del espejo. Una vez más, y sin poder evitarlo, presiono uno de mis dedos en el grano, de inmediato hago una mueca.

—Pobre Kennedy, mi ahora imperfección lo perturba.

Sara ríe y me hace girar en la silla para poder proceder a ocultar lo que seguramente Kennedy hoy ha declarado como su enemigo público.

Mientras Sara hace lo suyo, reviso mi Tablet y teléfono una vez más, del modo en el que llevo 2 días haciéndolo. Nada. Absolutamente no tengo ningún correo, o al menos uno que resulte interesante, y eso no tiene que molestarme ¿Verdad? Es decir, hasta donde sé Matthew podría estar simplemente ocupado escribiendo...o haciendo algo tan simple como respirar.

No tengo por qué enfocarme mucho en ello, ni siquiera hay un correo que deba responderme y para el caso yo tampoco le he escrito nada, lo que confirma que el silencio viene de ambas partes.

Pero ¡Maldita sea! Yo simplemente no puedo sacar de mi cabeza algo tan simple como un beso, aunque nada en ese beso resultó simple. Fue más. Mis labios hormiguean ante el recuerdo.

2 días y aun pienso en el beso.

Si somos objetivos en teoría ese beso no tendría que haber ocurrido, pero sucedió y lo disfruté. Disfruté cada segundo de ello. Incluso podría ir tan lejos como aceptar que quiero otro de esos besos o quizás más de uno.

Ya tenía el conocimiento de que Matthew me estaba gustando, pero todo lucía tan platónico; besarnos ha sido como un paso a la realidad, como abrir toda una puerta de expectativas y despertar mi curiosidad.

— ¿Y ese suspiro? — la voz de Sara me saca de mis interesantes pensamientos.

— ¿Suspiré?

—Y fue uno muy profundo— ríe—.Listo, yo no noto ningún grano. Tampoco era muy grande.

—Tienes ya el conocimiento de que Kennedy todo lo exagera. Gracias Sara.

—Ya sabes que me encanta hacer mi trabajo. Ahora iré con Krista.

— ¿Tiene hoy el mismo caso de imperfección? — bromeo usando las palabras de Kennedy.

—No. Tiene un chupetón bajo su barbilla.

—Caliente—subo y bajo mis cejas constantemente.

Si bien Garrett parece ser del tipo solo follar y marcar, no puede decirse que Krista no esté pasando un buen tiempo. Aunque comienzo a dudar que conozca algún otro pene que no sea el de Garrett, han estado juntos por tanto tiempo puedo recordar.

Para lo poco que he compartido alrededor de Garrett parece buen hombre, seguro me aburre un poco cuando habla y parece estar obsesionado con arreglar su cabello y toda su apariencia, pero trata muy bien a Krista lo cual supongo es lo que debe importar. Además, me encanta cómo actúa y el hombre es bastante deseado con su aire de chico dorado y perfecto de Hollywood.

—Iré con Krista— se despide Sara.

Vuelvo mi atención a mi Tablet y porque soy bastante curiosa veo las etiquetas que mencionan a Matthew. Todas son prácticamente lo mismo: alabanzas a su apariencia, alabanzas a su talento, fotos de párrafos de sus historias, fotos de él. Preguntas sobre personajes o la esperanza de otras partes de historias que las personas se mueren por que continúe y luego está lo que me hace dar un respingo y fruncir el ceño.

Es una etiqueta destacada entre todas con un montón de respuestas y con una persona con una aceptable cantidad de seguidores. Nada más y nada menos que Nicoleta la sobrona.

Es una foto de ella tomando la mano de Matthew, quien parece estar ocupado leyendo unas hojas.



«Siempre destinados.

Nada nos detiene.

#Enamorados #Destinados #Felicidad

#MattyBunny»



Hashtag maldita necesitada, hashtag me besé con tu novio. Hashtag hubo mucha lengua. Hashtag chúpate esa Nicoleta ¡Ash!

Ni siquiera es una buena foto. No tengo oportunidad de molestarme porque sabía que iban a volver, una parte de mí lo esperaba. Es decir, ella apenas acababa de dejarlo y siendo justos lo sabía cuándo inicié el beso. De hecho aproveché esa oportunidad en la que técnicamente el beso no contaría como un acto de infidelidad o al menos eso aseguró Breana.

Alejo mi Tablet, me encargo de ponerme los zapatos de tacón y salgo de mi camerino para no permitirme tener más pensamientos raros. Prefiero salir antes de dejar que la irritación me gane o peor, antes de que termine respondiéndole. Ni siquiera los sigo, pero eso no impide que a veces me dé un par de vueltas por sus cuentas.

—Mi preciosa Elise.

Sonrío mientras siento los brazos de Holden envolverme desde atrás. Me detengo y recargo mi cabeza de su pecho. Seguramente damos la imagen de una pareja muy enamorada.

—A ti te iba a buscar. Mi enemigo rojo ha aparecido, así que solicito tus servicios de mejor amigo.

— ¡Mierda! Pero mi calendario no me avisó.

Río. Desde hace unos cuantos años, específicamente desde que le arrojé un zapato, Holden y yo hemos adoptado la costumbre de pasar el segundo día de mi período viendo películas, comiendo y él siendo lindo conmigo.

Entonces en juego descargué en su celular una aplicación que le notifica mi ciclo menstrual, solo que él nunca la borró. Te digo que este es el mejor amigo del sexo opuesto que pueda existir. Me mima en mis días terribles, me soporta y tiene alarma para ello. Es perfecto.

—Creo que se me adelantó.

— ¿Realmente están hablando de tu ciclo menstrual?

Holden y yo nos giramos hacia la voz de Parker, se encuentra con la espalda recargada de la pared mientras come unas adorables galletas de figuritas para niños. Parker es ardiente pero su personalidad es tan tierna y adorable.

—Atravesamos por esto juntos— señala Holden alzando la barbilla—. Soy así de valiente como para aceptar estar con Elise en su momento más peligroso.

—Porque me ama.

—Por supuesto— Holden me abraza fuertemente sacudiéndome, lo cual me hace reír—. Además es la oportunidad perfecta para comer muchas porquerías y ver un montón de películas.

—Él es mi peluche para abrazar en esos momentos del mes.

—Yo no entiendo cómo es que después de casi un año yo aún me sigo sorprendiendo de todos ustedes— sonríe—. Y aun cuando Holden es quien hace eso por ti, tú quieres casarte con Derek...y Breana.

—Boda que voy a impedir— asegura Holden besando sonoramente mi frente—. Ahora debo ir por unas hojas, nos vemos al aire. Por cierto, te sigo desde mi auto al salir.

—Perfecto Hol.

Lo observo irse antes de acercarme a Parker y recargar mi espalda de la misma pared a su lado. Él me observa divertido y curioso con esos bonitos ojos azules con los que fue bendecido.

—Algo me dice que tú eres un hombre muy romántico.

— ¿Qué te hace pensar eso?

—Cualquiera que te conozca querrá suspirar. Siempre eres atento con nosotras y dices cosas lindas cuando das un cumplido. Te he visto leyendo poesía y una vez te escuché discutiendo con Derek las ventajas y bueno que resulta leer un libro romántico.

—No voy a asustarme porque me estés acechando— bromea.

—Soy inofensiva, lo prometo.

—De acuerdo. Entonces, dime la razón por la que expones todos los resultados de tu estudio sobre mí.

—Este es un caso hipotético.

—Siempre tan interesante los casos hipotéticos que nada tienen que ver con la persona que los plantea ¿Cierto?

—Exactamente— muerdo el interior de mi mejilla—. Imagina que hoy acabas de terminar con tu novia.

—No es difícil de imaginar si recordamos que hace poco terminamos.

— ¡Mierda! Lo siento.

—No te preocupes, mi corazón sigue latiendo perfectamente. Simplemente ella quizás no era la indicada.

— ¿Lo ves? Tienes ese aire romántico a tu alrededor.

—Imagino que acabo de terminar con mi novia ¿Y?

—No. Mejor imagina que ella terminó contigo.

—Oh, mi pobre corazón—lleva una mano a su pecho y yo río. Krista pasa riendo sin siquiera vernos por escribir muy rápido en su celular— ¿Alguna vez saca la mirada de ahí para mirar a su alrededor?

—No lo sé, quizás incluso ella duerme e imagina que tiene el celular en su mano.

—O duerme con su celular en la mano.

—Deberíamos enviarla a un grupo de adictos al celular.

—Ponerla en abstinencia de eso seguramente la mataría—comenta pensativo, sacudo mi mano recuperando su atención.

—Pero retomemos nuestro casi hipotético.

—Cierto, prosigue.

—Te tomas un par de tragos y escribes... canciones, una canción sobre un beso inspirada en una mujer a la que dijiste que le escribirías una canción.

—Esto se está poniendo interesante.

—Entonces ella...

— ¿Quién ella? ¿La musa?

—Oh, me gusta como suena. La musa— golpeo con mi dedo mi barbilla, Parker ríe—. Entonces, la musa aparece en su casa y él... le canta la canción al oído.

Parker ladea su cabeza de un lado a otro como si evaluara toda la situación que relato.

»Entonces en cierto punto ella lo besa.

—Me extrañaría sin este caso hipotético no hubiera beso.

— ¿Por qué?

—Porque era una situación bastante intensa según lo que cuentas y habían muchos elementos para incidir, pero prosigue.

—Entonces se besan por unos minutos y luego ella se va. Y pasa un par de días en los que no sabe nada de él, pero...

— ¿Cuál es el pero?

—Ella ve que su exnovia sube una foto en la que de hecho usa un tonto hashtag de enamorados y destinados.

—Bueno, no estoy a favor de que las personas asuman los hechos, así que yo diría que la musa tendría que hablar con él para saber si es cierto que su exnovia es de nuevo su novia y están enamorados como ella lo manifiesta. En primer lugar ella no debió irse sin aclarar los puntos sobre las íes primero, pero como ya lo hizo, entonces tendría que ser directa y solo preguntar.

—Lo haces sonar muy fácil.

—Lo bueno es que este es un caso hipotético ¿No? — me sonríe con diversión y golpeo su brazo.

—Totalmente hipotético.

—Claro. Nunca diré lo contrario... señorita musa— se aleja riéndose.

Entrecierro mis ojos y luego suspiro. Así que se supone no debía irme, pero es que si yo me quedaba los besos iban a ir a peor y no tenía mi cabeza clara para abordar ninguna conversación.

Si hay algo que nunca me ha gustado sentir son los celos. Y lo peor es que soy de quienes aceptan cuando ese sentimiento lo invade: y yo admito que en este momento estoy celosa.

— ¿Por qué no puedes mantener una mente sensata, Elise? ¿Por qué? — me cuestiono queriendo abofetearme.

***

28 de julio, 2015.

—Oh, por favor. Dime que no estás llorando.

Prácticamente trepo al regazo de Holden y limpio mis lágrimas de su camisa. Él ríe antes de quejarse.

—Ella va a morir, yo sé que va a morir— lloriqueo estirando mi mano y tomando un puñado de palomitas de maíz que se pierde en mi boca.

Ni siquiera voy a pensar en toda la grasa que estoy consumiendo y lo mucho que va a sufrir mi pobre colesterol. Mastico ruidosamente estrujando mi rostro del pecho de Holden.

—No puedes solo asumir que ella morirá, quizás...

—Esa ha sido la idea del director, Holden, que amemos al personaje antes de matarlo. Ella va a morir, yo lo sé.

—Entonces ¿Para qué querías ver esta mierda?

—Porque el protagonista es lindo y nuevo, quería saber si me iba a gustar invitarlo al programa ahora que está haciendo una gira de firmas acá en el Reino Unido.

—Pensé que habíamos llegado al acuerdo de que en tus días del mes, nada de películas tristes porque te vuelves un desastre llorón.

—Holden— saco mi labio inferior viéndolo a través de mis pestañas húmedas, él ríe— ¿No te da tristeza?

—Solo he podido notar que el argumento es pobre y muchas escenas no tienen ni una pizca de sentido. De hecho estoy rogando que ella muera.

— ¡¿Pero qué dices?!

—Si muere podré darme por satisfecho de que algo en esta trama tonta tuvo sentido.

—Si muere voy a llorar sobre ti.

—Ya lo estás haciendo.

Salgo de su regazo y me siento a su lado en mi cama cruzando mis brazos a la altura de mi pecho, por supuesto que él ríe mucho más mientras se saca su ahora desastrosa camisa por mi culpa.

—Creo que has dejado moco en esta.

—Ojalá y tenga más mocos que lágrimas.

—Tus buenos deseos siempre consiguen que te amé más.

No puedo evitar sonreír antes de dejar caer mi cabeza sobre su hombro. Me hubiese gustado que Breana se nos uniera, pero ella parecía estar cansada y dijo que necesitaba más horas de sueño.

Agarro un puñado de gomitas ácidas y suspiro de placer. Lo que no mata engorda, y si engordo supongo que deberé hacer más horas de ejercicio. Nada nuevo.

Seguimos viendo el transcurso de la película y ella muere. ¡Maldita sea! Ella muere. En situaciones normales seguro hubiese concordado con todos los defectos que Holden compartió, pero ahora que estoy muy sensible solo puedo llorar y llorar asfixiando a Holden en un abrazo de muerte.

Su piel se humedece con mis lágrimas e intenta calmarme, pero sé que está entre fastidiado y divertido. Por esta razón precisamente él declaró que no podíamos ver películas trágicas, tristes o con mucho drama en nuestras reuniones del día del mes. Pero realmente quería ver al lindo actor hacer lo suyo, incluso hicieron tomas de su trasero desnudo en la cuestionable escena de sexo.

—No puedo creer que muriera.

—No puedo creer que viera una película tan mala— declara y golpeo su pecho—. Oye, sin golpear a quien te consuela.

Voy a responder pero el timbre de mi casa suena, me incorporo confundida. Veo la hora en el reloj de Holden y son pasadas la una de la madrugada

— ¿Quién vendría a esta hora?

—No sé, pero ve a verificar.

— ¿Qué pasa si es un ladrón? Me estás exponiendo al peligro.

—Elise a esta hora no creo que un ladrón toquen el timbre, pero si te hace sentir mejor, déjame orinar y entonces abro.

Lo veo prácticamente correr hacia mi baño y restregando mis muy hinchados ojos me levanto de la cama. Salgo de mi habitación y abro la puerta.

En un principio creo que mis ojos me engañan porque después de todo los tengo muy hinchados, debido al llanto, para ver completamente bien. Pero ese cabello ya lo reconozco y la libreta en su mano como que la odio y la adoro.

Matthew Williams está aquí.

— ¿Qué haces...?

— ¿Estás bien? — cuestiona dudoso.

No entiendo a qué se refiere hasta que recuerdo todo mi llanto y desorden. Seguro mi rostro es una cosa con una muy sonrojada nariz, ojos hinchados y enmarcados por un cabello enredado. Mi camisa es todo un desastre, incluso hay manchas de comida. Quiero gemir en protesta, no es justo que me vea en mi peor momento.

—Solo fue... una película, pero ¿Tú estás bien?

—Sí...

— ¿Viste la hora?

—Sí.

— ¿Entonces...?

— ¿Y bien? ¿Algún ladrón tocó la puerta? — grita Holden antes de aparecer bostezando. Enarca una de sus cejas cuando nota a Matthew.

Uhm, me apuesto que esto no luce bien para Matthew ni para Holden. Me balanceo sobre mis pies y juego con mi cabello.

» ¿Quién es el caballero visitándote a estas horas de la noche, o quizás debo decir madrugada?

Casi río de la postura de Holden mientras se acerca y se ubica detrás de mi espalda, por otra parte Matthew no se intimida, le devuelve la mirada y teniendo en cuenta que es unos centímetros más alto que Holden no se acobarda.

—Bueno, él es Matthew, un escritor que conozco y...amigo, creo. Y él es Holden, mi compañero de trabajo, amigo y...

—Su peluche de consolación. A quien le deja los mocos en la camisa— me interrumpe—. Espera ¿Eres el escritor que no se deja entrevistar por nuestra señorita E?

—Sí, Holden, este es el hombre malo— finjo voz infantil. Creo ver que Matthew alza una de las comisuras de su boca.

— ¿Me acusaste con todo el mundo?

—Solo reunía mi ejército para la batalla.

—Ya veo. Un gusto conocerte, Holden.

—Igual. Entonces ¿Vienes a esta hora para unirte a nuestra pijamada? Porque estamos en la zona de marea roja.

— ¡Holden! Oh, Dios mío. No puedo creer que tú maldito loco hayas dicho eso.

—Sí y como que necesitas ir al baño, la marea roja alcanzó tu pantalón por atrás— susurra en mi oído,

—No— grito corriendo al baño.

—Elise estoy bromeando— grita riendo. Me volteo y le enseño mi dedo medio.

Matthew dirige su mirada de Holden a mí, por suerte creo que no escuchó el susurro de Holden, así que no hay momento vergonzoso para mí.

—No te quedes ahí de pie, hombre. Pasa y cuéntanos qué haces a esta hora viniendo a casa de Elise, apuesto a que es una historia muy interesante que nos encantaría escuchar ¿Cierto, Elise?

—Me temo que eso es muy cierto. Pasa y siéntate en casa Matthew, estoy encantada de escuchar cuál va a ser tu explicación— le doy mi sonrisa más dulce.

Él rasca su barbilla, pero siendo valiente o estúpido, entra a mi casa. Quisiera advertirle que lo peor que pudo haber hecho es despertar la curiosidad de Holden, pero contrariamente es lo mejor para mí, porque entonces Holden va a hacer todas las preguntas cuyas respuestas yo quiero saber.

El mejor amigo de todo el maldito mundo es el mío. Todas quisieran tener un Holden Harris, pero es mío.




Holaaaa, por aquí vengo con un capítulo que me da la impresión tenía a todo mundo ansioso. Espero y este no deje tantas ansias.

Levante la mano quien quiera un Holden O/

Capítulo dedicado a @Mary_vid sin duda alguna gracias por todo el apoyo, me alegra que esta historia te este gustando tanto :*

Espero les guste.

Un  beso.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top