Capítulo Diez: Quejas y señales


Capítulo diez: Quejas y señales.

— ¿Quieres algo de beber? — pregunto viendo a Matthew.

— ¿O quieres helado? Porque tenemos muchas golosinas aun— interviene Holden y no puedo evitar sonreír.

—Helado suena bien.

El hecho de que Matthew esté dispuesto a comer helado a esta hora de la madrugada no debería entusiasmarme tanto, pero lo hace. Holden parece el anfitrión, se mueve como el dueño de mi casa preparándole una gran copa de helado a Matthew.

Me inclino hasta apoyar mis codos del mesón para observarlo a él, que se encuentra sentado en el taburete del otro lado. Soy vagamente consciente de que luzco como un desastre, incluso mi camisa tiene resto de golosinas, pero ¿Qué puedo hacer ya?

—Cariño ¿Quieres más helado para ti también?

—Eso estaría bien primor— respondo. Holden comienza a tararear alguna canción mientras se concentra en su gran hazaña— ¿A qué debo tu visita?

—Creí que debíamos hablar.

— ¿Sobre qué? ¿Sobre nuestra dramatización? ¿Nuestro descanso de los correos? ¿O esos bonitos Hashtag que usa Nicole cuando sube fotos épicas de ustedes?

Frunce el ceño viendo hacia el mesón, supongo que sus pensamientos son muy dispersos. Acomodo mi cabello recogido mientras espero su respuesta.

—No lo entenderías. No entenderías cómo funcionan las cosas con ella.

—No se preocupe, entiendo lo más sencillo, besé a un hombre soltero que de nuevo tiene novia.

—Puedes tutearme, lo sabes.

— ¿Otra de nuestras treguas? — le doy mi sonrisa falsa más dulce— Si llegas a tener otra confusión mientras escribes, creo que voy a conformarme con leerla o escucharla, quizás un resumen, pero no optaré por la dramatización.

—No he vuelto con Nicole... no del todo.

—Este eres tú— alzo mi mano y la voy bajando—, y te vas hundiendo.

—Una muestra muy creativa.

—No me hagas reír, se supone es un momento tenso y memorable para los recuerdos.

—Ahora tú me estás haciendo reír.

—Aquí tienen sus helados.

Me alzo y dejo un beso en la barbilla de Holden en agradecimiento, normalmente todos saben que tendemos a ser cariñosos, bueno, todos menos Matthew al parecer y puesto que el señorito tiene su novia no siento la necesidad de dar explicaciones tampoco. No es que deba hacerlo.

»Entonces Matthew Williams ¿Aún sin dejar a mi Elise entrevistarte?

—Todos saben de tu desplante— sonrío con suficiencia.

—Aun no estoy convencido de ello.

—Eso es una pena, quizás te dé miedo irte sin corazón. Porque cada chico soltero que Elise entrevista queda flechado por esta belleza.

—Me halagas— golpeo su brazo—, Matthew no está soltero.

— ¿No? — Holden parece confundido—Entonces ¿Por qué vienes a casa de otra mujer que no es tu familia o amiga a esta hora? Casi parece una llamada de sexo.

—No estamos teniendo sexo—frunzo el ceño.

—Lo sé primor, solo digo que no entiendo por qué no está teniendo sexo con su novia en este momento y en cambio está aquí, en tu casa, en donde él no sabía que yo iba a estar.

—No tengo novia... del todo.

— ¿Tienes la mitad de una novia?

Río porque esta es una de las razones por las que amo a Holden, nunca se calla su opinión o preguntas. Como un gran bocado de helado disfrutando del momento.

Honestamente ¿Por qué Matthew vino aquí a esta hora?

—Es complicado.

—Toda la vida está llena de complicaciones, hombre. Así funciona la vida.

—Sabio— digo batiendo mis pestañas hacia él.

— ¿Te convence eso de no casarte con Derek? —Hace un puchero hacia mí. Río, encantada de jugar con el cerebro de Matthew y que Holden se divierta a su costa.

—Pero Derek fue honesto al pedírmelo y de esa manera también siempre tendré a Breana.

—Te convenceré para que no te cases— me guiña un ojos antes de volver de nuevo su atención a Matthew—.Entonces ¿Qué es lo complicado?

—Creo que debo irme.

Lo observo incrédula porque vino a esta hora a simplemente no decir algo. Que se joda. No tengo ni idea de qué sucede con Nicoleta la sobrona, pero de ninguna manera va a venir a aturdir mi vida.

Me inclino tanto hacia adelante que podría subirme sobre el mesón, Matthew entrecierra sus ojos hacia mí.

—Cobarde.

— ¿Disculpa?

—Como lo escuchas, eres un cobarde. Vienes a la madrugada a mi casa, dices que tu novia o no novia es todo complicado y luego quieres irte ¡Ni siquiera te has terminado el helado!

—No soy ningún cobarde.

—Pruébalo, Matthew Williams.

Nos miramos fijamente, luego sus ojos bajan hasta mi cuello, vuelve su mirada a mi rostro y me da una pequeña sonrisa. Lamo lo que ahora se siente como unos labios muy resecos.

Mi corazón late deprisa y soy incapaz de correr la mirada mientras siento una extraña necesidad de arrojarme sobre él. No se supone que luego de haber estado con Kurt hace poco, me sienta frustrada sexualmente. No es así como funciona.

Pero parece que siento ganas de hacer todo tipos de cosas con Matthew de mierda, del tipo que no incluyen ropa pero conllevan a muchos gemidos y sudor. ¡Mierda! Mis pensamientos tienen que retroceder, no pueden ir por ese camino. Me niego.

Matthew se incorpora un poco y también se inclina hacia mí.

—No soy ningún cobarde, no necesito demostrártelo.

—Difiero de ello.

Holden se aclara la garganta pero no lo vemos, ninguno de los se atreve a alejar la mirada.

— ¿Por qué no se besan? La tensión está sofocándome, pone el aire muy denso para mis pulmones.

No puedo evitar sonreír ante las palabras de Holden, voy a voltear para decirle algo, pero entonces noto el movimiento de Matthew. Primero es muy breve, pero luego se está inclinando muchísimo más hacia mi rostro. Contengo la respiración cuando todo lo que puedo ver son sus ojos. Ve a mis labios y de vuelta a mis ojos antes de sonreír.

Y entonces siento sus labios en la comisura izquierda de mi boca, y sus palabras acarician mis labios cuando las pronuncia:

—No soy un cobarde. Y antes de tomar lo que quiero, debo hacer lo correcto.

Se aleja, toma otra cucharada de su helado y se pone de pie. Solo soy capaz de observarlo mientras me mantengo en la misma posición. No puedo moverme y tengo miedo de sufrir un ataque del corazón.

—Gracias por el helado.

—Te acompaño a la puerta— anuncia Holden.

Matthew me da otra mirada antes de sacudir su cabeza y dirigirse a la salida con Holden siguiéndolo. Muerdo mi labio inferior ¿Qué ha sido todo esto?

Me dejo caer de nuevo en mi silla y tomo profundas respiraciones. Mi helado está muy derretido, pero aun así ahora necesito comerlo.

Él está deshaciéndome, está abriendo todas esas puertas que pensé que nadie tenía llave. Se está metiendo en mi sistema y eso no debería ocurrir. Una cosa es admitir que me guste, pero otra muy distinta es dejarlo ir a más. Es como una grandísima señal de peligro brillando frente a mis ojos.

— ¿Qué mierda fue todo eso Elise? ¿Desde cuándo ustedes...?

—Nosotros nada, solo intercambiábamos correos—le respondo a Holden.

Siendo el súper macho, gira mi asiento para observarme de frente.

—Eso ha sido más que intercambiar correos, cariño. Prácticamente iban a hacerlo aquí sobre el mesón. Había demasiada tensión sexual en el aire.

Con mis manos tomo las mejillas de Holden para que me observe fijamente, estoy enloqueciendo.

—Mátame, acaba con el destino al que se está dirigiendo mi vida. Mátame amigo, si me amas acaba conmigo.

— ¿Cómo por qué voy a matarte? Debo saber las razones por las cuales terminaré en la cárcel y traumatizado por asesinar a mi mejor amiga.

—Él me gusta.

—Lo noté.

—Mucho.

—Evidentemente.

Aprieto más fuerte mis manos sobre sus mejillas.

—Tiene novia.

—No, según sus palabas es complicado.

—No quiero complicaciones.

— ¿Segura?

—No quiero que haga más que gustarme.

—No lo vuelvas más grande lo que es. Quizás solo es tu tipo.

—Él no es mi tipo de hombre.

—Entonces permítame que te abra los ojos, porque es él quien ahora por primera vez que te conozco te ha puesto como una de esas chicas neuróticas que no saben qué hacer con sus sentimientos.

— ¡Dios! Siento que ahora mismo te odio.

—Haré de cuenta que no dijiste eso— me obliga a liberar sus mejillas—. Ahora vamos a dormir.

Hago un puchero, pero todo lo que Holden hace al respecto es dejar las tazas de helados sin fregar y llevarnos a mi habitación. No tarda mucho para que se duerma y como él es un acaparador de sabanas, me quedo sin sabanas y despierta viendo el techo.

—No fue un beso. La comisura de la boca no cuenta— me digo—. Además ¿Qué quiso decir con hacer lo correcto?

Me giro y entierro mi rostro en la almohada, quiero hacer una lista de quejas hacia Matthew. No es posible que me tenga en esta situación.

Y porque estoy inquieta, estiro mi mano tomando mi celular. Observo a mi lado a Holden dormir con rostro de ángel y envuelto en todas las sabanas que me ha quitado. Él tiene un sueño demasiado pesado como para despertarse por la iluminación de mi celular, pero de igual forma le disminuyo el brillo.

Abro mi correo y comienzo.



Asunto: Parte de la lista de quejas.

"Un cordial saludo Matthew Williams, en esta oportunidad le dirijo este correo con la más clara intención de dejar ante usted una parte de mi lista de quejas hacia su persona.

1. Usted no puede simplemente confundirme por la simple razón de que usted lo esté.

2. No me gusta que recurra más veces de lo necesario a la palabra "complicado" para referirse a cual sea su situación.

3. Me altera sus visitas inesperadas. De verdad, me hace sentir que no sé qué hacer con usted a mí alrededor.

4. Me desconcierta las descripciones de su libro porque me hace sentir...

5. ¿Quiere alterar el mundo de las personas?

La lista sigue, pero supongo que justo ahora, cuando acabamos de tener hace poco menos de 2 horas un encuentro, no es necesario compartir información de más.

Buenas noches.

Quejosa Elise Smith"




Mi vista se queda en un punto indefinido de la pared mientras dejo de nuevo el celular sobre la mesita de noche. Cierro mis ojos en busca del sueño, pero mi celular suena. Abro los ojos de nuevo y lo tomo.



Asunto: Re: Quejas.

"Interesante.

Aquí le dejo una de mis quejas:

1. Que usted sea más de lo que esperaba.

Buenas noches para usted.

Matthew Williams."



***

—Hola papi, te ves como todo un galán— beso su frente y alcanzo a verlo rodar sus ojos.

—Solo me corté el cabello.

—Lo cual es suficiente para volverte un galán. Buen trabajo Amber.

—Gracias, una de mis mejores hazañas.

—Tonterías. Quítate de mi camino, Estorbo— todo lo que el perro hace es echarse aún más interponiéndose en el camino de papá. Contengo las ganas de reír. —. No sé en qué pensabas cuando trajiste a este perro.

—Sabes que te encanta. Lo amas.

Se queja un poco más y casi pisa la cola de Estorbo, lo cual logra que este salga de su camino. Me río y camino hasta la cocina, Amber me sigue. Tomo una de las barras de cereal de papá y me siento sobre el mesón.

— ¿Qué tal está esta semana? ¿Más gruñón?

—Teniendo en cuenta que apenas es martes, yo diría que va muy bien. Es su personalidad de siempre.

—Tienes razón, quizás en su actitud gruñona descansa su encanto— me río—. Encargué las compras al súper mercado, en cualquier momento estarán llegando y mañana pasaré por Estorbo, toca llevarlo a ver a su veterinario.

—De acuerdo. Oh, otra cosa, tu hermano llamó o al menos dijo ser tu hermano.

—Si se llamaba Edgar y sonó como un idiota pomposo, entonces era mi hermano.

—Bueno, solo preguntó por ti y luego habló al teléfono con Dante.

— ¿Y cómo estuvo papá luego de la llamada?

—Estuvo callado, de hecho me respondía de forma distraída.

—Ya, me pregunto qué le diría esta vez ese demonio a papá. Si alguna vez papá queda alterado por una de las llamadas de mi hermano o tiene algún episodio depresivo no dudes en llamarme. Mis hermanos tienen una impresionante capacidad de darle días malos.

—Buenos hermanos ¿No?

—Los mejores— le doy la sonrisa más amplia antes de suspirar—. Mi familia es grande, pero siendo tan grande todos estamos regados por todo el país, coincidir es realmente difícil, por lo que papá y mis hermanos son mi familia cercana y directa, eso debería hacernos muy unidos...

— ¿Pero?

—Pero creo que Edgar y Hope no tienen el mismo concepto que yo de familia.

—Eso es triste. Pero que eso no te aflija, tu papá y tú se tienen uno al otro.

—Sí, y siempre está mi familia del programa. No puedo sentarme y lamentarme cuando soy tan afortunada por la vida que tengo.

—Esa es la actitud.

Doy los últimos mordiscos de mi barra antes de estirarme y pensar la manera de empezar mi investigación.

—Así que, tengo unas preguntas para ti, que si no te importa me gustaría saber las respuestas.

— ¿Sobre mí?

—No exactamente.

Ella frunce el ceño pareciendo pensativa pero luego entrecierra sus ojos hacia mí como si algo le divirtiera. Como si yo le divirtiera. Mucho.

— ¿Las preguntas tienen que ver con cierto familiar que comparte mi apellido? Ya sabes, este hombre que escribe y que resulta ser el mejor primo del mundo ¿Se trata de él?

—Simple curiosidad.

—La curiosidad siempre es la excusa perfecta cuando queremos saber de alguien— se ríe—. Déjame revisar qué hace Dante y regreso gustosa a responder tus preguntas.

No me da tiempo de responder porque prácticamente corre fuera de la cocina, sí que es dedicada al cuidado de mi papá y eso me pone muy alegre. Mi celular vibra y me lo pienso cuando el identificador de llamada anuncia el nombre de mi hermano.

Si no contesto tendré más horas felices, pero entonces también seguirá insistiendo. Difícil decisión.

—Hola hermano mayor.

—Elise, he intentado comunicarme contigo desde ayer.

—No estaba en casa de papá.

—También llamé a tu celular.

Bueno, ayer no quise lidiar con él, pero es una información que no le comparto. Tenemos una vaga conversación sobre cómo estamos, noto la impaciencia en su voz porque quiere dejar a un lado la charla informal y hablar de lo que le interesa.

—Estuve hablando nuestro primo Greyson.

—De acuerdo, esto no va a gustarme.

Me ignora para continuar hablando. No me sorprende.

—Y me habló de este maravilloso lugar donde el tío Kennan ha estado pasando un buen momento este último año. La paga no es tan exorbitante, creo que podemos cubrirla. Está a unas 5 horas de acá. Hay buenas enfermeras, excelente comida y un buen horario de visitas.

»Puedo pasarte los folletos y la página web del lugar por correo. Hasta el eslogan es buenísimo: vive y respira felicidad.

Permanezco en silencio, mentalmente hago un largo conteo mientras siento la ira calentando mi estómago.

— ¿Elise? ¿Sigues ahí?

— Grayson es quien ha dejado a tío Kennan, su papá, en un asilo prácticamente abandonado— comienzo, de hecho no me agrada ese primo por parte de mi familia materna, cuando estaba pequeño tenía actitudes cuestionables, un día me pidió que bajará mis bragas y lo dejara tocar, tenía 11 años y desde luego sabía que eso no era normal—, ese lugar maravilloso del que hablas en un asilo. Y escucha lo que estás diciendo, está a 5 horas.

»Papá no es un anciano, no es un estorbo y no merece siquiera que tú estés sugiriendo esto. Estás mal Edgar, analiza tus palabras y date cuenta que lo que deseas hacer, un día tus hijos podrían hacértelo a ti. Ve a un cardiólogo.

— ¿Para qué?

—Para que confirme que no tienes un corazón.

—No seas ridícula.

—Los cabrones no tiene derecho a insultar a otras personas.

—Elise quiero ser amable.

—Siempre resultas tan encantador tu lado amable.

—No es solo tu papá. También tiene 2 hijos. Los cuales también tenemos derecho a opinar y tomar decisiones.

— ¿A dónde quieres llegar?

Se torna un silencio, Amber vuelve y le hago señalas con mi mano libre para que espere a que finalice tan desagradable llamada.

—A que tú decides si estás de acuerdo o no, pero estoy cansado de todo este juego donde quieres parecer la hija buena. Somos 3 hermanos y solo basta con que 2 estén de acuerdo para que la decisión sea legitima ¿Qué piensas que opina Hope de esto? ¿Puedes adivinar quién se queda con un solo voto solitario?

— ¡No te atrevas! —Salto del mesón y comienzo a caminar como si estuviera en una jaula—Escúchame tú pequeña mierda. A mí sí me importa mi papá y nunca permitiré que ustedes lo aparten de mí. Perfecto si no quieren cuidarlo, yo sola puedo. No los necesito, pero si tú o esa mocosa pretenciosa intentan alejarlo de mí y hacer algo tan vil como internarlo, entonces prepárate para enfrentarme Edgar.

»Tú y tu mala actitud no van a conseguir nada. No me importa si tengo que usar todas mis malditas influencias, pero atrévete y entonces no me importará si incluso tengo que hacerte ver como el cabrón que eres en la televisión en vivo. No me importa si tengo que dejar mi sueldo en el mejor abogado, pero nunca, escúchame bien, yo nunca los dejaría apartarlo de mí o hacer eso. Nunca.

—No entiendo por qué lo haces tan difícil Elise. Esto es tan agotador. ¿Simplemente no puedes dejar de intentar ser la hija perfecta?

—Sería como pedirte que dejarás de ser una mierda humana. Supongo que algunos deseos no siempre se cumplen. Ten un buen día Edgar y que tu propio veneno no te ahogue. Amén.

Finalizo la llamada y me doy cuenta que el celular tiembla en mi mano. Me arden los ojos mientras lucho por no llorar.

Yo no lloro y no voy a hacerlo ahora.

No le mentí. No me importa si debo ser una perra maldita y dejarlo mal ante cada televidente que vea el programa, buscar al mejor abogado, mover hilos y contactos. No me importaría jugar sucio si eso implica no perder a papá.

Espero y mi advertencia le haya quedado totalmente clara.

— ¿Estás bien?

Alzo la vista encontrándome con la mirada preocupada de Amber, ella me extiende un vaso de agua. Lo tomo sin hacer una pausa.

—Esos son los hermanos con los que fui bendecida. No puedo creer las cosas que él me dijo, está vez lo ha llevado demasiado lejos.

—Bueno, tú advertencia fue terrorífica, nadie quiere quedar mal ante medio mundo— se ríe— ¡Vamos! Relájate, mejor hazme esas preguntas sobre Matt que querías.

—Buena manera de persuadirme.

Esta vez me siento en una de las sillas y ella me imita sentándose a mi lado.

—De acuerdo—tomo un profundo respiro, enfocarme en Matthew es mejor que pensar en esa rata que lleva el mismo apellido que yo— ¿Él y Nicole...?

—Uhm... ese es un tema bastante raro.

— ¿A qué te refieres?

—Nunca me ha agradado Nicole, antes solo la ignoraba o la trataba con educación. Conoce a Matthew desde los 7 u 8 años, en la que mi tía y su mamá se conocieron en algún curso que hicieron.

»Era la clase de niña que metía el pie y luego fingía no hacerlo, y siempre correteando detrás de Matt, supongo que desde pequeña supo cómo decirle qué hacer o Matt era muy despistado y la trataba como a un chico.

—Supongo que es por eso que siempre pone la cosa de destinados.

—Y porque es una pesada. Siempre fueron amigos, ni siquiera es la amiga más cercana de Matt y dudo que a sus amigos les agrade del todo, Edmun tiene cierta aversión hacia ella, la mayor parte del tiempo está gruñéndole— se ríe—. Matt pasó por un mal momento y las cosas se pusieron feas, ella evitó que hiciera alguna tontería y lo ayudó a salir adelante, eso siempre dejó en Matt alguna idea sobre Nicole siendo un ángel y el sentimiento de culpa y deuda.

»Amo a mi tía, pero ella siempre se ha encargado de meterle a Nicole a Matt por los ojos. Así que él solo está haciendo lo que se supone está destinado a suceder, hace feliz a todos y lo que considera correcto.

—O está enamorado.

—Si estuviera enamorado Matthew simplemente estaría escribiendo sobre ello.

— ¿Disculpa?

—A Matthew no le gusta escribir sobre emociones que le incomodan. Una vez le pregunté y me admitió que simplemente no se siente cómodo escribiendo sobre ello.

Abro y cierro mi boca como uno de mis peces que gracias al cielo aún están vivos. Estoy sorprendida sobre estas noticias.

—Pero ¿Él es feliz?

—Tan feliz como puedes ser cuando te dejas llevar por la corriente en la que todos parecen arrastrarte. Matthew nunca va a quejarse de su vida y siempre querrá hacer feliz a todos incluso si deja su felicidad de lado. Está en él dejarse a sí mismo de último.

—Pero...

Pero se supone que debe ser engreído y narcisista.

—El problema de Matthew es que se rodea de personas a las que no les importa ser egoísta para que sus felicidades vayan por encima de él. Estoy segura que Nicole sabe las razones concretas por la que su relación continúa, pero siguen juntos.

—Tampoco es que él sea infeliz.

—Lo sé, ya te dije, a Matthew no le importa dejar sus beneficios de último.

—Pues que tonto, para ser feliz a otros deber comenzar por hacerte feliz a ti mismo.

—Dulces palabras. Deberías decírselas.

Me doy cuenta entonces porque Nicole enloqueció cuando leyó sus notas. Leyó lo que escribía un Matthew apasionado, un Matthew que ella no conoce.

Poco a poco sonrío. Ah, otro golpe para el corazón de Nicoleta la sobrona. Supongo que entonces no se trata de que estén "destinados", se trata de Matthew estando atrapado.

— ¿Te gusta Matt?

—Querida, me gusta Matthew, Mattheo, y cualquiera que vaya ser su nombre en otra historia. Pero tiene novia y en esos asuntos yo no me involucro.

—Qué pena, porque tú también pareces gustarle. Al menos eso entendí cuando me hizo un interrogatorio de la misma manera en la que tú lo estás haciendo.

—Espera ¿Qué?

—Lo que escuchaste.

Se aleja y me deja en la cocina. Me siento como si me adentrara a un laberinto. Es emocionante y aterrador.

Muerdo mi labio inferior ¿Qué debo hacer? Siempre he sido la clase de mujer que va por lo que quiere. Y él me está gustando mucho y no decirlo e ir por ello me hace sentir como si me reprimiera dolorosamente.

Es una tortura pensar en alguien que no puedes tener. Me hace sentir afligida y deseosa de solo arrancarlo de sus manos. Él necesita vivir un poco y me siento lo suficiente amable para ayudarlo a vivir.

¿Qué hago?

Breana y yo tenemos la política de no chicos atados, porque no queremos hacer lo que no nos gusta que nos hagan. Tiene novia ¿Por qué tiene que tener novia?

Una parte de mi me tortura recordándome que cuando empezamos la guerra de correos, él estaba soltero, estaba disponible y si hubiese sido menos terca... no, yo no puedo decir que sé lo que hubiese sucedido si las cosas hubiesen sucedido de manera diferente.

— ¿Qué tal si recibo una señal?

Suspiro y bajo de la silla, mejor dejo de tentarme y solo me dedico al trabajo. Mi celular vibra y noto que aún se encuentra atrapado en mi mano.



Asunto: Confieso que...

"Me gusta escribir sobre Mattheo y Eloise.

Sincero escritor, Matthew Williams."



Sonrío. No voy a tomarme esto como una señal. No debo.



Asunto: RE: Confieso que...

"Espero que a mí también me guste leer de ellos.

Ansiosa lectora, Elise".




Holaaaa lamento la tardanza, pero yo juraba que aun no había pasado una semana desde que subí y por eso estaba de lo más tranquila sin corregir este capítulo, pero bueno, aquí está.

Capítulo dedicado a @Stalker16 en esta ocasión el hada te ha visto a ti, espero y disfrutes de este momento y te de al menos un toque de alegría en lo que espero resulte una graaaaaaaaaaan semana para ti.

Espero les guste.

Un beso.

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