Capítulo 17

—El filete estaba buenísimo —aseguró Ace, mientras echaba un vistazo a los postres de la carta.

—A veces se me olvida lo que es salir a comer contigo —murmuró la peli(t/c).

No solo habían pedido bastantes entrantes, sino que el pecoso había pedido un filete extra en su plato. Al menos solo fue uno.

—El dinero gastado en comida siempre es bien invertido —aseguró él, mientras se le hacía la boca agua solo leyendo—. ¿Luego del postre vamos a la estación? A esperar a tus padres.

—Ah, sí. Pensaba que volverías con tus amigos.

—Iré después, supongo que cenaremos por ahí. Y luego creo que querrán salir. Puedes venirte si quieres —propuso él—. Sola o si quieres decírselo a alguien.

—¿Quieres ver a alguna de mis amigas? —inquirió ella, sonriendo con malicia.

Aunque ya no le hacía tanta gracia. Sin embargo, se suponía que así era como debía ser. Todo como siempre.

—Contigo tengo más que suficiente.

Sabía que sus palabras podían sonar algo raras, al menos después del pequeño acercamiento que habían tenido, pero era lo que sentía.

—Bien, pues entonces fiesta está noche —aceptó la peli(t/c)—. Pues venga, vamos a pedir el postre y a por mis padres.

[•••]

Tras encontrarse con ellos en la estación y acompañarlos hasta uno de los hostales que había cerca de casa de (TN), Ace se fue con sus amigos.

La peli(t/c) disfrutó de una tarde de compras y merienda con sus padres que, por suerte, no preguntaron nada sobre Kenji. Estaban demasiado emocionados por ver a su hija y pasar tiempo con ella.

Un poco antes de la hora de cenar, caminaron hacia la casa de la joven y está se encargó de preparar algo para la cena mientras ellos esperaban en el salón viendo la tele tras haber puesto la mesa.

—Oye, cariño. ¿Y Kenji? ¿No se suponía que estaba este fin de semana? —preguntó su madre, una vez empezaron la velada.

—Sí, pero... Ha tenido que irse, por motivos personales —respondió (TN), lo cual no era del todo mentira.

Todavía no estaba preparada para dar ningún tipo de explicación a sus padres. Además, todavía no sabía si aquello era definitivo. O al menos no podía ser que acabara sin una conversación decente.

Por suerte, el tema no volvió a surgir.

Una vez acabada la cena, sus padres la acompañaron hasta el hotel donde se alojaba Ace. Después, volverían al suyo dando un tranquilo paseo.

—Mirad, ahí están —indicó la joven, mirando hacia la puerta del edificio.

—Vale, cariño, pásalo bien —dijo su madre antes de darle un beso en la cabeza.

Su padre también le dio uno, a modo de despedida. Ella se despidió sacudiendo la mano y se acercó al grupo.

—Ya estoy aquí —anunció la peli(t/c), una vez cerca del grupo.

—Hombre, nuestra querida (TN). La que tiene sonriendo a Ace como un tonto mirando la pantalla del móvil —comentó Daiki, pasando un brazo por los hombros de la chica—. ¡Venga, vamos a movernos y que empiece la fiesta!

Caminaron y charlaron animadamente mientras se dirigían a la parada del metro. Necesitaban cogerlo para llegar a la discoteca que tenían pensada.

El trayecto no era muy largo, por suerte, ya que el vagón iba bastante lleno de gente y resultaba algo agobiante. Algunos ya habían empezado la fiesta, ya que apestaban a alcohol y no mantenían muy bien el equilibrio.

Había algo de cola para entrar al local, y la calle estaba bastante aglomerada. Lógico teniendo en cuenta que era sábado.

Ya durante la cola algunas personas reconocieron al grupo que estuvo tocando en otro pub la noche anterior. Ace y el resto se hicieron alguna que otra foto con la gente que se acercaba a saludar.

Una vez dentro cada miembro de la banda pagó una ronda de chupitos, a excepción de (TN), que fue invitada a todos ellos.

Cinco chupitos seguidos. La noche empezaba fuerte.

Luego se pidieron una copa y se encaminaron hacia el centro de la pista, donde estaba la mayoría de gente.

Las luces parpadeantes y coloridas iluminaban la sala. En aquellos momentos sonaba música comercial. La gente bailaba, alzaba sus copas y de vez en cuando derramaban algo del líquido que contenían.

Un rato después, volvieron a acercarse a la barra. A (TN) todavía le quedaba media copa, así que no se pidió nada más. Ya empezaba a sentir aquella sensación de embriaguez, aunque todavía no mucho.

—Hola... ¿Eres el baterista de uno de los grupos que tocó ayer, verdad? —una chica alta, de cabello rubio y ojos azules se acercó al pecoso mientras este esperaba su cubata.

La joven era de tez muy pálida, pero sus mejillas estaban sonrojadas por el calor y el alcohol.

—Sí, soy yo. ¿Quieres una foto o algo?

—Bueno... Más bien me gustaría tomar una copa y bailar una canción contigo —respondió ella, mostrando sus blancos y alineados dientes en una gran sonrisa.

Mientras tanto, a la peli(t/c) se le había ocurrido coger el móvil para ver si Kenji se había dignado a mandarle algún mensaje.

Entró en el WhatsApp y buscó la última conversación que tuvieron. Fue entonces cuando se dio cuenta de que le había bloqueado. No solo no le había mandando nada, si no que le había bloqueado.

Se quedó boquiabierta, mostrando su sorpresa e indignación.

Se acercó hacía Ace, sin prestar mucha atención a lo que estaba sucediendo alrededor. Le dio unos toques en el brazo sin despegar los ojos del móvil y, luego, le mostró la pantalla.

—Me ha bloqueado —anunció, todavía sorprendida. Ladeó la cabeza y vio que había una chica frente a su amigo—. Ay, perdona. Estabais hablando.

—No, no. Ven aquí —le frenó Ace, agarrando a la peli(t/c) por la muñeca. Luego dirigió su mirada a la chica desconocida—. Disculpa, pero estoy con mi amiga.

La joven de cabello rubio no puso ningún problema, aunque se retiró de nuevo hacia su grupo, algo desilusionada.

—¿Qué ha pasado? —preguntó el pecoso, mientras se acercaban a la zona menos ocupada de la barra.

—Pues he entrado en la conversación que tenía con Kenji, por curiosidad, y he visto que me tiene bloqueada —explicó ella—. En serio no va a decirme nada más.

—(TN). —Ace posó las manos en las mejillas de su amiga y le obligó a mirarle fijamente—. Ya no esperes nada más de él. Solo está demostrando lo idiota que es. Sé que debe ser muy duro sentir que has perdido todo este tiempo con él, pero... Aún queda mucho por delante.

—Lo sé, tienes razón...

—Ahora vamos a pasarlo bien y distraernos un rato... —propuso el pelinegro, tomando las manos de su amiga y tirando de ella—. Vamos a por otra copa.

(TN) se dejó llevar por su amigo y, aunque todavía sentía aquel enredo de emociones desagradables en su interior, decidió centrarse en las agradables y continuar con la fiesta.

El pecoso se encargó de que el DJ pusiera varias de las canciones favoritas de la peli(t/c) lo cual la animó bastante.

—Voy a por un poco de agua —anunció la joven a su mejor amigo, tras acabarse la segunda copa.

No iba muy borracha, pero sabía que estaba en el punto justo para pasarlo y bien y lo mejor era hidratarse un poco y dejar ya el alcohol.

—¿Que te pongo? —preguntó la camarera, unos minutos después, tras atender a los que iban delante.

—Una botella de agua, por favor. —Tras la petición, la camarera dio media vuelta y se fue a buscar el pedido.

—¿Una botella de agua? ¿Eres una chica sana? —preguntó un tipo, que apenas debía tener un par de años más que ella.

Estaba a su lado en la barra y tenía pinta de haber bebido bastante.

—Es para hidratarme después del alcohol. Además, ayuda con la resaca —respondió ella, mientras la camarera dejaba la botella sobre la barra. Le agradeció y la cogió. Acto seguido abrió el tapón.

—¿Y no prefieres otra copa? Emborracharte y bailar conmigo. Yo invito —propuso él, dando un paso hacia ella y pegándose en exceso.

La primera reacción de (TN) fue dar un paso hacia tras pero se chocó con la espalda de otra persona que estaba esperando su turno para pedir.

—No. Prefiero que dejes de hablarme y volver con mis amigos —aseguró ella, dispuesta a emprender su camino.

—Oye, no seas tan borde. Tampoco pido tanto —se quejó aquel tipo, rodeándole la cintura con el brazo derecho e impidiendo que avanzara.

Intentó forcejear, pero él le agarraba con fuerza. No tardó en notar una mano sobre su hombro y sintió alivio.

—Suéltala ahora mismo —ordenó Ace, clavando sus ojos llenos de ira en el desconocido.

—Joder, tío. No sabía que tenía novia, lo siento —se disculpó, antes de retirarse.

—¿Pero por qué se aparta solo si aparece un supuesto novio? —se quejó (TN), al borde de la desesperación—. ¿No basta con que yo diga que no? Te lo prometo que me pone de los nervios...

—Y tienes toda la razón —le aseguró Ace, dándole un suave pellizco en la mejilla—. Hay mucho imbécil suelto. ¿Te apetece que nos vayamos o quieres estar un rato más?

—No tienes que irte cuando me vaya. Si prefieres seguir de fiesta con tus amigos puedes quedarte.

—A esos idiotas los veo prácticamente todos los días. Si estoy aquí es para estar contigo —le recordó—. Así que claro que me voy cuando te vayas.

—Vale... Gracias. Te echo de menos y me encanta que cuando vienes estés todo el rato conmigo.

El pelinegro la rodeó con sus brazos y le estrujó con fuerza. Se sentía culpable, ya que Kenji se había ido por aquella razón. Porque él quería pasar todo el tiempo posible con (TN). Y, lo peor, es que en el fondo se alegraba de que le hubiera elegido a él a pesar de todo.

Necesitaba estar con ella, y cada vez lo sentía más. Y más aún después de... De aquello.

—¿Nos vamos entonces? —inquirió, tras dejarla escapar de entre sus brazos.

—Bueno, creo que podemos bailar un rato más —respondió la peli(t/c), tirando del brazo de su amigo y volviendo con el resto del grupo a disfrutar de la música y del ambiente.

Un par de horas después, aunque el local estaba en el punto álgido de la noche, (TN) decidió que había llegado el momento de ir hacia casa.

No había bebido ni querían beber más y el alcohol había dejado de causar efecto en ella. Ya notaba el sueño y el cansancio y todavía quedaba el trayecto de vuelta a casa.

Tras despedirse del resto, que insistieron un par de veces para que se quedaran, emprendieron su camino.

Por suerte, pudieron encontrar asientos libres en el metro.

Durante unos minutos la peli(t/c) se quedó medio dormida apoyada en el hombro de Ace, el cual la despertó una vez llegaron a la parada.

—¡Por fin! —exclamó la joven, cuando cerraron la puerta de la casa a sus espaldas.

Lo primero que hizo fue quitarse los zapatos, de camino al cuarto. A pesar de no llevar tacones los notaba algo doloridos.

Una vez entraron en la habitación, la peli(t/c) alzó los brazos y se quitó la camiseta, dejando la parte superior de su cuerpo tan solo cubierta por un sujetador negro con algunas zonas de encaje.

Ace no pudo evitar dirigir su mirada hacia ella. Se habían visto en ropa interior incontables veces, pero empezaba a verla con otros ojos.

Recordaba la expresión de su rostro y aquel pequeño gemido cuando le rozó el día anterior... Y no podía evitar pensar en provocarla de nuevo.

No es que jamás hubiera pensado en ella de aquella forma. Tal vez en algún momento había surgido algún pensamiento sobre ello, pero siempre lo había apartado rápidamente.

Sin embargo, ya le era imposible ignorarlo.

Pero no quería admitirlo. No quería decirlo en voz alta. Temía que su amistad se estropeara. No podía permitirse perderla. No imaginaba su vida sin ella.

Por otro lado... No podía seguir así.

—(TN)... No deberías cambiarte delante de mí.

Las palabras del pecoso provocaron que la joven dirigiera su mirada hacia él, confundida.

Lo sabía. Sabía que las cosas no iban a ser como siempre. Por una parte temía que estuviera incómodo con ella, que su amistad se estropeara.

Por otra parte, le molestaba que Ace no fuera capaz de verle como a una de las otras chicas con las que se debía acostar cada vez que salía de fiesta.

Le gustaría que la viera de esa forma, pero que su relación fuera tan buena como siempre... ¿Era tan complicado?

No sabía desde cuando quería que las cosas fueran así. Había tenido ese pensamiento tan arraigado en lo más profundo de su ser que siempre lo había ignorado.

Nunca había acabado de entender con exactitud algunos de los sentimientos que estar con Ace despertaba en ella. Y, desde aquel pequeño roce...

—No es nada nuevo, lo hemos hecho mil veces —le recordó, tratando de reprimir al máximo sus emociones.

—Ya, pero... Ahora es distinto. —El pelinegro trataba de explicarse, pero no lograba ordenar las palabras en su mente y mucho menos expresarlas.

—¿Por qué distinto? ¿No puede ser todo como siempre? —cuestionó ella, preocupada, aún sabiendo la respuesta.

—No lo sé —respondió él, también algo nervioso por la situación.

Decidió ponerse al mismo nivel y quitarse también la camiseta, mostrando su trabajado cuerpo. Simplemente quería demostrarle lo distintas que eran las cosas, si es que (TN) sentía lo mismo al verle a él.

La peli(t/c) no pudo evitar pasear sus ojos por cada centímetro del cuerpo de su mejor amigo.

Estaba claro que no, que no todo podía ser como siempre.

Sintió una especie de cosquilleo recorriendo todo su cuerpo cuando Ace comenzó a acortar la distancia entre ambos.

Era extraño. Habían estado mucho más cerca otras veces, pero la sensación era completamente distinta.

Sus respiraciones comenzaban a ser algo agitadas. La mirada de Ace estaba clavada en los labios de (TN), y la de ella en los de él.

Ambos tenían una creciente sensación de excitación. Estaban expectantes por ver cuál sería el siguiente movimiento.

El pelinegro paseó las yemas de sus dedos por la clavícula de la chica y aquel cálido roce hizo que toda su piel se erizara.

Se inclinó hacia el rostro de la peli(t/c), hasta que sus frentes chocaron con suavidad.

—Creo que tengo ganas de besarte —confesó él, casi en un susurro.

—Creo que yo también —admitió (TN).

Sus labios casi se rozaban con cada palabra.

Ninguno de los dos entendía por qué habían usado el verbo creer al principio, cuando estaba claro que aquellas ganas existían.

Tal vez porque era algo nuevo, algo extraño... Diferente. Se enfrentaban a algo desconocido entre ellos y no tenían ni idea de lo que podía surgir de ahí.

Lo único que tenían claro es que debían eliminar las dudas, y solo había una forma de hacerlo.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top