Capítulo 15

Día 197, 19 de marzo.

Ahí estaba (TN), de nuevo en el aeropuerto. Nunca hubiera imaginado que le gustara tanto aquel lugar, pero eso significaba que venían a visitarla.

Aunque aquella vez no esperaba a todo el grupo completo y ella tampoco tendría todo el tiempo del mundo para estar con ellos.

Las vacaciones de primavera en Japón coincidían con las dos ultimas semanas de marzo y ella todavía tenía clase, ya que Semana Santa no empezaba hasta principios de abril.

Kenji y Ace vendrían durante la penúltima semana de marzo. La segunda semana, Kenji se marcharía y vendrían sus padres. En un principio, Ace alargaría hasta que se fueran todos.

Los ojos (t/c) de la joven se iluminaron al ver a los dos chicos caminar hacia ella entre la multitud.

Esperó a que estuvieran lo suficientemente cerca para dar un paso hacia ellos y repartir abrazos.

Le dio el primero a Kenji. Y no porque tuviera más ganas de verle, ya que echaba de menos a ambos, si no porque sentía que era la correcto. Luego fue el turno del pecoso.

—¡Ay, os echaba tanto de menos! —exclamó ella, sin ocultar su emoción. No les dejó decir nada, ya que continuó hablando—. Vale, pues ahora Kenji de instala en mi casa, Ace en la pensión y luego ya quedamos para tomar algo y cenar juntos.

Caminaron juntos hasta la calle en la que se encontraba el piso de (TN).

A la peli(t/c) le sabía mal que Ace tuviera que buscarse una pensión, pero tampoco le parecía adecuado que estuviera en casa con ella y con Kenji.

Es decir, no le importaría... Pero de nuevo sentía que no sería lo correcto.

—Te he dejado esta parte del armario para tu ropa —indicó la joven, una vez llegaron a la habitación—. Deshaz la maleta y luego podemos estar un ratito en el sofá viendo la tele.

—De acuerdo.

—Te espero en el salón —indicó ella.

Camino hacia la estancia más amplia de la casa. En alguna parte de su cabeza, en algún pequeño recoveco, había algo que no le permitía estar feliz del todo. Sin embargo, decidió ignorarlo.

Se quitó los zapatos, se tumbó en el sofá y comenzó a pasar canales. Por suerte encontró una especie de concurso. Estaba en inglés, obvio, pero Kenji tenía buen nivel.

—¿Algo interesante? —preguntó el chico, ajustándose las gafas mientras entraba en el salón.

—Hacen un concurso —respondió ella, apartando las piernas para que pudiera asentarse.

–Oh, perfecto —murmuró, aunque no parecía muy emocionado.

Tras unos minutos mirando la televisión en silencio, la peli(t/c) comenzó a pesar el pie con suavidad sobre una de las piernas de Kenji. Cuando llegó a la entrepierna, el chico de melena castaña dio un brinco.

—¡(TN)! —exclamó, avergonzado—. ¿Se puede saber qué haces?

—Pues... Tocarte —respondió ella, ya algo cansada de aquel tema.

—Tienes que ser más decorosa... Todavía no es el momento de ese tipo de actos.

—Ya. Voy a acabar de prepararme y nos vamos a tomar algo —ilustró la peli(t/c), levantándose del sofá y saliendo del salón.

Caminó hasta el baño y, una vez cerró la puerta, apoyó la espalda en ella y se dejó caer poco a poco hasta quedar sentada en el suelo.

Se llevó las manos a la cara para frotarse los ojos. Aquel bucle de emociones que estaba sintiendo había hecho que estuviera a punto de llorar.

Creía que ya había aceptado la situación, pero a veces se le olvidaba.

Kenji era un chico muy tradicional, de los que creía que mantener relaciones fuera del matrimonio no era aceptable.

Ella lo aceptó sin problemas, ya que antes no sentía la necesidad ni el deseo por ir más lejos.

Sin embargo, ya hacia un tiempo que había comenzado a experimentar aquellas sensaciones cuando estaba cerca de él; pero para Kenji todo seguía igual.

No se sentía deseada y eso le dolía. Había intentado hablarlo, pero cada uno tenía su punto de vista. Era continuar así o... dejarlo. Y no estaba preparada para lo último.

Sentía que no encontraría a nadie que encajara con ella como lo hacía él, en muchos aspectos.

Soltó un pesado suspiro y se levantó del suelo. Se acercó al lavabo y enchufó el grifo para lavarse la cara con algo de agua fresca.

Acto seguido, se dirigió de nuevo al salón y cogió el móvil de encima de la mesa antes de volver a sentarse en el sofá.

—Voy a avisar Ace y pasamos a por él.

—Ajá —artículo el chico, sin despegar los ojos de la pantalla.

Tras unos quince minutos, (TN) y Kenji abandonaron el piso. Caminaron juntos, cogidos de la mano hasta llegar a la entrada de la pensión donde Ace se hospedaba.

El pecoso estaba allí esperando, apoyado en una de las paredes mirando el móvil. No se había alejado mucho para aprovechar la Wifi.

—¡Ya estamos! —anunció la peli(t/c), sonriente, cuando llegaron hasta él.

—Ey —saludó él, devolviéndole la sonrisa—. ¿Dónde vamos?

—Pues había pensado en un pub que hay aquí cerca, que se puede tomar algo y luego cenar —respondió la chica—. Así no volvemos muy tarde. Estaréis cansado del viaje.

—Sí, la verdad. Gracias por pensar en ello —agradeció Kenji, acariciando con suavidad el cabello (t/c) de su novia.

El pub estaba más lleno de la que la joven esperaba, pero por suerte había un par de mesas libres.

Pidieron un par de cervezas y un regreso y comenzaron a charlar.

—Ah, por cierto. Me han comentado que el viernes que viene hacen varios conciertos de rock en una discoteca cerca de aquí —comentó (TN), cuando ya estaban tomando el postre.

—Ruido, mucha gente, me voy al día siguiente... —empezó a enumerar su novio, mostrando las escasas ganas que tenia de ir.

—No seas aguafiestas, no hace falta quedarse hasta tarde —aclaró ella, rodando los ojos—. Y solo era una posibilidad.

—Tienes razón —rectificó Kenji.

—¿Has leído el cartel de los grupos que tocan? —preguntó el pecoso, tras acabarse de un trago la poca cerveza que le quedaba.

—No... Pero la podemos buscar en un momento. —Se giró un poco para rebuscar en el bolsillo de su chaqueta.

—No, no... Era por curiosidad. Mejor que sea sorpresa —le frenó el pelinegro.

—Bueno, podemos ir organizándolo. Iremos viendo. Por cierto, ¿pedimos ya la cuenta? —sugirió (TN).

Día 203, 25 de marzo.

Había sido una semana un tanto extraña. A (TN) no le estaba acabando mucho eso de tener clase cuando venían a visitarla, pero había que adaptarse.

Tenía sentimientos encontrados, Kenji se iría al día siguiente, pero después llegaban sus padres.

En fin, ella supo a lo que se exponía cuando tomó la decisión de cursar los estudios universitarios en otro país.

Durante aquellos días, la peli(t/c) había tendió clase por las mañanas. Kenji le había esperado en la parada del metro, se habían ido juntos a comer a casa y, a mitad tarde, quedaban con Ace para tomar algo y alargarlo para cenar.

Excepto el miércoles, que Kenji aprovechó la mañana para comprar ingredientes y preparar una cena romántica a solas, así que tan solo quedaron con el pelinegro para tomar algo.

La joven sentía que no estaba atendiéndoles como se merecían, pero ellos parecían ser conscientes de la situación.

—¡Kenji! —saludó la joven, aquella tardes de viernes que su novio había ido de nuevo a esperarla en la estación.

—Hola, (TN) —saludó él, depositando un suave beso en su cabeza—. ¿Qué tal las clases hoy?

—Bien, muy interesantes —respondió ella, mientras comenzaban a caminar hacia casa—. Aunque ya me apetecía un descanso.

Caminaron tranquilamente hasta casa, alargando el paseo un poco más de lo necesario mientras la joven explicaba algunas cosas que habían estado haciendo durante la mañana.

—He preparado unos sándwiches variados —comentó el chico de cabello castaño, al mismo tiempo que la peli(t/c) metía la llave en la cerradura.

—Oh, genial.

Estaba hambrienta. Solía comer algo en la universidad al acabar las clases, pero esa semana lo había alargado para comer junto a Kenji al llegar.

Se sentaron el sofá y comieron los sándwiches con las noticias de fondo.

—Ahora en un rato llamaré a Ace y a ver cómo nos organizamos para ir a lo de los conciertos —comentó, tras haber reposado unos minutos.

—No me apetece ir —soltó Kenji.

—¿Desde cuándo? Podrías haberlo dicho antes —se quejó la peli(t/c)—. Bueno, da igual. Si no pues tomamos algo y ya está.

—(TN), no... —El chico de cabello castaño iba a decir algo, pero fue interrumpido por el sonido del timbre.

—Un momento —farfulló ella, levantándose y tratando de mostrar su mal humor lo menos posible.

Caminó a pasado rápido hasta la puerta de la entrada y abrió sin ni si quiera comprobar quién había llamado.

Se sorprendió al ver a un chico desconocido con un sobre en la mano.

—Me han pedido que te de esto —explicó, ofreciéndole el sobre.

—Oh, vale —aceptó ella, tras leer el nombre de Ace sobre el papel—. Gracias.

Lo abrió mientras cerraba la puerta empujando con el pie. Abrió los ojos como platos al ver que eran unas invitaciones para el concierto de su grupo allí en Londres. En la discoteca a la que se suponía que irían.

Dos entradas con varias consumiciones gratis, para ella y para Kenji. Más una nota diciéndole que no podía perderse su primer concierto para de Japón.

—Kenji... Tenemos que pasarnos un rato por allí —dijo (TN), al entrar de nuevo en el salón, en tono suplicante—. Ace va a dar un concierto con su grupo. Es su primer concierto fuera de Japón.

—No me has dejado acabar antes. No quiero saber nada de Ace nuestro último día juntos —sentenció Kenji con seriedad.

—¿Qué? Pero si vamos a estar toda la tarde solos y luego al volver por la noche —argumentó ella, confundida—. Solo es una hora.

—No ha habido ni un día que no hayamos quedado con el. Ni esta semana ni en las vacaciones de Navidad —se quejó él, levantándose del sofá.

—¿Y qué hacemos? ¿Lo dejamos solo? El viene a verme igual que tú. Igual que si mi familia estuviera aquí habríamos quedado todos los días con ellos —aclaró la joven, intentando mantener la calma.

—No es lo mismo.

—¿Por qué no es lo mismo? —espetó la peli(t/c), frunciendo el ceño y cruzando los brazos—. Además, si tanto quieres estar a solas conmigo... ¿Por qué duermes en la cama de invitados? ¿Por qué no te acercas más a mí cuando estamos en el sofá? ¿Qué mas da entonces quedar un rato con alguien mas?

—Eso es otro tema y creía que ya estaba aclarado.

—¡Sí! Ya lo hemos hablado, pero ya está. Yo no estoy de acuerdo y estoy cansada —confesó, finalmente.

Tras aquellas palabras, una gran sensación de alivio recorrió su cuerpo. No podía creerse que por fin lo hubiera dicho.

—Si hoy vemos a Ace, olvídate de mí.

(TN) se quedó paralizada. Paralizada por la rabia y la impotencia que estaba abriéndose paso por su interior.

Acababa de explicar su postura en un tema de vital importancia para su relación y la única respuesta que él tenía... Lo único que tenia que decir al respecto era aquello.

—Pues vete ya —lanzó con frialdad.

—¿Eso es lo que quieres?

Las palabras no salían de su boca, así que tan solo tensó la mandíbula y asintió de manera casi imperceptible.

El tan solo hizo una mueca alzando las cejas con ligereza, pero aceptando la decisión. Salió del salón y (TN) se tiró en el sofá mientras Kenji recogía sus cosas y, finalmente, se iba de la casa.

Las lágrimas mojaban las mejillas de la peli(t/c), y no solo sus mejillas, también la tela del sofá. Todavía estaba ahí, hecha un ovillo.

Estaba muy confundida. Se suponía que debía llorar de la tristeza porque Kenji le había dejado, o bueno, no estaba del todo segura de que fuera definitivo.

Sin embargo, sentía varias emociones y ninguna estaba relacionada con la tristeza. Y, lo que más le sorprendía, era el alivio que sentía.

En alguna parte de su mente lo sospechaba. Sospechaba que aquella relación poco a poco dejaba de tener sentido, que no avanzaba.

Y no solo por el sexo. Que no es que ella quisiera ser una adicta... ¿O sí? ¡Es que no podía saber si le gustaría o no!

Su relación se había vuelto aburrida en general.

Tras varias horas allí tirada, con la mirada perdida y la cabeza llena de dudas, decidió levantarse y asearse un poco.

No pensaba perderse el concierto de Ace. Era algo importante para él y quería estar allí.

Una vez lista, metió las entradas en el bolso y abandonó la vivienda.

Era viernes y, a esas horas la estación de metro estaba bastante ajetreada. Algunos jóvenes iban algo pasados de cerveza y parecía que iban a armar jaleo en cualquier momento.

Por suerte, si lo hicieron, ya fue después de que la peli(t/c) se montará en uno de los vagones.

[•••]

Mientras tanto, Ace y el resto del grupo estaban preparándose para actuar. La banda anterior ya había abandonado el escenario y ellos eran los siguientes.

La gente charlaba y escuchaba música de fondo mientras disfrutaban de sus copas. Muchas personas observaban con mirada curiosa a los integrantes. No era una banda conocida.

El pecoso también miraba de vez en cuando hacia el público.

—Ace, ¿no ha venido tu chica todavía? —bromeó Daiki, dando un manotazo en la espalda de su compañero.

—Ella y su novio todavía no han llegado —respondió el pelinegro, recalcando la palabra novio.

—A lo mejor se han quedado en casa haciendo cosas mejores que vernos actuar —intervino Haru, encogiendo los hombros.

—No creo... —murmuró Ace. Lo dudaba y, por alguna razón, no le acababa de hacer gracia. Qué estupidez.

Sin embargo, ya no podían atrasarse más. Estaban listos y su turno acababa de comenzar.

Ya con la primera canción consiguieron ganarse al público londinense. Aunque no se supieran las letras les animaban dando palmas y alzando sus copas. Incluso se podía ver a algunos ya tecleando el nombre del grupo en las redes sociales.

Y por supuesto, ya había más de un grupo de amigas que se había fijado en alguno de los integrantes de la banda.

Cuando iban a tocar la segunda canción, Ace por fin vio a su mejor amiga entrar por la puerta de la discoteca.

Vio cómo se iba directamente a la barra y sola.

¿Dónde demonios estaba Kenji?

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