XXVI

— Deberías estar en casa, descansando.

Ryoken observó a su pareja con obvio desinterés antes de devolver su vista hacía los documentos que leía y seguir trabajando.

— Ryoken.

— ¿Qué?

— Ya me escuchaste, —Yusaku le arrebató los papeles a su esposo obligándole a verle— deberías estar descansando en casa y no lo digo sólo porque estás enfermo…

— Ya hablé con mi hermana sobre mi anemia y las náuseas, ya me recetó un par de medicinas; ahora, o me devuelves esos archivos que son importantes o te arranco el pene aquí y ahora, tu eliges —El alfa de ojos verdes bufo molesto antes de devolverle los documentos a su omega y entregarle otros que ya traía— ¿Qué es esto?

— ¿Sabías que el efecto Calígula es cómo la curiosidad morbosa?

— … No tenía idea… —El omega sonrió con cierta burla mientras su esposo se retiraba de la oficina, comenzó a leer ese mismo documento y revisar los artes de los personajes junto a los paisajes.

No había duda, Homura Takeru era un ilustrador con talento innato y el diseño de cada dibujo que hizo lo demostraba.

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